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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
4 de noviembre de 2010

Djulirri, o la enciclopedia histórica aborigen

Me sigue llamando la atención que en nuestro planeta aún queden territorios prácticamente inexplorados en países que, si bien son de enorme extensión, forman parte del mundo desarrollado. El caso más claro es el de Australia. La isla austral es un continente en sí mismo y alberga muchas sorpresas que siguen fascinando a los investigadores. Uno de los últimos descubrimientos de los que he tenido noticia a través del programa ‘La Rosa de los Vientos’. Se trata de un hallazgo que no es nuevo, ya que se tenían datos de su existencia desde los años sesenta del siglo XX.

Se sabía que dentro de lo que hoy es el Parque Nacional de Kakadu (Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1981), al norte de la isla y al oeste del golfo de Carpentaria, existían miles de pinturas rupestres en lugares como Nourlangie Rock, datadas algunas de ellas hace 20 000 años –una antiguedad similar a las de Altamira–. Pero lo que se desconocía era que no muy lejos de allí había unas pinturas aún más sorprendentes. En el abrigo rocoso de Djulirri, en la Tierra de Arnhem, el estudioso George Chaloupka halló hacia 1970 una serie de dibujos que tenían la particularidad de haber sido realizados a lo largo de un rango temporal insólito. Los expertos convienen en datar las más antiguas como de hace unos 15 000 años y las más recientes en ¡1960!.

Probablemente sea el único lugar del mundo en el que ancestrales pinturas de hace decenas de siglos conviven con otras que representan barcos, rifles, colonos, automóviles o bicicletas entre otras cosas. Eso significa que los aborígenes de la tribu plasmaron en la roca todo aquello que vieron a lo largo de los milenios, convirtiéndose en una especie de registro histórico de «esa humanidad». Por ejemplo, los barcos representados son de varios tipos. Desde barcas de pescadores que pulularon por las costas australianas en el siglo XVIII y XIX, hasta vapores del siglo XIX o incluso acorazados de la segunda guerra mundial.

¿Qué pensarían esos hombres de lo que estaban representando? De lo que no hay duda es de que fueron grandes observadores y que acudieron al lugar a pintar todo lo que cualquier miembro de la tribu veía dentro de su territorio. Entre otras cosas, hay que reescribir unos cuantos capítulos de la historia de Australia. Hasta ahora se pensaba que los nativos habían estado aislados hasta la llegada de los británicos en el siglo XVIII. Nada más lejos de la realidad. Los hallazgos reflejan los viajes de comerciantes chinos hasta las costas de la isla continente muchos siglos antes que los occidentales. Y yo me pregunto: ¿Ocurrió lo mismo con América?

A pesar de que Chaloupka fue el primer estudioso en hallar Djulirri, no fue hasta 1998 cuando Daryl Guse con ayuda de un anciano aborigen que le sirvió de guía redescubrió el lugar. De hecho la noticia no saltó a la prensa hasta 2008. Aún hoy es difícil encontrar información en castellano sobre el tema y desconozco si está habilitado para poder ser visitado.

1 de noviembre de 2010

Visita al Museo de la Evolución Humana de Burgos

El pasado día 30 visité el Museo de la Evolución Humana que está en Burgos. Se ha convertido, desde que fue abierto en julio, en el principal atractivo de la ciudad castellana. Ocupa lo que antiguamente fue un solar de uso militar, situado en un lugar privilegiado en la margen izquierda del Arlanzón, muy cerca de la Plaza Mayor y de la famosa Catedral. El complejo del museo lo forman tres edificios, tres cubos de cristal que dejan pasar la luz del sol, aunque en el momento de nuestra visita el cielo estuviera completamente nublado.

Sólo se puede visitar el edificio central, que es donde está la zona expositiva. Dentro de todo lo que puede verse, las «joyas de la corona» están en la planta -1 y son el centro y la base del museo. Son los fósiles originales encontrados en la Sierra de Atapuerca, ejemplares únicos que han revolucionado la forma de entender la evolución humana y que pudimos tener a apenas unos centímetros de nosotros. Allí estaba el pequeño (mucho más de lo que me imaginaba) cráneo incompleto del homínido más antiguo encontrado en Europa, es decir, el homo antecessor (1,3 millones de años). También estaba Miguelón, o lo que es lo mismo, el cráneo de homo heidelbergensis más completo que se conserva en todo el planeta (500 000 años) o el bifaz de cuarcita roja bautizado como Excalibur y depositado junto a un cadáver de hace 400 000 años.

