Ayer se reveló que el Gobierno tiene en la cartera un proyecto de ley para que aproximadamente el 10% de los trabajadores públicos puedan desempeñar sus tareas desde casa. El proyecto está actualmente en el Consejo Económico y Social. Se espera que pueda entrar en vigor hacia finales de 2008. Con esta iniciativa se da un paso más hacia la conciliación familiar y laboral, algo cada vez más importante sobre todo si se tienen personas dependientes o hijos pequeños a cargo. No es, como seguro que muchos están pensando, una nueva excusa para que los «vagos funcionarios» trabajemos todavía menos. El número de horas semanales dedicadas al teletrabajo no excederá en ningún caso el 40%.
Para acogerse a esta medida en un principio no se exigirá más que tener conocimientos de informática, tener una antigüedad de al menos dos años y haber realizado un cursillo sobre teletrabajo. De lo que no se habla es de si la línea de comunicación o el equipo informático son sufragados por el Estado o es el funcionario quien debe acarrear con los gastos.
Me parece una idea muy buena, aunque yo soy más partidario del trabajo presencial. Cuando el trabajo entra en casa y tu oficina es la sala de estar es como si la vida privada estuviera «invadida». Aunque quizás sea cuestión de acostumbrarse.
No ocurre muy a menudo, pero pasa. Cada diez o veinte discos mediocres que escucho llega uno que sobresale de los demás. Es entonces cuando comienzo a prestarle más atención y a interesarme por obtener más información. Algo así me ha pasado con Prin’ La Lá, una banda de tres chicas cordobesas apadrinadas por su primo Fernando Vacas (alma de Flow). En realidad él es el «cerebro en la sombra» y artífice de esta estupenda aberración musical.
Isabel, Macarena y Blanquita apenas suman cuarenta años entre las tres, pero han publicado posiblemente uno de los discos nacionales del año. ¿Por qué? Por unas letras ingeniosas y diferentes y unas melodías endiabladas y pegadizas a medio camino entre el folk, el pop más pop y la música clásica. Toques angelicales para un disco con dobles intenciones, que, como los cuentos de hadas, mantiene una pincelada de crueldad y sordidez soterrada. El nombre con que Fernando las bautizó hace referencia al perro imaginario del delirante mundo de los hermanos Leopoldo María y Michi Panero. Nada es casual.
También me enteré de que hace unos días, el suplemento de tendencias EP3 de El País las sacó en portada y les dedicó un extenso reportaje que acabo de leer y que creo que no les hace justicia por buscar la anécdota y la lectura fácil más que interesarse realmente por la música.
Aunque todo el disco es más que notable, desde mi punto de vista hay varias cumbres. ‘Naves que dan vueltas a un balón’, con su melodía casi espectral, ‘En los pantanos de la memoria’, ‘Verano fatal’ (el contrapunto extrovertido y alegre) y ‘Con sentido y sin sentido’.
Hacía ya tiempo que quería escribir sobre unos de los personajes más odiosos y siniestros de la moderna Europa comunitaria. Digo «unos» porque son dos gemelos, inseparables y por tanto con vidas paralelas. Lech y Jaroslaw Kaczynski son presidente y primer ministro, respectivamente, de Polonia, un país que tradicionalmente se ha destacado por su fuerte oposición al régimen comunista de Moscú en los tiempos del telón de acero.
El otro día se publicó la noticia de que se han tomado medidas para eliminar la memoria y los derechos económicos de los polacos que combatieron con la Brigadas Internacionales a favor de la República Española durante la guerra civil. Se trata de un proyecto de ley que acabará con las pensiones de los veteranos de la segunda guerra mundial que lucharon contra el fascismo.
No es más que otra iniciativa más de los gemelos y de su partido Ley y Justicia, rayano en la ultraderecha, que se propone eliminar todo vestigio del pasado comunista. Quizás muchos polacos y europeos estén (o estemos) de acuerdo con algunas de estas medidas (por ejemplo eliminar los símbolos de los regímenes totalitarios), pero no con las formas. Incluso el legendario líder sindical Lech Walesa, que a comienzos de los ochenta se enfrentó con el régimen del general Jaruzelski, se ha desmarcado.
La Unión Europea está encontrando en Varsovia uno de los principales escollos para elaborar una política sobre, por ejemplo, el cambio climático, el aborto, la defensa común, el laicismo, la inmigración y otros asuntos de vital importancia para el futuro de la unión.
