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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
6 de septiembre de 2008

‘Little Britain’

Aunque tan sólo he visto los dos primeros episodios de la primera temporada de ‘Little Britain’, esta comedia a base de sketches me ha parecido genial. Lo es por el enfoque, creo que novedoso, nada sutil y bastante esperpéntica de la sociedad británica. Y digo británica con todas las consecuencias. Aquí no se salva nadie, ni escoceses, ni galeses, ni por supuesto ingleses. Detrás de ‘Little Britain’ están tres genios: Matt Lucas, David Walliams y Andy Riley. Heredan toda la tradición humorística de las islas, especialmente en los Monty Python y en su humor absurdo y excesivo, justo al límite de la grosería. Ellos escriben los guiones, dirigen la serie e interpretan a los personajes principales.

Como he dicho, cada episodio consta de varios sketches en los que aparecen personajes fijos, a cada cual más esperpéntico: Daffyd Thomas, y sus aventuras como el único gay de un pueblo galés, Ray McCooney, un excéntrico y medio loco escocés, propietario de una casa rural y obsesionado con los duendes, el ambiente victoriano y poseedor del flautín más irritante de toda Gran Bretaña o Vicky Pollard, madre soltera y adolescente, barriobajera, siempre con chándal y expresándose en una jerga casi indescifrable para los no ingleses…

Si algo tienen los ingleses es la admirable capacidad para reírse cruelmente de sí mismos y de su cultura, algo que hacen sin límite Matt Lucas y compañía. Viéndola me ha recordado lejanamente a Joaquín Reyes y a su muchachada. Salvando las distancias, tienen algo en común que los une y que no sabría definir. Quizás el tipo de humor absurdo y fresco o su gusto por los personajes cutres. De hecho el artífice de ‘La Hora Chanante’ es un admirador declarado de ‘Little Britain’.

La serie, que comenzó a emitirse inicialmente por la minoritaria BBC Three en 2003, se ha repetido en otros canales de la BBC dado su enorme éxito. En España, si no me falla la memoria, está siendo emitida con subtítulos (imposible traducirla) por Canal+. Muy recomendable para anglófilos, anglófonos y fans de los Monty Python y de ‘Muchachada Nui’.

5 de septiembre de 2008

Noticias musicales: indies sin autoestima, no se venden discos y ‘Disco Grande’ por la noche

Tres son las noticias relacionadas con la música que me han llamado la atención estos últimos días. La primera de ellas la he leído hoy mismo en la edición digital de El País. El titular que ponen es como mínimo hiriente, ya que reza: «¿Te gusta la música indie?: tienes poca autoestima». El artículo hace referencia a un estudio todavía en proceso realizado por Adrian North, profesor del departamento de psicología de la universidad escocesa de Heriot-Watt. La web peopleintothemusic.com nos permite participar en el experimento rellenando un cuestionario que alterna preguntas personales con nuestros gustos musicales. Las conclusiones según el artículo de El País son:

l estudio concluye que aquéllos que se decantan por el jazz y la música clásica son creativos y tienen una alta autoestima, aunque los primeros son extrovertidos y los segundos tímidos. Los aficionados al country tienden a trabajar duro y a la timidez, mientras que los fans del rap son extrovertidos y los amantes de la música independiente (indie) carecen de autoestima y son huraños. Aquéllos a los que les gusta el soul pueden animarse: el estudio afirma que son creativos, extrovertidos, dulces y contentos consigo mismos y que, además, tienen la autoestima alta.

Sacad vuestras propias conclusiones…

La segunda noticia la he leído en Je Ne Sais Pop, que últimamente da muchas y jugosas noticias musicales. En esta ocasión el tema son las ventas de discos en España. Bajo el elocuente título de ‘En España no compra discos ni el Tato’ se hace una reflexión que comparto totalmente sobre las sorprendentemente irrisorias cantidades de discos que se adquieren en España. Bien es cierto que estas cifras variarían algo si se sumaran las ventas por internet, ya que Promusicae sólo audita el 79% de las ventas totales. Lo mejor de todo son los documentos «filtrados» con las presuntas ventas reales de discos. Sólo digo que la suma de los 10 primeros puestos no llegan a vender 25.000 copias en una semana y los 25 primeros no alcanzan los 40.000…

Y por último, tras la remodelación de la programación de Radio 3, algunas cosas no han quedado mal del todo. Por ejemplo ‘Disco Grande’, el veterano espacio de Julio Ruiz que durante casi quince años se ha emitido los sábados y domingos a la hora de la siesta, por fin cambia de horario y pasa a ser diario a las 22. Me parece una buena hora, mucho mejor que antes, aunque me pise una hora de ‘Hora 25’. Y si no lo escucho siempre queda la opción del podcast al que me he suscrito sin dudarlo…

