Por casualidad y sin saber muy bien cómo di en YouTube con el videoclip de una banda llamada The Pepper Pots y un tema de título ‘Time to live’. Al ver los comentarios, me di cuenta rápidamente de que se trataba de un grupo nacional, o al menos hispanohablante. ¿Quiénes son estos chicos que se dedican al soul y a otros sonidos «negros» de los años sesenta? Efectivamente, The Pepper Pots son tres chicas y ocho chicos de Girona que no son precisamente unos principiantes. El que han publicado este año, y al que pertenece el tema que escuché y vi en YouTube, es su tercer trabajo titulado ‘Now!’.
Quizás lo más sorprendente de todo esto es que, mientras aquí en España pasan absolutamente desapercibidos, son bastante seguidos en Japón, donde todo grupo revival sesentero tiene cabida. Y lo cierto es que paseándonos por su web, viendo sus clips o echando un vistazo a su presencia en internet, se lo tienen bastante currado. Han cuidado su estética hasta límites inauditos (por ejemplo las fotos) para una banda nacional que podríamos llamar indie, pero tienen su grupo en Facebook, su cuenta en Twitter y se les puede escuchar en Spotify.
Aunque lo más importante es la música. Es verdad que no ofrecen nada nuevo y que en realidad se dedican a mimetizar (eso sí, con esmero, talento, profesionalidad y gracia) todos los sonidos «negros» de la mitad de la década prodigiosa con especial atención al ska y, por supuesto, al soul. La producción y el sonido está tan cuidado como todo lo demás. ¡Da gusto escucharlos!
He hablado ya más de una vez sobre Berlín y sobre el muro. De hecho, Berlín es, como sabéis, una de mis ciudades preferidas. Pero es hoy cuando se cumplen los veinte años de la caída de ese telón de acero que separaba una ciudad, un país, un continente y dos mundos bien distintos que no supieron convivir. Finalmente, los errores internos, la presión externa y, sobre todo, el control férreo que las autoridades de la RDA tenían sobre la población y su falta de libertades hicieron que todo se viniera abajo. Muchos han querido ver en este evento el fracaso de un sistema económico y de una ideología. Yo no pienso eso. Lo que realmente falló fue, en esencia, la falta de democracia. Lo que cayó el 9 de noviembre de 1989 fue una dictadura sin más, como tantas otras cayeron antes y después.
A pesar de estas dos décadas, las diferencias entre los dos berlines aún son muy notables. Incluso políticamente. Si antes los berlineses orientales luchaban por pasar la oasis capitalista del Berlín occidental, en las últimas elecciones los ex-comunistas de Die Linkearrasan allí donde gobernaron antaño. ¿Será por decepción con el capitalismo? ¿Por nostalgia (la conocida como «ostalgie«)? ¿O por el desempleo y el descontento social? Posiblemente un poco de todo. Lo cierto es que a partir de entonces el fenómeno neocon/neoliberal comenzó a campar a sus anchas.
Entre todos los especiales que los medios de comunicación han preparado en internet, destaco el de la web de RTVE. Han creado un minisitio con varios vídeos interesantes de los informativos de la época. Alguno de ellos son documentos únicos y clave para la historia como el reportaje grabado in situ y emitido en Informa Semanal. Otro de los especiales sobre este asunto es el que ofrece Lainformación.com. Y para los que quieran pasar esta celebración viendo cine, tres películas: ‘El Cielo sobre Berlín’ de Wim Wenders, ‘Goodbye Lenin!’ y, por supuesto, ‘La Vida de los Otros’.
Si hubiera que establecer un punto de partida de los movimientos juveniles en el Reino Unido, ese momento sería 1958. En ese año, Colin MacInnes publicó la novela ‘Absolute Beginners’. El libro relataba un mundo en ebullición y perfilaba lo que ya comenzaban a ser los mods tal y como los conocemos hoy. Fue cuando el jazz, el soul y el r’n’b se mezclaron con el rock que venía de los Estados Unidos, cuando los muchachos y muchachas dejaron de obedecer las normas y de comportarse como sus padres para crear un nuevo universo a su medida. Era un tiempo nuevo y turbulento donde los viejos valores victorianos empezaban a desmantelarse. Primero en los suburbios obreros y después en los centros de las ciudades, la incipiente multiculturalidad (indios, pakistaníes y sobre todo negros de Jamaica, colonia británica, que trajeron el reggae, origen del ska) comenzaban a abrirse paso. La novela rompió tabúes y provocó una pequeña gran revolución en los adolescentes británicos. Habían nacido las tribus urbanas juveniles… He dado muchas vueltas por internet y por bibliotecas a la busca y captura de ‘Absolute Beginners’, aunque fuera en inglés, sin que mis esfuerzos hayan dado resultado. Pero no pierdo la esperanza.
