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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
26 de marzo de 2008

‘Zeitgeist’, el documental conspiranoico de moda

Tenía por ahí pendientes unos cuantos documentales para ver. Uno de ellos era ‘Zeitgeist’ (literalmente del alemán «el espíritu del tiempo»). ‘Zeitgeist’ encarna modélicamente lo que se puede denominar un nuevo subgénero dentro de los documentales y que ha crecido exponencialmente gracias a internet. Me refiero a aquellos que cuestionan todo lo establecido y denuncian las mentiras de los poderosos para hacernos ver que la realidad no es tal y como nos la cuentan. Ya hay docenas de estos trabajos por ahí repartidos. Unos defienden sus ideas de forma más o menos solvente y otros de forma desastrosa.

Hay un tercer tipo, al que pertenence ‘Zeitgeist’ que sabe mezclar con habilidad temas reales y probados (por ejemplo el recorte de libertades en los Estados Unidos) con otros bastante dudosos y partir de asuntos con los que es fácil estar de acuerdo para después hacernos comulgar con ruedas de molino y llevarnos a jardines fantasiosos.

El documental consta de tres partes: en la primera hace un repaso a la historia de las religiones, «demostrando» que todas al final tienen un origen en las primeras civilizaciones de la humanidad y su adoración al sol y al firmamento. Para ello se vale de datos para mi gusto muy forzados, queriendo encajar con calzador todas las piezas y no dejarse ningún cabo suelto. Esta parte es curiosa, pero un poco cargante y repleta de datos inútiles que si tuviera un poco de tiempo y de ganas se podrían rebatir con facilidad. A donde nos quiere llevar es que con el tiempo, las religiones (en especial la cristiana) se convirtieron en superestructuras de gran poder, por encima incluso del poder político, que funcionaban con amenazas y sembrando el terror (con lo que estoy de acuerdo). La Iglesia tuvo su momento de gloria durante el cual subyugó a cualquier movimiento cultural y social que no se ajustaba a sus ideas. Al final del documental establecerá un paralelismo con el superpoder que según ellos nos gobierna actualmente.

La segunda parte es seguramente la más endeble. Se apunta a la teoría de la conspiración para explicar los atentados terroristas del 11-S con los ya famosos argumentos utilizados por estos grupos. Una vez más digo lo mismo de siempre: de acuerdo con que todo lo que sucedió aquel día no está completamente explicado y que Bush lo manipuló y lo utilizó en su beneficio. Pero de ahí a concluir que fue una misteriosa conspiración hay un buen trecho. No merece mayor explicación.

Por último, ‘Zeitgeist’ se centra en el débil sistema financiero norteamericano y en cómo las crisis y las guerras son económicamente beneficiosas para el capitalismo, a la vez que el propio poder económico genera las guerras. Vale, con esta parte puedo estar de acuerdo.

La conclusión a la que llega ‘Zeitgeist’ es que tanto la religión como la política, el orden geoestratégico y todo aquello que se escenifica en el mundo que vemos es una farsa, un mero teatro para mantener a la población entretenida y confundida mientras unos pocos se reparten el poder más allá de lo que la historia nos ha venido a contar. Por supuesto me parece un absoluto delirio.

Formalmente el documental me parece pretencioso, largo, farragoso, intencionadamente impactante, grandilocuente y sensacionalista. La versión subtitulada en español parece traducida por un «Hoygan». Para mí ‘Zeitgeist’ no causa ni revuelo, ni controversia ni polémica. Más bien me parece una mera caricatura de todos los documentales que he visto anteriormente sobre denuncias y que intentan «abrirnos los ojos».

Pero por si alguien quiere verlo, aquí se lo dejo:

16 de marzo de 2008

‘El Pan Nuestro de Cada Día’

Acabo de ver el documental austríaco ‘El Pan Nuestro de Cada Día’ (‘Unser Täglich Brot’) dirigido en 2005 por Nikolaus Geyrhalter sobre la industria de la alimentación, o mejor dicho a quienes hacen el «trabajo sucio» y «cultivan» las materias primas (carne, cereales, leche, verduras y frutas) en un entorno casi siempre altamente tecnificado. Sí ya el argumento es de por sí inusual, no lo es menos la forma en que es tratado, sin palabras, sólo colocando la cámara en los lugares donde se produce la acción y observando fríamente.

