16 de abril de 2006
El pasado 3 de abril, la banda mallorquina Sexy Sadie publicó su nuevo trabajo, ‘Translate’ (Subterfuge Records). Con este, son ya seis los discos publicados con material nuevo. Si contamos los trabajos con material en directo, remezclas o versiones, suman ya once álbumes. Muy lejos queda ya el ‘Draining your Brain’ (Subterfuge Records, 1995), con el que sorprendieron a todos y se convirtieron en una de las más firmes promesas de la escena indie de la época.
Once años después nos llega ‘Translate’, un disco muy en la linea de su anterior trabajo. Poco a poco se van alejando de las melodías más pop para adentrarse en un terreno tal vez más difícil, pero que sus seguidores saben entender bien. En su último trabajo nos ofrecen una música mucho más austera que en ocasiones anteriores, pero con la fuerza y el sello inconfundible de la banda.
De todos modos, para mi gusto ‘Translate’ está muy lejos de la luminosidad de ‘It’s Beautiful, It’s Love’, para mi el mejor trabajo de la banda. De todos modos esta es una obra digna que ya quisieran otros grupos coetáneos.
15 de abril de 2006
Hace un momento he estado viendo las cifras de muertos por accidentes de tráfico. Hasta la fecha, 77 personas. Todavía falta la operación retorno. El año pasado, 105 personas se dejaron la piel en el asfalto por Semana Santa. Por lo que se puede deducir, este año superaremos esas cifras. Pero ¿qué es lo que pasa? ¿acaso no estamos ya concienciados de los peligros de la carretera? Sinceramente, pienso que la mayoría no. Nadie piensa esto. Todos pensamos que «controlamos», que a nosotros no nos va a pasar nada.
Las excusas que antaño se ponían sobre fallos en los vehículos o malas infraestructuras se vuelven ahora ridículas. El parque de vehículos cada vez se renueva con más frecuencia, y tenemos la tasa más alta de kilómetros de autopistas y autovías por habitante (222 Km por cada 100.000 habitantes). El tercer factor es el factor humano. A juzgar por las cifras, es el que menos ha cambiado.
La norma general entre los conductores es no respetar los límites y sólo cumplir cuando estamos bajo amenaza de sanción. Es lamentable, pero los conductores españoles solo aprenden cuando les tocan el bolsillo. Dentro de unos meses comenzará a funcionar el carnet por puntos. Un mecanismo que ha dado buenos resultados en otros países como Francia. Veremos si aquí funciona o si se aplica a rajatabla (otro de los problemas). Solo faltaría que se tuviera manga ancha con los infractores. Demasiado blanda es ya de por sí la ley como para tener que bajar la mano.
Está claro que no es lo mejor, pero mientras haya «Fernandos Alonsos» en nuestras carreteras, las medidas tendrán que ser drásticas.
14 de abril de 2006
Hoy se ha celebrado y conmemorado en toda España la proclamación, el 14 de abril de 1931, de la II República Española. Supuso una nueva etapa en la historia de España y una oportunidad truncada, cinco años después, de que nuestro país se situara a la vanguardia política y cultural de Europa. Como siempre suele ocurrir, la sociedad y, sobre todo muchos de los poderes fácticos tradicionales no quisieron (o no pudieron) asumir esta evolución.
Está claro que la II República tuvo grandes errores, errores monumentales, pero fue un paso adelante en la consecución de la igualdad de derechos para todos. Lamentablemente, el 17 de julio de 1936 todo terminó. El ejército, el clero y los poderes tradicionalistas protagonizaron un retroceso del que aún no nos hemos recuperado del todo. El golpe de estado del general Franco nos sumió en una catastrófica guerra y una posguerra no menos dura.
Esta conmemoración, que debería ser una celebración de todos, ha contado con los resquemores de algunos. Desde muchos ámbitos, todavía no se ven con buenos ojos estas celebraciones. Quizás tengan que pasar un par de generaciones más para que, ya sin prejuicios, se reconozca el valioso legado de un período corto, pero intenso de nuestra historia reciente, con un legado que llega hasta hoy en, por ejemplo, nuestra actual Constitución, inspirada en buena parte (incluso con párrafos literales) por aquella Constitución republicana.
13 de abril de 2006
Sigo con esta serie de artículos «linuxeros». Tras la enorme decepción que me produjo Ubuntu, decidí formatear de nuevo y volver a lo conocido. Instalar de nuevo mi querido Mandriva Free 2006 fue reconfortante. Casi con los ojos cerrados compilé e instalé el controlador de mi c54ru wireless. Funcionó a la primera y por fin quedó bien instalado. Los problemas han desaparecido.
