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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
27 de enero de 2008

¿¡El Imparcial!?

Hacía ya unos días que quería hablar sobre la última creación del acádemico de la lengua más rancio que han visto los siglos. Luis María Anson, tras dirigir ABC, La Razón y otros medios, se embarca en un nuevo proyecto mediático digital llamado El Imparcial. En realidad lo que hace es recuperar una vieja cabecera conservadora del siglo XIX que distaba mucho de hacer honor a su nombre. Ahora no va a ser menos. El Imparcial parece construido con los mismos mimbres que ya utilizara en su día en ABC y La Razón. Anson no pretende engañar a nadie, eso hay que reconocérselo, pero está en la antítesis de lo que debe ser un diario digital. No es un medio moderno para internet, tampoco sé si lo pretendía. Ha hecho en la web lo que hizo con los diarios que dirigió. Anson tiene una infinita capacidad para que todo lo que toque huela a naftalina, como si viviera en un armario cerrado durante años (valga el símil).

No pretendo entretenerme mucho, porque hacer un análisis de esta web es quizás demasiado obvio. Lo mejor es que cada uno saque sus propias conclusiones. Si hablamos de sus contenidos, os podéis imaginar por donde van los tiros: ZP vende España a no sé quién, que si gana negocia con Marruecos Ceuta y Melilla, titulares frívolos por doquier, política de señoritos de copa de coñac y puro, monarquía mal entendida y unos editoriales al más puro estilo de la ‘Canela Fina’ de tiempos gloriosos. No he podido resistirme a reproducir parte del último artículo, por llamarlo de alguna manera, que ataca directamente a los funcionarios:

[…] No es verdad que en España haya 1.927.600 parados. En 1976, la suma de funcionarios de las tres administraciones se elevaba a 600.000. El año pasado rozaba los 3.000.000. La clase política se ha inventado 2.400.000 puestos de trabajo que pagamos entre todos con impuestos casi confiscatorios. Total que el paro real, si no mediase el despilfarro funcionarial de las Administraciones, estaría en las 3.300.000 personas a las que hay que sumar al menos a la mitad del millón de inmigrantes que están en España sin papeles, atraídos por las legalizaciones masivas. […]

Después de esto, para qué decir más… ¡Ah! Vaya susto que me he llevado al entrar hoy en la web y ver la portada:

Portada del 27 de enero de 2008 de El Imparcial

25 de enero de 2008

La teoría del decrecimiento

Todavía no sabemos cómo será la economía en el futuro. La reciente desestabilización de los mercados bursátiles en todo el planeta no ha sido más que una señal más de que algo está sucediendo en el actual modelo capitalista. No parece que la cuestión vaya a quedarse en un problema bancario puntual. Muchas veces los árboles no nos dejan ver el bosque. El mundo no es el mismo que hace veinte o incluso diez años. Las nuevas potencias emergentes, sobre todo China e India, están provocando cambios estructurales que ya se empiezan a notar. Los ciudadanos chinos comienzan a tener poder adquisitivo, a motorizarse, a abandonar sus dietas tradicionales por un menú más occidentalizado y abundante. En definitiva, comienzan a consumir. La siguiente oleada provendrá de la India. Quizás después haya que comenzar por Brasil, otro coloso a tener en cuenta.

Cada vez son más aquellos teóricos que auguran un cambio progresivo en las filosofías económicas, imprescindibles para que todos podamos seguir viviendo. Una de estas teorías es la del decrecimiento económico. Más o menos viene a decir que no es posible que las economías mundiales sigan creciendo (no ya al ritmo que lo hacen actualmente, sino simplemente a crecer). En su lugar, y para que todos los ciudadanos del planeta puedan disfrutar de un nivel de vida aceptable, es necesario un decrecimiento. A primera vista puede parecer una locura, pero creo que no le falta razón. En cierto modo hay que retroceder, renunciar a ciertos lujos superficiales, consumir menos, tener menos comodidades o gastar menos energía. En su lugar, la satisfacción del consumo compulsivo actual habría que sustituirlo por otras satisfacciones.

Como puede verse, estas nuevas filosofías afectan no sólo a la forma de entender la economía, sino también a la política, a la sociología y a otras facetas de la vida humana. En los últimos tiempos también ha estado ligado al movimiento ecogista y a todos aquellos que luchan en serio contra el cambio climático. Entre otros muchos economistas, la teoría del decrecimiento fue defendida por el premio Nobel James Tobin, artífice también de la famosa «tasa Tobin«.

22 de enero de 2008

Sobre el aborto

Recuerdo que en tiempos del instituto, en las clases de ética, se nos proponían los típicos dilemas sin aparente solución. Los temas estrella y también los más polémicos son, por un lado la eutanasia o el derecho a morir dignamente y por otro el aborto. Este último ha sido noticia las últimas semanas a raíz de las irregularidades detectadas en algunas clínicas españolas y el posterior acoso de determinados sectores conservadores de la sociedad. La Ley Orgánica 9/1985, de 5 de julio, de Despenalización del Aborto en Determinados Supuestos se ha demostrado como una herramienta que funcionó en su momento, pero que hoy día quizás se haya quedado obsoleta.

