rmbit - La bitácora personal de Ricardo Martín
La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
6 de octubre de 2007

‘Grbavica’

Las guerras realmente no terminan nunca. Tras la batalla queda una estela, un resto, un poso amargo. La memoria impide la cicatrización de las heridas. Y aunque esos efectos no sean directamente visibles, están ahí. Respiran y acechan, esperando a salir a flote en cualquier momento. Precisamente la inteligencia de ‘Grbavica’ (2006) reside en este aspecto. Mientras la ciudad de Sarajevo intenta recobrar la normalidad después del conflicto fratricida, muchos de sus habitantes aún viven con la angustia de sus guerras personales.

‘Grbavica’ cuenta la historia de una mujer profundamente marcada por la guerra, al igual que muchas otras. Las violaciones en masa de los chetniks (los paramilitares ultranacionalistas serbios) sobre la población bosnia fue moneda corriente durante aquellos años. Como resultado de esos abusos nació una nueva generación de bosnios, hoy ya adolescentes, con conflictos de identidad y con el enemigo y la intolerancia como padre.

Pero en contra de lo que pueda parecer, la película transmite una sensación de cotidianeidad inquietante, pero normalidad al fin y al cabo. Un film directo y sencillo, quizás a veces excesivamente frío y distante. Los edificios heridos por los cañones nos recuerdan la guerra constantemente, no como un elemento de dramatismo, sino como parte de la realidad de una ciudad y de un país que, a pesar de todo, intenta salir adelante. ‘Grbavica’ ganó el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín de 2006.

5 de octubre de 2007

Un zamorano en los micros de la SER

En la madrugada del jueves pasado falleció Carlos Llamas, la voz inconfundible de Hora 25, el programa informativo nocturno de la Cadena SER. Lo dirigía desde 1992 y venía a suceder a Manuel Campo Vidal en esas tareas. De aquellos primeros años no tengo recuerdos, puesto que yo no escuchaba la radio a esas horas. Fue más o menos a partir de 1999 cuando me aficioné al programa y sobre todo a sus tertulias, que siempre se me hacían cortas. Me acuerdo de los programas de la noche del 11 de septiembre de 2001, que fue un día para la historia (también de la radio), y por supuesto, de los tensos días entre el 11 y el 14 de marzo de 2004. Pero bueno, la vida es así y todo tiene un final, a veces tan precipitado (y no del todo esperado) como este.

He estado revisando lo que la prensa local de Zamora dice de la muerte de Carlos Llamas y he visto una foto del multitudinario pregón que el periodista sanabrés dio en 1994 en la Plaza Mayor. Uno no puede dejar de pensar que ya no hay pregones como los de antes. Carlos siempre estuvo muy ligado a su tierra y, siempre que podía, dejaba caer su origen en las tertulias. Ayer y hoy en la Cadena SER se ha oído el nombre de Zamora y de Muelas de los Caballeros, su pueblo natal, mucho más de lo que posiblemente lo hará nunca. Ahora sólo nos queda un zamorano en los micros de la radio, Julio César Iglesias en RNE, amigo, por cierto, de Carlos Llamas.

4 de octubre de 2007

50 años de Sputnik

Hoy se cumplen 50 años de un icono del siglo XX. Una bola de aluminio de 83 kilogramos con antenas en forma de estela de cometa. Por supuesto, estoy hablando del Sputnik 1. A las siete y doce minutos de la tarde del 4 de octubre de 1957, un cohete R-7 despegaba por primera vez de la lanzadera del cosmódromo de Baikonur. Durante tres meses estuvo orbitando la tierra con el «bip, bip» que emitían sus emisores de radio. El resto del mundo pudo escuchar la señal de que los nuevos tiempos habían llegado.

Era el comienzo de la loca carrera espacial, que tantos miles de millones de dólares (y rublos) gastó y malgastó. Como se dice en algunos artículos, no había nada de altruismo ni de limpia investigación científica. Lo cierto es que sin la amenaza nuclear norteamericana y el recelo mutuo, la carrera espacial no hubiera existido. El Sputnik era un símbolo, un importante signo del cambio de los tiempos y también una forma muy publicitada de probar sus cohetes R-7, la verdadera joya de la corona soviética y que podría lanzar armamento nuclear a 8.000 kilómetros de distancia.

Prueba de ellos es que los Estados Unidos agilizaron su programa Júpiter para competir con la «amenaza roja». El primer resultado pudo verse el 31 de enero de 1958 con el lanzamiento del Explorer 1. A partir de aquí las cosas ya no serían las mismas y el mundo miraría más que nunca al cielo.

Con motivo de este 50 aniversario, la prensa ha publicado varios artículos interesantes sobre el Sputnik. Aquí dejo unos cuantos:

3 de octubre de 2007

El kinoautomat

Un cartel anunciador del kinoautomat

El kinoautomat (algo así como «cine automático») es uno de esos inventos típicamente de los años sesenta que tenían un trasfondo de ciencia y técnica sesuda y pensada para el puro entretenimiento. El kinoautomat es el producto de un tiempo y de un lugar. El tiempo, como ya he dicho, es el de finales de los años sesenta y el lugar, la Checoslovaquia comunista que a esas alturas era la avanzadilla del mundo occidental dentro del telón de acero. Junto con Polonia, Checoslovaquia es quizás el país más fértil en cuanto a cinematografía dentro de la órbita soviétiva, así que no es de extrañar que el kinoautomat venga de aquí.

