Jimmy McGovern, el creador de ‘Accused’ (2010) no es muy conocido en España, pero ha escrito algunas series de éxito para la BBC y Channel 4 en el Reino Unido. El serial explota la tradición anglosajona de la ficción judicial, series y películas de juicios que tantos momentos de gloria en la pequeña y en la gran pantalla han proporcionado. Cierto que por estas tierras no tiene tanto predicamento, quizás por el la mala fama de la Justicia en España.
Pero lo cierto es que, más allá del maniqueísmo, uno de los aciertos de ‘Accused’ es considerar al acusado como humano, capaz de equivocarse. McGovern consigue que el espectador empatice con la práctica totalidad de los protagonistas de los capítulos –cada uno de ellos es una historia independiente–. Dos temporadas y diez capítulos en total con una gran variedad de casuística, desde asesinatos hasta robos.
Por la serie desfilan algunos actores muy conocidos para los que somos aficionados a la ficción británica. Dos «Doctores Who«: Christopher Ecclestone y Peter Capaldi, otros que hemos conocido por ‘Juego de Tronos’, ‘Broadchurch’, etc. Todos ellos con actuaciones sólidas y convincentes. En definitiva, una serie de calidad con buenas historias. 7,5/10.
No son muchas las producciones, tanto de cine como de televisión, que nos llegan de Austria –más allá de Ulrich Seidl–. Decidí ver esta serie precisamente por eso, y por pura curiosidad. Y con lo que me encontré fue con una serie muy original, con un humor un tanto extraño que descoloca, y con una trama delirante sostenida por un buen guión y unos grandes actores que pivotan en torno al excelente Udo Kier. Todo ello bajo la dirección de David Schalko, con una larga carrera en el país pero desconocido para el resto de Europa y del mundo.
‘Altes Geld’ (‘Dinero Viejo’ en una traducción literal al castellano, o más bien ‘Herencia Ancestral’) nos cuenta la historia de una estirpe familiar decadente de la aristocracia austríaca, con un pasado nazi mal disimulado y judío que atormentará a más de uno de sus miembros. El patriarca, Rolf Rauchensteiner (Udo Kier), necesita un hígado para seguir viviendo. Para conseguirlo convoca a sus hijos a un absurdo concurso. Aquel que le proporcione un órgano sano se quedará con su herencia. A lo largo de toda la trama, esta carrera por obtener los favores económicos de Rolf, se producirán situaciones surrealistas.
Schalko, además del recurso del humor, juega con el recurso visual, dotando a los paisajes y a los personajes de fuertes significados estéticos. Esto lo hace especialmente atractivo al espectador que busca producciones diferentes, lejos de lo que estamos acostumbrados a ver. 7,5/10
Hace unos cuantos años vi la película ‘This Is England’, de Shane Meadows. Esta producción británica de 2006 contaba la historia de los jóvenes marginales de la Inglaterra menos fotogénica, de sus familias desestructuradas y sus vidas marcadas por la precariedad y la falta de futuro. No es muy habitual que de una producción cinematográfica surja una serie que continúa su argumento y sus personajes. En este caso Meadows se explaya en qué ha sido de los protagonistas a lo largo de tres etapas separadas por dos años cada una. Son tres ventanas a las que nos asomamos para comprobar si los chicos siguen bien.
Si la cinta original transcurría en 1982, la primera parte de la serie (‘This is England ’86’, una producción de 2010) avanza hasta 1986 y el mundial de fútbol de México. Vemos a unos protagonistas más crecidos y maduros, a la búsqueda de un futuro. Al contrario que en la película, se ahonda en las vidas personales de los personajes, y sobre todo en su interacción con los demás y con el entorno, que casi siempre les es hostil. Para mi gusto, la mejor de todas es la segunda. ‘This is England ’88’ transcurre en las navidades de 1988. Es oscura, tensa e intensa. Una serie de acontecimientos cambiarán para siempre vida de algunos de los protagonistas. Por último, Meadows juega a las cuatro estaciones de 1990 con los cuatro episodios de ‘This is England ’90’ al calor de las nuevas drogas sintéticas y del sonido Madchester.
