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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
22 de julio de 2009

Gibraltar, los patriotas y un poco de historia

Hay algunos temas que cada cierto tiempo vuelven a la actualidad impulsada por algún acontecimiento. Eso es lo que ocurre con el llamado contencioso de Gibraltar. En este caso las noticias y los gestos se tiñen de cierto patriotismo obligatorio que nos conmina a muchos a defender que el peñón es español. Ese patriotismo de mala gana se convierte en patrioterismo de garrafón para algunos (todos sabemos quiénes) y que les sirve, además de para llenar programas de radio y televisión y páginas de la prensa y para erigirse en jueces de la españolidad y decidir los que son buenos patriotas y los que no. Pero lo cierto es que, más allá de todo esto, Gibraltar es una tierra vecina, y estamos obligados a llevarnos lo mejor posible con ellos, más que nada por el bien de todas las poblaciones circundantes. El aislamiento jamás conduce a nada bueno. Por eso la visita del Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Miguel Ángel Moratinos no sólo es oportuna, sino necesaria. «Cooperación» pone en su cartera ministerial. Pues cooperemos.

Ya que estamos con Gibraltar, nunca está de más recordar la historia reciente de este pedazo de tierra. Nos tenemos que remontar hasta 1704, en plena guerra de sucesión española, por la que entraron en litigio dos bandos, uno favorable a Felipe V (Borbón) y otro partidario del Archiduque Carlos de Austria. En este contexto, fuerzas navales inglesas y holandesas desembarcan y conquistan el peñón. Ambos ejércitos luchaban a favor del Archiduque, y en su nombre tomaron la roca. Los habitantes locales, fieles a Felipe V, huyeron hacia otras poblaciones cercanas. Años después, en el Tratado de Utrecht (1713), Gibraltar pasó definitivamente a ser una posesión inglesa. En su artículo X se dice:

El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno.

A cambio, todos los países firmantes reconocían la legitimidad de Felipe V como rey de España. Se firmó el Tratado. Gibraltar y Menorca permanecerían como colonias británicas y, mientras Menorca fue cedida por los ingleses en 1802, con Gibraltar no ocurrió así. Pero desde luego fue una firma voluntaria que, aunque legitimó una conquista por la fuerza (como por otra parte ha habido muchas en la historia), quedó ratificada sobre el papel. Los británicos fueron más listos que nosotros y supieron jugar muy bien sus bazas y sus alianzas internacionales. Ni más ni menos. En cuanto al futuro de la colonia, soy muy escéptico. Creo que la posición ventajosa y los privilegios que disfrutan los gibraltareños les hace (con razón) no querer oír ni una palabra sobre su anexión a España. Quizás llegue un día en que la metrópoli deje vía libre y Gibraltar se convierta en un estado plenamente independiente.

20 de julio de 2009

Plaid en Cáceres

Llevo unas semanas viendo unos carteles pegados en una calle cercana a donde yo vivo. Me llamó a atención su diseño, muy diferente a los típicos carteles de conciertos o de otros eventos similares que, por otra parte, hay para dar y tomar últimamente. Me acercé a echarle un vistazo y vi que anunciaba el Festival de Creación Electrónica de Cáceres. De entre todos los nombres que aparecían sólo me sonaba uno, y mucho: Plaid. Está previsto que toquen este jueves día 23 en la Plaza de San Jorge de la capital cacereña a eso de las 23.30.

Para quien no lo sepa, los británicos Plaid son una de las bandas de música electrónica avanzada, de vanguardia o como queramos llamarlo, más importantes del mundo. Son uno de los buques insignia del sello Warp y en su ya dilatada carrera (empezaron en 1991) han publicado diez discos (once con el que están a punto de lanzar) incluyendo álbumes de remixes para gente tan ilustre como Björk, Goldfrapp, Portishead o UNKLE. Su estilo, lejos de la aridez a la que nos tienen acostumbrados algunos artistas electrónicos, resulta muy accesible, algo que siempre es de agradecer.

Plaid han compuesto dos bandas sonoras para el director Michael Arias (un anime llamado ‘Tekkon Kinkreet’ y un largometraje de título ‘Heaven’s Door’). De hecho, el duo londinense siempre han hecho gala de una especial predilección por el mundo de lo audiovisual, algo que han materializado de la mano del videoartista Bob Jaroc. Hace cosa de tres años publicaron un DVD de videoclips basados en sus temas llamado ‘Greedy Baby’ y que fue presentado a todo trapo y en formato IMAX en varios cines. Tal y como se anuncia en la web del festival, el concierto de Plaid contará con la proyección de muchos de estos vídeos, con lo que el espectáculo promete ser bueno.

