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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
9 de febrero de 2009

‘El País del Miedo’

Miedo. ¿Qué es el miedo? ¿Qué factores nos inducen a sentirlo? ¿Hasta qué punto nos manipula y nos hace cambiar rutinas? ¿Cómo nos influye en la vida cotidiana? ‘El País del Miedo’ (Seix-Barral, 2008) es la última novela de Isaac Rosa. En su día ya leí ‘El Vano Ayer’, una dura crónica sobre el franquismo y la tortura. Si entonces el miedo y el dolor físico ya era uno de los protagonistas, ahora se convierte en el auténico hilo conductor del libro. El formato que ha elegido Isaac Rosa es el de la ficción, pero bien podía haber sido un ensayo. Su prosa es cada vez más precisa y detallista: enumera, define, analiza…

El argumento se estructura en torno a una familia normal de clase media de una gran ciudad. Carlos y Sara son un joven matrimonio con un hijo, Pablo. Pronto descubrirán que éste está siendo extorsionado en el colegio por otro niño de su edad, al que amenaza continuamente. El padre sabe que es su responsabilidad proteger al pequeño, y lo hará, pero siempre evitando el contacto con el prematuro delincuente. A partir de aquí se desatarán en Carlos todo tipo de miedos comunes a todos, a menudo irracionales, pero que irán creciendo hasta que la situación se vuelve insostenible. Paralelamente a esta narración, el autor estudia los temores del día a día y los explora hasta llevarlos al límite. Miedo al extranjero, al delincuente, al mendigo, a los viajes a países exóticos, a nuestro compañero de piso, a salir a la calle de noche y así hasta el infinito.

Rosa analiza cómo un sentimiento tan humano puede desembocar en una obsesión que nos anula por completo si no sabemos controlarla. Y de hecho, desde algunos estamentos de poder se utiliza para mantener la calma… En definitiva, una buena y recomendable novela que nos hace reflexionar sobre el mundo en el que vivimos.

2 de febrero de 2009

‘Ácido Sulfúrico’

‘Ácido Sulfúrico’ (Anagrama, 2007) es la segunda novela de Amélie Nothomb que leo. Uno ya va entendiendo las claves de la prosa de esta autora belga. Si en ‘Biografía del Hambre’ (Anagrama, 2006) dije que su lenguaje y su manera de escribir eran muy imaginativas, ahora he de añadir otros adjetivos que entonces se me quedaron por el camino como excesiva, pasional, desquiciada y hasta visceral. Como también dije en aquel primer comentario sobre Nothomb, sus novelas tienen algo de biográfico y también de rechazo por la sociedad occidental actual. Algo muy evidente en esta obra.

Pannonique es una joven y bella estudiante que es reclutada obligatoriamente junto a otros jóvenes, ancianos y niños para participar en un aberrante programa de televisión llamado ‘Concentración’. Los concursantes son recluidos en un campo de concentración al más puro estilo nazi donde han de sobrevivir a trabajos forzados y a la escasa alimentación. Supervisando a estos prisioneros televisivos están los «kapos», una suerte de mandos pseudomilitares también reclutados forzosamente de entre gente de la calle. Cada día decidirán quién es «nominado» a ser condenado a muerte. Pronto una de estas kapos, llamada Zdena, se fijará en Pannonique e intentará ayudarla. Y es precisamente el ácido sulfúrico, real y simbólico, el elemento que, al final del libro, cobrará el protagonismo

A pesar de sus 140 páginas, ‘Ácido Sulfúrico’ esconde una multitud de temáticas, muchas de ellas de actualidad. La más visible es la crítica furibunda a la telebasura y a los programas de telerrealidad, pero detrás hay otros temas: la relación entre víctima y verdugo, la psicología de las masas y como éstas se comportan ante situaciones extrema o la religión (Pannonique en el papel de Jesucristo con última cena incluida). Una novela interesante, pero que quizás no llegue a la altura de ‘Biografía del Hambre’.

