Paolo Sorrentino se ha revelado como uno de los directores actuales más originales. Cierto que eso no significa que tenga que gustar a todo el mundo. Su particular visión cosmológica de lo divino y lo humano, mezclándolo a veces o revistiéndolo de atractivos envoltorios no es siempre entendido. Y que conste que yo soy el primero que, viendo ‘La Grande Bellezza’ por primera vez, termina por quedarse con la carcasa y sólo en una segunda visión puede captarse todo el contenido, ya dejando de un lado los posibles artificios cinematográficos que con tanta habilidad usa (y abusa). Por aquí ya vimos la primera entrega de esta serie –en realidad otra serie diferente– ‘The Young Pope’ y sus polémicos giros de guión. Aquí, a lo largo de los nueve episodios, Sorrentino no cae tan radicalmente en ellos. El argumento, aunque sigue siendo original y atractivo, se hace más sólido y menos tramposo.
Tras caer en coma el papa Pío XIII, es elegido un nuevo pontífice ¿diferente?. Proveniente de la nobleza británica, Sir John Brannox, sofisticado, educado, amable y cercano, el nuevo papa Juan Pablo III tendrá que lidiar con la popularidad creciente de su predecesor. Mientras, el secretario de estado Voiello intentará gestionar la situación.
No hay duda de que Paolo Sorrentino continua generando obras únicas, polémicas (mucho en este caso) tocando temas como la religión, el mundo contemporáneo, el postmodernismo, los iconos pop o los dilemas morales (a veces falsos dilemas). Todo ello en un pastiche bastante entretenido y sorprendente con ánimo casi de musical (esos bailes al final de cada capítulo). A veces sainete y a veces filosofía profunda. Sorrentino puede tener una carrera irregular y no gustar a todos, pero es imposible negarle el talento para crear obras audiovisuales con sello propio. Por cierto, espectacular trabajo de John Malkovich, alma de la serie, sin el que nada sería igual. 8/10.
Hay todo un género en el mundo de las series dedicado a la tecnología, a su historia y a sus historias. Unas con más fortuna que otras, tenemos ‘Pirates of Silicon Valley’ (que nunca me entusiasmó), ‘Mr. Robot’ (de desarrollo desigual aunque entretenida) o la clave de comedia de ‘IT Crowd’ (una absoluta genialidad). Acabo de terminar las cuatro temporadas de diez capítulos cada una de ‘Halt and Catch Fire’, una producción estadounidense que comenzó a emitirse en 2014 y finalizó en 2017 con muy buenas críticas.
La serie cuenta la historia de cuatro personajes principales, Cameron Howe, una joven irreverente e inadaptada pero con grandes dotes para la informática y la programación, Joe McMillan, experto en ventas procedente de IBM que siempre busca el reverso comercial de cualquier cosa, Gordon Clark, el ingeniero friki que domina el mundo del hardware y John Bosworth, el clásico tejano con una visión algo anticuada de los negocios pero siempre eficaz tras algunos chistes. Todos irán evolucionando desde el reto de construir un ordenador portátil en 1983 hasta la era de internet. Una historia que dura 12 años, los 12 años más apasionantes de la informática, donde los ordenadores, las consolas y las redes conquistaron los hogares. El dilema entre mantener la independencia creativa y económica o venderse al capital empresarial y perder el alma.
Si puedo dar un consejo antes de comenzar a verla, os diré que sólo veáis las dos primeras temporadas y luego la abandonéis. No tengáis la tentación de seguir viendo un lento pero inexorable declive tanto en argumentos como en situaciones e incluso en el trabajo de actores. Da la sensación de que poco a poco se quedan sin argumentos, sin historia que contar hasta llegar a una segunda mitad de la última temporada en la que he estado a punto de tirar la toalla por puro aburrimiento. Una pena. 6,5/10.
Y por último, no puedo dejar de poner aquí la espectacular cabecera de la serie. Una obra maestra total.
Aprovechando que ahora pasamos mucho tiempo en casa he comenzado a digitalizar algunas casetes con material de lo más variopinto. Son muchas las cintas que mantengo almacenadas, al menos unas trescientas, con grabaciones de diversas calidades y procedencias. De entre ellas he comenzado por los viejos programas de radio, algunos que yo mismo busqué por la red sin éxito, como por ejemplo ‘Bértigo’. Se trataba de un extraño programa radiofónico que fue emitido por la cadena 40 Principales en los años noventa. Yo sabía que tenía la grabación de al menos las dos primeras emisiones completas –después descubrí fragmentos de otros–.
Así que me puse manos a la obra y digitalicé ese material. El resultado es que ‘Bértigo’ y aquella primera emisión del martes 17 de enero de 1995 y la segunda del día 24, han envejecido bastante bien y todavía hoy me parece innovador y rompedor. Ni que decir tiene que en la actualidad a nadie se le ocurriría emitir algo parecido en una radiofórmula al uso, pero los noventa eran otros tiempos. Gracias a ‘Bértigo’ escuché por primera vez a Elastica, a Nine Inch Nails, a Echobelly o a Shed Seven. Cierto que tenía cierta tendencia hacia un rock alternativo que nunca ha sido de mi gusto, pero el conjunto resultante era coherente y atractivo.
