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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
28 de enero de 2015

Una de cine

Tenía en el tintero cuatro películas para comentar y que por falta de ganas o de tiempo no había escrito. Cuatro cintas muy diferentes unas de otras sin nada en común.

‘Il Divo’ (2008)

Tengo que decir que me gusta mucho el cine italiano que se hace hoy día, pero el de Paolo Sorrentino siempre se me ha atravesado. No me acabó de convencer ‘La Grande Bellezza’ ni tampoco este biopic de Giulio Andreotti, primer ministro de Italia en siete ocasiones y con oscuras relaciones con la mafia, centrándose en su última etapa. La película pudo haber estado bien sin ese histrionismo y esos excesos visuales tan efectistas que le restan credibilidad y seriedad al relato. A su favor lo bien hilado de la historia y el buen trabajo de los actores. 6/10.

‘Relatos Salvajes’ (2014)

Nominada a los Oscars de Hollywood a la mejor película de habla no inglesa, esta película argentino-española de historias con personajes al límite ha sido todo un hallazgo. Consigue transmitir a la perfección la indignación, la mala leche, el odio y la venganza. Además lo hace con un tono de humor negro muy atractivo. Es fácil empatizar con los personajes de cada uno de los relatos y pensar en qué haríamos nosotros. Una peli para reírse y reflexionar. 7,5/10.

‘La Isla Mínima’ (2014)

Alberto Rodríguez trae el imaginario norteamericano de la oscuridad de los pantanos de Luisiana, del cine negro clásico y del ambiente enrarecido por la superstición a nuestra Doñana. Pero este es sólo el fondo de una historia sólida, entretenida y bien trazada sobre una serie de crímenes con peces gordos del poder de por medio. Todo el equipo, tanto técnico como artístico está a un nivel muy alto, y el resultado es una de las mejores películas españolas de la década y tal vez de lo que llevamos de siglo. 8/10.

‘Magia a la Luz de la Luna’ (2014)

Woody Allen, ese clásico de nuestro tiempo que ya no tiene nada que demostrar a estas alturas porque ya lo ha demostrado todo. Algunos se empeñan irracionalmente en que cada una de sus películas sea una obra maestra –algo metafísicamente imposible–. Lo mejor a la hora de enfrentarse a sus películas es disfrutarla sin más. No todos los directores son capaces de hacer una cinta sencilla aparentemente pero que esconde detrás un guión casi perfecto (aunque es verdad que un poco previsible en su segunda mitad) y una puesta en escena impecable, diálogos inteligentes y un estilo que son marca de la casa. Esperemos que al bueno de Woody le queden muchos años todavía… 7/10.

26 de enero de 2015

‘Gone Home’

Hacía bastante tiempo que no dedicaba una tarde a jugar a una aventura gráfica. Por casualidad me enteré de la existencia de ‘Gone Home’, un aventura de las llamadas independientes bastante enigmática y con una ambientación inmejorable. De siempre me han llamado mucho la atención este tipo de propuestas al margen de la industria. Creo que sólo así se puede lograr una libertad tanto formal, como de argumento y creativa completa. ‘Gone Home’ es una producción de The Fullbright Company, con sede en Portland y formada por Steve Gaynor, Karla Zimonja y Kate Craig. Desde su lanzamiento en 2013 ha obtenido diversos premios y menciones.

¿Y sobre qué trata? Básicamente, y según comentan sus autores, es un videojuego de exploración libre en la que tendremos que averiguar qué es lo que le ha ocurrido a nuestra familia. Encarnamos a Katie, una joven hija de la típica familia norteamericana que regresa de un viaje por Europa en 1995. Al llegar a casa encontramos con que está cerrada. Fuera suena una lluvia que no cesa. Y a partir de aquí la investigación. Al contrario de otras aventuras gráficas, aquí nos movemos en un universo tridimensional en primera persona, podremos coger objetos, lanzaros, dejarlos, examinarlos o interactuar con otros de forma natural. Resulta sorprendente la cantidad de detalles con que nos podemos encontrar. Es evidente que el juego ha sido diseñado con una minuciosidad casi enfermiza. Por ejemplo podemos abrir una nevera y sacar un bote de ketchup, abrir cajones o descolgar el teléfono. A medida que avancemos descubriremos qué es lo que ha ocurrido con nuestros padres y nuestra hermana a través de documentos escritos, tales como facturas, cartas o páginas de diario.

