29 de julio de 2006
Sobre el asunto de la nueva Ley de Propiedad Intelectual, que entra en vigor hoy mismo entró en vigor esta semana, se ha hecho y se va a hacer mucha demagogia. No les culpo de ello. Un tema tan popular como el del canon por copia privada es muy propicio. Quede claro desde un principio que el asunto del canon me parece muy injusto, pero no creo que con campañas anti-SGAE se vaya a solucionar algo. La lógica acabará con ellos sin ruido.
Desde mi punto de vista, lo que está fallando es un modelo. La gestión de derechos de autor tal y como la entendemos quizás tuvo su razón de ser hace diez, veinte o más años. Hoy día los soportes digitales son fácilmente transferibles, intercambiables y la duplicación es cuestión de un clic de ratón sin perder un ápice de calidad. La industria del entretenimiento y los medios de control de los derechos del autor han de cambiar también con los tiempos, porque si no están condenados a desaparecer.
Paralelamente a esto, cada vez más artistas, ya sean músicos, cineastas o programadores de software prescinden de estos derechos, poniendo a disposición del público sus obras gratuitamente. El Copyleft y las licencias Creative Commons son la mejor muestra de ello. En los últimos años están creciendo exponencialmente estas iniciativas, mientras la industria convencional del cine o de la música es cada vez más incapaz de rentabilizar sus lanzamientos. Algo está cambiando y nada puede pararlo.
Un cambio interesante en el modelo lo protagonizó Apple con su iTunes Music Store. Obtuvo un rotundo éxito y ya ha vendido millones de canciones a 99 céntimos cada una. Un precio no muy barato, pudiendo conseguirlos gratuitamente con igual calidad en cualquier red p2p.
La evolución ya no tiene vuelta atrás. Los que no se adapten desaparecerán.
27 de julio de 2006
Como en los mejores tiempos de «paletismo» nacional. Como en los tiempos en que nuestro pasado no importaba. Como en los tiempos en que era más importante el desarrollo que la conservación de nuestro pasado. Como en aquellos tiempos, hoy, al comienzo del siglo XXI, aún se arrasa el patrimonio.
La intención del ayuntamiento de Toledo de destruir las ruinas de la antigua ciudad visigoda ha hecho saltar todas las alarmas entre estudiosos, historiadores y ciudadanos. Los restos han sido descubiertos en el marco de las obras de expansión de la ciudad moderna. Nuevos bloques de pisos esperan a ser construídos sobre los cimientos de otras culturas.
En la destrucción de este patrimonio no está solo el grupo de gobierno municipal, el PP, sino que cuenta con el apoyo del PSOE. Algo verdaderamente vergonzoso. Aún no sé cuáles son los argumentos que esgrimen para evitar que se realice un estudio arqueológico en profundidad, pero en mi opinión no hay terrenos ni proyectos más valiosos que la investigación de nuestro pasado.
Si finalmente se destruyen los restos, nunca conoceremos una parte de nuestra historia de la que no se tiene demasiada información. La España visigoda es, en muchos aspectos, una zona oscura sobre la que se ha de arrojar luz. Las ruinas del Toledo visigodo guardan muchos secretos que, si el alcalde no rectifica, no conoceremos nunca. Nuestros herederos seguirán llamándonos vándalos igual que nosotros llamamos a nuestros antepasados, aquellos que no supieron o no quisieron conservar el patrimonio.
24 de julio de 2006
Hace un año comentaba por aquí la celebración de la novena edición de la Campus Party que tiene lugar en Valencia. Entonces escribí sobre la utilidad de estas concentraciones. Un año después me ratifico en todo lo que dije. Creo que los 5700 participantes que instalarán sus ordenadores en la Ciudad de las Artes y las Ciencias tienen como principal objetivo el descargar todo lo posible aprovechando los 3,7 Gbps de ancho de banda del que van a disponer.
Tal vez en las próximas ediciones este tipo de concentraciones tengan otra filosofía, centrándose más en las conferencias, pruebas de nuevos videojuegos, competiciones de todo tipo de actividades y no como una mera reunión de usuarios de eMule. Creo que es importante potenciar aquel aspecto e ir dejando el tema de las descargas, que tantos quebraderos de cabeza suelen dar. Con esto no quiero decir que esté en contra de las redes p2p, muy al contrario, creo que hay que difundirlas. Pero sería una pena que un evento como la Campus Party se quedara como el máximo exponente del «descarga lo que puedas» en perjuicio de otras actividades más interesantes.
Concretamente este año las actividades se han multiplicado, teniendo como uno de los grandes temas el software libre, la investigación I+D, la competición de robots, conferencias y un cada vez más largo etcétera. En la bonita y completa web que se ha diseñado hay mucha información sobre todos los eventos que tendrán lugar estos siete días.