Todos estos restos están inmejorablemente presentados, como todo en el museo, en unos habitáculos muy oscuros con una tenue iluminación que dejan ver los fósiles a través del grueso cristal de la vitrina. La verdad es que impresiona tener delante todo esto después de haber leído y visto mucho sobre el tema. A partir de aquí el museo, sin perder el interés, no está a la altura de los fósiles. Se nota la intención didáctica e interactiva de las plantas 0 (la evolución en el sentido biológico) y 1 (la evolución en sentido cultural), con paneles luminosos, pantallas con vídeos, proyecciones tridimensionales o recreaciones (como la del interior del Beagle, el barco que llevó a Charles Darwin por todo el mundo, o la de un enorme cerebro hecho de cables eléctricos en el que podemos entrar. La segunda planta la ocupa la cafetería-tienda, donde podemos sentarnos a tomar algo y a la vez ojear algunos libros sobre el tema de la evolución o comprar una camiseta de recuerdo.

En definitiva, y a pesar de que el tiempo no acompañó, la visita fue muy interesante y merece la pena de sobra pagar los 6 euros de la entrada a poco que os interese el tema de la evolución humana. Hay muchas otras cosas que dejo para que las descubráis vosotros mismos. El lado negativo, como siempre, lo ponen las absurdas restricciones. Está bien que dejen hacer fotografías (sin flash), pero no entiendo por qué no se puede filmar…

27 de octubre de 2010

La colonia perdida de Roanoke

Hay un par de aspectos que hacen de la colonia de Roanoke un asunto muy curioso e interesante. Primero porque fue la primera colonia británica estable en América. Y segundo porque tuvo un abrupto y misterioso final. Aún hoy los investigadores siguen lanzando teorías sobre qué pudo ocurrir con aquellos colonos. Pero vamos a comenzar por el principio.

Las primeras expediciones inglesas a las costas de lo que hoy es Carolina del Norte datan de 1584, cuando los primeros exploradores desembarcaron en la isla de Roanoke (en los llamados Outer Banks) a la búsqueda de un lugar apropiado para montar un campamento de defensa frente a los asentamientos españoles más al sur. No olvidemos que las tensiones entre ambas potencias, la española en decadencia y la inglesa en auge, eran constantes y daría lugar a la guerra de 1585. Se comprobó que también era un terreno apto para la instalación de familias. Al año siguiente Sir Walter Raleigh, basándose en la información de estos exploradores emprende el viaje con 75 expedicionarios. Al poco de asentarse hicieron una batida «preventiva» contra los indios nativos. Ese gran error lo pagarían más tarde. El temor a un ataque indígena iba en aumento. Las relaciones estaban tan deterioradas que los expedicionarios tuvieron que regresar a Inglaterra. En 1587 la cosa fue en serio. 117 colonos partieron hacia Roanoke con Raleigh al frente. Se establecieron con éxito en la zona norte de la isla. Allí nació aquel mismo año Virginia Dare, la primera norteamericana de origen inglés de la historia.

Pero entonces comienza el misterio y las lagunas en el relato. Las relaciones con los nativos eran cada vez más complicadas, a pesar de los esfuerzos de los colonos por apaciguar los ánimos. También la subsistencia del grupo peligraba. Ante esta situación, Raleigh volvió a Inglaterra, pero no pudo regresar a América hasta tres años después debido a la situación de guerra con España. No volvería a ver a ninguno de sus compatriotas. A su retorno se encontró la colonia desierta aunque sin signos de violencia ni desorden. El campamento estaba ordenadamente desmontado como si hubieran abandonado voluntariamente el lugar. Las marcas que habían convenido en caso de producirse un ataque de los indios no se encontraron por ninguna parte. El ataque de los indios era, por tanto, una hipótesis poco probable.

Este asunto ha traido de cabeza a investigadores desde aquellos mismos tiempos. Hoy día la teoría más factible es que la colonia fue absorbida pacíficamente por los nativos. Ante la escasez de víveres, los colonos decidieron convivir con los indios para, con el tiempo, terminar mezclándose con ellos. Con las nuevas técnicas genéticas, la indagación sobre los posibles rastros ingleses en las tribus de indios locales de la actualidad resulta apasionante. De hecho se han encontrado indicios, no sólo a nivel biológico, sino lingüístico. Para los que estén interesados en este asunto, existe una página web llamada The Lost Colony Center for Science and Research donde puede encontrarse abundante información sobre las investigaciones. También hace algunos meses en el programa La Rosa de los Vientos de Onda Cero se dedicaron unos minutos al enigma de la colonia perdida.