La novela fue adaptada al cine por Julien Temple con título homónimo, siendo estrenada en 1985. Por lo que he podido leer, la película no gustó a casi nadie, debido a graves errores de ambientación que traicionaban completamente el espíritu del libro de MacInnes. Su estética era excesivamente ochentera. En el reparto contó con David Bowie y Sade entre otros. Su banda sonora nos dejó interesantes temas, como la titular interpretada por el propio Bowie pero que, de nuevo, nada tiene que ver con el movimiento juvenil plasmado en el papel.
Y si de música hablamos, en el pop británico (e incluso en el español) tenemos más referencias a ‘Absolute Beginners’. Sin ir más lejos, The Jam (quiénes si no) publicaron un sencillo con este nombre con claras referencias. También la banda de twee-pop My Favourite titularon uno de sus temas ‘Absolute Beginners Again’. En España, Los Flechazos y su popular canción ‘Suzette’ hacen referencia al personaje de la promiscua ex-novia del fotógrafo adolescente y narrador de la novela, que tenía especial preferencia por los hombres negros… Estoy convencido de que buscando encontraríamos muchos más guiños.
Pasamos a los vídeos. Aquí os dejo los dos ‘Absolute Beginners’, el de The Jam y el de David Bowie y también el tema ‘Suzette’ (aunque no hay videoclip oficial) de Los Flechazos:
La década que terminará en apenas dos meses nos deja musicalmente una industria que está patas arriba y en plena (y necesaria) transformación. Ha perdido poder e influencia. Otro de los fenómenos a los que hemos asistido en los últimos diez años es la fragmentación. Nunca en la historia hemos tenido a nuestro alcance tanta música ni hemos escuchado tanta. Las nuevas bandas se han multiplicado respecto a décadas anteriores. Eso siempre es bueno, porque podemos elegir, pero también produce un efecto de saturación. Salvo excepciones, apenas podemos profundizar en los trabajos que escuchamos.
Tanto el declive de las discográficas como la abundancia de bandas tiene una causa bastante clara: la tecnología e internet. En estos años hemos vivido el fin de la intermediación. Por un lado los artistas ofrecen su música directamente al aficionado y por otra los aficionados acceden ilimitada y gratuitamente a toda la música de hoy y del pasado creada en cualquier parte del planeta, lo cual ya es una revolución en sí mismo. Por otro lado, la tecnología permite tener en nuestras habitaciones un estudio de grabación, de postproducción y de distribución. Las herramientas informáticas para estos fines se han desarrollado hasta niveles increíbles.
Por tanto tenemos que olvidarnos ya del clásico ídolo de masas, del icono musical que triunfaba en otras décadas. El fenómeno de fans de adolescentes es cosa del pasado. Ya no hay Back Street Boys ni Take That. Ni Tokyo Hotel o los Jonas Brothers pueden compararse. Y en cuanto a música «seria», si los sesenta fueron de los Beatles, los Rolling Stones, la Velvet Underground y Bob Dylan, los setenta de Pink Floyd, los Sex Pistols o Deep Purple, los ochenta de Madonna, Michael Jackson, The Police o los Smiths y los noventa fueron de Nirvana, de U2 o de Oasis, ¿Cómo se recordará la actual década?
La muerte de José Luis López Vázquez el pasado domingo, como la de cualquier otro personaje entrañable, siempre pilla por sorpresa. Y es que López Vázquez siempre gozó de la simpatía del público y fue (o mejor dicho es) uno de los rostros más populares de la historia del cine español. Es verdad que interpretó papeles en películas de dudosa calidad (por suerte no demasiadas) durante la segunda mitad de los sesenta, pero que le sirvieron para terminar de forjarse una imagen casi estereotipada de ciudadano medio español, gris, funcionarial, pero con aspiraciones. Un hombre que quería ser grande a pesar de sus limitaciones. Estoy seguro de que el españolito de a pie y espectador de sus películas se sentía identificado con esos personajes agridulces.
López Vázquez ha participado también en algunos de los grandes clásicos del cine español. Recuerdo, así de memoria ‘El Pisito’ (1959) de Marco Ferreri, una mordaz comedia a la italiana. Y si de comedia hablamos no podemos olvidar la genial ‘Atraco a las Tres’ (1962) de José María Forqué o ‘Plácido’ (1961) de Luis Garcia Berlanga, una ácida crítica a la sociedad de la época. Casi podríamos decir que estas tres obras para mí forman una trilogía de la primera época de López Vázquez. Podríamos llamarla la «trilogía del blanco y negro». Nos dejamos atrás otras cintas como ‘La Gran Familia’ (1962) que, aunque son muy populares, no me da la impresión de que estén a la altura de las anteriores.
