Sobran leyes, faltan medios
Ya estoy harto de la saturación a que nos están sometiendo los medios de comunicación con todo este asunto del asesinato de Mari Luz Cortés, la niña encontrada muerte y presuntamente violada por el pedófilo reincidente Santiago del Valle. De acuerdo que es un tema que vende y que puede llegar a interesar, pero también cansa, y mucho. De acuerdo con que es un caso muy grave, pero lamentarnos a posteriori y echar las culpas unos a otros sobre lo que ha fallado no nos lleva a ninguna parte.
Se ha dicho ya de todo. Ha hablado todo el mundo. Y yo tengo una cosa clara, que puede ser el punto de partida para actuar: no se puede legislar a golpe de opinión pública. Los temas legislativos deben estar bien meditados y ajustados a nuestro sistema jurídico y constitucional. Lo digo porque se ha llegado a decir hasta que se debería penar con la cadena perpetua a aquellos que cometan delitos contra la libertad sexual de los menores, cuando (siempre repetiré lo mismo) las penas privativas de libertad en España están orientadas a la reinserción. Si se quiere cambiar todo eso hay que modificar primero la Carta Magna.
Pero ¿arreglaría esto algo? Nada. Otros países con cadena perpetua real (no los 30 años de la pena máxima francesa, por ejemplo) dentro de su ordenamiento no han conseguido reducir sus delitos sexuales, los homicidios ni los de otro tipo de igual gravedad. El caso prototípico es el de los Estados Unidos. Sería más inteligente internar a aquellos delincuentes en centros especiales donde se les pueda realizar un seguimiento personalizado. Siempre se debería intentar una reinserción real y no un mero cumplimiento de su condena para quedar luego en libertad. Para lo bueno y para lo malo. Después del cumplimiento de pena y una vez en libertad el seguimiento debería continuar todo el tiempo que fuera necesario.
Y aquí llegamos a uno de los puntos claves del asunto: los medios. Claramente, el caso con el que abro esta reflexión es el resultado de una falta de medios humanos suficientemente preparados y materiales clamorosa. El celo y el control con que deberían tratarse temas tan delicados como estos merecen una mayor dotación presupuestaria. Toda la que sea necesaria. Falta dinero y sobra legislación absurda. Ya tenemos todos los instrumentos legales que necesitamos, sólo hace falta ponerlos en práctica. Y si el Gobierno ha optado por crear una comisión de seguimiento de los casos conflictivos será más una medida política que efectiva para acallar las críticas.