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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
2 de junio de 2008

El Roland TB-303

Hay veces en las que un aparato, un cacharro para hacer música trasciende lo puramente técnico para pasar a ser un objeto de culto. Ocurrió con en su día, por ejemplo, con las guitarras Fender en los años cincuenta y sesenta. Los últimos años ochenta estuvieron marcados por un procesador de bajos electrónicos fabricado por Roland, el TB-303. Muchos se preguntarán que tiene de particular este artefacto que no tenga otro. Pues básicamente porque producía un sonido único y extraño, que para nada era el que los fabricantes buscaban. Concebido inicialmente como un sintetizador de bajos, su sonido poco conseguido hizo que fuera un fracaso para la compañía Roland, quien lo comercializó a lo largo de poco más de un año, entre 1982 y 1983. Sólo se vendieron diez mil unidades.

Tendrían que pasar todavía unos años para que el TB-303 se conviertiera en un instrumento de culto. Tal y como se cuenta en un excepcional artículo publicado en la Dance De Lux del verano de 1998, Phuture fundarían, sin saberlo, el acid house al manipular uno de estos aparatos. El propio artífice del sonido acid, Spanky, contaba su descubrimiento:

«La descubrimos por pura casualidad. En aquella época intentábamos hacer algo lo suficientemente bueno como para que Ron Hardy lo pusiera en The Music Box, pero no éramos capaces: nuestras líneas de bajo no mantenían el ritmo. Hasta que una noche Pierre (la otra mitad de Phuture) me llevó a casa de un tío llamado Jasper que conseguía que las líneas de bajo se mantuvieran al mismo ritmo que la percusión usando una TB 303. Al día siguiente, después de llamar a medio Chicago encontré una en el otro extremo de la ciudad. Lo llamé acid porque me sonaba al viejo acid rock con un beat de fondo. […] Con ese sonido no podíamos llamarlo house porque no sonaba como el house, así que el estilo se quedó con lo de acid house».

El resultado fue ‘Acid Trax’, el primer tema acid house publicado en 1987 y a su vez el primer himno pastillero para discotecas, origen del famoso «verano del amor» (del que este año se cumple el veinte aniversario), del «bakalao» y de todo lo que ha venido después, para bien y para mal…

1 de junio de 2008

Tribus no contactadas

Una de las noticias que más me ha llamado la atención esta semana es la del descubrimiento de una nueva tribu en el corazón de la Amazonía. A ojos de un profano en la materia como yo, que piensa que todo esta ya rastreado, que conocemos cada metro cuadrado de tierra y somos capaces de fotografiar con nuestros satélites cada rincón del planeta, no deja de sorprenderme el contacto con personas que jamás antes han visto el mundo que conocemos. Es como si hubieran quedado congelados miles de años en un pequeño trozo de la selva y se hubiesen despertado hoy.

Buscando información descubro que, en contra de lo que parece, aún quedan más de un centenar de grupos indígenas que jamás han tenido contacto con el ser humano occidental, principalmente en Sudamérica, África central y Oceanía. Algunos saben de la existencia de otros seres como ellos más allá de sus poblados, pero otros, y esto es lo más llamativo, no. Entre ellas está la descubierta recientemente en la borrosa frontera entre Brasil y Perú, donde jamás ha entrado nadie aparte de ellos.

En este caso se han obtenido fotografías aéreas (realizadas por el organismo de protección gubernamental brasileño FUNAI) de uno de sus poblados que han dado la vuelta al mundo en la que tres indígenas disparan con sus arcos al helicóptero que los estaba observando. Las imágenes son bastante impactantes. Pero lamentablemente estas fotos son la forma que este organismo tiene para denunciar y llamar la atención sobre el acoso constante, y cada vez mayor, al que están sometidos estos pueblos a causa de la tala de selva virgen. Esta depredación de su medio natural hace que cada día sea posible adentrarse más en zonas donde nunca antes se había estado y propiciar descubrimientos como éste.

Más artículos:

31 de mayo de 2008

‘Goodbye Dragon Inn’, la última proyección

Las películas que tratan sobre viejos cines no son ninguna novedad. Numerosos realizadores han tratado este tema, normalmente rindiendo un homenaje nostálgico a aquellos films de su infancia. En este caso la novedad proviene de su tratamiento. El ya veterano taiwanés Tsai Ming Liang dirige en 2003 ‘Goodbye Dragon Inn’. Es su tributo a las viejas películas de artes marciales de bajo presupuesto de Taiwán y Hong Kong y a los cines de barrio donde se proyectaban.

