La edad dorada de las series en la que vivimos actualmente sigue adelante. Uno de los últimos fenómenos –ayudado por los medios que parecen hacerle la publicidad gratuita a un HBO post ‘Juego de Tronos’ que teme una avalancha de bajas de su plataforma– es ‘Chernobyl’, un drama basado en hechos reales que narra la historia del accidente nuclear más grave ocurrido hasta la fecha. Se trata de una producción británico-estadounidense de HBO junto con Sky rodada principalmente en Lituania.
He leído hasta la fecha muchas críticas sobre la miniserie. Con muchas estoy de acuerdo, pero tampoco creo que sea una producción tan redonda como la pintan. Es cierto que la ambientación es absolutamente convincente, aunque esto no evita que se caiga continuamente en el tópico del mundo soviético. Me sorprendió ver cómo los apartamentos de Prípiat parecían viejos y destartalados cuando apenas hacía 16 años que habían sido construidos para servir de vivienda a los trabajadores de la central. Por otra parte, el hecho de que el idioma en el que se haya rodado sea el inglés y no el ruso y el ucraniano dice muy poco del pretendido realismo del que presume.
Todas estas críticas negativas no evitan que pueda apreciarse que detrás hay unos grandes actores y un guión preciso que dosifica la tensión y reparte el interés a lo largo de todos los capítulos. En definitiva, ni es una serie mediocre ni tampoco es la mejor (o de las mejores) de la historia. 7/10.
Hacía ya unos años que no leía ninguna de las nuevas novelas del siempre polémico autor francés Michel Houellebecq. En parte porque ‘La Posibilidad de una Isla’ (2005) no me entusiasmó, y ya en su momento –hace trece años– pensé que su capacidad de sorprender y hacer reflexionar estaba muy mermada y que los clichés houellebecquianos comenzaban a desgastarse por el abuso y la repetición. Podríamos pensar que seguir abundando en la polémica, hundiéndose cada vez más en el barro de la ofensa gratuita y la provocación sin fundamento eran buenas ideas para continuar su carrera de una forma honrosa. Pero la verdad es que –en mi opinión– creo que se ha confundido, aunque era una posibilidad lógica visto lo visto en sus últimas obras.
La novela se sitúa en un futuro cercano, dentro de unos pocos años. François es un misántropo, cínico y nihilista profesor universitario de literatura y experto en un autor olvidado del siglo XIX llamado Joris-Karl Huysmans. Casi como un émulo de éste, François –y el propio Houellebecq— aborrecen el mundo y la sociedad contemporánea y sus valores que parecen los culpables de haberle desplazado fuera de las élites. De trasfondo, en Francia un partido musulmán consigue hacerse con la presidencia de la República tras varios acuerdos para dejar fuera al Frente Nacional. Poco a poco, las principales instituciones públicas van siendo islamizadas. François, aunque inicialmente contrariado, conseguirá finalmente sacar partido profesional y personalmente de esta nueva situación.
‘Sumisión’ es un producto de su época. Fue publicado en 2015, pocos días antes del atentado del Charlie Hebdo y que abría la ola de ataques terroristas que continuarían a lo largo de los dos años siguientes. No he encontrado en la novela, sin embargo, nada especialmente provocador ni escandaloso que no se expusiera ya en otras de sus obras. Ni tampoco nuevos argumentos ni situaciones. Sí, es una lectura bastante entretenida, y sus trescientas páginas se despachan rápido, e igual de rápido se olvidan. 5,5/10.
‘Informer’ es una típica serie británica de la última hornada. Realizada para la BBC en 2018 por John Campbell y con guión de Rory Haines y Sohrab Noshirvani, muestra con una estética atractiva y moderna (al principio cansa un poco esos tonos tan alterados) la actividad policial antiterrorista en los barrios multiculturales de Londres. El formato británico ya clásico de series de pocos capítulos aquí se ajusta como un guante a la temática y al desarrollo de la serie, y permite concentrar la intensidad en cada entrega.
Raza es un joven de origen paquistaní que, por un error, es detenido por la policía. Pronto, desde la brigada antiterrorista reconocen su potencial para actuar como informante. A pesar de su inexperiencia, se infiltrará en grupos de musulmanes radicalizados. Por otra parte, del lado policial, Gabe, un policía encargado de coordinar las operaciones de infiltración, luchará contra su pasado y por que el fantasma de éste no vuelva al presente para arruinarlo todo. El tercer vértice es Holly, la compañera profesional de Gabe. Bajo su apariencia de novata inexperta se esconderá una implacable investigadora.
Toda la trama transcurre en un enorme flashback a partir de un presente donde se produce un atentado terrorista. Al comienzo de cada capítulo iremos conociendo más datos sobre estos hechos que son el desencadenante de todo lo que se narra a lo largo de la serie. Una apuesta arriesgada pero interesante. El enfoque de la temática también huye del maniqueísmo (nada que ver con ‘Homeland’), sin malos de cómic y donde el enemigo a batir es difuso. Los actores, no hace falta decirlo, son de una solidez y una credibilidad impresionante. Y el guión, un mecanismo de relojería bastante complejo que sabe mantener la tensión en los momentos clave. En definitiva, una gran serie a tener en cuenta. 8/10.
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