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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
4 de noviembre de 2007

Envidia por el eFindex

Banner anunciador del eFindex 07

Como he estado por Zamora este puente, al final me he perdido el eFindex 07 que se celebraba en Cáceres del 2 al 4 de noviembre. Hoy pues, era el último día. ¿Y qué es el eFindex? Se trata de unas jornadas de conferencias y actividades orientadas a las nuevas tecnologías y a la sociedad de información y de cómo estas están impactando en la ciudadanía. Los blogs, al ser la principal herramienta participativa de internet, tiene un lugar muy especial dentro de estas jornadas. También lo tienen la Administración y el Gobierno Electrónicos, la alfabetización digital de jóvenes y mayores, el software libre (a la cabeza de Europa aquí en Extremadura con el Linex) o el periodismo ciudadano.

Uno de los fines últimos del eFindex es fomentar la utilización de las nuevas tecnologías en la vida del ciudadano común, y cómo puede expresar sus propias ideas o colaborar en proyectos colectivos a través de internet. Choca ver a los viejetes hablar de blogs, de YouTube o de correo electrónico. Precisamente el eFindex ha creado un canal en YouTube con una decena de vídeos cortos con algunos contenidos sobre el evento.

Los talleres son la forma de participación de los asistentes. Blogs, videoblogs, podcasts y otras hierbas «neotecnológicas» dejaron de ser palabras desconocidas para muchos cacereños y foráneos que se acercaron a las jornadas.

Sinceramente, me produce una envidia tremenda este tipo de actividades, y sobre todo que se organicen en una tierra tan atrasada en temas tecnológicos (y no tecnológicos). Han demostrado que que existe iniciativa y voluntad y se sabe cómo atraer al aficionado, al curioso, al que quiere aprender. Cáceres, una ciudad pequeña, casi olvidada, como Zamora, pero con ganas e ideas de salir adelante y empleando su tiempo en programar actividades interesantes en vez de quejarse y pedir que los saquen del agujero. Pero me temo que en Zamora primero tendrán que cambiar las mentalidades. ¡Y eso sí que es difícil…!

1 de noviembre de 2007

Los Peones Negros pierden la partida

Después de que ayer se conociera la sentencia de la Audiencia Nacional sobre los atentados terroristas del 11 de marzo [DOC], me picó la curiosidad y decidí darme una vuelta por las webs de los Peones Negros y demás fauna conspiranoica. En la web que inició el insólito movimiento o «rebelión cívica» como ellos lo llaman, nada se dice de la sentencia. Pero esto no es lo que más me sorprende. La web, en la que no había entrado nunca, parece en parte un negocio bien montado. Ni más ni menos que 24 libros sobre la inexistente conspiración del 11-M, a cada cual más delirante, pueden comprarse desde la web a través de enlaces a la librería de El Corte Inglés.

El resto de banners nos sirven para hacernos una idea de quién está detras de los Peones Negros: El Mundo, la COPE, Libertad Digital, la AVT, City FM, Debate 21, El Confidencial Digital, Ceres Televisión, Intereconomía, La Nueva España, Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Asociación de Víctimas del Terrorismo Verde Esperanza, Manos Limpias, Confederación Española de Policía, Fundación para la Defensa de la Nación Española, La Rosa Blanca, Hazte Oír y el Foro de Ermua. Todos son medios o asociaciones de corte derechista o ultraderechista.

Me doy una vuelta también por el blog de Luis del Pino, uno de los principales instigadores de estas teorías marginales. Como era de esperar, del Pino no da su brazo a torcer y en su post de ayer aún se agarraba al clavo ardiente de las omisiones. Al famoso Skoda Fabia, descartado por no aportar nada a la investigación, entre otros. Está claro que en un asunto tan complejo y en que participan tantos factores, los más accesorios se han dejado de un lado por ser simplemente anecdóticos.

Las teorías delirantes del 11-M cada vez están más arrinconadas. Recibieron ayer un golpe de gracia definitivo y mortal. Pero aún algunos zombies seguirán pululando por algunos medios de comunicación defendiendo lo ya indefendible. Lo peor de todo es que nos olvidaremos de ellos y de todo el daño y confusión que han causado.

