Después de más de sesenta años de carrera y haber dirigido casi un centenar de largometrajes –de los que he visto todos menos ‘Zelig’, que no soporto– llega el momento de recapitular y echar atrás la vista para volcar en ‘A Propósito de Nada’ una especie de memorias, autobiografía o como lo queramos llamar. Casi quinientas páginas donde Allen rememora obra, manías personales y familiares y conflictos legales, en especial el terrorífico pasaje de las acusaciones de Mia Farrow contra Soon-Yi (hija adoptada por ella y ahora esposa de Woody Allen) y contra el propio protagonista. Un contencioso que le lleva persiguiendo y dañando personal y laboralmente a lo largo de los últimos veinticinco años.
De forma cronológica y algo caótica (vuelve a veces sobre lo ya dicho repitiendo ideas) y sin una estructuración en capítulos ni en partes, comienza desde su infancia en Brooklyn hasta su apartamento en Manhattan con goteras y vistas a Central Park y pasando por supuesto por anécdotas divertidas sobre su forma de trabajar (tan caótica como este libro) o su relación con los actores, productores, directores de fotografía y colegas realizadores. Un lenguaje sencillo y de fácil lectura. A poco que nos evadamos, visualizaremos al bueno de Woody narrándonos su vida como si fuera una de sus obras. Es más, muchas de las vivencias contadas ya han sido reflejadas en sus más autobiográficas ‘Días de Radio’ o ‘Wonder Wheel’.
A lo largo de las páginas se intuye que, tras el fondo de chistes, la narración es sincera y honesta, probablemente, también en el asunto de Mia Farrow haya supuesto una liberación. Se dice alejado de las críticas y los elogios y sentirse más como un escritor de guiones que un director de cine. Claramente busca entornos donde pueda estar todo controlado y tomar decisiones de forma autónoma, sin injerencias de los productores. Esta fama de outsider le ha llevado a tener que buscar financiación para sus últimas películas fuera de los Estados Unidos. No sabemos cuanta vida útil –o vida a secas– le queda. Esperemos que sea mucha. Y, en cualquier caso, aquí tenemos el guión de su vida. 8/10.
La historia de Alemania tras la segunda guerra mundial y el dilema de los ciudadanos que formaban parte de la maquinaria nazi y que tuvieron que reinventar sus vidas siempre me ha parecido un asunto interesante y perturbador. Una sociedad y una situación complejas a la que hay que unir la tutela de los aliados –ganadores de la guerra– y de la Unión Soviética comunista. Un puzzle nada sencillo en el que se desarrolla ‘Unsere Wunderbaren Jahre’ (‘Nuestros Maravillosos Años’ en castellano). Se trata de una producción germana de 2020 compuesta de 6 episodios. Y no es la única que se ha acercado en los últimos años a esa época de guerra y postguerra. Por aquí vimos, por ejemplo, la magnífica ‘Unsere Mütter, Unsere Väter’ (llamada aquí libremente como ‘Hijos del Tercer Reich’).
La familia Wolf, propietarios de una fábrica de productos metálicos en Altena, una pequeña localidad de Westfalia, trata de salir adelante tras la derrota de la Alemania nazi. Pero, como suele suceder, el pasado les va a perseguir hasta el final mientras se va abriendo paso la nueva Alemania. Al mismo tiempo, las viejas rencillas de la guerra salen a relucir.
Más allá del trasfondo histórico –que se diluye bastante entre las tramas un tanto inverosímiles– el desarrollo de la serie me ha resultado algo simplón y poco pulido. No he leído la novela homónima de Peter Prange en la que se basa, pero estoy seguro de que muchas situaciones que se narran en el libro y que podrían haber dado mucho más de sí se pasa sobre ellas de refilón sin darles la profundidad que quizá necesiten. Lo mismo el guión, que consigue remontar gracias a actores de reconocida solvencia (estupendos Ludwig Trepte y Anna Maria Mühe en sus papeles). El producto final es interesante, pero se queda muy lejos de las posibilidades que brinda la historia. 6,5/10.
