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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
12 de mayo de 2011

Las primeras fotografías tomadas en España

Todos sabemos que la primera fotografía que se tomó en la historia fue la de Joseph Niépce, en 1826, y que las imágenes en movimiento fueron tomadas por primera vez por los hermanos Lumière en 1895. Pero lo que casi nadie sabe (yo el primero hasta hace muy poco) es cual es la primera fotografía que se realizó en España. Es un dato que siempre se ha pasado por alto y sin embargo me parece un evento imprescindible. Hace unas semanas di por casualidad con un artículo en Xatakafoto en el que se hablaba precisamente de esto.

La primera imagen tomada en España tuvo lugar en Barcelona el 10 de noviembre de ¡1839!. Es decir, sólo 13 años después del primer experimento exitoso de Niépce en una época en la que los inventos tardaban en llegar y en comercializarse. Imagino que por entonces, esto de la fotografía era poco menos que ciencia ficción, la más alta tecnología. Casi un milagro que permitía inmortalizar para siempre un paisaje, una persona o cualquier otra cosa que pasara por delante de la cámara oscura del fotógrafo con una fidelidad perfecta. La primera foto española la tomó Ramón Alabern y Casas con un tiempo de exposición de 22 minutos y en ella se puede ver la casa Xifré, en la plaza de la Constitución de la ciudad condal. Para situarnos, es más o menos donde se encuentra la escultura de Lichtenstein ‘Barcelona’s Head’. La imagen que se publicó está volteada horizontalmente, como mirada a través de un espejo, por lo que parte del puerto puede verse en la parte izquierda, cuando en realidad está a la derecha.

También suele nombrarse como efeméride la primera imagen tomada de Madrid. Para ello tenemos que irnos hasta una fecha imprecisa entre 1840 y 1850. Su autoría es desconocida y tiene un tamaño diminuto. El pasado día 5 de mayo fue anunciada su subasta. La fotografía muestra un paisaje urbano del centro de Madrid. Aunque no se sabe exactamente la ubicación desde donde fue tomada, se cree que se sacó desde un cuarto piso de un edificio en la calle Arenal porque entre otras cosas puede verse la iglesia del Carmen, en la calle del mismo nombre (hoy rodeada de decenas de comercios y una de las zonas más populosas de Madrid).

27 de marzo de 2011

Canon EOS 60D: Primeras impresiones

Llevo ya un tiempo con mi nueva cámara, la Canon EOS 60D. Ha llegado el momento de dedicar unas líneas a mis primeras sensaciones –subjetivas y nada rigurosas–. Como su nombre indica, esta máquina supone subir un escalón en la gama de cámaras digitales réflex del fabricante japonés. Este ascenso de categoría se nota nada más cogerla. Su tamaño es sensiblemente más grande que mi antigua cámara, la 550D. Sin embargo en cuanto a construcción, a pesar de su aleación de aluminio, la diferencia no es tan grande como podría imaginarse. Igual que con su predecesora, la primera impresión al sacarla de la caja es el tacto del plástico de los botones y los controles. No es todo lo bueno que cabría esperar de una cámara de este nivel.

En cuanto a la ergonomía, tampoco me ha parecido mejor que la 550D. Cuenta con algún botón más, pero quizás estén demasiado juntos y sean demasiado parecidos. En la parte superior, junto al display LCD, hay cuatro en línea. Uno de ellos es el del modo ISO, que yo utilizo bastante. Cierto que está señalado con un punto de relieve para que pueda localizarse al tacto, pero aún así es fácil confundirse y pulsar cualquier otro. El control principal de la parte frontal, justo al lado de la pantalla, es otro de los nuevos elementos de la cámara, heredado de los modelos superiores 7D y 5D. Está formado por una ruleta que gira 360º, un «joystick» con ocho posibles pulsaciones y un botón central. Reconozco que al principio me costaba acostumbrarme, pero a la larga está demostrándose como un sistema cómodo y rápido de utilizar.

Otra de las novedades de esta cámara, tal vez la más publicitada, sea la de poseer una pantalla abatible. El aspecto y el tacto de este elemento es un poco endeble y da un poco de reparo manejar la cámara con ella desplegada por miedo a que se lleve algún golpe involuntario y pase a mejor vida. Supongo que con tiempo esta sensación irá desapareciendo. Para el modo vídeo ha resultado ser bastante práctica, pudiendo filmar en ángulos más cómodos para evitar que se nos cansen los brazos. El ajuste de la pantalla es bueno en cualquiera de sus posiciones, pero me ha parecido que la calidad de imagen que ofrece es algo menor que las fijas. Puede que sean cosas mías, pero en determinados ángulos la visión no es tan buena como la 550D.

Si hablamos de prestaciones, la 60D lleva el mismo sensor que la 550D. Los modos de vídeo y de fotografía son los mismos, con la excepción de que podemos elegir entre varios tamaños de RAW, algo muy útil si queremos seguir tirando en negativo digital pero no a 18 megapíxeles. Otra cosa interesante es el aumento en los pasos de ISO, con muchos tramos intermedios que nos permitirán ajustar mucho más la sensibilidad de nuestras fotografías y vídeos. Como curiosidad decir que el sonido del obturador nada tiene que ver con la 550D. Es mucho más seco y menos audible. Supongo que se deberá a que la construcción de este elemento será diferente, ya que en modo ráfaga permite más disparos por segundo.