26 de enero de 2009

‘Un Hombre en la Oscuridad’

Es la primera vez que leo algo de Paul Auster. Por eso desconozco si ‘Un Hombre en la Oscuridad’ (2008) es una obra representativa de su trayectoria. A día de hoy es la última novela del prolífico autor neoyorkino. Mi único acercamiento a Auster hasta la fecha es la adaptación al cine que hizo Philip Haas de su, como mínimo curiosa, obra ‘La Música del Azar’.

La novela narra la noche de insomnio de August Brill, un escritor y crítico literario septuagenario que está convaleciente en casa de su hija después de sufrir un accidente de tráfico. Ella, al igual que Brill, son viudos, lo que los llevará a establecer una relación muy estrecha. En esa larga noche de oscuridad, recordará lo que ha sido su vida, especialmente su relación con las mujeres. A la vez inventará una historia en la que un mago aficionado llamado Owen Brick es teletransportado a un mundo paralelo en el que los Estados Unidos están sumidos en una guerra civil tras la secesión del estado de Nueva York. El 11-S no ha tenido lugar, ni Bush es el presidente… Una inquietante realidad en la que Brick ha de cumplir una dramática misión. Al igual que el propio Brill, habrá de enfrentarse a sus relaciones pasadas y presentes con las mujeres, que lo atormentará casi tanto como la guerra.

La verdad es que me cuesta saber si ‘Un Hombre en la Oscuridad’ me ha gustado o no. Por una parte resulta una novela muy original, con dos hilos narrativos totalmente diferentes, uno dentro del otro, aunque en el fondo paralelos. Pero por otro me da la impresión de que se trata de una obra sin rematar, construida a base de retales de quizás relatos fallidos o inacabados que han sido cosidos por obra y gracia de la maestría de Paul Auster.

15 de enero de 2009

‘Pura Anarquía’

Estoy terminando de leer ‘Pura Anarquía’ (2007), el libro de relatos cortos y disparatados escrito por Woody Allen. En él se recogen dieciocho historias a cada cual más estrafalario y genial y donde podemos reconocer al Allen más genial. A menudo los relatos están levemente inspirados en historias reales, pero llevadas al extremo más absurdo.

Sólo él podría escribir una historia sobre un detective de comida, o sobre el intercambio epistolar entre un airado padre y el dueño de un campamento de verano de iniciación a la cinematografía, un escritor de poca monta que noveliza películas infantiles y un largo etcétera. Algunos de los relatos me recuerdan a películas suyas como ‘Broadway Danny Rose’ o a la etapa anterior a ‘Annie Hall’, cuando el genio de Manhattan daba rienda suelta a sus fantasías humorísticas más surrealistas.

Así que si Woody Allen te gusta como director, también te reirás con estos dieciocho relatos, escritos con un lenguaje intencionadamente barroco e ingenioso.

6 de enero de 2009

‘La Caza del Carnero Salvaje’

Es la primera vez que decido acercarme a la literatura de Haruki Murakami (Kobe, 1949). Mucho se ha escrito de él a lo largo de los últimos años. Después de escribir ‘Tokyo Blues (Norwegian Wood)’ (1986) se convirtió en uno de los autores japoneses vivos más populares y respetados en occidente. Pero yo decidí empezar por el principio. Su primera novela, publicada en 1982 y traducida al castellano diez años después, es ‘La Caza del Carnero Salvaje’.

No es fácil definir el género de un libro a medio camino de la intriga, el terror, el humor, el surrealismo y, por qué no decirlo, el disparate. Sí, es una historia disparatada que sólo me puedo imaginar en forma de oscuras y elaboradas viñetas de manga. A pesar de todo, y de ahí el prodigio, es una novela muy coherente y entretenida, con momentos pintorescos que arrancan más de una sonrisa y otros oscuramente siniestros o tristes.