Hay muchas cosas que me gustan de la serie. Su realismo, y el realismo que los actores transmiten al guión. También la complicada mezcla entre violencia, desolación, tensión y sensibilidad. Un equilibrio que solo un maestro puede lograr. Y por último el detallismo y el cuidado de todos los elementos que aparecen en pantalla. Parece obvio que sea así, pero estamos demasiado acostumbrados a los anacronismos y a las chapuzas temporales (¿Verdad ‘Cuéntame Cómo Pasó’?). En definitiva, una perfecta tetralogía (si incluimos la película original) para conocer de verdad cómo es la vida de las clases bajas urbanas inglesas. 9/10.
Uno de los factores que me han llevado a ver ‘The Young Pope’ (‘El Papa Joven’ o como se haya traducido aquí), casi por mera curiosidad, es que está dirigida por Paolo Sorrentino (‘La Gran Belleza’ o ‘La Juventud’) y, por supuesto, la temática papal. Es precisamente su argumento la principal baza de esta serie de HBO (coproducida por Mediapro y Canal+). También lo son sus actores. Un elenco lleno de grandísimos actores. Pero como veremos, también hay un lado oscuro.
Lenny Belardo (Jude Law), un hombre en la cincuentena, es elegido contra todo pronóstico Papa de la Iglesia Católica con el nombre de Pío XIII. Pronto el mundo descubrirá que poco o nada tiene que ver con sus predecesores. Su comportamiento extravagante y a veces integrista desconcertará a los fieles –y a los espectadores–. Pero detrás de la figura pública también existe un ser humano repleto de contradicciones y de un pasado traumático que le persigue en todo momento.
Como comentaba antes en el reparto podemos ver a Jude Law o Diane Keaton, pero también a Javier Cámara, interpretando a uno de mis personajes favoritos. Otros son menos conocidos para nosotros, como el italiano Silvio Orlando en el papel del Cardenal Voiello, ejecutando una de las mejores interpretaciones de la serie. Siendo una obra de Sorrentino, también tenemos asegurado una cuidada estética, con planos espectaculares, imposibles y arriesgados que, lejos de ser gratuitos, nos ayudan a conocer la historia. Al contrario de lo que vimos en sus largometrajes, el formato por entregas parece sentar bien al excesivo realizador italiano.
Pero también hay un punto negativo, y no es menor. Tras unos excelentes cinco o seis capítulos, la historia gira sin un motivo aparente. Esto consigue que el conjunto sea finalmente poco creíble y hasta fraudulento. Una pena. En cualquier caso, merece la pena echarle un vistazo. 7/10.
Una serie que tenía pendiente desde hace ya años es ‘Broadchurch’, una producción de la BBC que hasta la fecha cuenta con dos temporadas (de 2013 y 2015 respectivamente) y esperamos la tercera para este 2017. Está dirigida por un tándem de oro de la ficción británica: Euros Lyn (‘Doctor Who’, ‘Sherlock’, ‘Black Mirror’ o ‘Happy Valley’) y James Strong (‘Doctor Who’ o ‘Downton Abbey’) al que hay que unir el protagonismo de David Tennant, que todos recordamos por ser el segundo doctor de la serie moderna de ‘Doctor Who’. Con estos mimbres, el producto final tenía que ser de calidad. Y así es.
‘Broadchurch’ cuenta la historia de un aparentemente apacible pueblo de la costa sur británica. La aparición de un niño muerto, hijo de unos conocidos vecinos de la localidad, junto al acantilado comienza a destapar todas las miserias y fantasmas que hasta el momento permanecían ocultas dentro de las bonitas casas. Alec Hardy (David Tennant) es destinado forzoso para investigar el crimen junto a su colega de la comisaría local Ellie Miller (Olivia Colman), una afable agente que tratará de llevar la investigación a su modo. Pronto ambos chocarán entre ellos y con la madeja de personalidades que habita el pueblo, muchas con un turbio pasado que no están dispuestas a airear.
Las dos temporadas rodadas y emitidas hasta el momento se complementan. En la primera se desarrolla la investigación para esclarecer la autoría del asesinato y la segunda básicamente se ambienta en el juicio posterior junto a una incursión en el pasado (que se hace presente) de los personajes protagonistas. La serie puede considerarse la clásica producción británica de suspense, de investigación pura y dura, con un final nada previsible. Buenísimos guionistas, con mucho oficio, grandísimos actores, algunos conocidos de otras series y otros completamente desconocidos para el espectador español, y una realización excelente. 7,5/10.
