Aquel FIB ’95
En el año 1995, la música independiente vivía una ebullición silenciosa, al menos aquí en España. Muy pocos medios se hacían eco de todos aquellos grupos que estaban surgiendo y que rompían con un pasado que estaba agotado. Fanzines, pequeño sellos precarios y muchas ganas eran los únicos apoyos con que contaban aquellos pioneros de la nueva independencia. En todo este movimiento absolutamente underground surgió como un pequeño terremoto el Festival Independiente de Benicàssim, el FIB. Vino a cubrir la necesidad creciente de un evento que concentrara a los nuevos indies nacionales (y también algunos internacionales).
Sus artífices fueron los hermanos Morán, Miguel y José, unos leoneses afincados en Madrid que pretendian montar un festival al estilo de los grandes festivales veraniegos británicos (sobre todo el de Glastonbury).
Lo cierto es que, desde el primer momento los medios de comunicación generalistas, en especial la prensa escrita, llevó a sus páginas varias veces los conciertos celebrados en aquel FIB 95. Por ejemplo, en la hemeroteca del diario El País he encontrado seis artículos dedicados al evento. Titulaba este diario el día 3 de agosto de aquel año: «Una sala, una revista y un sello madrileños montan en Castellón un gran festival al estilo británico»:
La sala Maravillas del barrio del mismo nombre, el sello discográfico Elefant Records y la revista Spiral llevan ya un año atando todos los cabos de un proyecto que se hará realidad los próximos días 4, 5 y 6 de agosto: el primer festival internacional de Benicássim (Castellón). Doce mil personas, si se cumplen todas las previsiones, inundarán el velódromo de la ciudad costera para escuchar a una treintena de bandas nacionales e internacionales. Todos ellos son grupos del nuevo pop independiente surgidos en los últimos años.
En el plano puramente musical, aquel cartel era todo un prodigio. Mucho más viendo la trascendencia histórica de algunas de las bandas participantes, como Supergrass. Además de los de Oxford actuaron los hoy casi olvidados Ride, The Charlatans, The Jesus & Mary Chain, Carter USM, The Wedding Present, Echobelly o Cranes. Eso en el apartado internacional. Del indie patrio pasaron casi todos los grandes de la época: Australian Blonde, Los Planetas, El Regalo de Silvia, Pribata Idaho, La Buena Vida, Sr. Chinarro, Automatics, Penélope Trip, Los Flechazos (en sus últimos estertores) o Le Mans entre otros. Completaban otras formaciones internacionales no menos interesantes como Heavenly, The Pastels o Gene. Todo un menú de lujo que dejaría satisfechos tanto a españoles como a los turistas británicos que a la postre son los que han acaparado el festival.
Tras los años de gloria (entre 1996 y 2004 más o menos), el talento dio paso al dinero. El espíritu independiente que había sido seña de identidad hasta la fecha se fue diluyendo en favor de construir un festival de masas. Mantener el monstruo era costoso y pedía más y más dinero. En este blog he dedicado más de una entrada a criticar los carteles de los últimos años del festival, no exactamente por ser «comerciales» (que no hay nada de malo en ello), sino por anquilosarse y no arriesgar demasiado con las nuevas propuestas. También es cierto que han surgido muchos otros festivales que han suplido lo que el FIB ya no ofrece. Precisamente el FIB 2010, que comenzó ayer mismo, es el primero bajo dirección no española. El festival ha pasado a manos del empresario británico Vince Power. Creo que esto ha sido un error, pero sus motivos tendrán…
Lo que no se puede negar en ningún caso es la visión de futuro que los hermanos Morán tuvieron en su día y que abrieron una senda en España, la de los festivales de música independiente, que en sus inicios estuvo repleta de dificultades. A buen seguro estos chicos tuvieron que luchar lo que no esta escrito para cerrar el plantel de artistas de aquel FIB 95 que ahora vemos tan lejano. ¡Y es que han pasado ya 15 años!. Por cierto, a título de curiosidad estética, no recordaba yo aquel primer cartel anunciador tan… feo. En la edición del 96 adoptarían como «mascota» al gafotas que permaneció hasta 2000, cuando le pusieron escafandra. En años sucesivos se optó por una estilización dibujada del mismo personaje. Es curioso seguir esta evolución…