Detrás de este programa estaba el crítico musical y periodista Santiago Alcanda, que hacía las veces de Maese Bértigo, el conductor del programa, un ciborg cuya parte humana había sido rescatada de un accidente de tráfico la nochevieja de 1993. Vamos, un Robocop de las ondas radiofónicas, algo esnob e irreverente y con gusto por la literatura del siglo XIX y XX. He subido a archive.org aquel primer programa para disfrute de todos…
Aprovechando estos días, estoy repasando material inédito en vídeo por montar, ya sea por falta de tiempo o de ganas. En febrero de 2018 grabé unas cuantas secuencias de una de las mayores nevadas que recuerdo en Zamora. Así que aquella mañana cogí la cámara y fui a grabar. El resultado ha estado guardado durante más de dos años. Aquí os dejo el montaje. Espero que os guste. También lo encontraréis en mi web de vídeos Cromavideo.
Hacía bastante tiempo que quería poner en marcha una web donde recopilar todos mis vídeos. Estaba cansado de tener que ir de una cuenta a otra de Vimeo, de YouTube, de Dailymotion, y otra vez a Vimeo (sí, tengo dos cuentas allí). Harto de que todos los clips estuvieran revueltos, uno detrás de otro sin orden alguno, sin categorizar. Si mi web de fotos Cromavista estaba perfectamente ordenada, lo lógico era seguir esos mismos pasos para el resto de contenidos audiovisuales.
Y precisamente estos días de encierro están siendo perfectos para meterme a fondo con un WordPress instalado de cero en mi servidor. Para gestionar el contenido elegí un tema especialmente dedicado a vídeos llamado Videonow que he tenido que personalizar para adaptarlo a mis gustos estéticos y a lo que yo creo que es más práctico. El contenido con el que cuenta Cromavideo –que así lo he decidido llamar– a día de hoy es de 138 vídeos desde 2009, aunque hay clips mucho más antiguos, guardados en una categoría llamada «archivo», con material mucho anterior. Espero ir subiendo nuevos y curiosos clips a este particular archivo.
Así que, veinte años casi exactos después de subir mi primera web –se dice pronto– sigo adelante con nuevos trabajos. Espero que os guste, aunque puede que haya fallos que intentaré ir corrigiendo.
Tras ‘1992’ y ‘1993’ llega ‘1994’. Sí, parece obvio, pero hablando de una serie de televisión, no lo es tanto. Cada temporada de esta producción italiana de argumento político hace referencia a un año crucial de la historia del país transalpino. El cierre de la que sin duda ha sido una de las mejores series europeas de la década nos ha dejado un poco fríos, algo decepcionados y pensando en que se podía haber hecho algo mejor que una conclusión de folletín barato. Fabbri, Rampoldi y Sardo parece que aquí se quedan sin ideas y, tras un comienzo bastante bueno –a la altura de las otras temporadas– comienza un descenso que en los dos últimos capítulos se hace bastante aburrido. Da la impresión de que esta vez la cosa no daba para más de cinco o seis entregas y el resto no es más que un relleno cutre.
En ‘1994’ se continua con la historia de Leonardo Notte, ahora como asesor de Berlusconi en Forza Italia. Veremos el ascenso de Il Cavaliere y sus devaneos con el partido ultraderechista Lega Nord, que necesitará para obtener su primera victoria. Es precisamente en la Lega donde seguimos viendo a Pietro Bosco, como subsecretario del Ministro del Interior. Y en medio de todo Veronica Castelo, diputada novata con ánimos de cambiar las leyes para mejorar la vida de las mujeres.
Para quienes seguimos esta producción desde el principio era necesario terminar el ciclo, pero quizás se ha hecho precipitadamente. La historia política italiana de los noventa daba para mucho más, así que cerrarlo así supongo que obedecerá a razones más allá de las artísticas. Una pena. 7/10.
Cuando decidí leer ‘El Álbum Negro’ (1995) del autor anglopaquistaní Hanif Kureishi no tenía ni idea del tipo de novela al que me enfrentaba. Por lo general no suelo leer los estractos de las contraportadas ni los resúmenes en internet. Este no es una excepción. Kureishi hace gala de su origen en todas las novelas y otras obras (por ejemplo guiones, como el de la estupenda película ‘Mi Hermosa Lavandería’), para bien y para mal. Denunciando por una parte el racismo de determinada parte de la sociedad británica y por otra la peligrosa radicalización religiosa de las nuevas generaciones ya asentadas en el país.
En esta novela encontramos a Shahid, hijo de una familia acomodada y occidentalizada. Impulsivo y malcriado, resulta ser tremendamente influenciable. Tras su llegada a Londres desde Kent para estudiar en la universidad, comenzará a desmadrarse, entrando en una espiral de excesos. Se moverá torpemente entre la religión y el tradicionalismo y las drogas y el mundo occidental, planteándose continuos dilemas que, veinticinco años después de su publicación, probablemente estén más vigentes que nunca.
En definitiva, una obra interesante sobre el choque y la convivencia de culturas que gustará a aquellos preocupados por los conflictos sociales, especialmente en el Reino Unido. Si no es así, mejor abstenerse. 6,5/10.
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