Control sobre el p2p
Desde que se conoció la intención del gobierno francés de regular, controlar, frenar o como queramos llamarlo, las descargas de ficheros mediante p2p, no he dejado de seguir las noticias que se iban produciendo. En los últimos días, las informaciones sobre el tema se han ido sucediendo cada vez con más intensidad y cada vez más cerca. La Comisión y el Parlamento Europeo ya ha comenzado a debatir sobre esta cuestión y aquí en España, el Gobierno ha prometido hacer algo antes de que termine el año.
Según lo que cuenta Público en un artículo de hace un par de días, en el caso de que todo esto salga adelante, las medidas serían mucho menos radicales que en Francia y prácticamente se descarta llegar a las desconexiones. Una de las propuestas que se ha puesto sobre la mesa es más bien disuasoria. Se trata de un mecanismo de avisos y de pequeñas multas dirigidas a los usuarios más activos. Siempre según este artículo, este sistema sería controlado por funcionarios dependientes del Ministerio de Justicia. Todo esto en el supuesto de que finalmente se llevara a cabo, cosa que sigo dudando, por mucho que se publicite.
Como ya dije en su día, la base legal para llevar a cabo estas medidas es inexistente y no se me ocurre qué norma se puede infringir cuando uno se descarga un archivo con la «mula» para ser multados como si aparcara el coche en doble fila. Máxime cuando el uso de p2p no tiene por qué ser para bajar contenidos protegidos mediante derechos de autor. Ya ha surgido software, como el OneSwarm, que cifra y «dispersa» el tráfico p2p de forma que cualquier observador podría saber el volumen de lo que descargamos, pero no su contenido ni de qué fuentes. Seguramente en el futuro nos topemos con mecanismos más complejos que hagan imposible la identificación del contenido descargado ni la identidad del internauta. Además existen ya medios alternativos, como la descarga directa mediante servidores tipo Rapidshare… Vamos, que las descargas no hay quien las pare y la industria tiene que cambiar y hacerse a la idea. Esto se llama cambio de modelo… o más prosaicamente hablando, renovarse o morir.