Como conclusión os puedo decir que se nota que la Canon EOS 60D pertenece a una categoría superior que la 550D. Y no sólo en su tamaño, sino más bien en cuanto a manejo. Más botones, más funciones directas, más prestaciones… Ahora mismo apenas hay diferencias con el escalón superior, la 7D, excepto los materiales con los que está construido y quizás los acabados. Está claro que Canon ha sabido situar cada uno de sus numerosos modelos en su sitio y con unas características acordes con él.

18 de febrero de 2011

Nitidez: La importancia de elegir bien los objetivos

Sigo con mi particular búsqueda de la nitidez y la calidad de imagen en la fotografía. Uno de los factores determinantes para obtener una buena imagen, más allá incluso de la cámara, son los objetivos que utilicemos. Cierto es que hoy día cualquiera de los objetivos disponibles en el mercado nos va a dar una calidad más que aceptable. Pero también es verdad que las cámaras registran con más detalle y fidelidad la realidad, lo que supone que a más megapíxeles más se notarán los defectos de una lente y la pericia del fotógrafo. Junto con la nitidez, el viñeteo (zonas oscuras en las esquinas a distancias focales altas) y la aberración cromática (distorsiones del color en los extremos de la imagen) son dos de las «bestias negras» con las que hemos de lidiar.

Yo por mi parte sigo aprendiendo más y más cosas sobre los objetivos. Por ejemplo que los límites de la tecnología son claros: en objetivos de distancia focal variable, cuando más amplio sea el rango, más posibilidades tenemos de que se produzcan estos efectos indeseables, sobre todo cuando disparamos con distancias extremas. También que los estabilizadores ópticos suelen reducir la nitidez de la imagen al incorporar lentes de corrección. Por tanto, a más lentes (en términos generales) menos nitidez.

Otra de las conclusiones importantes es que el precio del objetivo no va necesariamente parejo a su calidad. Cierto que si nos vamos a la gama profesional, encontraremos grandes objetivos a precios prohibitivos para una economía media como la mía, pero también los hay asequibles que proporcionan muy buenos resultados. Todo es cuestión de leer opiniones y análisis o, si tenemos la posibilidad, probarlos nosotros mismos. Espero que estos humildes consejos os sirvan como a mí me han servido a la hora de elegir los mejores objetivos para nuestras cámaras y para nuestros bolsillos.

31 de enero de 2011

Nitidez: La importancia de procesar bien los RAW

Suele decirse que, a la hora de tomar una foto, el 80% del resultado final depende de la técnica y la creatividad del fotógrafo y sólo un 20% de la cámara y las lentes. En fotografía digital avanzada yo añadiría que, una vez que tenemos la imagen en nuestra tarjeta de memoria, el 30 o el 40% de cómo quedara finalmente la fotografía depende de procesado. El «revelado» de los archivos RAW (por ejemplo CR2 en Canon o NEF en Nikon) es una parte importantísima a la hora de obtener buenas imagenes con aspecto de calidad.

Personalmente, hasta hace sólo unos meses, no caí en la cuenta de la importancia que tiene este «revelado». Existen varias aplicaciones que podemos utilizar para realizar esta tarea. Yo utilizo el Adobe Camera RAW porque pienso que es sencillo, completo y muy potente. Para quienes nunca os hayáis preocupado de trastear con uno de estos programas os diré que pueden controlarse de forma nativa aspectos tan primordiales en una fotografía como el nivel de exposición, el balance de blancos o, incluso, la corrección de las aberraciones y distorsiones que toda lente produce. Pero quizás uno de los parámetros más importantes a la hora de procesar un archivo de negativo digital sea la nitidez.

Llevo bastante tiempo leyendo en foros a la gente quejarse de la poca nitidez que tiene su cámara réflex de gama media o alta, sin darse cuenta de que la imagen no se termina cuando se pulsa el disparador, sino una vez descargada en el ordenador y tratada adecuadamente con un software de revelado. Camera RAW tiene muchas opciones relacionadas con la cantidad de enfoque que queremos añadir. Generalmente, este enfoque produce también un aumento de ruido, sobre todo con un ISO alto. Por eso existen controles que reducen los diferentes tipo de ruido hasta conseguir la nitidez buscada. La diferencia de nitidez entre una imagen correctamente procesada y una que no lo es es abismal, y satisfacerá incluso a los más exigentes. Es evidente que la fotografía que nos sirve de «materia prima» ha de estar correctamente enfocada. Por eso, si no estáis contentos con la nitidez o el ruido de vuesta cámara réflex, prestad más atención al software de revelado. Solucionará todos vuestros problemas.