Uno no puede acertar siempre con lo que selecciona para visionar. El trabajo de elección de la siguiente serie a ver muchas veces no es sencillo y hemos de fiarnos de referencias externas o, simplemente, se trata de una selección al azar. El caso de la coproducción francoalemana ‘Alger Confidentiel’ (‘Argel Confidencial’) es paradigmático. Lo tenía todo para poder haber sido una producción de calidad. Un argumento que, si bien es manido, podía haberse desarrollado de forma original contando con un factor geográfico exótico e interesante (la Argelia de Bouteflika después de las primaveras árabes y su relación con sus vecinos y con los países europeos), lo cierto es que dilapida esa posibilidad.
‘Alger Confidentiel’ nos cuenta la turbia relación entre el sector armamentístico y los gobiernos dictatoriales. En este caso Argelia. Un comerciante –traficante– de armas alemán es secuestrado en el país norteafricano y una operación millonaria de venta de armamento corre el riesgo de frustrarse. Para resolver el entuerto contratan a Ralf Eley, una especie de James Bond mezclado con McGiver alemán al servicio de su país, que se encargará de resolver el asunto de la manera más discreta posible. Por otra parte, un grupo de argelinos preparan en Berlín un ataque para interceptar esas armas y organizar un golpe de estado que cambiará el destino de Argelia.
Sin ser malos actores, resuelven la papeleta de forma poco más que correcta. Los giros dramáticos, los tópicos por doquier e incluso la estética nos hace pensar en una de esas películas teutonas que emiten por las tardes en las televisiones generalistas. Sin ambición, rutinaria y nada más. Cuatro capítulos –al menos es corta– que entretienen y nada más. 4/10.
Estrenada el pasado mes de noviembre, ‘Glória’ es la primera serie portuguesa producida para Netflix (aunque con cooperación de la RTP). Personalmente me parece importante que por parte de las plataformas se esté dando cabida a producciones de países que normalmente no tienen cabida en la industria audiovisual internacional. Aquí en España ya tuvimos nuestro momento con ‘Las Chicas del Cable’ en 2017 y nuestros vecinos la tienen ahora con ‘Glória’. Su director, Tiago Guedes, ha dirigido algunas pequeñas producciones para la televisión portuguesa y este es su primer trabajo de cierta entidad. Bien ambientada, con buenos actores y con un guión que, si bien peca de lento y un poco repetitivo, no tiene fisuras.
Portugal 1968. João Vidal es un acomodado ingeniero proveniente de una significada familia adicta al régimen de Salazar. Lo que pocos saben es que es un agente captado por la KGB y el Partido Comunista Portugués para sabotear una instalación estratégica de retransmisión de radio llamada RARET, situada en un pequeño pueblo de nombre Glória do Ribatejo (de ahí el nombre de la serie). Esta instalación, donde conviven portugueses y norteamericanos, está encargada de lanzar emisiones para combatir el comunismo. A lo largo de los diez episodios de que consta ‘Glória’, veremos también la relación, a veces turbia, entre los habitantes de ese pequeño pueblo, el régimen dictatorial y los trabajadores de RARET.
En definitiva, un thriller de espías más que correcto con un trasfondo histórico muy diferente al que estamos acostumbrados, lo cual siempre es de agradecer. 8/10.