El documental es casi una oda a las máquinas, a la industrialización de los procesos. Unas veces los artilugios son ingeniosos, otras terribles tanto para hombres como para animales. De aquí que llegue a la conclusión de que Geyrhalter también quiere reflejar las condiciones inhumanas del trabajo en estas instalaciones, casi estableciendo un paralelismo con sus víctimas animales.

Lo cierto es que en la sociedad contemporánea occidental poco queda de la imagen idealizada de las granjas con las gallinas o de los cerdos corriendo a su libre albedrío. Hoy la funcionalidad y la aumentar la producción es lo que prima. Cuanto más rápida y más cantidad, mejor. El ser humano no conoce límites en su voracidad. Cada vez comemos más y la maquinaria industrial del sector tiene que responder a la demanda con métodos de producción cada vez más masivos y aterradores. Así que, damas y caballeros, bienvenidos al espectáculo de la producción alimenticia en Europa.

Aquí está el documental íntegro:

14 de marzo de 2008

El duende de Güemes y la propagación del sensacionalismo

Ha sido algo increíble y casi inexplicable cómo una noticia local, publicada por un diario local argentino, ha sido amplificada internacionalmente por multitud de medios sensacionalistas. Hemos visto ya aparecer todo tipo de seres ante los ojos y los móviles de jovenes varios. Casi siempre estos eventos se producen en países de América Latina, como aquel alienígena que se escondía detrás de un poste y del que ya hablé en su momento.

En este caso la aparición fue de un gnomo en la localidad argentina de Güemes, provincia de Salta. Unos jóvenes estaban reunidos de madrugada en la calle cuando de pronto fueron sorprendidos por alguien que les tiraba piedrecitas. Comprobaron que la agresión provenía de unos arbustos que se movían. Al poco tiempo vieron como un pequeño ser se les aparecía en el camino. El gnomo tenía una especie de sombrero puntiagudo y unas piernas cortas, como de enano. E igual que llegó se fue. Eso es al menos lo que se ve en el pésimo vídeo grabado por los muchachos. Según se comenta en El Tribuno, primer medio local que se hizo eco de la noticia, el gnomo fue también visto por operarios ferroviarios la misma noche.

Me parece bien que la juventud se dedique a fabricar estos vídeos en vez de grabar palizas y gamberradas varias. Pero lo que me sorprende es que la prensa digital de medio mundo lleven esta noticia a sus diarios. El sensacionalismo ha encontrado en internet un nuevo caldo de cultivo y está ansioso por encontrar hechos cada vez más impactantes, sin querer comprobar su veracidad. El primer golpe es al final el que cuenta. Las visitas, los enlaces y las referencias en redes sociales e índices de noticias tipo Digg hacen el resto. Lo saben muy bien en el tabloide británico The Sun o en el australiano Herald Sun (medio de News.com).

Después de rastrear por pura curiosidad todos los medios que informan del «duende de Güemes», me doy cuenta de que a ninguno le ha dado por profundizar un poco en el asunto, buscar a los chavales autores del vídeo, hacer periodismo de investigación para desmentir seguramente lo que ocurrió. Pero no, las webs se limitan a reproducir las mismas palabras, las mismas fotos y el mismo vídeo del dichoso gnomo.

12 de marzo de 2008

Eliza

Esta entrada viene a cuento de la muerte de Joseph Weizenbaum, el creador de Eliza. ¿Y qué es Eliza? Pues posiblemente la abuela de todas las aventuras conversacionales y los primeros intentos de crear un interlocutor virtual medianamente creíble. Aunque aquella aplicación primigenia diseñada en 1966 carecía de todo mecanismo de inteligencia artificial, conseguía engañar en cierta medida al conversador humano. Evidentemente no pasaría el test de Turing, pero la idea era de lo más innovadora.

Eliza simulaba (o casi parodiaba) a un psicólogo al que el operador que manejaba el terminar respondía a las preguntas que formulaba el ordenador a la vez que éste contestaba a los comentarios del operador. Tal y como se cuenta en la Wikipedia, el modo en que funcionaba era muy simple, porque se limitaba a cambiar palabras dentro de un puñado de frases preestablecidas a partir de la entrada que el usuario introducía por teclado.