Y tanto hablar de vídeos, aquí os dejo con un par de ellos de los muchos que pueden encontrarse por YouTube. El primero es ‘Itsu’:

‘New family’:

Toques a lo Orbital en ‘Zeal’:

18 de julio de 2009

La NASA, la luna y cintas de vídeo

Estos días se celebra el 40º aniversario de la llegada del hombre a la Luna. Seguramente, aquel fue el clímax de la carrera espacial, el momento culminante tras el cual la fiebre espacial fue en un lento pero claro declive, sobre todo para el público. Coincidiendo con esta efeméride estoy repasando algunos documentales sobre la NASA y sus misiones. De entre ellos, el mejor sin duda es ‘When we Left Earth. The NASA Missions’, una serie documental de seis capítulos producida por Discovery Channel el año pasado coincidiendo con los cincuenta años de la agencia espacial norteamericana. Esta serie tiene dos particularidades: la primera, que está rodada en alta definición. Y la segunda, que contiene secuencias restauradas y digitalizadas para los nuevos tiempos, algunas de ellas nunca vistas o directamente olvidadas en algún cajón.

Aún no he podido ver el episodio dedicado al Apollo 11 y a la llegada a la Luna, pero estoy seguro de que será espectacular. Y eso que en él no se han incluido las imágenes restauradas y convertidas a alta definición a partir de las cintas que se conservan. El proceso está siendo muy lento y la NASA ha anunciado que podrán verse a partir de septiembre. Pero que nadie se llame a engaño, las cintas originales sobre los primeros astronautas caminando sobre la luna se borraron. Como ya recogí en su día en una entrada del blog, las famosas cintas que se perdieron y posteriormente se encontraron en 2006 tenían la banda desmagnetizada. Es decir, se habían borrado para ser regrabadas. Afortunadamente para la historia de la Humanidad, las retransmisiones televisivas sí que fueron grabadas con los medios de la época. Esto ha sido lo que se la restaurado. Menos es nada. Y la verdad es que los resultados son bastante mejores que el original. Algunos de estos fragmentos pueden verse en la web de la NASA.

Para terminar, aquí dejo algunos de estos vídeos que forman ya parte del imaginario popular del siglo XX. El primero de ellos es ‘Alcanzando la Luna’, un vídeo realizado por lainformacion.com en conmemoración de estos cuarenta años:

Ahora un fragmento del documental de Discovery Channel:

Por último, el histórico momento en la versión restaurada recientemente de las grabaciones de televisión:

16 de julio de 2009

Tocándonos las narices

El pasado lunes se celebró el seminario «El impacto de la crisis en el sistema de protección social» en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo (UIMP) de Santander. El Secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, que fue uno de los ponentes, hizo unos comentarios que así leídos son tan ofensivos como verdaderos. Lo chocante es que provengan del propio Gobierno. Dijo literalmente que «Contratamos para ocho horas sabiendo que van a estar cuatro tocándose las narices y luego cuatro trabajando, porque realmente el trabajo que necesitamos es de cuatro horas.». Desconozco el contexto el que fue dicha la frase, pero en cualquier caso estoy absolutamente de acuerdo con él. Los que estamos dentro conocemos algunos casos en los que la plantilla, o bien está sobredimensionada, o bien no se tiene la suficiente carga de trabajo para la creación de un puesto.

Una vez dicho esto, yo me pregunto: ¿Y de quién es la culpa? Yo lo tengo claro: de la planificación. Dentro de la Administración hay destinos «ingratos» porque conllevan horarios poco amigables o una cantidad de trabajo excesiva, mientras en otros sobra personal. ¿Qué hace falta? Procesos de selección mucho más racionales y ajustados a los puestos a desempeñar. Más especialización. Y posiblemente también escuchar más a quienes estamos al final de la cadena. Precisamente, en un comentario del artículo de Expansión sobre esta noticia, se daba la clave: «Y si quieren tener funcionarios trabajadores busquen los jefes adecuados, hagan las oposiciones adecuadas y organicen adecuadamente. En la empresa privada se puede hacer y en la Administración también. Sin fastidiar a nadie que no lo merezca. Gente dinámica y capaz de no levantar envidias ni recelos porque vale y aprecia a los demás EXISTE. Y capaz de mejorar y mucho un equipo, EXISTE».

De todos modos Celestino Corbacho, Ministro de Trabajo e Inmigración (o sea, el «jefe» de Granado), ha salido al paso para desmentirle. Tampoco es quién para hacerlo. Aquí quien tiene competencias al respecto es el Presidente del Gobierno, la Vicepresidenta Primera y Ministra de Presidencia y la Secretaria de Estado para la Administración Pública. De todos modos, la polémica reflexión sobre jornadas a tiempo parcial no parece tan descabellada, siempre y cuando se desarrolle en unas condiciones y unas garantías laborales adecuadas y con la posibilidad de optar a otro tipo de puestos a jornada completa. Ya sólo nos faltaba que la precariedad laboral invadiera también la Administración. Nadie entendería que el sueño de todo liberal que se precie lo ejecutara un gobierno socialdemócrata. Esperemos que no sea precisamente este Ejecutivo el que degrade lo público. Sería una paradoja.

