He terminado de ver las dos temporadas disponibles (a la fecha de escribir esto) de ‘The White Lotus’, una serie norteamericana de la plataforma HBO dirigida por Mike White. Esta producción que aparentemente es otra historia más sobre ricos y sus problemas, es uno de los mejores ejemplos de lo que yo llamaría «retorcer naturalmente el guión», es decir, que lo improbable o inesperado sea algo lógico después de contemplar el desarrollo de los acontecimientos. Es evidente que la ironía y la mala leche sobrevuelan todos y cada uno de los diálogos. Es cierto también que los primeros episodios de la primera temporada me resultaron tontos y convencionales, aunque vistos con la perspectiva de la serie completa son también necesarios.
Las dos temporadas son realmente dos series diferentes, con pocos personajes comunes entre ambas, aunque con una idea similar: observar como la clase alta se divierte o se tortura en un resort de lujo en un lugar exótico, y de cómo sus propios fantasmas interiores salen a relucir durante un tiempo que se supone que es de asueto, felicidad y relax. Por un lado Hawai (en la primera temporada) y por otro Sicilia (en la segunda). Patrones que se repiten. Tras el hallazgo de cadáveres se produce el flashback donde transcurre toda la historia hasta llegar al punto del asesinato, del quién y del por qué.
Viendo la serie me ha resultado familiar. He visto trazas (o algo más que trazas) de Larry David y también del último Woody Allen. Quizá el reparto coral, sin un protagonista claro, su interacción entre ellos me haya recordado a las películas del genio neoyorkino. ‘The White Lotus’ no es una serie excesivamente original en su planteamiento, pero la ejecución es absolutamente impecable. White es un gran maestro manejando los personajes y las intrahistorias de cada uno de ellos. El guión es un mecanismo minucioso que avanza muy despacio (y el espectador lo sabe) hasta el desenlace fatal. Una buena serie disfrazada de comedia ligera tras la que se esconde una sátira a menudo amarga y despiadada. 8/10.
Seguimos con nuestro particular recorrido por diferentes aspectos de la ciudad de Nápoles. En esta ocasión os ofrezco algunas secuencias de los principales monumentos religiosos. Pasaremos por la Catedral de Santa Maria Assunta, la impresionante Cartuja de San Martino, con espectaculares vistas del golfo, la Basílica de San Lorenzo Maggiore, con sus calles romanas bajo el suelo y el bombardeado y reconstruido Convento de Santa Chiara, destruido por la aviación norteamericana durante la segunda guerra mundial. Espero que sea de vuestro interés.
Allá por 2008 vi la película de Marco Bellocchio ‘Buongiorno, Notte’ (‘Buenos Días, Noche’ aquí), una de las que más me gustaron en aquella década, que así reflejé en su día. Una obra maestra de uno de los maestros aún vivos del cine italiano. Ahora, casi veinte años después (la producción de la película es de 2003), el veterano regidor vuelve al mismo tema con una revisión de aquella, esta vez para la televisión y con un título similar, ‘Esterno Notte’ (‘Exterior Noche’). Son seis capítulos para la RAI donde se narran los hechos desde los ojos de cada uno de los protagonistas de la historia.
La acción nos sitúa en 1978. El descontento ciudadano, especialmente de los jóvenes, ante una gerontocracia inamovible, crea tensiones insoportables en la sociedad italiana. La búsqueda de formas alternativas de gobierno provoca el surgimiento de grupos radicales, algunos terroristas, como las Brigadas Rojas. Aldo Moro, el primer ministro del centro derecha Democracia Cristiana, partido que llevaba varias décadas en el poder, es secuestrado por las Brigadas Rojas. Varios meses de angustia no sólo para la familia, las instituciones y la sociedad, con un final que quizá nadie quería.
Episodio a episodio, el punto de vista de cada protagonista va aportando nuevas claves, perspectivas, que completan un relato impecablemente contado. Bellocchio es, evidentamente, un referente cinematográfico en el país transalpino y se nota en el empaque de la producción, bien realizada, bien ambientada y con unos actores de primerísima categoría. Es verdad que después de ver la película, la serie me parece que pierde bastante fuerza y tensión, algo por otra parte inevitable. A cambio ofrece un retrato psicológico bastante sombrío y hasta aterrador, de los políticos que gobernaban (y gobiernan) Italia en décadas pasadas. Marco Bellocchio se permite también ensoñaciones fantasiosas con realidades paralelas, metacine y otras genialidades que convierten en un juego de espejos uno de los relatos más terribles de la historia reciente de Europa. 8,5/10.
La segunda entrega de nuestro viaje a Nápoles, Pompeya y Sorrento en forma de vídeos está dedicado a dos de los museos que podemos ver en la ciudad napolitana. Concretamente el Museo Nacional de Capodimonte, dedicado a pintura, escultura y tapices y el más conocido Museo Arqueológico Nacional, ya que cuenta con muchas de las piezas extraídas de las excavaciones de Pompeya y Herculano así como restos hallados en la ciudad. Espero que os guste.
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