‘Parade’s End’
Parecía necesario que la BBC enseñara los dientes a la ITV. Esta última lleva varias temporadas batiendo récords con el drama posteduardiano ‘Downton Abbey’. Aunque sólo fuera en un serial de pequeño formato, la cadena estatal de las islas tenía que presentar su experiencia y su buen hacer. Y eso fueron los cinco episodios de ‘Parade’s End’. El guión se basó en unas novelas de Ford Madox Ford que pasaron sin pena ni gloria en su momento.
La serie cuenta la historia de Christopher Tietjens –interpretado por el actor Benedict Cumberbatch–, un conservador tranquilo, amante de las tradiciones británicas y de mente brillante que trabaja como estadístico. Al contrario que él, su mujer Sylvia –se mete en el papel una estupenda Rebecca Hall— lleva una vida un tanto disoluta que Christopher soporta estoica y educadamente. Pero la primera guerra mundial y una joven llamada Valentine Wannop —Adelaide Clemens— cambiará las cosas.
Como en ‘Downton Abbey’, aquí encontramos modales exquisitos, lujo, guerra, perfecta puesta en escena vintage, pero tal vez menos encorsetados. Por contra, la adaptación de las novelas es algo más confusa, sin la solidez que cabría esperar. La ironía que se pretende en algunas situaciones está conseguida a medias, dando como resultado a veces situaciones algo extrañas y actuaciones como la de Clemens, roza el tópico y la sobreactuación. Probablemente lo mejor de la serie sea Rebecca Hall, con una imponente presencia en cada secuencia en la que aparece. La gran decepción es Cumberbatch, el excelente Sherlock Holmes, que aquí está bajo la alargada sombra de su compañera de reparto.
De todos modos, ‘Parade’s End’ es interesante para pasar un buen rato entre situaciones anodinas y buen acabado típicamente británico.