También he empezado a usar los repositorios con urpmi. He añadido algunos de los más habituales, como el SeerOfSouls o el Penguin Liberation Front, además de los oficiales de Mandriva. He personalizado mi escritorio Gnome (sí, al final me quedé con Gnome y desterré el KDE) y he realizado un nuevo intento de ejecutar XGL. Esta vez he ido un poco más lejos. Conseguí instalarlo sin problemas, previa instalación de los controladores de la nVidia GeForce que tengo, pero al hacer el startxgl se me va todo al carajo. En la pantalla aparecen unas «aguas» y el ordenador se me cuelga. Aún no he descubierto cual es el motivo, pero he de averiguarlo. Ahora estoy más cerca que nunca de conseguirlo.
12 de abril de 2006
Un buen día decidí cambiar de hábitos de estudio. A partir de entonces iría a la biblioteca a la que ya había ido a estudiar años atrás. Una biblioteca confortable, silenciosa y bien iluminada que mantiene (o mantenía) la Obra Social de Caja Duero en la calle Juan II de Zamora. Pero cual fue mi sorpresa cuando me encontré que estaba cerrada. Y por el estado de su interior deduje que llevaba bastante tiempo cerrada. Me pareció extraño. Volví al cabo de unos días. Puede que estuvieran remodelando algo o realizando obras. Pero nada, seguía cerrada.
Algún tiempo después llegaron a mis oídos los motivos del cierre. Según parece la mujer encargada de la biblioteca se había jubilado. Esta causa me pareció como mínimo grotesca. ¿No hay nadie para sustituirla?. Lo peor es que en la página web de Caja Duero sigue figurando como tal. Que yo sepa, las cosas están así desde hace casi un año. Me parece increíble que una biblioteca a la que acudía bastante gente todos los días cierre así, por las buenas.
Lo mejor será ponerme en contacto con alguien de Obra Social para exponerle la cuestión. Que yo sepa, hasta el momento nadie se ha quejado. Me parece increíble. Así nos luce el pelo.
11 de abril de 2006
Aprovechando mi recién estrenada línea de banda ancha, me he liado la manta a la cabeza y me he puesto a descargar distribuciones linux y a instalarlas en una de mis particiones. He borrado por completo el Mandriva Linux 2006.0 que tenía instalado hasta ahora y la primera prueba que he hecho ha sido Ubuntu.
Ubuntu es una distribución linux que tiene fama de sencilla, de fácil de instalar y de amigable. No en vano su lema es «Linux para seres humanos» («Linux for human beings«). Ciertamente me esperaba otra cosa. Nada más introducir el CD autoarrancable aparece una horrible pantalla en modo texto, muy poco intuitiva y en la que no funciona el ratón. A alguien como yo, que sin ser ningún experto, ya me he visto en otras similares desde hace años, me costó más de diez minutos de entrar y salir en los menús para borrar las particiones antiguas y crear las nuevas. Complicado.
Una vez que conseguí que la fase preparatoria finalizara con éxito, la instalación comenzó, siempre en modo texto, sin tener la posibilidad de elegir los paquetes para instalar. Cuando terminó la instalación, reinicié el ordenador. En el arranque cargó el gestor GRUB (en modo texto), el chequeo y carga de módulos habitual, también en modo texto… hasta que por fin se cargo el X Window con Gnome, que es el escritorio que trae instalado. Pero no me detectó correctamente la tarjeta gráfica (una nVidia GeForce 4) ni el monitor (un Samsung SyncMaster 930BF TFT de 19 pulgadas), con lo que me encontré con una resolución de 640×480. Buscando buscando, no encontré ninguna utilidad de configuración de hardware. No sé si la hay o no. Buscando en los foros, encontré la forma de reconfigurar las X (en terminal, por supuesto). La cosa funcionó más o menos, pero no recordó mis preferencias al reiniciar.
De momento es todo lo que he conseguido hacer. Por supuesto nada de internet… En definitiva, mi primer contacto con Ubuntu me ha decepcionado mucho. De todos modos sigo investigando.
9 de abril de 2006
Hace unos días que retomé la caza y descarga de programas del mítico espacio de RNE ‘Historias’. Con el tiempo se ha convertido en un programa de culto para mucha gente que, como yo, seguía siempre que podía las narraciones adaptadas de clásicos de la fantasía y el terror. A pesar de que sólo estuvo en antena seis años (entre 1997 y 2003), aquellas recreaciones dejaron huella.
Hasta la fecha he conseguido casi 120 programas a través de eMule. Algunos de ellos son casi imposibles de conseguir. Pero en cuanto me pongo a escucharlos vuelvo a esas noches de los domingos de madrugada, con la inconfundible voz de Juan José Plans y las de todo el equipo de ‘Historias’. Esta tarde he estado escuchando de nuevo mi programa favorito, que corresponde a la recreación del relato ‘El Año en Spitzberg‘ de Pedro Antonio de Alarcón, emitido el 8 de octubre de 2001.
Injustamente, el programa fue eliminado de la noche a la mañana por la dirección de RNE en 2003. Nos quedamos sin uno de los espacios más originales e interesantes de la radio española.