Otros años –prácticamente todos diría yo– el asunto musical solía estar bastante descompensado entre lo nacional y lo internacional a favor del primero. Quizá fuera la cercanía, el entender mejor las letras o el identificarse más con las historias… Este año ha sido al revés. En cuanto a discos, han tenido mucho más peso los publicados más allá de nuestras fronteras. Con esto no quiero decir que lo de aquí no me interese tanto como otros años, sino que la cosecha ha sido algo más escasa que en otras ocasiones. De todos modos, como veréis, la selección ha sido excelente. Al igual que lo que ocurrió el año pasado con Triángulo de Amor Bizarro, esta vez –sin tanta contundencia, eso es verdad– el fenómeno Niña Polaca ha arrasado. Su disco de debut ha sido estupendo y lo he situado como mi disco español favorito de 2021. Los granadinos Unidad y Armonía –músicos experimentados de bandas consolidados– sorprendieron a mitad de año con su segundo trabajo… En cuanto a temas, la cosa cambia y los diez magníficos del año lo son de verdad y para que estén, muchos otros se han quedado fuera. Pero vayamos ya con la lista:
Discos nacionales favoritos de 2021
Alexanderplatz – Parques Nacionales Españoles. Alejandro Martínez, mitad del grupo murciano Klaus & Kinski, se había mantenido casi mudo desde que la banda se disolvió en 2013. Era evidente que seguía trabajando en la sombra con un nuevo proyecto. Este disco de debut de Alexanderplatz es deudor del sonido de su anterior grupo, que podían haber firmado perfectamente, pero sin la voz que echamos de menos de Marina Gómez. Quizá sea esa la pieza que falta para un disco que compositivamente es impecable, revelando una vez más algo que ya sabíamos, y es que Alejandro es uno de los mejores autores del panorama independiente español.
Exnovios – Un Nuevo Día. El tercer disco de los pamplonicas es, sin duda, el mejor. Especialistas en el difícil arte de emparejar la herencia musical de la psicodelia patria de finales de los años sesenta (los últimos Brincos por ejemplo) y el space-rock de los ochenta (sí, Spacemen 3), aquí suben un escalon más. Distorsión, sintetizadores, también guitarras folkies y un toque Jesus and Mary Chain: así es la unión tranquila y amable de estilos que destilan en ‘Un Nuevo Día’. Un disco genial.
Kokoshca – Kokoshca. Otros navarros ilustres. La banda ya veterana lanzaron este 2021 un disco homónimo a priori extraño, como un cajón desastre, heterogéneo y con canciones que evolucionan como la rara ‘Himno de España’. Según comentan ellos mismos, este trabajo es más positivo, más alegre… Puede que así sea, pero la mala leche en algunos cortes está presente, la crítica social y política y un estilo siempre reconocible que, si pierde el equilibrio, siempre cae del lado más punk.
Unidad y Armonía – Un Verano Invencible. Cuando hablé en su momento de este disco me pareció la sorpresa nacional inesperada del año. Y así se ha confirmado con el tiempo. ‘Un Verano Invencible’ es psicodelia, un poco (o un mucho) de Pink Floyd, un poco de Triana, algo de post rock y unos arreglos ampulosos y barrocos repletos de instrumentaciones de otras décadas y un aire elegante y nostálgico. No es habitual encontrar trabajos así en el mundillo independiente nacional. Actitud, oficio e inspiración.
Niña Polaca – Asumiré la Muerte de Mufasa. Ha sido la sensación del año. Tanto que incluso ha trascendido la hermética indiesfera para sonar en radios generalistas a donde solo llegan Supersubmarina, Vetusta Morla y pseudogrupos similares (que algunos llaman indies). Y desde luego todo el mérito es suyo. El debut de los madrileños nos trae ecos de la movida, de Los Enemigos y unas letras desgarradoras, irónicas y muy personales (no sabemos si basadas en hechos reales o no). La fuerza, las guitarras, y a la vez la sensibilidad. Una mezcla interesante con melodías inmediatas y una capacidad para fabricar himnos de la nada poco vista. Sin duda el disco del año.