Los países escandinavos nos siguen proporcionando muestras de buen hacer televisivo. Ya conocemos series como ‘Borgen’, ‘Bron/Broen’ o ‘Äkta Människor’, todas ellas excelentes. El caso de ‘Okkupert’ no defraudará a los aficionados seriéfilos que las hayan visto. Son diez episodios donde esta producción noruega de la televisión pública NRK desgrana una historia factible pero poco probable.
Mientras el mundo vive sumido en una crisis energética, Noruega decide apostar por una energía limpia basada en el torio y suspender la extracción de combustibles fósiles (gas y petróleo) y su exportación al resto de Europa. Con la connivencia de la Unión Europea, Rusia envía especialistas apoyados por militares para ocupar las plataformas petrolíferas y refinerías con el fin de garantizar el suministro. Pero esta ocupación limitada despierta la resistencia de una parte de la población noruega que poco a poco va aumentando, entrando en una espiral de hechos cada vez más graves entre unos y otros.
Como era de suponer, ‘Okkupert’ ha levantado polémicas sobre todo entre las autoridades rusas, pero tampoco la Unión Europea y los Estados Unidos salen bien parados. En el fondo, el tema que se trata de una defensa de la identidad y el territorio noruego, un asunto polémico y sensible dentro de la sociedad del país nórdico. En cualquier caso, el enfoque es siempre realista, lejos de efectismos innecesarios y reflejando toda la complejidad y los matices de unos hechos de este tipo. Muy recomendable. 8/10.
La tercera temporada de la aclamada serie ‘Black Mirror’ tiene dos peculiaridades que no sabemos si tienen que ver. La primera es su paso de la cadena británica Channel 4 a Netflix. Y la segunda el paso de tres a seis episodios en esta entrega. En mi opinión, este alargamiento de la temporada ha llevado consigo una bajada en la calidad de algunas de las historias. Por eso, de los seis, para mí hay tres «buenos» y tres «menos buenos». Vamos con buenos:
‘Nosedive’, el primer capítulo, conserva el sabor clásico de las anteriores temporadas. Vivimos en un futuro cercano, en el que el móvil está permanentemente presente en nuestras vidas y las redes sociales permiten puntuar a las personas de 1 a 5 estrellas. El problema llega cuando esa puntuación comienza a condicionar las oportunidades personales de aquellos peor puntuados y a crear una élite de bien puntuados. 8/10.
‘Shut Up and Dance’ es el tercer capítulo y el más «chungo» de la temporada. Un virus infecta el ordenador de un joven. A partir de aquí un desconocido toma el control de su teléfono móvil y mediante chantaje le obliga a realizar determinados actos junto a otros infectados. No puedo contar más sin desvelar el secreto. ¿La justicia del futuro o una forma de «ciberlinchamiento» público? Magistral giro de guión al final de la historia. 8/10.
‘San Junipero’, el cuarto capítulo, es posiblemente el mejor de esta tercera entrega y uno de los mejores de toda la serie. Tecnología, nostalgia y la juventud perdida. Una historia muy original y difícilmente mejorable. También es un trabajo ejemplar de guionistas y actores. 9/10.
Junto a estos tres, otros más convencionales que no terminan de encajar en la filosofía de ‘Black Mirror’, y con un final previsible:
Por un lado, ‘Playtest’, o como la evolución de la realidad virtual nos puede poner en peligro más allá de los mundos cibernéticos… Por otro, ‘Men Against Fire’, sobre una hipotética campaña de genocidio en el futuro contra una minoría y la manipulación mental de los soldados que participan en él. Por último, ‘Hated in the Nation’, o como unos terroristas tecnológicos utilizan abejas robot para atacar a los humanos. Una especie de ‘Los Pájaros’ de Hitchcock con abejas sintéticas. El capítulo además es excesivamente largo.
En cualquier caso, todos ellos son dignos de ser vistos y aportan ese plus de complejidad y de dilemas filosóficos que muy pocas series consiguen plantear tan certeramente. Historias siempre interesantes que hacen de esta una de las mejores series que he visto nunca.
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