20 de octubre de 2010

Publicidad clásica de foto, cine y vídeo doméstico (1962-1982)

Igual que cuando hicimos aquel pequeño repaso por los anuncios en prensa escrita sobre televisores, el mundo de las cámaras fotográficas, de los filmadores domésticos de cine y las videocámaras ha ido cambiando a pasos agigantados. Algo que puede notarse sobre todo a partir de los primeros años ochenta con la irrupción del vídeo y de los primeros años del siglo XXI con la popularización de la fotografía digital. Aunque en este último caso se merecerá un capítulo aparte.
La tarea de exhumar viejos anuncios de la prensa nos obliga a mirar hacia atrás y saber de dónde venimos. Esta vez, la publicidad ha salido de las hemerotecas digitalizadas y de libre acceso de la revista Triunfo y del diario La Vanguardia. Vamos con ello:

En 1962 la incipiente sociedad de consumo demandaba nuevos aparatos. Junto con las lavadoras, los televisores y los automóviles, los españolitos de los primeros años sesenta también buscaba inmortalizar sus momentos de vacaciones, el bautizo o la comunión del niño o la boda de turno. De ese año es precisamente el anuncio de la Vitoret Vitomatic, una ignota marca sueca que vendía su cámara por 2115 pesetas de la época, que no era poco dinero. Junto a ella, publicidad de Canon. Quien pensaba que el fabricante japonés es un advenedizo que se dedica a esto de la fotografía desde hace poco tiempo, aquí está la prueba de que en la España de 1966 ya eran populares. El modelo no era una EOS, sino CANONET QL 1,7.

Igual que Canon, Polaroid no es un invento de los ochenta. Buena prueba de ello es este anuncio de 1967, donde puede verse la Polaroid Swinger. Hasta hace poco esta era la única manera de obtener nuestras fotos instantáneamente… Ahora sería impensable no poder ver nuestras fotografías instantaneamente. Y al lado, un nuevo anuncio de Canon, aunque esta vez dando un salto en el tiempo hasta 1982. La compañía era y es patrocinador oficial del Campeonato del Mundo de Fútbol. El modelo AE-1, que es el que aparece en la imagen, es un auténtico clásico para los entusiastas de la retrofotografía y el buque insignia de Canon en aquellos tiempos.

También en los ochenta, un grande de la fotografía como es Kodak intentaba reinventarse con nuevos formatos. Los dos anuncios son de 1982. El primero de ellos es de la Kodak Disc. La particularidad de esta cámara es que en vez del carrete convencional, llevaba un disco giratorio de 15 exposiciones de película reversible. Ni que decir tiene que el invento fue un fracaso. No puede decirse lo mismo de la Pocket Instamatic, otro clásico absoluto. Se fabricaron más de 25 millones de unidades de sus diferentes modelos entre los años setenta y los noventa…

Y llegamos a la imagen en movimiento. Como dije antes, el cambio de la película cinematográfica al vídeo supuso una revolución. Al principio, y como puede comprobarse en estos dos anuncios de 1982, las diferencias de tamaño son claras. El Super 8 era un formato ya muy probado y las cámaras eran cada vez mejores. De hecho, la película de 8 milímetros tiene, aún desde los estándares actuales, una definición notable. La publicidad de la Kodak Ektasound supone el escalón más alto de esta tecnología antes de su declive comercial. Una pequeña joya vintage que puede conseguirse en las webs de segunda mano por 10 euros. Pero frente a ella, la tecnología emergente. El poder ver lo grabado inmediatamente. Peor calidad de imagen y un aparataje monstruoso. Por eso parece de broma el anuncio de la videocámara (o videocassette) Thomson, que lo llama «portátil». Juzgad vosotros mismos.

19 de octubre de 2010

‘La Mitad Invisible’

El otro día comenté en un post el acertado giro cultural de La 2. A pesar de las muchas redifusiones que emiten (sobre todo por las mañanas), casi no veo otros canales. Siempre hay algún programa que me deja enganchado. Uno de esos programas del que hablé de pasada en aquel artículo es ‘La Mitad Invisible’, un espacio inicialmente pensado para el fallido canal Cultural.es, cerrado por falta de presupuesto. TVE ha salvado esta peculiar producción y la ha trasvasado a La 2. ‘La Mitad Invisible’ es un oasis dentro del oasis que ya de por sí es la segunda cadena pública. El hecho de su peculiaridad tiene un «culpable»: Juan Carlos Ortega. Los que lo seguimos en la radio sabemos lo particular de su pensamiento, de su humor blanco y casi infantil y su curiosidad por las cosas.

Todo eso lo aplica a esta serie de programas dedicado a analizar una obra de arte, sin importar si es una canción, una película, un cuadro o un lugar. Ortega desgrana los aspectos más importantes (y también los menos) de cada pieza, descubriéndonos su intrahistoria y los detalles que sólo los expertos conocen. De hecho se entrevista a personas relacionadas con la obra, aportando siempre un punto de vista diferente.