28 de octubre de 2007

Batalla en la Justicia

Está claro que vivimos una etapa en que se politiza todo. La ciega y equitativa Justicia, uno de los tres poderes sobre los que se asienta cualquier Estado de Derecho, está viviendo una lucha política sin precedentes. Hasta hace poco, las sentencias del Tribunal Constitucional, uno de los altos tribunales españoles junto con el Supremo, podían gustar o no, pero eran legítimas, es decir, estaban dictadas por magistrados elegidos según estaba establecido en las leyes. Pero las cosas están ahora al límite.

El Consejo General del Poder Judicial es el órgano de gobierno de los jueces. Su renovación debió haberse producido hace más de un año, pero la mayoría conservadora (jueces nombrados por el Partido Popular cuando estuvo en el Gobierno) se resiste al cambio. De esta manera pretenden ser un «contrapoder» ante el Gobierno y el Congreso actual, con mayoría progresista. La ley exige que la renovación del CGPJ sea pactada entre las fuerzas políticas. De momento la situación de bloqueo permanece. Quizás el Partido Popular espere hasta las elecciones por si la situación mejora. Si fuera así, sería la primera vez en la historia que un Gobierno no negocie una renovación del CGPJ.

Pero el «contrapoder» conservador se extiende también al Tribunal Constitucional. De sus 12 miembros, 6 (incluída su Presidenta, con voto de calidad en caso de empate) fueron nombrado por partidos progresistas o nacionalistas y otros 6 por conservadores (PP). Aparentemente la relación de fuerzas es favorable a la mayoría parlamentaria actual, pero existen multitud de subterfugios para «apartar» a los juristas de determinada deliberación. La figura de la recusación permite evitar que un miembro del Tribunal se pronuncie sobre un recurso de inconstitucionalidad si se prueba que su opinión puede ser conocida de antemano o tiene relación con el hecho a tratar. Ante tal equilibro de fuerzas, cualquier pequeño cambio puede suponer un vuelco en la decisión. Para complicar más las cosas, tres miembros conservadores y la Presidenta progresista terminan su mandato a final de año. Cuatro nuevos juristas deben ser elegidos.

Están en juego echar por tierra leyes como el Estatut de Catalunya, la llamada «ley de matrimonios homosexuales» y muchas otras. Tantas como 19, que son los recursos de inconstitucionalidad presentados por el PP contra leyes del Gobierno durante esta legislatura. ¿Qué ocurriría entonces? Creo que nadie se lo ha planteado seriamente, pero supondría una hecatombe de tales dimensiones que tendría una repercursión impredecible. Sería inaudito que un tribunal, por motivos políticos, anulara leyes votadas por un Parlamento y un Gobierno elegido democráticamente.

También creo que debería haber algún mecanismo, tanto en el CGPJ como en el Tribunal Constitucional para asegurar una imparcialidad, aunque sólo fuera aparente. Ahora mismo, cualquier sentencia del Constitucional sobre una ley con tintes políticos, corre el peligro de no ser acatada. Y cuando las decisiones judiciales no se acatan, la democracia se resquebraja.

27 de octubre de 2007

Nuevo El País (y II): los suplementos

A día de hoy, la renovación de El País y todos sus suplementos ya se ha producido. Finalmente sólo han cambiado Domingo, Babelia y, por supuesto, El País Semanal, que deja de ser EP[S]. Cada uno de ellos conserva su personalidad, pero quizás han sido «uniformados» en exceso, con tipografías similares y maquetación demasiado seria.

Domingo. El suplemento de información de los domingos ofrece fotografías más grandes, más texto y una ordenación de tipos más coherente que en el propio diario. Se recurre a la Benton Sans para el encabezado de «Domingo» y para textos pequeños, a la Arnhem para los titulares, algunos de un tamaño bastante grande. Para el cuerpo de los textos se sigue utilizando la Utopia, igual que hasta ahora. Como dije antes, me resulta un diseño conservador y demasiado serio.

