Primeras impresiones de OS X Mountain Lion
El próximo mes de septiembre, mi iMac cumplirá cinco años. Sus primeros cinco años. Digo esto porque el pasado miércoles se lanzó la esperada nueva versión del sistema operativo de Apple para Mac, el famoso Mountain Lion. Enseguida cayó en mis manos y lo instalé. Era ya la cuarta versión de OS X que instalaba. Una encima de otra: Leopard encima de Tiger, Snow Leopard encima de Leopard, Lion encima de Snow Leopard y, por fin, Mountain Lion encima de Lion. Una de las ventajas de los Macs, y que yo aprecio muchísimo, es que la obsolescencia del hardware tarda mucho más en producirse que en un PC. Mucho más cuando mi equipo iMac no era de los más avanzados cuando lo compré. Hoy día sus 256 Mb de memoria de vídeo son casi de risa para un ordenador de sobremesa. Sin embargo, la última generación de OS X funciona perfectamente, incluso mejor que su antecesor. Puedo hacer funcionar absolutamente cualquier aplicación, por avanzada que sea, o cualquier nuevo videojuego que haya sido portado a Mac. Recuerdo que desheché mi antiguo PC con cuatro años porque ya era incapaz de manejar con soltura Windows Vista…
Pero centrémonos en Mountain Lion. Como viene siendo habitual, los cambios no son precisamente abrumadores en cuanto a dinámica de funcionamiento o estética, pero sí se corrigen algunos pequeños errores, se mejora el rendimiento (yo lo he notado), y se añaden algunas nuevas funciones que el tiempo dirá si son útiles o no. Tal vez la principal de ellas es el nuevo Safari. Todavía no sé si me gusta más que su antecesor o no. Por una parte, su aspecto es bastante más solido que antes y ya no vemos tanto la ruletita de colores cuando carga los elementos flash, pero por otro da la sensación de ser algo más lento que sus competidores cargando las páginas. El sistema de navegación entre pestañas no me parece más que una simple anécdota con dudosa utilidad. En cuanto al sistema de notificaciones –otra de las grandes novedades– puede ser útil siempre que puedan añadirse al sistema nuevas aplicaciones, y no solo las que vienen predeterminadas.
Para terminar esta brevísima reseña os dejo con un vídeo capturado esta misma tarde de mi ordenador funcionando con Mountain Lion. Veréis que el único momento en el que se queda un poco trabado es al ejecutar el vídeo desde Final Cut Pro X. Eso tiene una explicación en que simultáneamente estaba funcionando el capturador Camtasia 2 para grabar el vídeo y, por alguna razón, no se llevan del todo bien entre ellos.