15 de julio de 2009

El Google Trike en Cáceres

De nuevo los chicos de Google han pasado por las calles de Cáceres, pero esta vez no lo han hecho en coche, sino en el triciclo ya utilizado en otros países como los Estados Unidos, Italia o el Reino Unido. Su nueva misión es poder registrar con sus nueve cámaras las zonas a las que los vehículos más grandes no pueden acceder, bien por ser demasiado estrechas o por ser peatonales. Esa era precisamente una de las preguntas que yo me hacía hace ya unos meses, cuando el coche de Google Street View pasó por aquí. Al parecer, y según lo que cuenta la noticia que publica el diario extremeño Hoy, el Google Trike, que así se llama el invento, lleva recorriendo el casco antiguo y los parques de la ciudad desde el lunes. Finalizó su tarea ayer y ya ha puesto rumbo hacia Mérida.

El periplo de este peculiar vehículo por España lo ha llevado hasta Santiago de Compostela, Salamanca, Ávila, Segovia y Toledo y presumiblemente seguirá fotografiando para Street View el resto de ciudades que son Patrimonio de la Humanidad (Cuenca, Alcalá de Henares, Ibiza, San Cristóbal de la Laguna y Tarragona) y las que sin serlo ya están dentro del circuito de Google (Oviedo, Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Zaragoza) pero sin sus zonas peatonales.

He buscado algo de información sobre este triciclo, y a buen seguro su conductor (y motor) tiene que estar bien entrenado para subir las muchas y empinadas cuestas que hay en la zona antigua de Cáceres. Sobre todo si tenemos en cuenta que el Google Trike pesa ni más ni menos que 114 kilogramos. He encontrado además algunos vídeos donde se muestra el funcionamiento del Trike, como este circulando y fotografiando por alguno de los lugares más emblemáticos de Roma como es la Fontana de Trevi:

Y otro pequeño vídeo de USA Today sobre el Google Trike:

14 de julio de 2009

Honduras: La historia se repite otra vez

Por desgracia estamos acostumbrados ya a ver en las noticias la convulsa historia de América Latina. Vemos o escuchamos informaciones sobre guerras civiles, guerrillas, guerras civiles y otros con bastante indiferencia, sin pararnos a preguntarnos el por qué de esa situación. El último caso lo tenemos en Honduras. Han transcurrido ya dieciséis días desde que, el 28 de junio, el ejército hondureño irrumpió en el palacio presidencial y detuvo, para posteriormente deportar, al presidente democrático Manuel Zelaya Rosales (del tradicional Partido Liberal de Honduras). En su lugar ocupó el poder ¡otro compañero de su mismo partido!, Roberto Micheletti. Desde el punto de vista de las democracias europeas esto es inaudito.

El Partido Liberal de Honduras tiene, como su nombre indica, una orientación liberal (se entiende que económicamente), mientras que a nivel político y «moral» se acercaría más a un centro-derecha europeo. El espectro político hondureño es muy diferente a la de los países de nuestro entorno. Mientras que la derecha y el centro-derecha está sobredimensionado, en las últimas elecciones legislativas de 2005, la izquierda (la suma de los partidos Innovación y Unidad, que es algo así como la socialdemocracia del país, y Unificación Democrática) apenas alcanzó el 2% de todos los sufragios y 7 diputados de un total de 128. Todos estos datos los comento porque hay quien ha dicho que la razón principal del golpe de estado ha sido evitar que Zelaya se perpetuara en el poder y se convirtiera en el Hugo Chávez centroamericano y por tanto un gobernante «peligrosamente izquierdista».

Pero, evidentemente, las razones del golpe militar no son fáciles de averiguar. He leído algunos artículos sobre esas posibles causas, y, como suele pasar en estos casos, no hay una sola razón. Los partidarios de Micheletti aluden a la reforma de la Constitución de 1982 que pretendía llevar a cabo Zelaya. La Carta Magna del país sólo permite un mandato presidencial de cuatro años, tras lo cual no puede someterse a la reelección (lo dice el artículo 4º: «La alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República es obligatoria.»). En las próximas elecciones generales de noviembre, se aprovecharía para añadir una «cuarta urna» en la que se realizaría una consulta popular para el establecimiento de una Asamblea Constituyente que deliberara sobre la reforma de la máxima ley hondureña. Esa reforma consistiría básicamente en retirar la limitación de un mandato presidencial sin posibilidad de reelección. En principio no se trata de nada escandaloso. A mí por lo menos no me lo parece. ¿Qué país prohíbe la reelección presidencial al menos una segunda vez? Es verdad que las cosas no son tan sencillas. El propio Congreso aprobó, días antes del golpe, una ley que prohibía la consulta para la reforma constitucional. También se significó en el mismo sentido la Suprema Corte de Justicia. Por cierto, el mandato de Zelaya termina en enero de 2010. Esto significa que ni en el mejor de los casos, la Constitución estaría reformada para entonces. Zelaya nunca podría beneficiarse de esos cambios…