Como dije antes, la segunda mitad de los sesenta fue la de las películas «de consumo», pero que gozaron de la complicidad del espectador (‘Sor Citroën’ [1967] o ‘El Turismo es un Gran Invento’ [1968]). Sólo hubo una excepción, una magnífica excepción, con ‘Peppermint Frappé’ (1967) de Carlos Saura, una de sus mejores interpretaciones. Este cambio de registro tan radical tendría continuidad en los años setenta con ‘El Bosque del Lobo’ (1971), una obra que recogía los hechos reales del llamado «hombre lobo» Manuel Blanco Romasanta, ‘Mi Querida Señorita’ (1971), una amarga y excepcional obra donde López Vázquez es la piedra angular y el corto para televisión de Antonio Mercero ‘La Cabina’ (1972), una pieza multipremiada internacionalmente. Del resto de su carrera me gustaría quedarme con su interpretación del alelado heredero de la saga de los Legineche en la trilogía de Berlanga ‘La Escopeta Nacional’ (1977), ‘Patrimonio Nacional’ (1981) y ‘Nacional III’ (1982)…
Desde la web de Televisión Española puede verse ‘La Cabina’, una producción icónica de los años setenta y una crítica velada al régimen franquista.
De nuevo os presento un vídeo grabado con mi videocámara Toshiba Camileo s10 durante un viaje relámpago a Segovia. Uno de los principales inconvenientes de esta cámara es su poco peso y su prácticamente nula ergonomía. Esto supone que, incluso teniendo un pulso de hierro, resulta muy complicado evitar los molestos zarandeos que siempre quedan feos a la hora de ver el vídeo. Por eso, en esta ocasión he utilizado abundantemente el estabilizador de vídeo que viene en iMovie. A veces el resultado no ha sido todo lo bueno que quisiera y he optado por eliminar esas secuencias. Al mismo tiempo también he rebajado la velocidad unos 8 o 10 fotogramas por segundo para evitar que los fallos que aún tiene este sistema fueran menos visibles.
He notado también que la calidad de la imagen ha sido algo menor. Supongo que se debe a que el vídeo está tomado directamente a 720p y no a 1080p para reescalarlo después como suelo hacer (cuestiones de duración de la tarjeta de memoria). En cualquier caso creo que el color y las tomas son decentes. Espero que os guste.
Ya no hay ninguna duda de que el mundo de la prensa escrita está mutando. Es un silencioso pero implacable trasvase de la rotativa a las pantallas. Los medios digitales están cobrando importancia a marchas forzadas. Este asunto de fondo está siendo agravado por la crisis económica que privan a los diarios de parte de su publicidad. Pero mirando un poco más allá es fácil darse cuenta de no se trata de algo puntual. Las formas están cambiando. Las ventas de periódicos en España han caído. Todas las cabeceras de ámbito nacional, salvo ABC que se mantiene más o menos y Público que ha subido su tirada, han vendido bastantes menos ejemplares que en años anteriores.
Hace un par de años cuando El País anunciaba que iba a rediseñarse, escribí una entrada en el blog contando cómo debería ser, en mi opinión, un diario del siglo XXI si realmente ha de ser útil en un mundo digital donde la rapidez de las noticias es básico. Aparte de tener en cuenta la ecología en su fabricación, la necesaria abundancia de imágenes y gráficos más que de textos, la participación de los lectores y los artículos de opinión, ahora añado algunos más. Me parece evidente que otra cosa importante es el cambio de formato. Los diarios de papel han de ser más pequeños y manejables. Por lo menos a mí me resulta incomodísimo ir en transporte público y leyendo la prensa escrita.
También me parece importante ofrecer otro tipo de contenidos, como promociones de las novedades editoriales (quizás en la sección de cultura) donde se pueden poder en práctica las sinergias con las editoriales, muy evidentes en el caso de PRISA con importantes nombres como Santillana y Alfaguara, ofreciendo primeros capítulos de nuevos lanzamientos o incluso novelas por entregas. Y como estas puede haber mil novedades imaginativas con los que destacar de la competencia, lanzando un producto diferente e innovador sin perder el prestigio ganado a pulso de una cabecera que es, al fin y al cabo, el principal aval de un diario y no ha de dejar de serlo por cambiar de filosofía. En definitiva, es hora de cambiar el modelo del siglo XIX por el del siglo XXI, en el que el papel ha de desaparecer. Pero mientras tanto quizás sea un buen momento para experimentar con nuevas propuestas…
rmbit está bajo una licencia de Creative Commons.
Plantilla de diseño propio en constante evolución.
Página servida en 0,072 segundos.
Gestionado con WordPress