10 de enero de 2011

La nueva Cromavista

Curiosamente, mi web de fotografías Cromavista ha sido una de las que más visitas ha recibido a lo largo de los ocho años y medio que lleva colgada y la que menos rediseños ha sufrido. Surgió en julio de 2002 como una web experimental y ha ido transformándose poco a poco en un sitio donde mostrar todas aquellas imágenes de viajes o eventos que han captado mis cámaras. Desde julio de 2005 no se había modificado su diseño, sólo se habían ido añadiendo más y más galerías. Sin embargo, el planteamiento para la nueva Cromavista era ir un poco más allá que el de darle un mero lavado de cara. Era el momento de redefinir toda la web a la vez que se renovaban sus contenidos.

En esta tercera versión de Cromavista se han eliminado todas aquellas fotografías anteriores a 2007 y junto con ella la mayoría de las imágenes experimentales para dar paso a un contenido más convencional. El tamaño de las imágenes pasa de 1024 píxeles de ancho a 2000, el mismo que en mi otra web de fotos, Zamora en Imágenes. También la calidad de imagen experimenta una mejora, con menos compresión de los JPGs. Finalmente, tras un proceso de selección y procesado de las imágenes que ha durado algo más de un mes, han quedado 493 fotografías a tres tamaños (2000, 600 y 150 píxeles de ancho respectivamente), repartidas en 39 galerías, en su mayoría sobre lugares y algunas sobre eventos. El peso total de la nueva web es de casi 380 MB de espacio. Ese es el punto de partida de Cromavista 3.0.

En cuanto a la parte más técnica, la web lleva bastante más tiempo de programación que su predecesora, de la que conserva muy pocos elementos. Ha sido necesario un poco de código extra para tratar y controlar las imágenes verticales que por primera vez entran en una de mis webs de fotos. Por el contrario, la parte de diseño es mucho más sencilla, pero también más clara, más robusta y también muy probada en todos los navegadores y sistemas operativos que he podido. Otro de los puntos interesantes de la nueva Cromavista es el uso de direcciones URL amigables a través de reglas de servidor htaccess, de forma que las direcciones a las páginas creadas dinámicamente para cada fotografía puedan ser indexadas por los buscadores y accesibles más fácilmente para aquellos que busquen este tipo de recursos en la web.

Así que espero que la web os guste y que sea interesante para vosotros.

9 de diciembre de 2010

Fotos sí, vídeo no

Escribí en junio del año pasado un post acerca de por qué no está permitido fotografiar sin flash dentro de un museo. Ya entonces aquellas preguntas que me hice quedaron sin respuestas convincentes, llegando a la conclusión de que los únicos lugares públicos donde está prohibido es básicamente por razones de seguridad. He retomado esta polémica por lo que me sucedió el otro día en el Museo Nacional de Arte Reina Sofía de Madrid. Mientras grababa vídeo con mi cámara en la exposición (magnífica por cierto) dedicada a Val del Omar una de las personas encargadas me dijo que no se podía hacer vídeo. Como no tenía ganas de fiesta no le pregunté la razón y seguí grabando, pero esta vez de forma más discreta.

Sé que hay mucha otra gente que se pregunta lo mismo que yo porque buscando explicaciones a esta actitud me he encontrado con personas como yo. Pero no hay ninguna respuesta. No es una cuestión de derechos de imagen o propiedad intelectual, ya que, por ejemplo en el Reina Sofía, no está prohibido realizar fotografías, pero sí vídeo. Mi curiosidad aumenta cuando más o menos lo mismo me ocurrió en el Museo de la Evolución de Burgos: Fotos sí, vídeo no. Ambos museos son de titularidad pública y pagadas con nuestros impuestos y con el importe de nuestra entrada (este doble pago también debería ser motivo de otro post).

Tanto uno como otro son, sin duda, lugares públicos y un poco de todos. Estas medidas además no van dirigidas a proteger los fondos expuestos, sino a coartar la difusión y promoción de estos museos en redes sociales o webs especializadas en vídeo. El Reina Sofía está apuntado a muchos de estos sitios, como YouTube, Vimeo, Flickr o Facebook entre otros. Sólo se muestra contenido audiovisual oficial y, salvo excepciones (se pueden subir fotos –vídeos no– a su Flickr), no permite contribuir con material de los visitantes. Conclusión: me ha parecido decepcionante que un museo presuntamente abierto y moderno aún tenga normas tan absurdas. Y, por supuesto, me parece paradójico que no se permita filmar la exhibición de un genio desconocido de la imagen en movimiento, un maldito del cine que experimentó con tecnologías insólitas como fue José Val del Omar…

10 de noviembre de 2010

El experimento del «time lapse» de Zamora

Aquí está el resultado de mi trabajo del pasado 1 de noviembre en Zamora. Dura menos de un minuto, pero está compuesto por casi 900 imágenes procesadas con Adobe Premiere Pro y Adobe After Effects. Siendo objetivo no he quedado muy contento, sobre todo por esos cambios de tonalidad y esos movimientos indeseables, pero teniendo en cuenta que está hecho «a mano» (sin intervalómetro), más o menos me doy por satisfecho.



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