Babelia. El suplemento cultural de los sábados sigue un poco esta filosofía, aunque para mi gusto la maquetación es bastante mejor, más variada y con personalidad muy marcada. Portada con foto a todo color y el encabezado con el título de Babelia y el número en blanco. Se ha elegido la Mercury Display y de nuevo la Benton Sans. Estos tipos se irán repitiendo a lo largo de todo el suplemento para los títulares y la «letra pequeña» respectivamente. Para el cuerpo, al igual que en el resto de los suplementos, se conserva la Utopia. Igual que en Domingo, los titulares a gran tamaño me parecen un acierto, porque le dan un toque moderno y rompen algo la uniformidad del diseño.

El País Semanal. El gran clásico de los suplementos de El País sufre su primer gran cambio del siglo XXI de la mano de Óscar Mariné. Recordemos que el anterior diseño data de 1999 y ya iba necesitando un lavado de cara. Paradójicamente la portada con vocación minimalista, seria y muy moderna no se corresponde con lo que el lector se encuentra dentro. Tipográficamente, El País Semanal recoge casi todos los tipos del diario y del resto de los suplementos. Fuentes de las que he hablado ya como la Benton Sans, la nueva Majerit o la Mercury Display se mezclan con bastante coherencia y siempre en color negro. Son tipos modernos, unos serif y otros sans-serif que combinan bien. El País Semanal consigue ser vanguardista, pero con una apariencia clásica. Se ha diseñado de una manera que permite mucha flexibilidad, utilizar imágenes grandes para presentar un artículo y jugar con los espacios vacíos (ver la página 102 del domingo 21).

Desconozco si el voluminoso primer ejemplar de la nueva etapa es sólo por ser el primero o si se mantendrán las 178 páginas a lo largo de todos los domingos. Lo cierto es que dan para mucho: tres secciones principales, ‘Intro’, ‘Reportajes’ y ‘Estilos de Vida’, cuatro «columnistas», ocho extensos y muy variados reportajes y las clásicas secciones de gastronomía, arquitectura, moda, salud, tecnología.

En definitiva, el diseño parece haberse elaborado con la idea de la permanencia, de convertirse en un clásico alejado de las modas.

25 de octubre de 2007

Negacionismo y ecologismo

El llamado cambio climático sigue siendo un tema polémico. En los años setenta, los primeros científicos y ecologistas advertían de que algo estaba ocurriendo con el clima de la tierra. Después vino la capa de ozono y ahora las alteraciones en la temperatura. El tema es complejísimo, ya que concurren en él tantos factores que es imposible controlarlos todos ni saber el peso que cada uno de ellos tienen sobre el total. Sólo con la perspectiva de las décadas y de contrastar miles de datos a nivel planetario pueden sacarse conclusiones. Lo que es una verdad ya incontrovertible es que algo está pasando desde hace unos 100 o 150 años y parece ser que la mano del hombre está detrás.

Muchos estamos ya convencidos de ello, pero otros (de todas las tendencias políticas) no lo creen. Pero sus argumentos me parecen débiles ante la avalancha de hechos y estadísticas que, globalmente, muestran la evidencia. El otro día Rajoy cometió un error garrafal y supongo que estará arrepintiéndose de haber pronunciado esas palabras restando importancia al cambio climático. La sociedad española está comenzando a tener sensibilidad ecológica. Ya era hora.

Por contra, cada día producimos más residuos, se urbaniza más terreno, se construyen más autopistas. Paradójicamente durante los últimos años, y en especial los últimos meses, estamos asistiendo a la «moda ecológica». Si un producto lleva la etiqueta de lo «ecológico», vende. Hay hasta coches ecológicos, cuando un coche nunca puede ser ecológico mientras consuma combustibles fósiles.

Siguiendo con el tema, me ha llamado mucho la atención que el gobierno francés de Nicolás Sarkozy haya puesto en marcha el «pacto ecológico» por el que se pretende tomar en serio el cuidado del medio ambiente y liderar el ecologismo gubernamental en el mundo. Entre otras medidas sorprendentes se anunció que no se construirán más carreteras y se fomentará el transporte colectivo, en especial el ferroviario. Que tome nota su correligionario Rajoy.

