Parece que Oslo es una de las ciudades más horadadas del mundo. A las líneas del metro han de unirse la construcción de innumerables búnkeres para el refugio de la población civil durante la segunda guerra mundial. Bajo esta premisa se construye ‘Valkyrien’. Por una parte, el temor a una catástrofe –ya sea natural o provocada por el ser humano– y por otro el submundo que existe bajo el asfalto de las calles y los cimientos de los edificios.
Leif es un encargado de seguridad municipal que se dedica a supervisar y administrar estos espacios subterráneos. Además es un obseso de la seguridad y de las teorías más catastrofistas. Lleva años preparándose para el gran cataclismo. Pero mientras tanto llega a un acuerdo con Ravn, un médico que busca una cura desesperada para su mujer, enferma y en coma, para construir un laboratorio donde pueda investigar y dar con la solución para devolverla a la consciencia. Pero este secretismo se verá pronto comprometido cuando tras un atraco fallido, un nuevo habitante se refugiará en el búnker.
A pesar de que el argumento parece disparatado –no nos engañemos, lo es– la gran virtud de esta producción noruega es la de hacer que parezca verosímil. Todo transcurre con tal fluidez, los personajes actúan con tal profesionalidad que nos olvidamos de uno u otro giro del guión (hay muchos) es o no creíble. Original y entretenida. 8/10.
En los últimos años, las series nórdicas se han convertido en un género en sí mismo. Prácticamente todas las producciones que nos llegan de los países del norte de Europa son oscuras, policíacas, de suspense y crimen. Pero lo cierto es que no llegan a tocar el mundo de los sobrenatural y el terror. ‘Jordskott’ (2015) es uno de esos seriales que ha roto récords de audiencia en Suecia y que sus dos temporadas han llegado a España un poco de tapadillo a través de las plataformas de vídeo bajo demanda.
La historia comienza cuando Eva Thörnblad llega a su pueblo natal para acudir al funeral de su padre y hacerse cargo de su abundante herencia por su condición de magnate de la minería y la celulosa. Pero su muerte resulta extrañamente sospechosa, incoherente. Valiéndose de su condición de policía, decide pedir el traslado para tirar del hilo y descubrir un mundo oscuro y donde las fuerzas de la naturaleza (luminosas y también oscuras) son cotidianas e influyen en la realidad.
Es esa especie de «realismo mágico» a la sueca lo que sorprende en los primeros episodios y la mezcla con la investigación puramente policíaca. Esa originalidad (vale, ya vimos algo así en ‘Twin Peaks’, aunque aquí sin el componente de surrealismo) hace que ‘Jordskott’ sea atractiva y enganche. En definitiva, una de las series no ya suecas, sino europeas, mejor realizadas de los últimos tiempos. 8/10.
Todo lo que comienza ha tener un final. Y el final de los vídeos de nuestras últimas vacaciones llega con Bolonia. La tercera escapada fuera de Florencia y de la Toscana nos llevó a través de muchos túneles (en nuestro trayecto en tren de alta velocidad entre las dos ciudades apenas vimos el mundo exterior) a la capital universitaria de Italia. Bolonia cuenta con el Archiginnasio, la universidad en funcionamiento más antigua del mundo. Esto, junto con la famosa salsa boloñesa (en Italia se llama ragú) son dos símbolos reconocibles para un extranjero que se aproxima a la ciudad de la Emilia-Romaña.
Pero evidentemente hay muchas otras cosas que hasta que no hemos estado allí no hemos descubierto. Lo más curioso son, quizás, las enormes torres medievales que se levantan aún (algunas peligrosamente torcidas) en el centro y pasan por ser las construcciones medievales civiles más altas del mundo con casi cien metros.
Otra curiosidad es que la catedral de San Pedro no es el templo más importante de Bolonia. Rivalizan con él otros dos. Por un lado la Basílica de San Petronio (de la que no hay imágenes en el vídeo al no poderse grabar en su interior) que fue donde Carlos I de España fue coronado emperador en 1530 y la Basílica de San Esteban, que en realidad es un cúmulo de siete iglesias, algunas de ellas con origen en la era romana (siglo IV) y que han sufrido pocos cambios desde entonces…
Para finalizar otra curiosidad sobre la ciudad boloñesa que tampoco aparece en el vídeo: las tres flechas. Se supone que en un antiguo edificio de origen medieval –el Palacio Isolani— se conservan unas flechas lanzadas en su momento sobre una techumbre de madera. Desconozco a día de hoy si esto tiene alguna verosimilitud o es una treta turística para atraer a los visitantes. Lo único que supimos es que el aspecto que presenta hoy el edificio es una restauración de 1989, ya que la fachada se encontraba oculta bajo otro edificio. Eso ya nos hace sospechar.
Espero que este último clip os guste y nos veremos en el siguiente viaje…
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