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La bitácora personal de Ricardo Martín
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3 de mayo de 2011

Visita al Palacio de Linares

Uno de los lugares más peculiares de Madrid es, probablemente, el Palacio de Linares. Su historia es azarosa y llamativa y en ella se cuelan desde fantasmas hasta amenazas de demolición, rodajes de películas y alguna que otra cosa más. Esos fueron los motivos por los que hace unos días decidimos conocerlo de cerca aprovechando las visitas guiadas que organiza la Casa de América todos los fines de semana. La intención de este post no es la de explicar la historia de tan insigne edificio, sino más bien nuestra experiencia en la propia visita. Quizás pueda serviros a los que tenéis curiosidad por ir pero no sabéis lo que os váis a encontrar.

Desconozco si los tres turnos para el sábado y otros tantos para el domingo (10, 11 y 12 horas) serán suficientes en verano, pero lo cierto es que cuando aún no estamos en temporada alta, los 20 visitantes como máximo de cada tanda apenas se cubrieron, quizás por el –en mi opinión– excesivo precio de las entradas (7 euros por persona) o tal vez por desconocimiento. La visita comienza con la proyección en una sala del sótano del palacio de un vídeo de siete minutos donde se resume la historia del palacio y se muestran las estancias que más tarde se podrán ver in situ.

De aquí nos condujeron hacia la escalinata que conduce a las plantas superiores. La zona visitable sólo incluía la llamada «planta noble», donde residían los marqueses de Linares. Es de suponer que la planta destinada al servicio ha sido remodelado completamente y poco se conserva de su aspecto original. Las explicaciones de la guía eran bastante minuciosas e interesantes, haciendo hincapié en la utilidad de cada una de las salas, los materiales con los que estaban construidos y alguna curiosidad que otra. Desde que es la sede de la Casa de América, algunas de las dependencias están destinadas a conferencias, con mesas, sillas y cables por el suelo que deslucen un poco la decoración original, pero también hay que pensar que sin esta utilidad el palacio probablemente no podría visitarse y quizás ni existiría.

Uno de los grandes inconvenientes de la visita –y que sirva esto como queja– es la prohibición de tomar fotografías o vídeos del interior por razones que, como siempre, se me escapan. Esto y el precio de la entrada pueden echar atrás a más de uno. De todos modos, creo que es una experiencia interesante que gustará a aquellos amantes de la arquitectura, de la historia y también de las leyendas. Aunque no vimos nada raro y la guía apenas hizo referencia al fantasma de Raimundita, quién sabe… Puede que nos estuviera mirando por algún agujero o pululando por las salas no visitables del palacio…

12 de abril de 2011

La tipografía por defecto

En mi serie dedicada a las fuentes más populares, dediqué una de las entregas a la Times New Roman. Probablemente es la fuente más conocida gracias a la proliferación de la informática. Y es que la mayoría de las aplicaciones que tratan textos la utilizan como estándar por defecto. Incluso la práctica totalidad de los navegadores de internet renderizan la Times New Roman como tipo cuando no se especifica otra cosa, cuando quizás lo lógico sería usar una fuente monoespaciada. Todos siempre lo hemos dado como normal, pero ¿Cuál es la razón de esta preferencia de esta fuente sobre las demás (por ejemplo la Helvetica)?

Por desgracia, para esta pregunta no he encontrado respuesta, pero me aventuro a lanzar varias posibles razones: El uso de los tipos genéricos Times Roman o Times estaba ya muy extendido en documentos escritos en todo el mundo antes de la llegada masiva de la informática. De hecho la fuente fue ideada por el diario británico The Times para usarla en la maquetación de sus periódicos. Otros medios como The New York Times, Le Monde, La Repubblica, El País, La Vanguardia o Diario 16 la utilizaron hasta fechas recientes. Otra posible razón puede tener que ver con la legibilidad. Siempre se ha dicho que una fuente serif es más legible que una sans-serif. Y por último, aunque de esto no tengo ni idea, por un asunto legal de derechos de autor. Ya se sabe como son estas cosas entre grandes empresas.

En cualquier caso, la muchas veces denostada y mal utilizada Times New Roman me parece un gran tipo, muy versátil, bien diseñada (ampliad un documento y fijaos bien en los caracteres, son una maravilla), elegante, clásica y a la vez sobria. El problema es que esta ubicuidad ha hecho que mucha gente (con razón) haya comenzado a sustituirla por otra «menos estándar».