23 de julio de 2006
A veces se producen noticias curiosas como esta. Leí ayer en el diario El País que el magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha amenazado al grupo indie madrileño Garzón (número 10 entre mis canciones nacionales del 2005 con ‘Frontón’) con llevarlos ante los tribunales por «intromisión en su imagen», según una notificación realizada el pasado 18 de julio. En esta notificación se insta a la banda a retirar las imágenes del juez colgadas en su web y el cambio de nombre del dominio superjuez.com. Esto último no lo van a hacer. Como solución, el grupo ha cambiado su nombre por el del también juez Grande-Marlaska. Con este nombre actuaron el otro día en el FIB.
¿Y de dónde le viene la afición por este tipo de nombres? Según cuentan en su web, es un homenaje al ideario de bandas con nombres de personajes «ilustres» como el grupo pop McCarthy (alusión al senador republicano famoso por la «caza de brujas» en la guerra fría), germen de lo que luego serían Stereolab.
No acabo de entender muy bien el por qué de esta demanda. Si se trata de una nueva maniobra publicitaria del juez estrella de la Audiencia Nacional o si realmente está molesto por el uso, por otro lado inocente y nada ofensivo, que se ha dado a la figura de Baltasar Garzón. Fernando Grande-Marlaska parece haber tenido más sentido del humor al enterarse del nuevo nombre de la banda y no piensa en ninguna demanda. Creo que quien ha salido ganando son el propio grupo al aparecer gratuitamente en el diario de mayor tirada de España. Una buena jugada.
21 de julio de 2006
Hace unos días hablábamos del festival Summercase 2006 y nos referíamos al Festival Internacional de Benicàssim como la «reina destronada» del mundo de los festivales musicales veraniegos. Y es que el FIB ha seguido en la tendencia que ya comenzó hace algún año de arrodillarse ante la comercialidad y combinarla con las nuevas propuestas. El equilibrio entre lo independiente y lo mainstream a veces es muy delicado, incluso imposible.
Mezclar en un mismo festival a Franz Ferdinand con Depeche Mode o Placebo me resulta incoherente. Demuestra la línea confusa que el festival está siguiendo. Los Pixies fueron una buena banda y muchas otras siguieron su senda a principios de los noventa, pero hoy no creo que pasen de ser un divertimento para los nostálgicos de aquellos tiempos. Y qué decir de Madness, si sus canciones ya sirven para ambientar anuncios de electrodomésticos.
Aún así, por supuesto no todo es criticable. El FIB sigue manteniendo el gancho con propuestas más arriesgadas y/o novedosas. The Futureheads, Dominique A, Manta Ray, The Organ, Rufus Wainwright salvarán los muebles de un festival que, siguiendo siendo la referencia a nivel nacional, puede convertirse en pocos años en un dinosaurio prematuro.
19 de julio de 2006
Hoy se da el banderazo de salida al festival de folclore europeo Europeade, que se celebrará hasta el próximo día 23 de julio. Innumerables regiones de otros tantos países se darán cita por las calles de Zamora mostrando sus tradiciones musicales. El abanico va a ser muy amplio dadas las latitudes tan diferentes de los participantes.
Pero más allá de la simple muestra folclórica, lo realmente interesante es el lado humano, el intercambio cara a cara de todas las culturas que estarán presentes y su interacción con la gente de aquí, que sin duda será muy especial.
Zamora acogió también en 2001 la celebración de este evento, aunque aquel año la lluvia deslució el desfile principal.
Este festival tiene su lado negativo. No respecto al festival en sí, sino a su organización y al gasto que ha supuesto, ya que el Ayuntamiento corre este año con todos los gastos. Pero eso ya es otra historia. Será mejor quedarnos con la parte positiva.
18 de julio de 2006
El 18 de julio ha sido durante casi cuarenta años la fiesta nacional de España. Se conmemoraba el «alzamiento nacional», comienzo de la «gloriosa guerra de liberación», una moderna cruzada ultraconservadora contra toda apertura hacia la modernidad, tal y como hoy la entendemos. Tras la muerte de Franco se desmanteló costosamente todo el aparato franquista, entre ellos la conmemoración de esta fecha detestable.
Es verdad que aún quedan restos de aquellos tiempos, cada vez menos, pero aún los hay. Las secuelas de la guerra civil española aún pervive en la conciencia de muchos ciudadanos, tanto para bien como para mal. Por eso hablar de la contienda nacional todavía mueve a la polémica y son pocos los que quedan indiferentes. ¿Por qué ha ocurrido esto? ¿Es, tal vez, porque los ganadores de la guerra, que mantuvieron subyugados a los perdedores, no pasaron por la justicia durante la transición y sienten cierta legitimidad moral?. Lo que es verdad es que cada vez que se elimina un símbolo franquista se produce una polémica difícil de acallar y también de comprender para cualquier ciudadano europeo occidental. ¿Por qué se mantienen aún estos símbolos?
Otro aspecto sorprendente es la rehabilitación de la memoria de los perdedores. Hasta hace apenas un lustro, parecía tabú la búsqueda y recuperación de los restos de los fusilados. Es coincidiendo con la última legislatura socialista cuando se está dando un impulso digamos «oficial» a estas exhumaciones.
De todos modos, hasta que no pasen un par de generaciones, las heridas no van a cicatrizar. Siendo pesimistas, tal vez seamos un país condenado a no entenderse.