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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
30 de junio de 2007

‘Comercio e Industria en Zamora. XIX-XX-XXI’

Cartel de la exposición

Es una pena que las interesantísimas exposiciones del Museo Etnográfico de Castilla y León con sede en Zamora no tengan la repercusión que debieran. Quizás sea culpa mía el no enterarme. He estado mirando la web del museo donde figuran todas las exposiciones temporales que han ido pasando por aquí desde que se inauguró hace ya unos años. No tenía noticia de ninguna de ellas. Posiblemente hubieran sido un buen material para algunas entradas de esta bitácora.

Esto viene a cuento de la exposición ‘Comercio e Industria en Zamora. XIX-XX-XXI’ que finaliza mañana y que fue inaugurada el 18 de abril. Por suerte he podido ir a verla y me ha parecido de lo más curioso y entretenido, además de bien montada. Se trata de un recorrido por los tres últimos siglos de iniciativa local a todos los niveles: fábricas de todo tipo (alimentación, fundiciones, imprentas, etc) o establecimientos comerciales que son ya iconos de la memoria zamorana (por ejemplo Reglero). Se exhiben muchas máquinas utilizadas en el desempeño de esas tareas y planos de edificios muy reconocibles de la ciudad. La exposición dedica un espacio aparte al ingeniero madrileño Federico Cantero Villamil. Villamil realizó buena parte de sus trabajos e inventos en Zamora. Entre otros logros, consiguió la primera patente sobre un autogiro, que llamó «libélula española» e ideó a principios del siglo XX la primera línea de ferrocarril que pasó por Zamora.

También me han gustado las proyecciones de películas cortas realizadas por Fernando López Heptener sobre la construcción de las presas más importantes de Zamora junto a secuencias de la capital y otras localidades a lo largo del siglo XX. Se trata de parte del archivo histórico de Iberdrola, para quien Heptener filmó estas escenas.

Muchas veces ocurre que las exposiciones más interesantes pasan desapercibidas por una mala publicidad o no difundida a través de los cauces adecuados. Habrá que estar atentos a las nuevas exposiciones que, sin duda serán también de interés.

29 de junio de 2007

Cuidemos nuestras baterías

Todos (o casi todos) tenemos un montón de aparatos que funcionan con las consabidas baterías recargables. Cada uno con su cargador y con su modo de comportamiento. A menudo nos volvemos locos con las medidas a tomar para cuidarlas y alargar su duración al máximo. Hace poco leí un artículo en un blog chileno llamado ‘El Francotirador’ y que ha sido referenciado muchas veces a lo largo y ancho de la blogosfera. En él se contaban algunas de las grandes mentiras sobre las baterías. Quizás lo que más me llamó la atención fue que no siempre los manuales de los propios aparatos aciertan con las instrucciones más idóneas sobre la utilización y manipulación de las baterías. Me dejó un poco desconcertado. Pero si conocemos cómo se comporta cada uno de los tipos llegaremos a sacarles el máximo partido, instrucciones aparte.

Hoy en día la mayoría de las baterías están formadas por un compuesto de ión de litio (Li-Ion). Se están imponiendo frente a las antiguas de Ni-MH (hidruro metálico de níquel) o Ni-Cd (níquel-cadmio). Entre sus ventajas están su menor peso, mayor capacidad de almacenar energía en menos volumen, retienen su carga durante más tiempo y sobre todo no sufren el llamado «efecto memoria». Sobre este último aspecto hay mucha confusión. Incluso en algunos manuales se dice que la no descarga total de la batería antes de ser cargada de nuevo merma su capacidad durante su siguiente uso, algo que es totalmente falso. Las baterías de ión de litio están diseñadas para poder ser cargadas en cualquier momento sin sufrir «efectos secundarios».

Muchos manuales también dicen que la primera carga es crucial para la vida futura de la batería. Se dice que esta primera carga debe ser completa. También es algo falso. Como igualmente no es cierto que son necesarias varias cargas y descargas antes de que la batería alcance su máxima capacidad.

Un mundo aparte son las baterías más grandes, como las de los portátiles, que por su tamaño soportan una intensidad de corriente mucho mayor y que se deterioran con mucha más facilidad. Por eso nunca se debe tener siempre el portátil conectado a la corriente. Es recomendable desconectarlo una vez que esté cargado y volverlo a conectar cuando esté a punto de agotarse.

Este y otros muchos aspectos sobre las fuentes de energía de nuestros aparatos favoritos podéis encontrarlos en este artículo que comenté al principio. Muy interesante si queremos saber a qué atenernos sin que nos tomen el pelo.