A veces la sociedad, sin quererlo, crea monstruos que crecen por sí mismos al amparo de la demagogia y el populismo y a los que después es difícil parar. Me es imposible no establecer paralelismo entre los peculiares gemelos polacos y la cúpula del actual y radicalizado Partido Popular español. Si el principal partido de la oposición llegara al Gobierno de España en tal estado de radicalización, ¿tendríamos un gobierno «al estilo polaco»?
Cada momento tiene sus canciones. No importa si el tema está de moda, está sonando ahora o sonó hace veinte años. De aquí en adelante voy a ir reflejando cual es mi «canción del momento». También siempre que sea posible, intentaré que pueda escucharse desde la web.
‘In transit’ es un tema escrito e interpretado por Albert Hammond Jr., componente de la banda neoyorkina The Strokes. Es hijo del músico del mismo nombre, muy popular en los años setenta. Es curioso, pero ‘In transit’ es una especie de «autoversión» de ‘By the way’, un instrumental compuesto para un documental sobre The Strokes realizado en 2001.
Mirando un vídeo en 20minutos.es sobre la concentración de hoy de la AVT y el PP contra la sentencia del Tribunal Supremo (lo de la rebaja de pena a De Juana Chaos) me he quedado de piedra al divisar una enseña bermeja, la bandera de Zamora. Suerte que la gente a nivel nacional no sabe de dónde es. Para colmo no es la primera vez que nos encontramos con esta bandera en una manifestación. Hace cosa de dos años, en Salamanca, también se pudieron ver unas cuantas banderas de Zamora durante la manifestación en contra de la devolución de los papeles robados por Franco a Cataluña. Las vimos junto a otras de Falange, del Partido Tradicionalista y alguna con el «aguilucho». La crème de la crème.
Aunque no soy zamorano de nacimiento, sí he vivido la mayor parte de la vida aquí y me produce naúseas ver que alguien se arroga la representación de la ciudad y de la provincia portando la bandera. Aunque, pensándolo bien, quizás sí sea representativo de la gente de una de las ciudades más reaccionarias y atrasadas de toda España.
Sorprendentemente ya no nos sorprende encontrarnos con una nueva manifestación organizada por los de siempre, con el único propósito de armar un poco de jaleo. No entiendo otro motivo. Hace sólo quince días que vivimos el último despropósito. Quizás les convendría hacerlo algo habitual y periódico. Cada semana contra un asunto diferente o contra el mismo. Qué más da. Si el motivo es lo de menos, porque todas las protestas derivan en una sola: contra el Gobierno de España. No importa la causa. Cualquier excusa es buena. Y muchos (la mayoría) estamos ya tan cansados de esta actitud que nos lo tomamos en broma. ¿O es que podemos hacer otra cosa?
Como otras veces, lo más grave es que los de siempre están manipulando a la gente que, con buena fe, acude a manifestarse bajo unas premisas que en última instancia son sesgadas o simplemente no son ciertas. La ignorancia o la excesiva confianza anula la capacidad crítica de los más entusiastas. Ni siquiera se atreven a verificar las causas de esa «indignación», no vaya a ser que sean falsas.
El País, el principal y más influyente diario español, incluirá desde el próximo día 25 de febrero algunas de sus mejores y más impactantes portadas publicadas a lo largo de los casi 31 años de este periódico. Serán 31 portadas que se entregarán a diario con cada ejemplar. El 23F, las guerras de Iraq, el terrorismo o la caída del telón de acero son algunos de los acontecimientos que quedan reflejados en estas portadas.
La idea es muy buena, aunque yo, como coleccionista de las portadas en PDF, tengo prácticamente todas desde septiembre de 2000 (últimamente lo tengo un poco descuidado) y algunas de las históricas que he ido recopilando a lo largo del tiempo. Si tuviera que quedarme con una, sin duda mi favorita sería la edición especial de las 8 de la tarde del 11 de septiembre de 2001. Salió a los quioscos sólo cinco horas después de los atentados contra el World Trade Center y el Pentágono. Estuvo unas pocas horas colgada en la web y su valor radica en que, al ser una edición especial, no figura en el archivo del sitio de El País.
rmbit está bajo una licencia de Creative Commons.
Plantilla de diseño propio en constante evolución.
Página servida en 0,055 segundos.
Gestionado con WordPress