Y el toque indie desde luego se nota mucho. También en la temática y en los guiños a la cultura fanzinera y al pop-punk underground norteamericano de mediados de los noventa (por ejemplo se pueden reproducir cintas de Bratmobile) y al movimiento de las riot grrrl. En el lado de los inconvenientes, la duración del videojuego, que apenas da para una tarde estirándolo mucho. ‘Gone Home’ lo tenemos tanto para Windows como para OS X y Linux, lo que siempre es de agradecer… Ah, y la banda sonora ambiental compuesta por Chris Remo puede escucharse y comprarse también. En definitiva, una aventura gráfica que es casi una experiencia literaria…

22 de enero de 2015

El desaparecido torreón de Santa Marta

La muralla es uno de los elementos en Zamora más desconocidos y últimamente también más estudiados por los historiadores. La recuperación del recinto iniciada en los años noventa del siglo pasado ha dado bastantes sorpresas y claves que, aunque se sospechaban, no se conocían a ciencia cierta. La zona de Peñas de Santa Marta es la más abrupta de cuantas forman la atalaya zamorana. En esta parte el muro defensivo no tiene gran altura, ya que la ciudad quedaba protegida naturalmente por un farallón de varios metros de altura que originalmente terminaba en el río. Tanto entonces como ahora, una hilera de viviendas y otras edificaciones se apiñan junto a él.

Estas pasadas navidades me pasé por allí y descubrí que la hiedra que cubría una zona donde la muralla había desaparecido ya no estaba. Excavados en la roca, observé unos escalones que no conducían a ninguna parte. Fue cuando asocié las dos cosas y me puse a buscar si allí existió algún tipo de fortificación asociado quizás a la estructura defensiva de Zamora. El primer –y casi único– documento en el que se me ocurrió buscar fue en el famoso dibujo de Wyngaerde. Allí aparece en ese mismo lugar una torre de la muralla, de aspecto prismático y con tejado en forma de pirámide. Es complicado calcular las distancias, porque en el dibujo del flamenco las dimensiones parecen estar algo distorsionadas.

Pero nada más he podido averiguar sobre cuándo fue destruida. A día de hoy, ese hueco forma parte del restaurante El Mirador del Duero. Precisamente desde ahí, y aprovechando la falta de muralla, pueden contemplarse unas singulares vistas del río y de la margen izquierda.

18 de enero de 2015

‘Fargo’

La primera vez que escuché que se iba a realizar una serie basada en la película ‘Fargo’ fui bastante escéptico y no me apetecía nada verla. No me parecía una buena idea. Pero el pasado jueves terminé de ver los diez episodios y tengo que rectificar: Me ha gustado. La producción de FX, MGM y otras, sobre la idea de los hermanos Cohen y con la dirección y los guiones de Noah Hawley cumple –y supera– con las altas expectativas que despertó en el momento de su anuncio. Quizás el acierto sea el no copiar a la película y elaborar su propia trama, sus propios personajes pero conservando el espíritu original. Esto es algo complicado, pero se ha conseguido.

La enmarañada y disparatada trama comienza en el momento en que Lester Nygaard (interpretado por un algo histriónico y sobreactuado Martin Freeman), un gris y apocado vendedor de seguros en un pequeño pueblo del medio oeste norteamericano se encuentra accidentalmente con un frío asesino, Lorne Malvo (genial Billy Bob Thornton y mi personaje favorito) con el que entabla una peculiar relación y se ofrece a quitar de en medio a personas molestas. A partir de aquí las cosas se complicarán hasta el absurdo…

‘Fargo’ es una serie de personajes. Todos sin excepción tienen mucha miga. Unos son estrambóticos, otros absurdos, otros simpáticos y otros –lo más difícil– perversos pero adorables. La historia es tan imprevisible que resulta complicado adivinar lo que ocurrirá en el siguiente episodio. En definitiva, una serie imprescindible. 8/10.

