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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
29 de marzo de 2011

‘Finisterrae’

A veces me gusta bucear dentro del mundo del cine raro, del cine insólito, experimental o como lo queramos llamar. Llevaba tiempo queriendo ver ‘Finisterrae’ y por fin el otro día pude verla. ‘Finisterrae’ es una de esas películas que pasarán desapercibidas y que, quizás en el futuro sean recuperadas como lo que es, una rareza tremenda. El proyecto nació paralelamente a la edición del festival de música avanzada Sónar 2010 que, por primera vez contó con dos sedes, Barcelona y Santiago de Compostela. Precisamente para promocionar esta última se ideó toda una imagen que podríamos llamar «corporativa».

Los protagonistas de ‘Finisterrae’ son esos dos fantasmas vestidos a la antigua usanza (con sus sábanas blancas y todo), los mismos que aparecían en la cartelería del festival. En cuanto a la película, fue dirigida por Sergio Caballero e interpretada por dos catalanes y dos rusos. Tal vez por eso los diálogos están en la lengua de Tolstoi. La cinta está compuesta por varias partes, a cada cual más delirante, y narra las extrañas aventuras y desventuras de esos dos fantasmas entre su hábitat natural en un polígono industrial del extrarradio de Barcelona y Finisterre. Por supuesto todo ello en un tono que va a medio camino entre la solemnidad, el surrealismo, la ironía y el absurdo más completo.

Como dicen algunas de las críticas, ‘Finisterrae’ parece una parodia de las ininteligibles películas de autor, o de arte y ensayo, de gente como Andrei Tarkovski, pero en realidad su verdadero sentido es difícil de desentrañar, igual que el cine de Tarkovski. Lo que está claro es que se nota que su guión fue escrito con una libertad extrema. El resultado, una pieza rara que no cabe en ningún género.

22 de marzo de 2011

Filmin, una web modélica para ver cine

Internet nos ha proporcionado muchas alegrías, muchas ventajas a la hora de comunicarnos y, en definitiva, muchas más opciones de ocio y de trabajo que antes. Muchos, sobre todo entre los medios de comunicación, la asociación internet y cine supone indefectiblemente piratería. Pues no. Hay loables iniciativas que, además de ser muy sencillas de usar, son baratas y tienen una oferta selecta y de calidad. Es el caso de la web española Filmin. En mi opinión los que mejor lo están haciendo en esto del cine de pago por internet.

Y no es una opinión gratuita. Me baso en varias razones. Lo primero y más importante, lo amigable y bien diseñada que está la web atrae, y mucho, a los aficionados al cine. Navegar por Filmin es muy sencillo, y la información que se proporciona es bastante buena, incluyendo puntuaciones, críticas y otros datos de interés. También es importante la variedad. La web cuenta con un catálogo de cine muy diverso, desde cine de reciente estreno en salas (normalmente europeo o independiente norteamericano) hasta filmografías de países poco comunes. La selección es, en mi opinión, muy acertada y siempre con buen criterio. Y por último, el precio. El coste de ver una película es irrisorio si lo comparamos con otras alternativas de pago como la sala de cine o el alquiler o compra de DVDs. Estos precios van desde 0,99 hasta 2,95 euros. También es posible abonarse por 10 euros al mes y ver todas las películas que seamos capaces, así como descargarlas para verlas en la televisión o en dispositivos portátiles como iPods o iPads.

El otro día lo probé personalmente y compré ‘Myna Se Va’ por 1,95 euros mediante PayPal. El streaming es de gran calidad y en ningún momento se produjeron cortes. Filmin es, en definitiva, un sitio imprescindible para aquellos que nos gusta el cine para minorías y que no encontramos de ninguna otra manera, ni mediante descarga libre ni, por supuesto, en las salas de cine. No hay duda de que el futuro del séptimo arte pasa por aquí.

21 de marzo de 2011

‘El Discurso del Rey’

Ha sido la sensación en la última entrega de los premios Oscars de Hollywood. Aunque no es el tipo de películas que suelo ver ni me suelen gustar, en esta ocasión he hecho una concesión por ‘El Discurso del Rey’ (‘The King’s Speech’). Al final la curiosidad ha podido. Se trata de una producción británica de 2010 realizada por Tom Hooper, un hombre que proviene del mundo de la televisión. Esta es, sin duda, su «gran obra» en el campo del celuloide y la gran pantalla.

Las películas históricas tienen un especial atractivo para mí, porque permite acercarse a un episodio, a menudo poco conocido, de una forma amena. Tal es el caso de ‘El Discurso del Rey’, que se centra en los problemas en el habla del que, tras la abdicación de su hermano, estaba llamado a ser el rey del Imperio Británico en una época convulsa y repleta de cambios. Así fueron las décadas de los treinta y los cuarenta. La amenaza nazi o la segunda guerra mundial están siempre presentes. Pero por supuesto, este marco histórico deja mucho margen para que David Seidler, el guionista, pueda jugar y aportar los elementos dramáticos necesarios para que la película funcione.

Pero no nos engañemos, aunque la cinta sea británica, la moraleja sobre la superación de las dificultades es puramente norteamericana. Quizás por eso gustó tanto a los académicos del otro lado del charco. También es uno de sus principales defectos. Desde el primer minuto ya sabíamos como iba a terminar, y eso en el cine es terrible, porque obliga a mantener la atención y a presentar el desarrollo de la acción de forma que nos haga olvidar ese desenlace. ‘El Discurso del Rey’ lo consigue solo a medias. El excepcional trabajo de los actores protagonistas, Colin Firth como Jorge VI y Geoffrey Rush como Lionel Logue, es uno de los grandes activos de esta cinta y el núcleo en torno a lo que se construye todo lo demás.

Uno de los grandes defectos, junto con la previsibilidad, es el de la extrema correción política. Nada se sale fuera de lo que se supone que sabemos que hace un rey. El tratamiento que se le da es, en todo caso, exquisito y amable. La relación con su hermano Eduardo, de vida disoluta y que dejará el trono en su favor, no está suficientemente explotada y se pasa casi de puntillas por ella.

La ambientación de la época es excelente, solo empañada por un cierto toque de idealización típica de las superproducciones. En definitiva, se trata de un producto inofensivo y estandarizado por la industria del cine a la búsqueda de un público mayoritario. Nada más.

13 de marzo de 2011

‘Myna Se Va’

Una vez escribí un post –hará más de dos años– preguntándome si existía un cine español independiente, al margen de las subvenciones y de los circuitos comerciales. La respuesta ha tardado en llegar. Si primero esa contestación fue algo desalentadora con las últimas e infames películas del incombustible Jesús Franco, las cosas cambiaron después de ver ‘Myna Se Va’. Pero no mucho más. Reconozco que me esperaba algo más de esta humildísima y austera producción valenciana de 2009 dirigida por Sonia Escolano y Sadrac González. El debate sobre el cine español independiente podría ampliarse ahora a ¿independencia supone amateurismo? En ‘Myna Se Va’ no hay la menor duda: Sí.

Myna es una joven inmigrante de un conflictivo país del este europeo que se gana la vida cuidando a Pablo, el hijo de una familia de clase alta. Pero a partir de un trágico ¿accidente, asalto? –de la narración de la película no se intuye el qué– las cosas empiezan a torcerse. La familia se encuentra de viaje por lo que tendrá que apañárselas sola en casa. A partir de aquí los hechos sólo empeorarán.

Las comparaciones son odiosas. En este caso especialmente. Pero no puedo evitar recordar la norteamericana ‘Wendy and Lucy’ (2008), la belga ‘Rosetta’ (1999) o la sueca ‘Lilya 4-Ever’ (2002) y el ya clásico argumento de chica joven desvalida de clase baja. Formalmente, la película no tiene ninguna concesión estética ni narrativa. Es cruda en todos los sentidos, quizás excesiva y gratuita. Igual de innecesario que su gusto por la sangre y lo escabroso. La imagen y el sonido es técnicamente deficiente (se escucha hasta el sonido del motor del zoom de la cámara) y dificulta el implicarse en la historia. Pero esto no es lo peor. El trabajo de los actores es cuestionable (excepto el del personaje de Myna, interpretado por la veinteañera María del Barrio, todo un descubrimiento que sostiene la película). Tampoco el guión resulta muy sólido ni creíble. Chirría por todas partes y sólo si uno es benevolente podría ver algo de verosimilitud y de coherencia. Ver la cinta se hace incómoda por los largos planos secuencia, algunos larguísimos, de varios minutos.

Aunque en cine las intenciones no son lo más importante, sino el resultado, ‘Myna Se Va’ supone un ejemplo de lucha desde la nada hasta conseguir poder verse (y premiarse) en festivales independientes a lo largo y ancho del mundo. Sólo por eso, y dejando el producto final aparte, alabo el trabajo de Escolano y González. Recomendable sólo si uno está aburrido del cine español convencional y tiene la mirada educada para otras formas hacer películas.

20 de febrero de 2011

‘Copie Conforme’

Existen en la actualidad un puñado de realizadores que no suelen defraudarme. Cada nueva película es una apuesta segura. Hasta ahora, el iraní Abbas Kiarostami había sido uno de ellos. Pero ya no. La culpa de ello la tiene ‘Copie Conforme’ (‘Copia Certificada’), una coproducción franco-italo-belga de 2010 que supone la primera incursión del cineasta fuera de su país y con una estrella del cine europeo de protagonista como es Juliette Binoche (quizás lo mejor de la película).

Aunque al principio uno pone toda su atención y su buena voluntad (llamémosle también confianza), a los veinte minutos ya es imposible no darse cuenta de que más que una obra de Kiarostami, parece que estamos ante una caricatura del cine intelectualoide (en el peor sentido de la palabra) europeo. Esto es, diálogos metafísicos y a veces ininteligibles sobre el paso del tiempo, las relaciones de pareja, etc. Vamos, como si fuera el producto de un Woody Allen sombrío y sin talento. Esto no es lo peor. El guión me parece, siendo benévolo, disperso y despista en más de una ocasión al espectador con sus giros de argumentación que al final son callejones sin salida. No existe un cierre de la narración como tal.

En definitiva, no reconozco al Kiarostami clásico, el de ‘¿Dónde Está la Casa de mi Amigo?’ o el de ‘El Sabor de las Cerezas’ en esta obra que parece destinada al gran público (con publirreportaje amable de la Toscana italiana de regalo –por supuesto, participa en la financiación de la película–) y donde el uso artificioso de tres idiomas (inglés, italiano y francés) le da un aire de cosmopolitismo barato. Una cinta prescindible, sobre todo para seguidores del (todavía) gran director iraní.

2 de febrero de 2011

Se prepara un documental sobre la linotipia

El mundillo de las imprentas, la impresión, las artes gráficas o como queramos llamarlo siempre me ha llamado la atención. Mi interés por estos asuntos viene de lejos y no se limita a la maquetación, al diseño o a la tipografía, sino también a las máquinas que han facilitado el trabajo a los impresores desde los tiempos de Gutenberg. Por eso la noticia de que se está preparando una película documental sobre la linotipia me ha parecido muy buena.

Para quien no lo sepa, la linotipia es una máquina inventada en 1886 por el ingeniero germano-estadounidense Ottmar Mergenthaler. Su idea era la de hacer el trabajo de composición de los lingotes más sencillo y rápido. Este ingenio ayudaba al impresor a lo largo de todo el proceso, desde la selección automática de los caracteres para formar las líneas hasta la caja de fundición, donde se consolidaban y se formaban los lingotes.

‘Linotype: The Film’, que así se llama el documental, está en fase de producción y no estará lista –según se comenta en la página web oficial— hasta otoño de este año. Lo que no se sabe aún es si aquí la veremos directamente en DVD o Blu-Ray, como ha ocurrido con un proyecto parecido, la magnífica ‘Helvetica: The Film’, o se estrenará en cines. En cualquier caso, bienvenida la iniciativa. De momento, nos tendremos que conformar con el trailer de avance:

30 de enero de 2011

‘Optimisti’

Decía Voltaire que «El optimismo consiste en insistir en que todo va bien cuando todo va mal». Parece ser que esta cita es la que el realizador serbio Goran Paskaljević ha tenido en mente a la hora de idear su película ‘Optimisti’ (‘Optimistas’). La producción serbia es de 2006. En esta ocasión la fecha es importante, ya que fue el año en que Serbia se separó definitivamente de Montenegro, el único resto de la antigua Yugoslavia. La historia reciente del país balcánico está presente en todas y cada una de las cinco historias de las que se compone la película a través de metáforas. De hecho, es una constante en la mayoría del cine de las repúblicas del antiguo país.

El repaso de Pasaljević no deja títere con cabeza. En los relatos aparecen hipnotizadores que emboban a la población analfabeta de un pueblo destruido en unas inundaciones, niños psicópatas con afán de matar animales, la buena y la mala suerte de un jugador de tragaperras con grandes planes y nefastos resultados, un cacique mafioso y criminal que campa a sus anchas y mantiene aterrorizados a sus trabajadores y sus familias y un desaprensivo estafador que se aprovecha de la fe a prueba de bombas de los deshauciados. Es precisamente esta última historia la mejor de todas y la que justifica toda la película, con una carga dramática y unos giros de guión admirables. El resto son irregulares, unas más acertadas que otras, pero siempre con ese toque exagerado y pintoresco tan clásico en la tragicomedia balcánica.

Formalmente es una película de bajo presupuesto, grabado en vídeo y con una economía de medios y unos resultados inmejorables. El trabajo de los actores es en general bueno, con algunos momentos memorables. ‘Optimisti’ resulta ser una película interesante, entretenida y que, si optamos por elegir la lectura metafórica, un jarro de agua fría y una desesperanzada visión de la Serbia actual.



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