La historia de ‘Goodbye Dragon Inn’ nos transporta a una de esas salas de cines ruinosas, apenas con espectadores, pero repleto de un magnetismo especial. Ese es el verdadero protagonista de la película. Ming Liang se recrea con sus pasillos, sus butacas y sus trabajadores, tan decadentes como el propio cine. El metraje transcurre durante la proyección del clásico ‘Dragon Gate Inn’ (1966). Será la última proyección antes del cierre del cine.

Las largas secuencias y los poquísimos diálogos (una docena más o menos) invitan a curiosear, a fijarse en los detalles, a mirar por los rincones y, sobre todo, a reeducar nuestra forma de ver el cine. Esta aridez narrativa se afloja algo en las escenas finales. Para mi gusto es lo mejor de la película, que supone un extraño y tardío clímax, suficiente para dejarnos una sensación agradable.

30 de mayo de 2008

Los «lagartos» de ‘V’

Recientemente se ha publicado en DVD una de series de televisión más impactantes que recuerdo de cuando era pequeño. Y parece que en la España de mediados de los ochenta también causó sensación. Así lo atestiguan los artículos que, por ejemplo, el diario El País le dedicó entre febrero y marzo de 1985. Crítica y opinión se mezclaban en una serie que unos calificaron como de propaganda nortemericana mientras que otros la tildaban de antifascista:

«Desde su aparición como género, los telefilmes han sido uno de los principales vehículos de propaganda norteamericana. El último producto de la televisión norteamericana acaba de llegar a nuestros hogares.V plantea una aparentemente sencilla trama basada en la llegada a Estados Unidos de unos lagartos antropófagos que poseen un avanzado desarrollo tecnológico y una buena capacidad de camuflaje para hacerse pasar por ciudadanos. Frente a ellos se reúne un sector de resistencia bélica que utiliza técnicas de guerrilla urbana.

Los visitantes, de los que no se aportan más datos ideológicos que su maldad intrínseca y la fuerte jerarquía con la que se organizan, visten todos ellos con uniformes rojos y escriben en sus ordenadores en un idioma que, curiosamente, recuerda de inmediato a los caracteres cirílicos de la caligrafía del ruso.»

«Lagarto, lagarto», EL PAÍS, 23 de febrero de 1985.

«En V se califica, por boca de los propios personajes protagonistas, de fascistas a los visitantes extraterrestres, y de resistencia antifiascista a los guerrilleros que se les oponen. Las referencias en este sentido son múltiples: los principales miembros de la resistencia han estado implicados, de una manera más o menos directa, con distintos movimientos de guerrilla antifascista en todo el mundo: los guerrilleros de El Salvador (la primera imagen que aparece en el primer capítulo es la de un guerrillero salvadoreño clamando por la libertad de El Salvador, mientras es filmado por el periodista protagonista, Mike Donovan); los guerrilleros surafricanos (el sacerdote); incluso con las víctimas del nazismo durante la II Guerra Mundial (el viejo judío que estuvo en los campos de concentración nazis), etcétera. La misma resistencia que lucha contra los visitantes es una clara alusión a la resistencia antifascista durante la Il Guerra Mundial, y los visitantes han implantado un sistema con evidentes connotaciones comunes con el fascismo y el nazismo (incluso el logotipo principal de los visitantes es parecido a la esvástica nazi).»

«‘V’ , un telefilme antifascista», EL PAÍS, 5 de marzo de 1985.

Algunos pusieron el grito en el cielo por la violencia y las escenas demasiado impactantes que ofrecía la serie, emitida, no olvidemos, los sábados a las siete de la tarde, y con los niños frente al televisor:

«La emisión ayer, en hora de máxima audiencia infantil, del cuarto capítulo de la serie norteamericana V provocó la protesta de telespectadores, pues el programa terminaba con el parto, bastante explícito, de dos monstruos engendrados en la unión de una mujer con un alienígena de apariencia humana.

En llamadas a Televisión Española, según informaron fuentes de este medio, los telespectadores adujeron que el programa es supuestamente para niños y fue emitido en hora de máxima audiencia infantil: de 19.00 a 20.30 horas.»