6 de abril de 2011

Las «emisoras de números»

Tener una radio de onda corta mutibanda suele ser fuente de muchas sorpresas, sobre todo en los tiempos en que no existía internet. Cuando era pequeño, sintonizando una de estas radios encontraba emisoras rusas, inglesas, árabes y de otros idiomas no identificables para mí. Junto a estas emisiones, a veces se colaban otras un poco más inquietantes, no ya por su contenido, que era de lo más inocente, sino porque su origen era desconocido entonces e incluso hoy. Había sintonizado una de las llamadas «emisoras de números» (o «number stations»).

Hace unos meses, el programa de la Cadena SER Milenio 3 trataba este tema poniendo varios ejemplos. Fue entonces cuando recordé todo aquello. Pero ¿Qué son las «emisoras de números»? Básicamente son emisiones en onda corta consistentes en una voz que recita números, letras, sonidos o palabras sin parar, siendo este su único contenido. Sobre su origen o intencionalidad existen varias teorías, aunque la que está más aceptada es que se tratan de transmisiones cifradas para labores de inteligencia. Esto explicaría el hecho de que poco a poco van desapareciendo en detrimento de otros medios como internet.

El grupo británico ENIGMA 2000 lleva unos cuantos años estudiando estas curiosas emisoras de una manera sorprendentemente minuciosa y detallada para tratarse de un grupo de aficionados. Sin duda son expertos en cifrado y criptografía, además de aficionados a la radio. Han realizado una clasificación de todas las emisiones de las que se tiene noticia, junto con datos sobre las cifras locutadas y otros efectos, como música de fondo, tipos de voces, etc. Pero el sitio no es apto para no iniciados. He entrado y no hay manera de entender nada. Eso sí, hay toneladas de información.

3 de abril de 2011

Islas ignotas (y III): Océano Pacífico

Finalizamos esta pequeña serie sobre las islas más aisladas (valga el juego de palabras) con el paraíso de las islas ignotas: el Océano Índico. Este enorme territorio está plagado de micropaíses dispersos, constituyendo un mundo muy particular y donde el concepto de estado continental se difumina. Vamos con ello:

  • Islas Komandorski. Se encuentra en ese punto en el que América se une con Asia, Rusia con Alaska. Al final del arco que forman las Islas Aleutianas y próximas a la península de Kamchatka se ubican estas dos islas, la de Bering y la Medny, que fueron escenario en la segunda guerra mundial de una batalla naval. Sólo la de Bering está habitada y cuenta con una población de 613 habitantes.
  • Isla de San Francisco o de Wake. Es una de más curiosas por la cantidad de peculiaridades geopolíticas que acumula. Igual que la isla de Guam, también en el Pacífico, forma parte de una entidad llamada Territorios no Organizados y no Incorporados a los Estados Unidos. Una figura geográfica que supone que están bajo la administración norteamericana pero no forman parte de su territorio. Esta isla, es un atolón, cuenta con tan sólo poco más de siete kilómetros cuadrados de extensión y su población es de 42 habitantes. Otra de sus curiosidades es que tiene un movimiento separatista de los EEUU llamado EnenKio. Tras la independencia de las cercanas Islas Marshall en 1990, el grupo viene reclamando lo mismo para San Francisco sin demasiado éxito hasta el momento.
  • Isla Sala y Gómez. Muy cerca de la archifamosa Isla de Pascua (de la que evidentemente, a pesar de ser el territorio más ignoto del planeta, es suficientemente conocida como para no aparecer en esta serie) se encuentra este islote minúsculo y deshabitado de tan sólo 150 metros cuadrados y administrativamente perteneciente a Chile. Fue descubierto por dos marineros españoles, José Salas Valdés en 1793 y José Manuel Gómez en 1805. Pero evidentemente, los nativos ya le habían dado un nombre mucho más exótico e interesante: Motu Motiro Hiva, o lo que es lo mismo, «islote del pájaro en el camino a Hiva», siendo Hiva el territorio mítico del que supuestamente provienen los habitantes de todas estas islas del Pacífico.
  • Isla de Clipperton. Otra de las islas curiosas del Pacífico es este atolón perteneciente a la Polinesia Francesa, a pesar de estar situado cerca de las costas mexicanas. De hecho, desde la independencia de España, la isla ha estado continuamente en disputa y ha pasado por varias manos, incluyendo las inglesas. Desde 1930 forma parte del territorio francés. Desde los tiempos de la segunda guerra mundial se encuentra deshabitada. Desde entonces ha sido un territorio casi despreciado por los franceses y hasta se planteó crear allí un gigantesco cementerio nuclear, pero por presiones de Estados Unidos y México se deshechó la idea.
29 de marzo de 2011

‘Finisterrae’

A veces me gusta bucear dentro del mundo del cine raro, del cine insólito, experimental o como lo queramos llamar. Llevaba tiempo queriendo ver ‘Finisterrae’ y por fin el otro día pude verla. ‘Finisterrae’ es una de esas películas que pasarán desapercibidas y que, quizás en el futuro sean recuperadas como lo que es, una rareza tremenda. El proyecto nació paralelamente a la edición del festival de música avanzada Sónar 2010 que, por primera vez contó con dos sedes, Barcelona y Santiago de Compostela. Precisamente para promocionar esta última se ideó toda una imagen que podríamos llamar «corporativa».