13 de enero de 2015

‘The Honourable Woman’

La BBC sigue siendo promotora de buenas series de televisión y de televisión en general. Hace años que suena a tópico pero ‘The Honourable Woman’ no hace más que confirmarlo. Como acostumbran los británicos, es una única temporada de pocos episodios –ocho en este caso– dirigidos por Hugo Blick y emitidos en la tele de las islas este pasado verano. Las producciones sobre espías y tramas políticas de actualidad siempre suelen dar buen resultados. Y esta no es una excepción.

Nessa Stein es una empresaria británica de origen judío que ha heredado el negocio de armamento de su padre. En un afán de promover la reconciliación entre israelíes y palestinos, reorienta el negocio hacia las nuevas tecnologías, construyendo una red de fibra óptica que conecte ambos territorios. Pero su socio palestino aparentemente se suicida, complicando el proyecto. Claramente hay unas fuerzas ocultas que se empeñan en que todo fracase. Esto y el hándicap personal de la protagonista, que oculta un secreto inconfesable, ocupan el centro de la compleja trama de la serie.

El guión, enrevesado, dosifica sus puntos de inflexión con inteligencia, de manera que aunque intuimos algunos detalles, hasta el final no lo conocemos a ciencia cierta. Es fácil morir en el intento de hacer de adivino. Los continuos giros provocan sorpresas en prácticamente todos los episodios. La tensión está perfectamente canalizada y soportada por Maggie Gyllenhaal –gran actriz– y en su contrapunto maquinador, socarrón y tranquilo: el espía del MI6 Sir Hugh Hayden-Hoyle –interpretado por Stephen Rea y que es mi personaje favorito–. Interesante. 7,5/10.

10 de enero de 2015

La revista ‘Merlú’ y el urbanismo de Zamora en los años sesenta

La revista anual ‘Merlú’ se editó entre 1950 y 1983 con motivo de la semana santa de Zamora. A lo largo de todo este tiempo, Radio Zamora de la Cadena SER con la ayuda de la imprenta del Bazar Jota, sacaron adelante esos 33 números en los que no sólo se hablaba de pasos y cofrades, sino que –visto con los ojos de un lector actual– nos aporta mucha información sobre la ciudad en esos tiempos. Uno de los aspectos más curiosos que me ha llevado a escribir este artículo es la profusión de fotografías y textos sobre las nuevas construcciones y proyectos urbanísticos que tenían lugar en Zamora. La mayoría de ellos se llevaron a cabo, pero otros se quedaron como meras anécdotas. Traigo aquí una selección de algunas de las más interesantes.

Casa Sindical de la Plaza de Alemania (1961)

Este recorte anuncia casi con júbilo el inicio de las obras de lo que sería la sede de los sindicatos franquistas en los años sesenta. Este perfil inconfundible para todos los zamoranos inauguró el despropósito urbanístico de la Plaza de Alemania. Hoy sigue siendo la sede provincial de los principales sindicatos nacionales. Como puede verse en el texto, el autor se deshace en elogios hacia este nuevo proyecto. Era lo que se llamaba progreso y que luego hemos llamado «desarrollismo».

Museo de Semana Santa (1963)

Otro edificio que todo zamorano debe conocer es el Museo de Semana Santa. Edificado en pleno casco antiguo, su estética da mucho que pensar. Al menos a mí siempre me ha parecido horrendo, mucho más si se compara con su entorno. Justo al lado está una de las iglesias románicas más antiguas y emblemáticas, la de Santa María la Nueva, donde tuvo lugar el famoso Motín de la Trucha.