28 de junio de 2007

‘Tasankokaiku’, el debut de Shogun Kunitoki

La portada del disco

Últimamente estoy un poco desconectado del mundo del post-rock, post-pop o post lo que sea y de la música instrumental experimental. Sinceramente hubo un momento en que me cansé, porque lo que llegaba a mis oídos no conseguía interesarme. De vez en cuando surgía una excepción. Ahora mismo me vienen a la memoria los recientes discos de Explosions in the Sky o de Schwarz. Lo último que he escuchado es ‘Tasankokaiku’ (2006), el disco de debut de los finlandeses Shogun Kunitoki.

‘Tasankokaiku’ es un recorrido por una música instrumental que sigue la estela de bandas como Stereolab, Boards of Canada o Broadcast. Es decir, instrumentación de corte retro-electrónico con abundancia de teclados, sonidos «marcianos» y sección rítmica analógica. Sí, su sonido puede calificarse como «retro» pero siempre mirando hacia adelante, proponiendo un nuevo lenguaje. Lejos de ser un sonido árido y difícil, todo el conjunto consigue una calidez inesperada partiendo de esta materia prima. El resultado es música hipnótica, repleta de espirales sónicas y minimalismo.

A pesar de que Shogun Kunitoki publicaron su primer álbum el año pasado, no son precisamente una banda nueva. Comenzaron su andadura a finales de los noventa como un grupo puramente experimental, componiendo su música utilizando varios ordenadores Commodore 64. Tuvieron que abanonar este peculiar método cuando un fallo eléctrico acabó con todo su equipo. Fue entonces cuando decidieron dar un giro a su carrera y cambiar su sonido hacia algo más orgánico y menos frío que el sonido electrónico puro y duro.

27 de junio de 2007

‘Valerie y su Semana de las Maravillas’

Siempre he tenido interés por rescatar de las catacumbas películas desconocidas, a menudo de países ignotos, pero que afortunadamente gracias a internet salen a la luz. Ya comenté por aquí ‘Yo Soy Curiosa’, que se ajusta perfectamente a ese tipo de películas. Mi último descubrimiento ha sido ‘Valerie y su Semana de las Maravillas’ (‘Valerie a Týden Divú’) (1970). Se trata de una película checoslovaca dirigida por Jaromil Jires y basada en la novela de Vítězslav Nezval. A pesar de ser una película de un país que entonces estaba en la «órbita soviética», no es ni mucho menos gris, sino que se acerca más bien a una heterodoxia colorista.

Se trata de un film de terror, con brujas y vampiros, pero no sólo de terror, porque también entran en escena personajes típicos de las películas de aventuras, como hadas y seres fantásticos, todo ello envuelto en un halo mágico de falsa inocencia y con marcados toques psicodélicos. Algunos dirían que es una película «rayante». Su estructura no es la tradicional, sino que se limita a ser una sucesión de vivencias de la protagonista por un mundo onírico, con un débil hilo conductor que puede llegar a confundir al espectador. A destacar el buen hacer del director de fotografía, porque la composición de cada escena es excelente y una parte fundamental del argumento.

La película narra la historia de Valerie, una joven de catorce años que comienza a vivir en un «mundo paralelo» gracias al poder de unos extraños pendientes. ‘Valerie y su Semana de las Maravillas’ es una excelente muestra del gran poder que tienen las imágenes en movimiento cuando se utilizan sabiamente y con el arte necesario. Jires es capaz de crear atmósferas y estados de ánimo contrapuestos con sólo cambiar el plano, algo muy difícil. Quizás sea este uno de los motivos por el que hoy día es considerada como una de las películas fantásticas de culto más desconocidas.

26 de junio de 2007

Alfabetos minoritarios (III): georgiano

Párrafo en georgiano

El georgiano (o kartuli) es un idioma y un alfabeto (en realidad son varios tipos) que está emparentado lejanamente con el armenio que ya vimos. Su origen está en la rama caucásica. Se trata de la lengua de este tipo con más hablantes. Como curiosidad, muchos expertos piensan que existe parentesco entre el georgiano y el euskera, aunque no son más que teorías. Como ocurre en muchas otras lenguas existían multitud de dialectos que fueron unificados y estandarizados en tiempos modernos.