Como dije antes, todas las aventuras conversacionales heredan de Eliza muchas de sus características, perfeccionándolo notablemente a lo largo de los años. Las pioneras fueron ‘Dungeon’ y ‘Adventure’ en 1975. Alguna vez he dicho que este tipo de videojuegos son y han sido siempre mi debilidad y servidor también hizo en su momento sus pinitos con ‘Castle’ (1995), una aventura programada en Pascal y que quedó bastante bien. Hoy día cualquier programador dispone de herramientas como analizadores léxicos y sintácticos o las expresiones regulares que permiten una mayor flexibilidad a la hora de crear «computadoras parlanchinas». En la red se pueden encontrar muchos de estos ejemplos.

29 de febrero de 2008

‘El Viaje de Argos’

Los que seguimos desde hace unos cuantos años el programa de Onda Cero ‘La Rosa de los Vientos’ estamos de enhorabuena. Lo necesitábamos después de la irreparable pérdida de Juan Antonio Cebrián hace unos meses. Paradójicamente, el espacio radiofónico está ahora más vivo que nunca. A las páginas web de Carlos Canales y Jesús Callejo, el blog de Bruno Cardeñosa y a otras iniciativas como el Boletín de las 4C con los temás tratados en las tertulias de los domingos, viene a sumarse ahora ‘El Viaje de Argos’.

Se trata de una idea de Carlos y Jesús junto con Alejandro Polanco (autor de ‘La Cartoteca’ y ‘Tecnología Obsoleta’) y viene a ser una revista digital mensual y gratuita que contendrá todos los temas que habitualmente se tratan en el programa. Asuntos que a menudo son desconocidos y no por ello menos interesantes. En febrero se ha lanzado el número 0 de prueba con algunos asuntos que despiertan nuestra curiosidad y aportan otro punto de vista sobre cuestiones que quizás ya conocíamos. Curioso es, por ejemplo, el reportaje dedicado al uso militar de los aerostatos, un extenso artículo sobre el atractivo tema del cronovisor o un repaso por los primeros intentos de crear vehículos autopropulsados.

Me parece una excelente idea que parte de estas mentes inquietas que nunca dejan de sorprendernos con sus ideas y trabajos. Ojalá hubiera más gente como ellos.

25 de febrero de 2008

Los mariachis amigos de Obama

Los Estados Unidos están cambiando:

Visto en ALT1040.

24 de febrero de 2008

«Hoyganes» versus «talibanes ortográficos»

A pesar de que cada vez hay más componente multimedia en internet, la web y los demás servicios que proporciona internet son básicamente leídos y escritos. Es curioso que tras la era de la televisión y la radio, el nuevo medio devuelve a la letra escrita con todo lo que esto conlleva. Igual que con los mensajes cortos de texto en los móviles, desde siempre se ha discutido sobre cómo han de escribirse y si la «nueva ortografía» derivada de estos nuevos medios ha de respetarse o exterminarse.

Hilando con esto hace unos años surgió el fenómeno de los «hoygan» (u «hoigan»). ¿Y qué demonios es un «hoygan»? Según deficiones no oficiales se trata de aquellos internautas que escriben comentarios generalmente en blogs y foros que se caracterizan por estar rematadamente mal escritos y redactados, con abundantes faltas de ortografía hasta el punto de ser prácticamente ininteligibles. El contenido también suele ser de lo más estrafalario y surrealista. A veces hasta son cansinos en sus extrañas peticiones. En la web hoygan.info se dedican a recopilar algunas de estas patadas al diccionario para que todos nos podamos reír a base de bien. Un ejemplo extraído de esta web:

«HOYGAN QUICIERA QUE ME MANDEN EL CRACK PARA QUE EL EMULE ME VAJE LOS PROGRAMAS CON LA PC APAGADO»

Paralelamente a los «hoygan», o más bien en posiciones enfrentadas, están los «talibanes ortográficos» (grammar nazi en inglés). Su defecto no es corregir a los demás y velar por la pureza de la lengua de Cervantes, sino usar esas faltas de ortografía como argumento contra sus opiniones. De estos «talibanes» he visto montones de ejemplos, algunos llevando su perfección hasta el límite. Pero cuanto más estricto sea, más fácil es que él mismo caiga en su trampa víctima de un descuido fatal…

Afortunadamente por este blog no han pasado (que yo recuerde) ni «hoyganes» ni «talibanes ortográficos». Esperemos que siga siendo así.



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