Los protagonistas de ‘Finisterrae’ son esos dos fantasmas vestidos a la antigua usanza (con sus sábanas blancas y todo), los mismos que aparecían en la cartelería del festival. En cuanto a la película, fue dirigida por Sergio Caballero e interpretada por dos catalanes y dos rusos. Tal vez por eso los diálogos están en la lengua de Tolstoi. La cinta está compuesta por varias partes, a cada cual más delirante, y narra las extrañas aventuras y desventuras de esos dos fantasmas entre su hábitat natural en un polígono industrial del extrarradio de Barcelona y Finisterre. Por supuesto todo ello en un tono que va a medio camino entre la solemnidad, el surrealismo, la ironía y el absurdo más completo.

Como dicen algunas de las críticas, ‘Finisterrae’ parece una parodia de las ininteligibles películas de autor, o de arte y ensayo, de gente como Andrei Tarkovski, pero en realidad su verdadero sentido es difícil de desentrañar, igual que el cine de Tarkovski. Lo que está claro es que se nota que su guión fue escrito con una libertad extrema. El resultado, una pieza rara que no cabe en ningún género.

23 de marzo de 2011

Vídeo: La «superluna» desde Cáceres

El pasado sábado se produjo un curioso fenómeno astronómico llamado «superluna». Nuestro satélite, la Luna, no ha estado más cerca de nosotros desde 1992. Esto supone que su tamaño desde la Tierra aumenta un 14%. El efecto es aún mayor durante la salida, al atardecer y justo después de que por el oeste se ponga el sol. Por eso, además de enorme, la Luna tiene un intimidante color rojizo.

Con la intención de registrar el evento, cogí la cámara y el trípode y me dispuse a ir a un lugar apartado y elevado que mirara hacia el este. En realidad ya lo tenía elegido días antes y resultó ser un buen lugar. La única pena era no disponer de un objetivo con una distancia focal mayor que los 250mm de mi objetivo más grande. El resultado que váis a ver a continuación es el fruto de un buen puñado de minutos grabando y acelerando la secuencia ocho veces en unos casos y diez en otros. De todos modos, la imagen era oscilante por culpa de no haber desactivado el estabilizador cuando la coloqué en el trípode, pero no hay nada que After Effects no pueda solucionar en la postproducción. Sin más os dejo con el clip:

16 de marzo de 2011

Islas ignotas (II): Océano Índico

Seguimos con nuestro insólito repaso por las islas perdidas y desconocidas de esos océanos inmensos. En esta ocasión veremos algunas de las situadas en el Océano Índico que es, junto con el Pacífico, el paraíso de las islas, aunque quizás no existan demasiadas que estén lo suficientemente aisladas como para aparecer en esta lista:

  • Islas del Príncipe Eduardo. Se trata de un archipiélago formado por dos islotes a medio camino entre el sur de África y la Antártida (a casi 1800 kilómetros de Sudáfrica). Son posesión sudafricana desde 1948 y sus únicos habitantes son los miembros de una base científica de aquel país y que se encuentra en la más grande de las dos islas, la Isla Marion (de 290 kilómetros cuadrados). La menor, que es la del Príncipe Eduardo, tan sólo tiene 45 kilómetros cuadrados. El clima es frío (subantártico) y en el pasado sólo estuvo habitado temporalmente por cazadores de focas en el siglo XIX.
  • Islas Crozet. Están ubicadas a mil kilómetros al sureste de las Islas del Príncipe Eduardo. Son cinco islas de curiosos nombres (Isla del Cerdo, Isla de los Pingüinos, Isla de la Posesión, Islotes de los Apóstoles e Isla del Este) y forman parte de los Territorios Australes Franceses desde 1955. No están precisamente superpobladas, ya que suman una extensión total de unos 350 kilómetros cuadrados y… 23 habitantes. Que tampoco está mal hablando del lugar de que estamos hablando.
  • Isla de Ámsterdam. Descubierta por Elcano en 1522, esta isla de 55 kilómetros cuadrados forma parte, igual que las anteriores, de los Territorios Australes Franceses y está a más de 3300 kilómetros de las costas australianas y de las de Madagascar. Como casi todas, carece de vegetación y no tiene población fija, sólo los 20 científicos que ocupan la base Martin de Viviès, situada en el norte de la isla.


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