4 de septiembre de 2008

OVNIs del siglo XIX

Dentro de toda la parafernalia OVNI y similares, hay un caso que siempre me ha llamado especialmente la atención. Se trata de la oleada ¿OVNI? de 1896-1897 ocurrida en los Estados Unidos. Seguro que, al igual que yo, vosotros habéis oído hablar alguna vez sobre antiguas leyendas de dioses bajados del cielo, carros estelares llameantes y otros relatos similares. Desde siempre, el ser humano ha visto (o creído ver) objetos extraños sobre sus cabezas. Parece algo innato a nosotros. Investigadores como Jacques Vallée han estudiado pormenorizadamente este fenómeno desde un punto de vista antropológico. Pero hablar de esto nos llevaría mucho tiempo.

El caso de los airships de la oleada de 1896 y 1897 también fue del interés de Vallée. Pero muy al contrario que las leyendas de tiempos pretéritos, aquí los objetos que vuelan son sólidos, reconocibles, con formas muy diferentes, incluso con alas batientes al estilo de los ingenios renacentistas de Leonardo Da Vinci. No hay nada en ellos que no pudiera ser construido con la técnica de la época. Esa es la gran diferencia y la clave del caso.

Pongamos unos ejemplos. Uno de los avistamientos más seguidos de esta oleada ocurrió en varias localidades de California en 1896. Se describía un artefacto con forma alargada, como de pepino, con una especie de cabina en su parte inferior. Hoy llamaríamos a esta aeronave dirigible o zeppelin, pero en 1896 los intentos de crear una nave voladora de estas características estaban en pañales y su desarrollo estaba concentrado principalmente en la Europa central. Los testigos, y aquí viene lo más desconcertante, aseguraban que el aparato se desplazaba de manera extraña, dando grandes giros en el aire, acelerando, frenando y alcanzando velocidades inimaginables para un globo dirigible.

En otros avistamientos, las máquinas voladoras tenían motores propulsados por vapor o gasolina y timones. Vamos, que la descripción se acercaba más a un cacharro de ‘Los Autos Locos’ que a una aeronave capaz de volar. En el boletín nº 22 de ‘La Alternativa Racional’ (os invito a leer el artículo completo) que publica la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, se sugiere lo siguiente:

En presencia de rumores extendidos sobre aeronaves, que sostenían la idea de que este invento estaba a punto de ser perfeccionado, la ambigüedad del cielo nocturno, y las emociones intensas compartidas por muchos americanos de que tan dramático acontecimiento estaba a la vuelta de la esquina -y la incitación de tales emociones a través de las historias periodísticas especulativas y a menudo totalmente inventadas- la gente intentó aliviar dicho estado emocional observando los cielos para probar o rechazar las historias sobre la invención de aeronaves. Esperaban ver aeronaves y las vieron. Mientras en la actualidad, la gente colectivamente percibe «platillos volantes» procedentes del espacio exterior, los ciudadanos en 1896-97 estaban predispuestos a través de la literatura popular de la época a ver naves aéreas.

Aunque estoy casi totalmente de acuerdo con esta conclusión, yo sí pienso que algo real se debió ver, pero que al calor de los acontecimientos técnicos y científicos, fue pasado por el filtro de la época. De ahí su aspecto humano. Con el cambio de siglo y la llegada de fenómenos como ‘La Guerra de los Mundos’ de Wells y sobre todo, la aterradora versión radiofónica de Orson Welles en 1938, todo aquello que se veía en el cielo y no podía explicarse pasó a ser «extraterrestre» y posiblemente amenazador. El fenómeno es el mismo, pero la percepción cambia. Así que… ¿qué fenómeno real hay detrás de todo esto?

3 de septiembre de 2008

Rematar la transición

Estoy siguiendo sólo por encima todo este lío del juez Garzón sobre la causa que ha abierto para investigar los crímenes perpetrados durante la guerra civil y los posteriores cuarenta años de franquismo. Ha pedido para ello la colaboración de varios ayuntamientos. Dicen que más vale tarde que nunca, y que más vale hacerlo mal que no hacerlo. Más o menos es eso lo que yo digo. Por una parte, todo esto llega muy tarde. Han pasado treinta y dos años desde que se murió Franco y sesenta y nueve desde el fin de la guerra. ¿No es hora ya de que se averigüe de una vez por todas cuántos, quiénes, cómo y dónde murieron los represaliados? ¿Por qué algunos siguen poniendo palos en las ruedas de los que intentan hacer esta tarea a todas luces justa?