Las muestras más antiguas de alfabeto georgiano primigenio o asomtavruli fueron encontradas en una iglesia ortodoxa de Palestina hacia el 430 después de Cristo y el origen de su fisonomía actual no está claro, aunque se cree que está inspirado en el alfabeto griego. Hacia el siglo IX se desarrolló una variante llamada nuskha-khucuri, que a su vez sirvió hacia el siglo XIII como base para el mkhedruli, que es el que utiliza actualmente. Al principio, el mkhedruli sólo era empleado para escribir textos religiosos. En el siglo XIX, el líder nacionalista Ilia Chavchavadze promovió la utilización de la lengua y el alfabeto frente a la creciente influencia rusa. Se puede decir que con él, el georgiano entró en la era moderna.

Hoy día, tras el fin de la ocupación soviética, el georgiano es el idioma oficial de la república de Georgia, y su alfabeto normalizado es utilizado en todos los aspectos de la vida, desplazando al ruso y sirviendo a su vez como bandera y símbolo de la independencia de este pequeño país caucásico.

25 de junio de 2007

Safari para Windows (ahora funciona mejor)

Captura de Safari para Windows

Apple publicó hacer quince días una beta de Safari para Windows coincidiendo con la conferencia inaugural de la WWDC 2007. Pretendía ser un golpe de efecto, una forma de echarle un poco de pimienta a la más que previsible presentación de Steve Jobs. Pero en mi opinión el lanzamiento de Safari para la plataforma de Microsoft fue precipitada. La versión que estuvo colgada los primeros días y que yo probé por encima, era un auténtico desastre. No renderizaba las fuentes y estaba dando errores cada dos por tres. Pensé que tendría que pasar algún tiempo para que cuajara el proyecto. A pesar del tropezón, no creo que este error pase factura a la imagen de la compañía de la manzana, porque rápidamente, a los pocos días, se publicó una actualización de Safari que ya era otra cosa.

El otro día me bajé esta nueva versión (la 3.0.2) y lo cierto es que funciona bastante bien. Viene con los plugins de flash y de QuickTime ya instalados, lo que es de agradecer. No menos agradable es la rapidez con la que se ejecuta y con la que abre las páginas web. La primera impresión es de ligereza. Otra cuestión es que, los que estamos acostumbrados a Firefox, nos sentimos extraños con un interfaz tan distinto, por otra parte calcado hasta el último detalle a la versión para Mac. Otra de las cosas que me ha gustado es el lector de RSS que lleva incorporado, muy sencillo de usar y a la vez muy práctico.

Entrando en asuntos un poco más técnicos, la interpretación del código HTML es algo diferente a Internet Explorer y a Mozilla Firefox. Lo he notado especialmente en las líneas dashed y sobre todo en las fuentes, que no tiene nada que ver con sus competidores. Me recuerda a cómo se dibujan las fuentes en los navegadores de linux, «estilo PDF«.

Apple está portando a Windows sus programas estrella. Hace años fue QuickTime, después iTunes y ahora Safari. ¿Cuál será la siguiente? La estrategia es clara: captar a clientes de Windows y llevarlos hacia Mac mostrándole algo de software e inculcando la filosofía Apple dentro de Windows.

24 de junio de 2007

El OVNI de Voronezh

El 9 de octubre de 1989 yo tenía once años. Aquella tarde-noche, en el ‘Telediario’ de las nueve, el entonces presentador Luis Mariñas abría con una noticia que no tenía que ver con el «telón de acero», ni con la perestroika, aunque venía de aquella convulsa zona. Según la agencia de noticias soviética TASS, el 27 de septiembre, un objeto volador no identificado aterrizó en una ciudad del centro de Rusia llamada Voronezh. De él, según este relato, salieron tres seres de unos tres metros, con pequeñas cabezas y tres ojos. Junto a ellos lo que parecía ser un robot. En el mismo lugar del aterrizaje, un parque de la ciudad, jugaban unos niños que fueron los testigos principales de tan extraño acontecimiento. Pero los hechos no quedan ahí. Según relataron, uno de los supuestos extraterrestres disparó a uno de los niños, que desapareció, volviendo a «reintegrarse» cuando los seres regresaron a su nave.