‘La Caza del Carnero Salvaje’ es la historia de una búsqueda rocambolesca. El protagonista (del que no sabemos su nombre, al igual que la mayoría de los demás personajes que pueblan la novela) es un joven publicista que tiene su propia empresa. A raíz de una fotografía de uno de sus anuncios en la que aparecen unos carneros pastando en una pradera, un extraño hombre trajeado se presenta en su oficina demandando la retirada del anuncio. La culpa es de uno de los rumiantes, un raro ejemplar con una estrella en el lomo. Sin mediar palabra y bajo amenazas, el hombre le conmina a emprender la búsqueda del animal, lo que le llevará a entrar en un extraño y peculiar mundo…

Como dije antes, para esta historia sólo es posible imaginar viñetas de cómic japonés o una película anime. Ayuda también que se trate de una novela tremendamente visual y descriptiva, donde a veces estas descripciones se confunden con los estados de ánimo de los protagonistas y se convierten en metáforas. En resumen: un libro estupendo. Aunque por lo que he leído por ahí, quizás sea una de sus novelas más flojas. En cualquier caso muy recomendable.

2 de noviembre de 2008

‘Socorro, Perdón’

Frédéric Beigbeder es uno de mis autores franceses contemporáneos favoritos. Por eso cuando supe que la editorial Anagrama había lanzado la edición en castellano de ‘Socorro, Perdón’ no dude en ponerme a leerlo. Beigbeder, para muchos un aprendiz de Michel Houellebecq, comparte con éste su visión descarnada del mundo que le rodea, su ironía sarcástica, su gusto por el exceso y los personajes grises.

‘Socorro, Perdón’ puede considerarse como la continuación de ‘13,99 Euros’. Su protagonista es Octave Parango, un ex-publicista que sigue siendo un reflejo de la sociedad occidental del cambio de siglo. Parango es ahora un empleado de una empresa de cosméticos que busca desesperadamente una chica que represente los nuevos tiempos. Para ello Octave, que ahora vive en Rusia, recorre todos los rincones del imperio a la búsqueda del rostro perfecto, del cuerpo ideal, de la mujer más joven. Por supuesto esta búsqueda supone también una radiografía de las paradojas y contrastes de la Rusia actual: las estatuas de Lenin y Marx frente a enormes carteles publicitarios, los nuevos ricos que crecen al calor del tráfico de armas y de materias primas.

Pero la novela es también una historia personal, la de Octave y su particular (tan corrosivo como irónico) modo de ver el mundo y las mujeres. Un ejemplo de esta ironía es que buena parte del libro es el resultado de una conversación (bueno, casi un monólogo) con un antiguo amigo sacerdote ortodoxo, con el que habla de nihilismo, hedonismo, orgías, niñas guapas y ricos sin escrúpulos. Beigbeder se supera a sí mismo y consigue, igual que en ‘13,99 euros’, meterse al lector en el bolsillo con una novela que engancha y que se lee casi de un tirón. Muy recomendable.

28 de agosto de 2008

El tono de Pérez Reverte

Nunca me ha caído mal Arturo Pérez Reverte. Ni antes ni ahora. Por puro entretenimiento he estado intentando leer algunos de los artículos que escribe para XL Semanal bajo el título genérico de ‘Patente de Corso’. Digo intentando porque, aunque reconozco que están muy bien escritos, no me gustan las formas… o explicándome mejor, no me gustan las intenciones con las que escribe, poco constructivas y amistosas, como si tuviera un dolor de muelas o una úlcera de estómago. O como si el mundo le jorobara cada vez más y se hubiera convertido en un viejo gruñón que no digiere los cambios de la sociedad. No quiero ni pensar en cómo será dentro de veinte años.

Es una pena, porque me gusta mucho su faceta cosmopolita, de hombre libre, libre de dogmatismos e ideologías, de hombre extraordinariamente culto. Por eso precisamente me sorprende que en sus artículos pretenda azuzar, en mi opinión poco acertadamente, las conciencias con improperios aquí y allá sobre esto y sobre aquello. Y no digo que no tenga razón en mucho de lo que dice, pero creo que la pierde en parte con su forma de trasmitirlo. Es curioso que, mientras por un lado pretende combatir populismo y el garrulismo carpetovetónico, por otro utilice algunos de sus recursos, tan forzadamente broncos.

También me ha sorprendido que, buscando por internet, apenas haya encontrado dos críticas negativas sobre algún texto suyo… Y me ha sorprendido porque he intercambiado opiniones con otras personas a nivel privado y coincidimos básicamente. ¿No hay nadie más a quien no le guste el tono que usa Pérez Reverte?



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