Hasta ahora pueden verse ocho episodios de media hora cada uno. Desconozco si se produjeron más o si simplemente es una emisión «muerta» y cerrada. En la web de RTVE pueden verse online todos ellos. Muy recomendable para toda la gente a la que le gusta el arte en su sentido más amplio o simplemente curiosos con ganas de aprender pasando un buen rato. También existe un blog que mantiene actualizado el equipo del programa, aportando contenidos diferentes a los del propio espacio.

Os dejo con el capítulo dedicado a ‘Las Meninas’ de Diego Velázquez:

La mitad Invisible: Las Meninas, de Diego Velázquez

14 de octubre de 2010

Harinezumi, la moda por encima de todo

El mercado de los artilugios que hacen vídeo es posiblemente uno de los más competitivos que existen. Cuesta mucho hacerse un hueco, diferenciarse para encontrar un nicho adecuado donde subsistir. Las compañías de tecnología son conscientes que de hoy cualquier teléfono móvil graba vídeo en condiciones más que razonables. Al mismo tiempo la miniaturización de los sensores y de los objetivos es galopante. Por eso propuestas como la extraña cámara de vídeo japonesa Harinezumi es un síntoma claro de que en un mercado saturado la solución es apostar por otras características. El País lleva hoy en sus páginas un pequeño reportaje sobre este asunto.

La Harinezumi es algo así como la Lomo del vídeo digital. Un aparato sencillo de usar, pequeño, rústico y cuyos resultados finales son… digamos modestos. Por cierto, lo que no es modesto es su precio. El último modelo del fabricante japonés cuesta unos 150 euros. Por esa cantidad se puede adquirir una cámara digital convencional que grabe vídeo a una calidad notable. Pero claro, el valor añadido de la Harinezumi es que «mola» y que está de moda, aunque sea uno de los cacharros más feos que haya visto nunca. La usan los famosos y en los ambientes artísiticos (supongo que en los menos rigurosos) es lo último.

Del análisis que hacen los chicos de QueSabesDe.com pueden sacarse esas conclusiones. Que nadie piense que esta cámara graba en HD ni que haga fotos de muchos megapíxeles. Ni siquiera que la imagen resultante sea fidedigna respecto de la realidad. Nada de eso. Viendo los clips que hay por ejemplo en YouTube ni siquiera creo que tenga nada peculiar que no pueda hacerse con cualquier móvil o con una videocámara de gama baja. Tiene un sensor CMOS de 3 megapíxeles para fotos y una resolución de 640×480 para vídeo. Pero claro, la Harinezumi, igual que la Lomo (¿Quién ha utilizado realmente esa cámara?), es puro culto al objeto más que a su función. Es el signo de los tiempos.

13 de octubre de 2010

Mapas mentales o el arte de memorizar visualmente

A lo largo de las últimas semanas he estado experimentando con diversas técnicas de memorización. En breve me presentaré a un examen y me apetecía probar cosas nuevas. He ensayado métodos como el de las asociaciones inverosímiles, la habitación romana o los mapas mentales. Han sido precisamente esta última la que me ha parecido más curiosa e interesante (también la más efectiva y rápida para mí). Básicamente consiste en dibujar un esquema donde vamos reflejando los diferentes conceptos que queremos memorizar. Sólo debemos seguir tres sencillas reglas:

  • Usar una estructura jerárquica, que bien puede ser la emulación de las ramas o las raíces de un árbol, cada vez más delgadas según avanzamos en el esquema.
  • Utilizar colores para diferenciar las ramas principales. Cuantos más colores usemos, mejor.
  • Evitar las líneas rectas. Son aburridas para nuestro cerebro, nos las presta atención. Cuanto más extrañas sean las «ramas» de nuestro esquema, más peculiar será y por tanto más fáciles de memorizar.

A partir de aquí la única regla es que no hay reglas. Podemos combinar los mapas mentales con, por ejemplo, las asociaciones inverosímiles, hacer pequeños dibujos esquemáticos (o no) para fijar los conceptos. Siempre hay que tener en cuenta que el cerebro memorizará antes lo más extraño, aquello más raro o menos habitual, lo más chocante o lo más humorístico.

Buscando por internet encontraréis muchos ejemplos y esquemas hechos para aprender más rápido. He de reconocer que al principio cuesta soltarse. Como cualquier técnica, requiere práctica, sobre todo para depurar los conceptos y esquematizarlos a partir de, por ejemplo, un texto. Pero una vez hecho este esfuerzo tenemos la memorización asegurada. En el examen, si lo hemos hecho bien, recordaremos todas esas peculiaridades de nuestro mapa. Si tal concepto lo dibujamos en verde o si lo asociamos con un florero, con una rana o con un coche. Si lo dibujamos haciendo una espiral o formando escalones. Si estaba cerca de ese otro concepto o en la esquina superior derecha del folio. Si tenéis curiosidad, podéis consultar «El Libro de los Mapas Mentales» [PDF] de Tony Buzan.



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