Hay razones más probables y más sutiles que aluden a las luchas de poder internas dentro del Partido Liberal, al mantenimiento un statu quo para unos pocos que es sinónimo de opacidad y tráfico de influencias en la vida política y administrativa, algo con lo que Zelaya quería acabar. Es decir, bajo una apariencia democrática, donde apenas hay alternativas al Partido Liberal (algo así como el Partido Revolucionario Institucional mexicano), Honduras es, de facto, una oligarquía, un estado políticamente endogámico donde hace muchos años que no entra aire fresco. Seguro que Manuel Zelaya no era la panacea para solucionar esta situación, pero abrió la caja de Pandora y sufrió las consecuencias.

9 de julio de 2009

¿Será Chrome OS el primer gran fracaso de Google?

Hace dos días se anunció en el blog oficial de Google que estaban trabajando en un nuevo sistema operativo al que han llamado Chrome OS. La noticia no por esperada ha sido menos soprendente. La repercusión que ha tenido en los medios no tiene precedentes. En estos momentos en las noticias de Google había referenciados más de quinientos artículos en la prensa digital con las palabras «Chrome OS». Incluso la prensa tradicional lo ha recibido con un eco desproporcionado. Sin ir más lejos, en la edición de papel de El País venía como la noticia más importante de hoy con el titular «Google asalta el imperio Microsoft con su propio sistema operativo».

Chrome OS estará basado en un núcleo linux, lo que nos asegura dos cosas: estará libre de virus (al menos por el momento) y será gratuito. También se ha anunciado que su interfaz será muy elemental y que estará orientado principalmente para trabajar sobre la web, supongo que sin llegar al extremo de EyeOS (¿Tendrán algún acuerdo?). Al igual que éste, las aplicaciones de usuario no estarán instaladas en el sistema operativo, sino que serán aplicaciones web alojadas en los servidores de Google. Es decir, la compañía tendrá control total sobre los programas que se ejecutarán y los que no y, por lo tanto, dependeremos totalmente del ancho de banda de la red y de los sistemas de la omnipresente empresa del logo colorido.

Ya se han alzado las primeras voces críticas. Google va camino de convertirse en la nueva Microsoft, el nuevo monopolio de los sistemas de la información. Su imagen de empresa «enrrollada», juvenil, desenfadada y moderna no hace más que aumentar la inquietud. Google quiere ser nuestro amigo… y lo cierto es que seguramente pasemos con él mucho más tiempo que con nuestros allegados y puede que hasta nos conozcan mejor. Controla más de tres cuartas partes de todas nuestras búsquedas a través de su motor (el comienzo del imperio), unas búsquedas que quedan registradas bajo nuestra cuenta personal, almacena nuestros correos electrónicos en Gmail y ha fotografiado buena parte de las calles de nuestras ciudades (algo que me encanta como ya he dicho aquí muchas veces). No sé si exageradamente (porque la expresión se usa demasiado), Google se considera ya como el nuevo «Gran Hermano» de nuestros tiempos, sustituyendo a la compañía de Bill Gates.

Pero no adelantemos acontecimientos. Chrome OS no podrá verse por lo menos hasta la segunda mitad de 2010 e irá inicialmente destinado a los netbooks, los ultraportátiles destinados a trabajar bajo internet. La compañía tiene previsto extender el sistema al resto de equipos más adelante. No hace falta decir que el objetivo de Google es quitarle usuarios a Windows, un sistema operativo que atraviesa horas bajas tras sus últimos fracasos. En mi opinión, en el mejor de los casos, Chrome OS arrebará un pedazo de la tarta, aunque quizás no demasiado grande. Sólo aquellos usuarios poco exigentes con su equipo, no profesionales, que usen sobre todo la red para comunicarse caerán en sus garras, pero todos aquellos que utilizan aplicaciones de edición fotográfica, de vídeo, CAD y otros similares o bien los jugones empedernidos, les será muy difícil encontrar en Chrome OS un sistema operativo que cumpla con sus expectativas. Eso, como digo, en el mejor de los casos porque, sinceramente, no termino de ver claro esta nueva aventura en la que se ha embarcado Google y que podría ser su primer gran batacazo.



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