Lo que establece son supuestos en los que se permite la interrupción del embarazo: «para evitar un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada», «que el embarazo sea consecuencia de un hecho constitutivo de delito de violación […] siempre que el aborto se practique dentro de las doce primeras semanas de gestación» y por último «Que se presuma que el feto habrá de nacer con graves taras físicas o psíquicas, siempre que el aborto se practique dentro de las veintidós primeras semanas de gestación». Para resumir, es necesario aducir una razón para poder abortar. Si por contrario existiera una ley de plazos, el único límite para interrumpir el embarazo sería el tiempo de gestación. Creo que sería una buena solución, aunque supondría un cambio más profundo de lo que en un principio pudiera parecer. La filosofía de la actual legislación es la de despenalizar, lo cual presupone que el aborto es delito salvo en unos determinados supuestos. Una ley de plazos tendría que «dar la vuelta a la tortilla» y que abortar en España fuera legal según el Código Penal, siempre que se cumplieran los plazos establecidos.

Pero esta propuesta de una ley de plazos, que incluyó el partido socialista en su programa electoral, no se ha llevado a cabo. En mi opinión el Gobierno ha tenido miedo, se ha arrugado ante los sectores más conservadores que cuestionan incluso la actual ley más de dos décadas después de su promulgación. Ante esta involución (minoritaria, pero real y muy mediatizada), el Ejecutivo de Zapatero ha postpuesto la iniciativa.

Mi opinión sobre el tema ha sido siempre más o menos la misma. Mientras exista la humanidad, existirá el aborto. En tiempos pasados, los abortos eran clandestinos, pero abortaban mujeres de todas las clases sociales e ideologías sin excepción. La ventaja de estos últimos años es que ahora es posible hacerlo de forma segura. En cualquier caso, la interrupción del embarazo es una herramienta necesaria, imprescindible en una sociedad occidental moderna y también terrible y desagradable. Pero ante la realidad, no podemos mirar para otro lado. El aborto sólo se puede abolir cuando no exista ninguna mujer necesite abortar. Obviamente esto nunca va a ocurrir, así que facilitemos los medios todo lo posible.

21 de enero de 2008

Lectura existencialista

A ratos y poquito a poco me he leído ‘La Naúsea’ de Jean Paul Sartre. Como sabéis, Sartre es uno de los padres de eso que se ha llamado existencialismo. Desde hace ya un tiempo sentía curiosidad por saber exactamente en qué consistía la doctrina de este filósofo, uno de los más influyentes del siglo XX. No recuerdo haberlo dado en el instituto, así que me decidí por ‘La Naúsea’, una de sus obras más conocidas y que contiene bastante bien la idea de lo que es la doctrina existencialista.

Seguramente, y como digo siempre, el pensamiento de Sartre es fruto de su tiempo. ‘La Naúsea’ fue publicada en 1938, en una época de crisis de valores en Europa. El nazismo amenazaba todo el continente y los extremismos políticos estaban produciendo gravísimos conflictos armados. Este ensayo-novela hay que entenderlo dentro de este contexto. Al menos esa es mi lectura.

Quizás lo que más me ha sorprendido del libro es su lenguaje. Me gusta mucho cómo está escrito, porque a la vez de certero, analítico y descriptivo (a veces hasta la extenuación) también es muy visual, y en ese sentido me parece muy moderno. El mérito es tanto del autor como de su traductor al castellano. Se narra la historia de un personaje solitario llamado Antonie Roquentin (alter ego de Sartre) y de su reclusión voluntaria en París para realizar unas investigaciones históricas. Pero a la vez se convertirá en un testigo y observador despiadado de las personas que le rodean, analizando hasta su último detalle. Su vida aislada del mundo le lleva a su vez a proclamar la soledad humana, su existencia vacía y sin posible salvación. Cada uno existe por sí mismo y no gracias a ninguna fuerza sobrenatural, lo que supone que el ser humano es tremendamente vulnerable y débil ante la cruda realidad. En definitiva, una lectura no muy alegre pero que da bastante que pensar…

19 de enero de 2008

Una de documentales

Aquí os presento tres de los documentales más interesantes que he visto últimamente:

‘Solos’, episodio de ‘Crónicas’ (TVE). Estupenda radiografía de un tema que se trata poco en los medios. Me refiero a las personas que viven (vivimos) solos:

‘Inteligencias Singulares: El Mundo de Millás’ (Canal+). Juan José Millás reflexiona junto a Juan Carlos Ortega, Gonzo Suárez (creador del videojuego ‘Commandos’), Pablo Motos y Enrique San Francisco sobre la inteligencia diferente y lo díficil que es potenciar las habilidades particulares en el colegio:

‘Papi, Cómprame un Kalashnikov‘ (Cuatro). Un reportaje para Noticias Cuatro de Jon Sistiaga donde se analiza la pasión por las armas del pueblo estadounidense:

19 de enero de 2008

‘Enigmas’ rutinarios

Anoche, y casi improvisadamente, La 1 de Televisión Española emitió los 16 episodios de ‘Enigmas’ en un sólo programa especial de dos horas. El espacio sobre misterios y temas paranormales presentado por Javier Sierra estaba inicialmente previsto para las noches de los miércoles. Desconozco cuales son las razones de este cambio, pero la verdad es que el programa pintaba bien a priori, aunque tratara los mismos temas clásicos de siempre sin aportar ningún punto de vista nuevo. A saber, OVNIs, reencarnación, la Sábana Santa, casas encantadas, sociedades secretas y un largo etcétera. Son asuntos de lo más interesantes, pero ya tan repetidos que cansan un poco.