24 de octubre de 2007

Mis aplicaciones favoritas para Mac

Cumplido el «período de aprendizaje» con mi iMac, voy sacando bastantes cosas en claro. A base de prueba y error y vuelta a probar, han pasado por mi ordenador unas cuantas aplicaciones. Unas me han gustado, otras no y otras me han resultado especialmente útiles para mi día a día «maquero». En realidad ya estaba bastante bien informado sobre cuales eran buenas aplicaciones, por lo que la selección no ha sido completamente a ciegas.

He tenido en cuenta varios factores a la hora de elegir: su funcionamiento en todos los sentidos (usabilidad, rapidez, integración con el sistema operativo), su estética (siempre gusta ver una aplicación con un interfaz y un icono bonito) y la gratuidad o no. Es cierto que no existen demasiadas aplicaciones realmente buenas que sean gratuitas, pero las hay, y cada vez más. A veces no queda más remedio que pasar por caja (o por el p2p). Vamos con la lista:

  • Adium. El sustituto natural del MSN Messenger y de otras aplicaciones de mensajería instantánea similares. Aunque estéticamente no está mal, a los que venimos de Windows nos cuesta todavía un poquito acostumbrarnos.
  • aMule. El cliente para intercambio de archivos p2p de Mac. A pesar de no ser tan bueno como el de Windows (bueno, es una chapuza), es el único que accede a las redes eDonkey. Esperemos que pronto salga una versión mejorada, porque el actual aMule consume bastantes recursos y tiene algunos fallos. Por contra las descargas son más rápidas que su colega de Windows.
  • AppCleaner. Aunque en Mac prácticamente no existe el concepto de «desinstalar», ya que se borran las aplicaciones llevándolas a la papelera, igual que los ficheros normales, a veces quedan carpetas y archivos «colgando». AppCleaner soluciona este problema.
  • Coda. Una de las mejores aplicaciones que he visto para desarrollo web, orientado a la programación más que al diseño. Cuenta con un editor de texto muy bueno e intuitivo. Desde que lo uso ya no puedo cambiarlo por otro. Es de pago.
  • Firefox. La versión del navegador de Mozilla para Mac es idéntica a la de Windows en su funcionamiento, aunque estéticamente sea algo diferente. De todos modos Safari sigue siendo el mejor.
  • iPod Folder. Una pequeña aplicación para hacer copias de seguridad de la música de nuestro iPod en un Mac.
  • iTunes. Uno de los clásicos imprescindibles. Mucho más rápido que su versión para Windows.
  • Pages. El equivalente a Word de Office. Es el procesador de textos de la suite ofimática iWork de Apple. Bajo una apariencia muy elegante y simple se esconde una potentísima aplicación. La versión 08 es totalmente compatible con Office. De pago.
  • Mail. El cliente de correo electrónico integrado en Mac OS X. Es muy ligero y funciona muy bien. Ni siquiera me he planteado cambiarlo por otro. Tiene el mejor filtro antispam que he visto hasta la fecha.
  • Onyx. Es el Tweak XP de Mac OS X. Son un conjunto de utilidades que nos permiten modificar el aspecto o los comportamientos del sistema por un lado y por otro nos sirve para mantener nuestro Mac en forma, limpiando archivos temporales innecesarios, restaurando parámetros y un largo etcétera.
  • QuickSilver. Si no existiera habría que inventarla. Con tres pulsaciones de teclas podemos abrir cualquier aplicación instalada en el sistema, abrir una web y realizar cualquier tarea del sistema sin tocar el ratón. Imprescindible. No me explico como Windows no tiene algo parecido.
  • The Unarchiver. Para descomprimir archivos comprimidos con prácticamente cualquier formato.
  • Transmission. Uno de los mejores, si no el mejor, cliente para Bittorrent en Mac.
  • Transmit. El programa del «camioncito». Un excelente cliente FTP con muchas posibilidades. Es de pago.
  • Vienna. Uno de los mejores lectores RSS. Totalmente personalizable y muy rápido.
  • XAMPP. Un servidor Apache, un intérprete PHP, un gestor de estadísticas, el servidor MySQL y utilidades varias en una sola aplicación. Ideal para desarrollos web sin complicarse la vida. También hay versiones para Windows y Linux.
  • VLC. Qué podemos decir a estas alturas del mejor reproductor multimedia universal. La versión para Mac es algo diferente. Muestra los controles en una ventana diferente al vídeo. Esto lo hace algo incómodo.
  • VMWare Fusion. Una de las alternativas para virtualizar otros sistemas operativos dentro del Mac. Integración total con el sistema operativo de Apple. Es de pago.
23 de octubre de 2007