¿Y en qué consistía? El kinoautomat es uno de los primeros intentos de crear un mecanismo de cine interactivo. Su creador fue Raduz Cincera y fue presentado con motivo de la Expo de Praga en 1967. Según la definición de Cincera, el kinoautomat era «el primer mecanismo mediante el cual los espectadores cambian el curso de una película a través de un sistema de votaciones por pulsación de botones en las butacas. Existen varios momentos clave en los que se solicita la participación del público. La alternativa más votada será la que se proyecte.»

El kinoautomat, a pesar de ser muy desconocido, se paseó por diferentes ferias mundiales, como la de Montreal de 1967. El sistema se siguió utilizado en Checoslovaquia durante cuatro años, hasta 1971. En esa fecha, las autoridades comunistas lo prohibieron porque los cineastas implicados en el proyecto eran «políticamente no afines». La película ‘Un Hombre en su Casa’, que se proyectaba mediante este sistema, fue confiscada.

Y nada más hasta hoy. Cuarenta años después de su presentación, el kinoautomat ha sido rescatado del olvido para organizar nuevas (y exitosas) proyecciones, aunque teniendo en cuenta los medios digitales actuales, el kinoautomat se recordará como una extravagancia más del otro lado del muro de Berlín. Precisamente para aprovechar la técnica analógica de antaño y la digital de hoy, se ha editado un DVD con la película y todas sus alternativas para que quien quiera pueda tener su kinoautomat en casa. Para más información se puede consultar su web oficial o este artículo.

2 de octubre de 2007

Hermano Lobo, humor en la transición

Portada del número dos de Hermano Lobo

Existe un tipo de humor que no tiene sentido fuera de su contexto histórico. No digo que esto ocurra con el semanario satírico Hermano Lobo, pero ciertamente ayuda a comprenderlo en toda su magnitud. Hermano Lobo nació en un momento crítico del final del franquismo. En aquellos primeros años setenta, el régimen dictatorial había comenzado una involución después de la «excesiva apertura» de los años sesenta. Una huida hacia adelante que dejaba atrás muchos huecos.

Uno de estos huecos de libertad lo aprovecharon un grupo de jóvenes humoristas con Chumy Chúmez a la cabeza. Según se comenta, se publicó casi a escondidas, sin publicidad, y con la firme intención de ser la heredera natural de La Codorniz, cuyo humor, sin dejar de ser genial, ya no conectaba tanto con las nuevas generaciones. El primer número salió el 11 de mayo de 1972 al precio de 15 pesetas. En tan sólo 16 páginas confluyeron gran cantida de talentos emergentes. En Hermano Lobo colaboraron Peridis, Forges, Perich o Manuel Summers y con textos de Manuel Vázquez Montalbán entre otros.

No hace falta decir que la revista tuvo sus problemas con la censura, a pesar de que en la mayoría de las ocasiones fue esquivada con habilidad e ingenio. Números secuestrados (por ejemplo el 153 por «menosprecio a la Justicia»), artículos que provocaron la apertura de expedientes. Hermano Lobo fue, por tanto, una ventana abierta más hacia otra forma de ver la vida lejos de la dictadura. Y con el fin de la dictadura, la revista dejó de tener el sentido para el que fue concebida. El 6 de junio de 1976 salió el último número.

Y así hasta hoy. Muchos de los que nacimos durante la transición no conocimos estas publicaciones. Ahora, gracias a internet y a un proyecto de colaboración entre la Universidad de Salamanca, José Ángel Ezcurra Carrillo y Ediciones Pléyades S.A., Hermano Lobo está digitalizado para la posteridad en internet, a una resolución bastante buena y lo que es más importante, totalmente gratis. Esta iniciativa viene a unirse a las del semanario Triunfo y la revista Tiempo de Historia. Sin duda unas fuentes inestimables para conocer la sociedad española de los años setenta.

1 de octubre de 2007

El cambio anunciado de TVE

Como estaba previsto, Televisión Española ha renovado su imagen corporativa. Los cambios son variados. Por una parte los grafismos de continuidad (las cortinillas) y por otro, y tal vez el más llamativo, el de las «moscas» de La 1 y de La 2. Pero vayamos por partes.

Primero decir que me ha sorprendido un cambio tan temprano, cuando las anteriores cortinillas fueron cambiadas por completo el 12 de septiembre del pasado año. En aquella ocasión el cambio me pareció muy bueno y muy acertado. Como dije entonces, TVE pasó a tener la mejor imagen corporativa de su historia. Han durado muy poco, porque ya están vigentes las nuevas. La nueva imagen nace con vocación de transición antes de la ruptura total (previsiblemente en enero). Pero no por temporal es menos interesante.