Edificio La Torrecilla (1965)

Volvemos a la maltratada Plaza de Alemania para mirar una fotografía de las obras del edificio de La Torrecilla, situado en uno de los flancos donde estuvo la puerta de San Torcuato y parte de la muralla. Su fachada inconfundible mira también hacia la Plaza del Maestro. Este bloque de viviendas, oficinas y locales comerciales está considerado como uno de los primeros de la llamada «arquitectura moderna» en la provincia. También contribuyó a afear la plaza…

Sucursal del Banco Castellano (1967)

Aún hoy puede verse grabado el nombre de este banco desaparecido, como una reliquia del pasado. El edificio, hoy protegido, es en la actualidad una sucursal del BBVA. Las esculturas de la fachada que mira hacia la calle Santa Clara y hacia la iglesia de Santiago del Burgo son un clásico ya de la ciudad…

Proyecto de plaza para el nuevo centro de la ciudad (1970)

En los años sesenta la ciudad de Zamora había crecido mucho y no siempre controladamente. Junto a algunas modernas construcciones aún quedaban solares enormes. Este proyecto aparecido en ‘Merlú’ en 1970 era una vieja aspiración del Ayuntamiento sobre cómo urbanizar el espacio libre más allá de la puerta de Santa Clara, o sea, fuera del recinto amurallado, donde ya se levantaban algunos nuevos bloques de viviendas, y organismos públicos junto a los viejos chalés de las familias pudientes. Consistía básicamente en prolongar la calle Lope de Vega para cerrar una manzana donde se construiría una plaza de tamaño mucho menor al que finalmente se hizo, y sin parque. ¿Qué sería Zamora hoy sin el Parque de La Marina donde todos hemos jugado de pequeños? Sí, en aquella época el progreso era eso…

8 de enero de 2015

Cine visto en Navidad: ‘The Grand Budapest Hotel’ y ‘Boyhood’

Suelo utilizar parte del tiempo libre de las vacaciones, ya sean navideñas, veraniegas o de otro tipo, en ver el cine que no he podido ver el resto del año. Normalmente al final de cada temporada echo un vistazo a las críticas y me pongo con las mejor valoradas según varios medios. Finalmente quedaron dos: ‘The Grand Budapest Hotel’ y ‘Boyhood’, que más o menos aparecen en casi todas las listas.

‘The Grand Budapest Hotel’, del realizador tejano Wes Anderson, es una incursión más en ese curioso universo tan particular que tiñe todas sus películas. Aquí encontramos ironía muy fina, inteligencia, absoluto detallismo en todos los decorados, una capacidad visual prodigiosa y unos personajes anacrónicos y disparatados con los que es muy fácil empatizar.

La trama cuenta la historia del propietario del Gran Hotel Budapest, un decadente alojamiento de un imaginario país centroeuropeo. Su relato comienza al filo del siglo XX cuando entra como botones al mando del legendario Gustave, un refinado conserje de ademanes trasnochados. Una herencia y un cuadro estarán en el origen de las aventuras de ambos y la persecución por –una caricatura de– todos los totalitarismos de la primera mitad del siglo pasado. El reparto está lleno de grandes estrellas de Hollywood. Al frente Ralph Fiennes, Willem Dafoe, Adrien Brody, Bill Murray o Jeff Goldblum entre otros. A tener en cuenta: 7/10.

‘Boyhood’, de Richard Linklater, es todo lo contrario. Ya de por sí no tenía muchas ganas de verla, pero conservaba la esperanza de que me sorprendiera. Fue en vano. Cuando uno se abstrae de toda esa capa de promoción que nos dice una y otra vez que está rodada a lo largo de 12 años con los mismos actores y bla bla bla. Tal y como imaginaba, rebuscando entre las casi tres horas de metraje –excesivas– encuentro pocos momentos interesantes. Nada de lo que se cuenta en la película despierta mi atención. Ni el entorno es especialmente sugerente. Miles de tópicos –quizás sean realidades en las familias norteamericanas de la realidad–, conversaciones insustanciales y hasta de vergüenza ajena y finalmente un alivio al finalizar. Los actores, correctos. Prescindible: 4/10.



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