Mis canciones nacionales favoritas de 2021
Bala – Agitar
Unidad y Armonía – Somos excusa
Niña Polaca – Joaquin Phoenix
La La Love You – La canción del verano
Emilia, Pardo y Bazán – El paso honroso
Alba Messa – La noche
Kokoshca – Himno de España
The Ribbons – Cobardía
Betamax – Corazones de papel
Exnovios – Luz, espacio, tiempo
Para terminar, los videoclips y video lyrics que he encontrado, en orden inverso:
Cerramos el año 2021 con el clásico repaso a mis discos y canciones favoritas de fuera y de dentro. Muchos discos que revisar estos días, muchos recuerdos que vuelven… Terminamos una temporada repleta de emociones donde la música ha estado presente todos y cada uno de los días. Los primeros meses recibimos una avalancha de música excelente como hacía mucho tiempo que no ocurría. Digerir y racionalizar todo este torrente no ha sido sencillo. Para poder haber incluido todo lo interesante que se ha producido este año deberíamos ampliar la lista de diez a, tal vez, veinte temas. Se han quedado fuera muchos grandes bien por haber sido publicados antes de diciembre del año pasado o bien por el simple hecho de que todo es limitado, y las listas también. Todas las clasificaciones son, en última instancia, injustas y mutables. Pero también me alegra saber que la música que me gusta de un modo u otro se sigue desbordando y es cada vez más complicado atender a todo. Siempre he tenido el temor de que con la edad la música que se hace ahora mismo no me dijera nada y prefiriera refugiarme en los discos del pasado, como algunos nostálgicos que conozco. Afortunadamente es todo lo contrario.
Vamos ya con el repaso a la lista de mis favoritos internacionales de 2021. Como veréis, es un listado bastante francófono. Una rareza que es posible que nunca se vuelva a repetir. ¿Esto a qué se debe? Cualquiera sabe… Cosas del azar y de los dioses de la música.
Discos internacionales favoritos de 2021
Wolf Alice – Blue Weekend. Los británicos publican este tercer trabajo que ha sido bien tratado por la crítica. Está claro que la riqueza compositiva e instrumental, la variedad de estilos dentro de una línea personal y el recorrido por el pop-rock de las últimas tres décadas, ha hecho de este su disco más sólido hasta la fecha. Ahí tenemos temas contundentes como ‘Smile’, ochenteros como ‘How can I make it OK?’, nuevaoleros como ‘Play the greatest hits’ y sobre la mayoría sobrevuela un aire dream pop que lo envuelve todo.
Mogwai – As the Love Continues. Mogwai son unos viejos conocidos. Vengo siguiendo a la banda desde que estos escoceses afiliados al post-rock publicaran su debut ‘Young Team’ allá por 1997. Es verdad que años después les perdí la pista y ahora me sorprenden –a mí y creo que a muchos que nos gustó su debut– con un estilo al que siempre han sido fieles, pero que han sabido moldear y adaptar a los nuevos tiempos. Un disco muy disfrutable con temazos como el que abre el disco ‘To the bin my friend, tonight we vacate earth’, ‘Ritchie Sacramento’ o ‘Drive the nail’ que nos recuerda tanto a aquel ‘Summer’ legendario.
Gaspard Augé – Escapades. El cincuenta por ciento de los galos Justice nos presenta un disco instrumental y un ejercicio de nostalgia recuperando sonidos de los setenta y los primeros ochenta. Para ello desempolva viejos sintetizadores, echa mano de mucho humor (o más bien diríamos ironía) que se trasluce en los avances de los cortes de ‘Escapades’ en forma de videoclip que podemos ver en las redes. El retrofuturismo francés era esto. Un disco que nos recuerda a sus compatriotas Daft Punk años atrás en ‘Random Access Memories’. Para escuchar mientras conducimos un Citroën CX…
Coeur de Pirate – Impossible à Aimer. Es posiblemente mi gran sorpresa internacional de última hora de este 2021 y no me explico como no descubrí antes ninguno de sus discos. Esta quebequesa, de nombre Béatrice Martin, a pesar de su juventud (32 años), tiene ya una prolífica carrera como autora y cantante de la que aquí no tenemos referencias. En su estilo no encontraremos grandes innovaciones, pero sí un conjunto de canciones bien compuestas, exquisitas al estilo de la chanson francesa, con un toque retro, nostálgico y orquestaciones lujosas. Una pequeña maravilla que encantará a francófilos y, posiblemente, al público general.