Lo primero que sorprende es que el color azul de «La Primera» cambia de tono. Ya no es el típico azul brillante. Se ha decidido jugar con diferentes tonalidades de azules, algunas un poco extrañas. El blanco y el negro también juegan un papel importante. Pensé que se iban a abandonar definitivamente los grafismos en 3D, pero de momento no ha sido así. La imagen me resulta un poco años ochenta. En cuanto a La 2, cede el color verde para convertirse en multicolor. Por lo demás, las cortinillas no son demasiado diferentes de las de La 1.




En general, los cambios me han parecido buenos, aunque echo de menos que fueran algo más planos y creo que los juegos de diagonales de «TVE Presenta» y de «Copyright» están desaprovechados. Podrían haberse integrado en las cortinillas. El tema de la mosca es ya algo más controvertido. Me parece bien que sean blancas, pero siguen siendo demasiado aparatosas. Decolorar los logos me parece insuficiente. Quedarían mejor semitransparentes y sin el anagrama de TVE. La mosca de La 2 me parece horrible. ¿Por qué no se ha seguido el mismo patrón que en La 1 y se ha dejado un «2» hueco? Espero que lo cambien porque estéticamente queda fatal.

Detallitos aparte, en general el cambio me parece correcto, bastante bueno, y sigue manteniendo un nivel gráfico alto, de los mejores en las televisiones de España. Ahora sólo nos queda aguardar al gran cambio que se nos avecina. Veremos si es para tanto. (Gracias al usuario de YouTube Sandyam2 por haber subido todos los vídeos tan rápidamente. Aprovecho para aconsejar que lo visitéis si sois aficionados a la identidad corporativa de las televisiones).

30 de septiembre de 2007

VMWare Fusion, hacia la compatibilidad total

Para quienes sigáis habitualmente esta bitácora, ya conoceréis de mi afición por las emulaciones de unos sistemas operativos en otros. Aún no están lejos los tiempos en los que conseguí emular una distribución de Ubuntu bajo Windows XP o, un logro todavía mayor, emular Mac OS X Tiger bajo Windows XP en un ordenador de prestaciones humildes. ¡Qué tiempos aquellos!

Pero ahora las tornas han cambiado. El paso de PC a Mac me ha abierto un nuevo abanico de posibilidades en el mundo de la emulación. Por lo que he podido comprobar, este campo está mucho más desarrollado en Mac que en Windows. Los ordenadores de Apple cuentan con tres modos de ejecutar Windows XP o Vista. El primero de ellos es a través de Boot Camp, una aplicación que permite crear particiones en el disco duro para instalar diferentes sistemas operativos de forma nativa. Para quienes van a utilizar aplicaciones de Windows de forma intensiva y con gran requerimiento de recursos (por ejemplo AutoCAD, que no hay para Mac) es la opción ideal. Las otras dos son emuladas desde Mac OS X: Parallels y VMWare Fusion. El primer de ellos aún no lo he probado, aunque espero hacerlo pronto. En cuanto a VMWare Fusion voy a hacer algunos comentarios después de algunos días de pruebas intensivas.

Captura de VMWare Fusion en el Mac

Para poder utilizar VMWare Fusion es necesario hacer una instalación virtual de Windows en un disco duro que no es más que un archivo a los ojos del Mac OS X. Una instalación que es exactamente igual a la de un «sistema normal», aunque bastante más rápido. También sorprende la rapidez de la ejecución y la fluidez del sistema, aún con varias aplicaciones corriendo. Pero VMWare Fusion tiene algo más que no se limita a emular Windows en una ventana o a pantalla completa. La gran novedad es poder ejecutar aplicaciones del sistema operativo de Microsoft bajo Mac de manera totalmente natural. De esta manera, las aplicaciones, sea cual sea su procedencia, permiten intercambiar datos, interactuar unos con otros como si la barrera del sistema no existiera.

Captura de VMWare Fusion en el Mac

Se puede abrir Microsoft Internet Explorer directamente en Mac OS X y abrir un fichero con una página web que está en el escritorio del Mac incluso arrastrándolo. También se puede abrir el Word para Windows, crear un documento de texto y guardarlo en la carpeta de Documentos del Mac. Esto es posible gracias a que los sistemas de archivos se comunican entre sí de forma transparente. En el Windows emulado, el disco duro del Mac aparece como una unidad de red, facilitando al máximo el intercambio.

Otra cosa interesante es que no es necesario configurar la red, ya que VMWare coge los datos de Mac OS X y los «traduce» a la configuración de red de Windows. En cuanto al hardware soportado, todos los periféricos que he conectado hasta ahora funcionan perfectamente.

En definitiva creo que aplicaciones como ésta suponen un paso más hacia la compatibilidad total entre todos los sistemas operativos y plataformas informáticas. Una tendencia que irá en alza en el futuro y nos permitiran superar las absurdas barreras, muchas veces con intereses comerciales detrás, que a lo largo de la historia de la informática nos han dificultado la vida.



rmbit está bajo una licencia de Creative Commons.
Plantilla de diseño propio en constante evolución.
Página servida en 0,057 segundos.
Gestionado con WordPress