Un muchacho llamado Ian Curtis

Joy Division en una imagen promocional de 1979

La música popular tiene a veces el extraño poder de convertir personas corrientes en mitos para varias generaciones. Es cierto que Ian Curtis no lo fue durante los años ochenta, pero sí para la generación que crecimos a lo largo de los noventa. El movimiento indie lo reivindicó para sí.

Pero remontémonos a 1976. En aquel año Ian cumplía la veintena. A pesar de su juventud, Curtis llevaba un año casado. Durante un concierto de los Sex Pistols conoció a Bernard Sumner, Peter Hook y Terry Mason. Al menos así lo cuenta la leyenda. Poco tiempo después formaron Stiff Kittens que pronto pasó a ser Warsaw, a su vez embrión de Joy Division, una de las bandas más influyentes de las últimas décadas.

Joy Division eran la ruptura con todo lo que se había escuchado hasta entonces. Su concepción de la música era muy diferente de lo que se estaba haciendo por entonces y jamás se plegaron a las modas. Después del punk, el Reino Unido dejo la rabia a un lado y se pintó con los colores de la new wave. Pero Ian Curtis y los suyos eran una rara avis en aquel paisaje. Gran parte del poder de Joy Division residía en las letras escritas siempre por Curtis. Letras juveniles, pero angustiosas, tristes, desoladoras que encajaban perfectamente con la música sobria, mecánica y con tintes proto-electrónicos de Sumner, Hook y Mason.

En 1978 nacía Joy Division tal y como han pasado a la historia. El batería Terry Mason abandona el grupo. Varios sustitutos pasan por su puesto hasta que finalmente entra Stephen Morris. En junio de 1979 publican su primer trabajo ‘Unknown Pleasures’ (Factory Records) que contiene temas que ya son historia como ‘Disorder’ o ‘She’s lost control’. El disco fue un éxito de ventas llegando al puesto 71 en el Reino Unido.

Hacia marzo de 1980 Joy Division grabaron el material para su nuevo álbum, que llevaría el nombre de ‘Closer’. Sería su obra definitiva y el epílogo en la carrera de Ian Curtis. El 18 de mayo de 1980, cuando el disco estaba todavía en producción, Ian se suicida. No hacía mucho tiempo que había nacido su única hija. Parece que los problemas personales que arrastraba (se había divorciado de su mujer no hacía mucho tiempo) junto a un deterioro de su salud (sufría ataques epilépticos cada vez más frecuentes) precipitaron el final. Tan sólo tenía 23 años.

Cartel de la película Control

El resto de la formación decidieron continuar en la música, aunque bajo el nombre de New Order. No deja de ser paradójico que de las cenizas de un grupo tan sombrío como Joy Division, naciera una de las bandas más inspiradas y luminosas del tecno-pop de los ochenta, que rompieron moldes desde el principio con su mezcla de cajas de ritmos y guitarras.

Ayer se reeditó la exigua discografía de Joy Division y pronto se estrenará en España ‘Control’, una película dirigida por Anton Corbijn que cuenta la biografía del grupo. Así que aprovecho la coyuntura para ofrecer un pequeño homenaje con el vídeo de la que para mi gusto es su mejor tema y el más reconocible de los de Manchester: ‘Love will tear us apart’:

El trailer de ‘Control’:



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