La Femme – Paradigmes. Tenía muchas ganas de que La Femme, una de mis bandas francesas favoritas, lanzaran un disco verdaderamente contundente. Sabía que cuando lo hicieran iba a estar en lo más alto de mis favoritos. Y así ha sido. ‘Paradigmes’ es ese trabajo que los fans de los de Biarritz que estabamos esperando. Desde aquel ya lejano ‘Psycho Tropical Berlin’ (2013), su progresión ha sido ascendente. Ese estilo mutante e irrepetible del que hacen gala, esa batidora que consigue mezclar a la Virgen de la Macarena en un medio tiempo «gainsbourgiano», sonidos tropicales junto a sintetizadores y trompetas casi be-bop entre otros hallazgos. Y es que La Femme es puro mestizaje de estilos, donde todo termina por encajar. Y en ‘Paradigmes’ esto toma un cariz milagroso.
Mis canciones internacionales favoritas de 2021
La Femme – Le jardin
Coeur de Pirate – On s’aimera toujours
Pearl Charles – Only for Tonight
Gaspard Augé – Captain
Celeste – Tonight tonight
TEKE::TEKKE – Yoru ni
Billie Eilish – Happier than ever
Little Simz – Introvert
A Place to Bury Strangers – Playing the part
Mogwai – Ritchie Sacramento
Para terminar, los videoclips y video lyrics que he encontrado (que son todos), en orden inverso:
La serie ‘Historias para no Dormir’ es uno de los clásicos de nuestra televisión. Poco se puede añadir sobre esta obra de Chicho Ibáñez Serrador que revolucionó el casi inexistente panorama audiovisual de mediados de los sesenta. Entre 1966 y 1968 se emitió una primera etapa, pero no fue la única. En 1974 con ‘El Televisor’ de un inolvidable Narciso Ibáñez Menta, regresó en una única entrega. 1982 fue el año en el que vivimos (vivieron) una nueva tanda de episodios. Entre 2007 y 2009 también se emitieron en formato largo nuevas historias bajo el título de ‘Películas para no Dormir’. Por todo esto, el que llegara una nueva entrega no debe suponer una sorpresa. Las plataformas de streaming buscan crear nuevos contenidos y era cuestión de tiempo que llegara una etapa más de la serie. Esta vez en forma de cuatro episodios que son tres reinterpretaciones de antiguos episodios (‘La Broma’, ‘El Doble’ y ‘El Asfalto’) y un «metaepisodio» (‘Freddy’).
El elenco es de primer nivel, ya que podemos ver a Eduard Fernández, Dani Rovira (aquí no está acertado), Raúl Arévalo o Inma Cuesta. En la dirección están Rodrigo Cortés o Rodrigo Sorogoyen. No voy a desgranar el contenido de cada uno de estos cuatro capítulos, sólo comentar que me ha sorprendido especialmente ‘Freddy’. En esta versión la historia nos retrotrae a la grabación del ‘Freddy’ original en 1982 y a los supuestos acontecimientos extraños que sucedieron. La inteligencia de Paco Plaza en el planteamento para no realizar un simple «remake» actualizado ha sido notable.
En definitiva, una miniserie muy disfrutable para todos aquellos que vieron las anteriores etapas y que son aficionados a la obra de Chicho. Es verdad que son propuestas muy diferentes y con resultados muy variopintos. En todo caso, echo en falta más episodios originales, quizás alguno de ambientación gótico-victoriana al que la serie original era tan aficionada. Curiosa. 6,5/10.
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