El síndrome Portishead
La banda británica Portishead es de siempre una de mis favoritas. Sus dos trabajos de estudio ‘Dummy’ (Go! Records, 1994) y ‘Portishead’ (Go! Records, 1997) son dos puntales, dos obras maestras, puntos de inflexión en el devenir de la música de los noventa y generadores de una cohorte de seguidores e imitadores a cada cual peor. Al menos eso es lo que yo creo. Después llegaría el directo enlatado ‘Roseland NYC Live’ (1998), también excepcional. Pero, y para desgracia de nosotros los fans, Beth Gibbons y los suyos se silenciaron.
Desde entonces, cada nuevo año que comienza nos preguntamos si será este el del anunciado y esperadísimo retorno. Con tanta expectación es normal que estén inquietos y se hayan vuelto extremadamente exigentes y perfeccionistas con sus nuevos temas. Y a mí me da pánico que el nuevo material no esté a la altura de las circunstacias. Lo cierto es que están en una difícil situación. El listón está tan alto que hay muchas probabilidades de que no consigan superarlo. Me arriesgo a decir que no lo va a estar. Los tiempos han cambiado mucho y el contexto musical también. La capacidad de sorpresa se ha reducido.
Pero por fin la espera va a terminar. Portishead han anunciado que lanzarán su nuevo disco en abril de 2008, once años después de su último álbum de estudio. Han sido muchos años de tirar lo hecho y volver a rehacerlo, de momentos de temor y tensión, de aventuras en solitario como la de Beth Gibbons & Rustin Man. Ahora sólo nos queda aguardar el retorno con los dedos cruzados y que no ocurra lo mismo que con los Stone Roses.
De momento, unos vídeos de sus trabajos anteriores:
‘Sour Times’ (1994):
‘All Mine’ (1997). Genial, uno de mis vídeos favoritos de siempre. La niña prodigio casi da miedo:
‘Roads’ (1994). Esta versión en directo supera a la de estudio: