‘Gravity’ ha sido una de las películas más vistas de la segunda mitad del año. No en muchas ocasiones crítica y público ha coincidido de forma tan contundente. Quien ha conseguido tal logro es el mexicano Alfonso Cuarón. Este viejo conocido para los cinéfilos de habla hispana lleva unos años nadando sin ahogarse en las procelosas aguas de Hollywood. Es extraño que en una película de producción norteamericana no saque a relucir las bondades del país de las barras y estrellas, ni haya gestas heroicas imposibles. Quizás sólo un extranjero pueda poner distancia y salir de los tópicos del cine de ¿ciencia-ficción? estadounidense.
Casi la totalidad de la película transcurre en ingravidez, orbitando en torno a nuestro planeta. Los protagonistas cumplen una misión de reparación de un telescopio espacial. Poco pueden imaginar que su tranquila tarea va a ser interrumpida por una catástrofe que los dejará indefensos en un entorno hostil. Sólo el ingenio y el arrojo podrá salvarlos en un argumento que parece –salvando las distancias– una mezcla de ‘2001: A Space Odyssey’ y ‘Apollo 13’.
A lo largo de todo el metraje la idea de la fragilidad humana y su supervivencia en un entorno extraño es una constante que flota en el ambiente. Salvo alguna escena, las situaciones son creíbles y Cuarón ha conseguido un ambiente espacial bastante realista y un guión sólido, sin trampas ni giros imposibles y bien llevado. La cinta transmite la angustia de los protagonistas, su impotencia y sus esperanzas. En buena parte gracias al trabajo de George Clooney y sobre todo el de Sandra Bullock, que son de primera calidad, y ha conseguido romper los prejuicios que tenía antes de ponerme delante de la pantalla. Y eso no es nada fácil.
Creo que ‘Gravity’ se ha merecido con creces estar entre las mejores películas de este 2013. Recomendable.
Como suele ser habitual en estas fechas de vacaciones navideñas, me pertrecho de las que –según diferentes críticos de varios medios y países y a grandes rasgos– son las mejores películas del año. Uno de esos largometrajes que están en todas las listas es ‘La Grande Bellezza’, una producción italiana realizada por Paolo Sorrentino. No es mi intención polemizar con los críticos, pero no he encontrado nada en ella digno de tal valoración.
Ni que decir tiene que este humilde aficionado al cine ni tiene los conocimientos ni la sensibilidad necesaria para poder paladear semejante película, pero he visto ya muchos clásicos y grandes películas y creo saber reconocer cuando me encuentro ante una gran obra. Tal vez al comenzar el visionado esperaba otro tipo de registros. No lo sé. Leyendo críticas –todas ellas positivas– veo comparaciones con el surrealismo de Fellini. Cierto que tiene bastantes toques surrealistas y que el planteamiento global de la cinta puede recordar al grande de Rímini, pero los parecidos terminan aquí. Se ha dicho también que es un trabajo rompedor. Nada más fácil que hacer algo rompedor. Lo complicado es dotarlo de un alma, de un punto de vista que la haga especial y sea de interés para el espectador. ‘La Grande Bellezza’ no creo que lo tenga.
El discurso de la película tampoco es original. Ricos extravagantes y decadentes montan fiestas nocturnas en los lugares más selectos de Roma o discuten en conversaciones previsibles. El protagonista, un ricachón con ínfulas de escritor, comienza a tener ataques de nostalgia. Y punto. Sorrentino tiene talento visual, eso es innegable, vistiendo a la obra de unas secuencias y unos planos estéticamente espectaculares. Pero eso puede ser más aprovechable para un anuncio de perfumes o un videoclip del artista de moda que para una película de dos horas y cuarto.
En definitiva, una película bastante inconexa, sosa, aburrida y pretenciosa, aunque estéticamente impresionante. Nada más.
Muchas veces, cuando veo un documental bien hecho, tengo la sensación de que tanta perfección sólo puede venir de un argumento pactado, unos actores como protagonistas y un guionista talentoso que teja toda la trama. Vamos, lo que se llama un falso documental. Esa fue la sensación que tuve al ver ‘Searching for Sugar Man’, la de ver algo tan redondo y bien acabado que parecía imposible que fuera real y basado en investigaciones y casualidades.
‘Searching for Sugar Man’ es un largometraje documental de producción sueca dirigido por Malik Bendjelloul en 2012. Trata la historia de un desconocido cantautor estadounidense de origen mexicano llamado Rodríguez. A pesar de que unánimemente la crítica alabó sus canciones y lo calificó de un fenómeno superior incluso a Bob Dylan, sus dos discos publicados en 1970 y 1971 pasaron completamente desapercibidos… en su país natal. Pero en un lugar tan lejano y exótico como Suráfrica y, a pesa de la censura ejercida por el gobierno segregacionista, se convirtió en un éxito que lo equiparó (e incluso superó) a los Rolling Stones y otras leyendas de la época, aunque él jamás llegó a saberlo. Y de pronto desapareció. Unos dijeron que se había prendido fuego en el escenario, otros que se había disparado con una pistola…
No me gustaría destripar completamente el desenlace porque, en mi opinión, mucha de la gracia y la salsa del documental la tiene el giro en la investigación que tiene lugar más o menos hacia la mitad del metraje. No soy muy aficionado a alabar algo si realmente no creo que lo merece, pero es que Bendjelloul dosifica los testimonios, las secuencias, las canciones de Rodríguez, de forma magistralmente hipnótica. Tanto que cuesta mucho apartar la vista de la pantalla. También es cierto que esa segunda parte no tiene la intensidad de la primera, pero es algo perfectamente lógico.
Todo un descubrimiento que recomiendo y recomendaré ver a todo el mundo que tenga una mínima sensibilidad hacia la música y hacia la condición humana. En los premios Oscar de este año recibió el galardón al mejor documental largo. Y creo que muy merecido.
Hacía ya mucho tiempo que no dedicaba una entrada a los últimos videoclips que he visto y que me han gustado. En el post de hoy vamos con una serie de vídeos muy ocurrentes. Por supuesto no solo se trata de la originalidad de la idea, sino de su combinación con una buena canción. Vamos con ello.
El primer clip es que ha realizado la productora Canada para un tema del nuevo trabajo de Delorean, ‘Apar’. Es la primera vez que los de Zarautz trabajan con ellos. El resultado me parece bastante coherente con la estética y el sonido de la banda. Ahí va el vídeo de ‘Destitute time’:
El segundo clip que os ofrezco es de La Bien Querida. Siguen publicando sencillos de su gran disco ‘Ceremonia’. En esta ocasión le toca a ‘Luna nueva’. Para el vídeo, dirigido por David Domingo, han elegido una estética –como en muchos de sus anteriores clips– inspirada en los últimos años ochenta. El grafismo y las metáforas están bien conseguidas. El resultado es una pieza sorprendente y hasta delirante en algunos momentos:
El tercero es la historia de un no-videoclip. Los chicos de Daft Punk por fin han obtenido el éxito que se merecían con su nuevo trabajo ‘Random Access Memories’ y sobre todo con la canción ‘Get Lucky’. La cuestión es que los franceses, siempre jugando al despiste, también jugaron un poco con sus fans al no elaborar un clip oficial de su tema. O en principio eso parecía. No conozco exactamente lo que ocurrió, pero buscando el vídeo –tras mucho buscar– encontré el que os muestro a continuación. A pesar de estar colgado en la cuenta oficial de la banda de YouTube desconozco si es el clip definitivo. En el momento de escribir esto tenía poco más de tres millones de visitas. Muy poco para un pelotazo de estas caraterísticas:
Y el clip para la MTV, que es bastante diferente:
Para terminar, nada mejor que un poco de humor. El otro día por casualidad me topé con una película de la que había oído hablar vagamente. ‘All You Need is Cash’ es la película que, bajo la idea del Monty Python Eric Idle, se rodó en 1978 para la televisión. Una «ida de olla» al más puro estilo de los comediantes británicos que no ahorraron esfuerzos a la hora de retratar una banda llamada The Rutles, sospechosamente parecida a The Beatles, con vidas paralelas y momentos en los que es muy difícil no soltar una carcajada. Pero la cosa es bastante serie porque contaron con los verdaderos Mick Jagger, Paul Simon, Bill Murray y hasta ¡George Harrison!. La película tiene muchísimos detalles que gustarán (u horrorizarán) a los beatlemaníacos. En cualquier caso una pieza maestra del humor británico más absurdo. Aquí os la ofrezco en versión original subtitulada:
El pasado fin de semana tuve la oportunidad de ver unas cuantas películas que tenía ganas de ver. Hay un poco de todo: cine europeo, de Hollywood, español… Este es el resultado de tan maratoniana sesión de visionado.
‘Grupo 7’
Una de las cintas españolas del año (pasado). Dirigida por Alberto Rodríguez narra la historia de un grupo de policías que reciben el encargo de «limpiar» de yonquis y camellos las calles de la Sevilla pre-Expo 92. Trabajo de actores correcto, guión algo confuso… y la parte técnica en general bastante buena. Aunque la idea de la película es interesante y original, creo que no se ha aprovechado todo su potencial. Resulta bastante monótona y previsible. En algunos momentos (en los mejores) recuerda a la ‘Gomorra’ de Matteo Garrone y en otras a ‘Brigada Central’. A pesar de todo se deja ver.
‘Super 8’
La nostalgia de aquellos que hicieron sus primeros pinitos cinematográficos con el super 8 sirve a J. J. Abrams como excusa para realizar este pastiche ochentero que intenta en vano recuperar el espíritu de películas como ‘Los Goonies‘ o ‘Exploradores’. Sin pies ni cabeza, la película parece más un homenaje personal a ese cine que un verdadero y nuevo largometraje. La recreación de ese ambiente es perfecta, pero los personajes –típicos hasta decir basta– carecen de la empatía del espectador. Si viste en su día las «originales», te la puedes ahorrar.