Y por otra parte, más vale que sea un juez de la Audiencia Nacional, sea Garzón o sea cualquier otro, sea por protagonismo mediático o porque le da la gana, a que no sea nunca. La Ley de Memoria Histórica se aprobó hace ya ocho meses y así ha quedado. Hasta hoy. Precisamente hoy se ha presentado el reglamento que delimita y establece sus directrices de aplicación.

¿Son sensaciones mías o todo esto de la Memoria Histórica se está haciendo como de tapadillo, sin levantar mucho polvo, a trompicones? ¿Temen que «alguien» se enfade? ¿Por qué todavía hay calles y avenidas con nombres como Generalísimo (por cierto, un «título» de lo más ridículo), si cuando hace décadas debió aprobarse una ley que prohibiera estos nombres?

Estoy harto de que las cosas no se hagan bien de una vez por todas y se pongan las cosas en su sitio y se las llame por su nombre. Y en lo demás no voy a entrar. No voy a entrar en si este genocidio entra dentro del delito de crímenes contra la Humanidad, ni tampoco en si Garzón es competente para llevarlo a cabo. Eso lo dejaré para los juristas y expertos en el tema. Cuando todos estos asuntos que ocurrieron hace muchas décadas dejen de levantar ampollas, habremos cerrado de verdad la transición y las famosas heridas de las que habla Rajoy.

2 de septiembre de 2008

Incívicos

Leo en Telegraph.co.uk una noticia fechada en el pasado 27 de agosto en la que se cuenta que los gobiernos locales británicos están dotando de poderes cuasipoliciales a más de 1.600 voluntarios. Su misión es la de vigilar y si es menester, multar a aquellos que muestren comportamientos incívicos en sus respectivas poblaciones. Actitudes como proporcionar bebidas alcohólicas a menores de edad, no reciclar la basura, arrojar desperdicios en la vía pública y todos aquellos actos que vayan en perjuicio de la comunidad.

Algunos dicen que esto es una intromisión en la libertad individual de cada uno y que nos encaminamos hacia un enésimo Gran Hermano. Pues no seré yo quien diga lo contrario. Me gustaría que todos fuéramos libres (libertad en la que no creo) para hacer lo que quisiéramos dentro del respeto a los demás. Pero lamentablemente existen individuos que exceden ese límite sagrado y, con sus actos irresponsables, perjudican al resto de los ciudadanos. ¿O es que a alguien le gusta que una moto pase a su lado haciendo un ruido insoportable, o que se escupa en la calle, o encontrarse con los «regalitos» de los perros en medio de la acera? Si la medida tomada en el Reino Unido es disuasoria y soluciona el asunto, o al menos lo mitiga, bienvenido sea. Ojalá no fuera necesaria. Pero lo que está claro es que antes que los derechos individuales están los de la colectividad. Esa es la base de la convivencia.

Aquí en España, quien más está haciendo en este sentido es el Ayuntamiento de Barcelona. Llevan años declarando la guerra a los incívicos, sobre todo a los ruidosos y a los que arrojan basura en la vía pública. Por ejemplo, la Guardia Urbana registró en 2002 más de 65.000 denuncias sobre estos comportamientos. Sería muy largo entrar ahora en buscar causas, pero sin duda la falta de educación en valores ciudadanos tiene mucho que ver en todo esto.

El gran (y grave) problema que le encuentro a este cuerpo de «voluntarios de barrio» es el de los límites de su poder. ¿Quién los controla? ¿Son justos?…

1 de septiembre de 2008

La nueva imagen de TVE

Como muchos de vosotros sabéis, ayer, TVE cambió su imagen corporativa o casi habría que decir que comenzó a cambiar su imagen corporativa, porque todavía quedan algunos flecos por cambiar que todavía tienen el viejo logo. En cualquier caso el cambio ha sido tan extenso que tengo que ir por partes: por una lado hablaré sobre las nuevas moscas que adornarán de ahora en adelante todas las emisiones de los canales de TVE, por otro las cortinillas y en general todos los elementos de continuidad y por último el resto de elementos de la imagen corporativa (tipografía, micros, unidades móviles, etc). Antes que nada decir que este post no está todo lo ilustrado que me gustaría, pero me he puesto a escribir tarde y no me ha dado tiempo a recopilar todos los vídeos y capturas de pantalla. Sólo he incorporado los indispensables. Gracias anticipadas a los «foreros» del hilo de la nueva imagen corporativa de CRTVE de mundoplus.tv, a la que he «robado» algunos de estos recursos.