Lo cierto es que desde el primer día aquel asunto me resultó de lo más increíble. Casi tan increíble como la repercusión que la noticia había tenido en prácticamente todos los medios de Europa. En España, aparte del ‘Telediario’, el programa ‘Informe Semanal’ dedicó uno de sus reportajes al OVNI de Voronezh, con el título de ‘Extraterrestres en la Perestroika‘. Gracias a YouTube he podido recuperar aquellas emisiones. Pero no sólo la televisión, también diarios de tirada nacional como El País reproducían la noticia el 10 de octubre de 1989:

La agencia Tass informa que científicos soviéticos estudian el aterrizaje de un ovni.
El artefacto apareció a 500 kilómetros de Moscú

Científicos del Laboratorio de Geofísica de Voronezh, a 500 kilómetros al sureste de Moscú, han confirmado el reciente aterrizaje de un objeto volante no identificado, y han hallado «pisadas de alienígenas que dieron un pequeño paseo por el parque» de esa ciudad, informa hoy la agencia Tass.
«Una gran bola o disco brillante fue visto sobrevolando el parque. Luego aterrizó, se abrió una escotilla y salieron una, dos o tres criaturas con formas humanas, así como un pequeño robot», dice Tass, citando a «testigos presenciales». Según estos testigos, señala la agencia oficial soviética, los extraterrestre medían «tres o cuatro metros de alto, pero tenían unas cabezas muy pequeñas».
«Hemos identificado el lugar del aterrizaje mediante sistemas de biolocación», declaró a Tass Genrij Silanov, jefe del Laboratorio de Geofísica de Voronezh. «Detectamos un círculo de 20 metros de diámetro. Encontramos una misteriosa piedra de color rojo oscuro», dijo Silanov. El análisis mineralógico de la roca mostró que en la Tierra no existe una análoga.
El método de biolocación fue empleado igualmente para detectar las huellas de las criaturas que bajaron del OVNI, según Silanov. El investigador manifestó que el camino que identificaron por medios científicos como el recorrido de los alienígenas, coincide con la descripción de los testigos, así como otras circunstancias del aterrizaje.

Durante los días siguientes, el caso siguió coleando en los medios, hasta que se extinguió por completo. Nada se volvió a saber del tema. Tanto entonces como ahora me hice un montón de preguntas: ¿era cierto lo ocurrido? ¿tendría una explicación racional? ¿por qué los medios se hicieron tanto eco de aquello?

Cabe recordar que la agencia TASS, propagadora de la noticia, era hasta entonces un medio respetable y que pertenecía al aparato de la Unión Soviética. La opacidad informativa del gigante comunista comenzaba a abrirse al mundo. Los países del este estaban de moda y todo el mundo estaba mirando hacia ellos. Pero también no era menos cierto que la URSS se estaba resquebrajando, y la necesidad quizás de desviar la atención hacia noticias más extraordiarias, hizo que durante 1989 y 1990, la agencia TASS y otros medios soviéticos propagaran teletipos sobre Yetis siberianos (en aquella época tuve un recorte de una noticia sobre este tema pinchado en mi tablón durante una buena temporada), OVNIs y otros hechos fuera de toda explicación.

Como era de suponer, el teletipo enviado a los medios eran tan espectacular como poco contrastado. Durante los días siguientes a la publicación de la noticia, numerosos periodistas e investigadores se desplazaron hasta Voronezh para buscar y entrevistar a los niños testigos y a los científicos que habían realizado las pruebas en el lugar del aterrizaje. Se comprobó que los miembros del Laboratorio de Geofísica de Voronezh no eran tales, sino aficionados al fenómeno OVNI. Todos los elementos del caso fueron mutando y confundiéndose entre sí. Los testigos iniciales ya no eran los que decían ser y el lugar de aterrizaje tampoco era el mencionado en un principio. Las pruebas materiales desaparecieron o tuvieron explicación, como la piedra que dejaron los extraterrestres, que resultó ser de óxido de hierro.

¿Era todo una invención o había un poso de realidad? Voronezh es una ciudad de unos 900.000 habitantes que debe buena parte de su prosperidad a la fábrica de aviones de Voronezh Pridacha, a 5 kilómetros. Fue el lugar donde se construyó y probó el Tupolev Tu-144, un avión supersónico para vuelos comerciales similar al Concorde, el Ilyushin Il-86 o el Ilyushin Il-96. A 7 kilómetros al suoeste se encuentra la base aérea militar de Voronezh Malshevo. La base sería un punto estratégico de despegue y aterrizaje de bombarderos nucleares en caso de guerra.

Es curioso, porque otros acontecimientos relacionados con los OVNIs también ocurrieron en lugares cercanos a bases militares (el caso más famoso es el de Roswell), lo que quizás nos hace pensar en algún tipo de experimento de origen terrestre, adornado después por la fantasía popular y utilizado por las autoridades soviéticas para desviar la atención de otros hechos más graves.



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