‘Prometheus’
Parece que Ridley Scott lleva mucho tiempo sin levantar cabeza. ‘Prometheus’ pretende ser la película predecente a ‘Alien’. Esa sola idea, treinta y cuatro años después de su estreno, ya parece un sacrilegio. A lo largo del metraje vemos unos cuantos guiños –cuando no directamente autoplagios– al clásico de la ciencia-ficción. De hecho, exceptuando la escena inicial, la estructura del guión es muy similar. Y tampoco aporta nada significativamente nuevo. Scott tiene mucho oficio, y por eso la cinta es entretenida y divertida.
‘Habemus Papam’
Sin duda la mejor de la sesión es esta producción italiana de Nanni Moretti. No es una obra maestra, pero su originalidad, su sobriedad, su fino sentido del humor y su desarrollo hacen que la película sea notable. El que un Papa se cuestione su propio puesto, y por extensión, la de la institución que representa nada más ser elegido puede parecer a priori provocativa. Pero Moretti –ateo confeso– se encarga de que todo transcurra sin exabruptos anticlericales, dotando a todo el conjunto de una sólida pátina de verosimilitud. Se cuida mucho de no caer en la crítica fácil, lo que quizás sea uno de los grandes aciertos de la película. Recomendable para católicos y no católicos.
El mundo de los documentales ha experimentado un gran empuje con el surgimiento de internet y el abaratamiento de los medios necesarios para producirlos. También han cambiado los conceptos sobre los derechos de autor. Por ejemplo, el documental ‘The Pirate Bay. Away From Keyboard’, dedicado a la famosa página de intercambio de enlaces torrent, se distribuye bajo la licencia Creative Commons. Se puede comprar, sí, pero también ver o descargar gratis a cualquier resolución.
Su director, Simon Klose, siguió a los chicos desde el anuncio de la demanda de la industria norteamericana por violación de copyright en 2008 hasta la sentencia definitiva de 2012. Bajo una estética cámara en mano, mezclando diferentes resoluciones y fuentes, Klose cuenta el calvario de los cuatro suecos fundadores de The Pirate Bay (Carl Lundström, Gottfrid Svartholm, Fredrik Neij y Peter Sunde) a lo largo de ese tiempo. Se intercalan además «flashbacks» con imágenes de la redada realizada por la policía en 2006, donde fueron confiscados los servidores. Aunque no resulta aburrido en ningún momento, se centra excesivamente en la parte judicial, en fragmentos de los testimonios ante el tribunal, frente a la vida personal y la repercusión del proceso a lo largo del mundo. Precisamente por eso el resultado no ha convencido ni a los propios protagonistas.
Para mi gusto, efectivamente, los mejores momentos del documental están fuera de las salas de la Corte Suprema sueca. Por ejemplo en su entorno. The Pirate Bureau y su autobús, la manifestación antiracista, las falsas conexiones de The Pirate Bay con la extrema derecha del país nórdico o el momento en que se muestra el rack con los servidores donde se aloja la web, situada en un lugar secreto de Suecia para evitar su desconexión. De hecho, a día de hoy, la web está operativa al mismo tiempo que fuera de la ley.
Un documental muy recomendable e interesante tanto para aquellos interesados en la informática e internet como para aquellos que creen en la libertad de internet por encima de las grandes corporaciones audiovisuales. Os dejo con el vídeo subtitulado en castellano:
El cine francés es casi siempre una apuesta segura. La primera cinematografía europea por volumen y quizás por calidad genera títulos de todo tipo. En este caso nos vamos a quedar con la vertiente más comercial y accesible de esta industria, una película destinada y diseñada para ser un bombazo en las taquillas. Y así fue. ‘Intouchables’ (‘Intocables’ en castellano) es una producción de Gaumont dirigida en 2011 por Olivier Nakache y Éric Toledano que cumplió con las espectativas para las que fue ideada. Pero junto con esa predisposición para el triunfo arrastró también algunos males –como los tópicos– que son los peores enemigos de una buena película.
Philippe es un aristócrata ricachón, culto y tetrapléjico por culpa de un accidente de parapente. Su espíritu acomodado pero a la vez aventurero hace que elija como nuevo cuidador a Driss, un senegalés que vive al borde de la marginalidad pero con gran capacidad de trabajo y de sacrificio. Dos personas tan extremadamente diferente convivirán juntos durante un tiempo, lo suficiente como para que aprendan lo bueno del otro. Parece ser que la historia está inspirada en hechos reales.
Hemos visto miles de veces un argumento similar: el chico pobre que accede de repente a un mundo que no es el suyo, pero en el que pronto se hace querer. Yo me imagino a Philippe y Driss en una versión americana interpretados por Robert de Niro y Will Smith. La cinta se deja ver fácilmente, es extremadamente entretenida y se consigue empatizar plenamente con los protagonistas. Pero su argumento, aunque muy bien construido y llevado a la pantalla, es demasiado sencillo y poco real, casi ingenuo. Para pasar el rato sin más pretensiones y decir que veis cine europeo.
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