Moscas

Tras la novedad inicial, cada vez tengo más claro que las moscas no me gustan. Siempre he sido partidario de los logos discretos, visibles, pero discretos. O sea, todo lo contrario de lo que al final se ha hecho. Yo hubiera apostado más por moscas monocromas, semitransparentes y más pequeñas. La «nube» que contiene el nombre del canal no me parece una buena idea. Tengamos en cuenta que la mayoría de los elementos de rotulación que se utilizan van en cajetines cuadrados y, por lo que estoy comprobando, no se llevan nada bien con los vaporosos logos.

Los colores para las «nubes» tampoco me parecen los mejores. Son extraños y encima forman unos degradados difícilmente combinables con los rótulos de autopromoción. El hexágono de degradados para cada uno de los canales quedará muy bonito sobre el papel, pero personalmente a mí no me gusta. Lo que yo hubiera hecho es dejar los nombres de los canales en un color gris traslúcido, sin nubes ni colores ni nada. En principio puede parecer soso, pero integrado con el resto de los elementos quedaría más elegante.

Cortinillas y otros elementos de continuidad

Sin duda lo que más me gusta. He visto los vídeos un montón de veces y no me canso. Me parecen un gran acierto. No pienso lo mismo de las autopromociones. Me refiero a los anuncios de programas de cada cadena. Al menos en la 1, que es la que he visto, no tiene ni pies ni cabeza y rompe totalmente la estética de la cadena. En lo primero que me fijo es en el 1 ese enorme de color azul del que sólo se ve la mitad. Después me fijo en una rotulación de color amarillo que se ha «colado» ahí por las buenas y el colmo es otra vez el 1 pero en la nube, que ahora ha perdido su color y es blanca. En ese sentido, la antigua imagen era mucho más coherente.

Otros elementos de la imagen corporativa

SUMMA, la agencia de comunicación encargada de la renovación, ha cuidado hasta el último detalle. Ha editado (lamentablemente sólo para uso interno) un manual de estilo bastante voluminoso con absolutamente todos los elementos a los que se puede aplicar la nueva imagen, desde rótulos y directorios para las oficinas hasta el vestuario de trabajo del equipo técnico. Todo parece bastante bonito o por lo menos muy cuidado y bien hecho.

Aunque la tipografía elegida no me convencía mucho al principio, la Officina serif modificada ha demostrado verse bien en pantalla. De todos modos me hubiese gustado ver cómo quedaría una sans-serif como la Myriad u otra similar… Cuestión de gustos.

Os dejo con el reportaje que se emitió el pasado sábado en Informe Semanal:

Y el ya famoso chasquido de dedos y el consiguiente cambio de mosca:

31 de agosto de 2008

‘A Stranger of Mine’

El cine asiático, especialmente el chino, el coreano y el japonés, acumulan tópicos que muchas veces (la mayoría) no se corresponden con la realidad, pero que generan prejuicios en mucha gente a la hora de acercarse a estas cinematografías exóticas. La prueba palpable de este error es ‘A Stranger of Mine’. En esta comedia japonesa de enredo producida en 2005 no hay ni poesía visual ni la parsimonia típicamente nipona.

‘A Stranger of Mine’ supuso el debut de Kenji Uchida. Un debut sorprendente y lleno de sorpresas en el que nada es lo que parece y donde Uchida juega con el tiempo y con los diferentes hilos narrativos de la película que dibujan los comportamientos de los personajes protagonistas con asombrosa precisión. El guión es sin duda un prodigio de exactitud y sabe tejer con sabiduría un enredo típico de un Billy Wilder asiático. No es casualidad que el genio de la comedia de Hollywood sea uno de sus ídolos.

Miyata encarna al clásico trabajador joven japonés trajeado, tímido e hipereducado. Su novia lo acaba de dejar justo cuando habían comprado un apartamento. Su amigo Kanda, un desastroso detective privado, le propone quedar para cenar y así intentar hacer que supere el mal trago. Durante la velada conocen a Maki, una chica que acaba de abandonar su antigua vida al descubrir que su novio le estaba engañando. Pero lo que Miyata no sabe es que su ex-novia pertence a la yakuza, o mejor dicho, va a casarse con su jefe. También entrarán en juego un ambulante millón de yenes falsos que será, a la postre, el verdadero protagonista de la historia.

‘A Stranger of Mine’ es una producción de bajo presupuesto, pensada para consumo interno. Por lo menos así me lo ha parecido. El humor japonés no es tan universal como se pueda pensar y tiene guiños que nosotros no entendemos. La escenografía es muy austera y no ofrece más concesiones que las imprescindibles para la narración. Para pasar el rato.



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