No sé si la idea era hacer una especie de ‘Cuarto Milenio’, pero desde luego, y después de ver algunos de los reportajes emitidos anoche, no creo que funcionara bien. Aunque el tratamiento fue bastante correcto y no demasiado sensacionalista, había muchas cosas que no me encajaban. Quizás un escenario con bombillitas y pantallas de leds en plan ‘Noche de Fiesta’ no era lo más indicado para un espacio sobre misterios, pero sobre todo daba la sensación de que ‘Enigmas’ era un programa rutinario, como para completar un contrato con alguna productora (por cierto, la de ‘Enigmas’ era Gestmusic).

No comprendo como una persona como Javier Sierra puede prestarse a semejante experimento ramplón. Y eso que ya tenía tablas delante de las cámaras, porque fue presentador hace unos años del programa ‘Al Otro Lado de la Realidad’ en Telemadrid junto a Carmen Porter. No hay duda de que los temas del misterio tienen mucho tirón, pero también hay que ganárselo semana a semana, ofrecer nueva información y reportajes interesantes. Al final me he convencido de que emitir todos los capítulos de ‘Enigmas’ en un sólo especial ha sido lo mejor.

18 de enero de 2008

El mito de ‘Holocausto Caníbal’

Cartel de la película

El otro día me puse a ver ‘Holocausto Caníbal’, una de las películas que tenía pendientes y sobre la que se ha dicho de todo. Esta producción italiana dirigida por Ruggero Deodato en 1980 ha dado mucho que hablar y se han dicho tantas cosas que no podía pasar más tiempo sin verla. Supongo que todos conocéis más o menos que ‘Holocausto Caníbal’ pasa por ser una de las películas de cine «comercial» más polémicas de la historia debido a sus crudas escenas de violencia extrema. A grandes rasgos el argumento viene a contar el contenido de unas cintas encontradas en la selva amazónica por unos antropólogos que acuden al rescate de unos colegas desaparecidos misteriosamente tiempo atrás. En esas cintas, que originalmente deberían contener un documental sobre una tribu de nativos, se revela el destino cruel del equipo de científicos, mostrando todo tipo de mutilaciones, rebanamientos y abundante material cárnico. Yo antes que filmar el descuartizamiento de mis colegas hubiera corrido selva a través como alma que lleva el diablo… pero bueno, cuestión de licencias cinematográficas…

Hay muchos elementos en esta película que son de lo más interesante y otros que lo son mucho menos. En primer lugar, el planteamiento general del argumento (las cintas perdidas) me parece impecable y de lo más original en aquella época. Después fue bastante copiado (véase si no ‘El Proyecto de la Bruja de Blair‘). Otro asunto interesante es el tratamiento realista que tiene la película. Si la producción hubiera sido más espléndida, el resultado hubiese sido más falso. Usar cámaras baratas (nada de Panavision) y escenarios selváticos y nativos auténticos le dan una pátina de verosimilitud. El tercer punto a favor es la sabia combinación de maquillaje y vísceras reales (se supone que de animales), aunque seguramente un cirujano o un forense encontraría los desmembramientos de la película como un puro disparate. Debieron dejar todas las carnicerías de la región sin existencias. De todos modos algunas de las escenas no son tan realistas como se ha querido hacer ver (por ejemplo, la chica empalada se nota demasiado que es un muñeco).

Pero ‘Holocausto Caníbal’ también tiene algunas cosas que se le vuelven en contra. Lo principal es que los actores son un poco malos, con interpretaciones ramplonas y poco creíbles en determinados momentos. Lo segundo, el maltrato animal. Aquí no hay muñecos ni maquillaje que valga. Las muertes y descuartizamientos de animales son tal cual, reales como la vida misma. Tercero: las connotaciones racistas hacia los indígenas, dando a entender que realmente existe una tribu tan sanguinaria como la que aparece en la película, cuando es evidente que en el Amazonas la inmensa mayoría de los nativos llevan ya camisetas de Ronaldinho. Quizás si la ambientación se hubiera localizado en las selvas de Nueva Guinea…

En definitiva, ‘Holocausto Caníbal’ ha tenido la suerte de haber sido prohibida en multitud de países europeos tales como Reino Unido, Finlandia o Noruega. Ha sido una publicidad tremenda y una forma de aumentar el mito que la rodea. Pero no deja de ser un ejercicio cinematográfico mediocre que, eso sí, ha sabido jugar muy bien con sus limitaciones. Y ese es su gran mérito.



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