«Protestas por la violencia y el parto de un monstruo en la serie televisiva ‘V'», EL PAÍS, 24 de febrero de 1985.

Yo, igual que muchos de vosotros, era ajeno a todas estas polémicas estúpidas y me sentaba frente a tele a ver la serie. La verdad es que, ahora que la he podido volver a ver, recordaba menos cosas de las que imaginaba. Sólo algunas escenas concretas, como esa en la que Mike Donovan lucha con un visitante y por primera vez le quita la piel sintética de la cara y debajo sale un bicho feo con pinta de reptil que para colmo saca la lengua como una vívora. Eso fue un susto tremendo porque creo que nadie se lo esperaba. De hecho, a partir de aquel momento, la serie ya me pareció más de terror que de ciencia-ficción. Otra de las cosas que recordaba era la parafernalia que usaban los visitantes: sus naves tan bonitas y bien diseñadas (incluso vistas con los ojos de hoy), sus uniformes o sus armas.

‘V’ fue un fenómeno social a todas las escalas. Las revistas juveniles venían con pósters de los personajes de la serie, se vendían pistolas a imitación de las de los temibles lagartos e incluso en las tiendas de chucherías se comercializaban gominolas con forma de ratoncitos imitando la comida favorita de Diana y los suyos.

Veintitrés años después las cosas son muy diferentes. Aunque el argumento de la serie me sigue pareciendo bastante bueno y está bien llevado, los efectos especiales son cutres y algunas situaciones son un poco de risa. ‘V’ es una serie que se ha quedado vieja si la comparamos con producciones actuales como ‘Perdidos’, pero tiene unos guiones sólidos y muy clásicos que siguen atrapando al espectador.

29 de mayo de 2008

Edad y analfabetismo digital en la Administración

Pronto en el trabajo va a entrar en funcionamiento una nueva aplicación informática que cambiará radicalmente la forma de trabajo. Para resumir, esta utilidad, basada en tecnología J2EE sobre web, suplirá a varias de las actuales como por ejemplo algunas bases de datos, el programa de correo corporativo y también automatizará tareas que hasta el momento se hacían «a mano» o bien con pequeñas hojas de cálculo Excel o bases de datos Access. Este cambio vendrá acompañado también de nuevo hardware.

Cuento todo esto porque, aunque es verdad que la Administración proporciona numerosos cursos de reciclaje y aprendizaje de las nuevas tecnologías, en la mayoría de las ocasiones la formación es claramente insuficiente. Sobre todo me refiero a la gente más mayor, los que ya están cercanos a la jubilación. Aquí en Extremadura, como también pasa en zonas de Andalucía o de Castilla y León, hay una auténtica brecha digital entre los mayores y los menores de cincuenta años. Ahí más o menos sitúo la barrera entre los que el ordenador forma parte de su vida cotidiana y comprenden la filosofía que hay detrás de la tecnología y los que no.

Poco a poco estoy descubriendo que si estas nuevas tecnologías y estos avances que se van implantando en la Administración (firma digital, teletrabajo, combinación adecuada entre aplicaciones) se aprovechan bien pueden ahorrar horas de tedioso trabajo o incluso realizar tareas que antes serían imposibles. El problema es que esto no ocurre, y los mayores eluden la tecnología sin saber que ya no pueden trabajar sin ellas. Aún veo encima de los armarios viejas máquinas de escribir para «por si acaso». Lo peor es que las he visto usar más de una vez. Quizás en parte la culpa sea también de los políticos. Muchos de ellos tratan la modernización administrativa como si esta casa fuera una empresa «normal». Pero queda mucho para eso o tal vez nunca llegue a serlo….

28 de mayo de 2008

‘Creep’ en versión «triunfita»

En Je Ne Sais Pop han puesto a parir esta versión que una tal Virginia de Operación Triunfo hace del ‘Creep’ de Radiohead. Decir que ‘Creep’ es sin duda mi tema favorito de los de Oxford y uno de mis diez de todos los tiempos. Musicalmente no le voy a poner casi ninguna pega, sólo que es una versión un poco light para lo que la canción requiere. En cuanto a lo extramusical, me da la sensación de que la susodicha Virginia no entiende para nada el espíritu del tema, un poco en la línea de otros «triunfitos» versioneando otros clásicos indies… Vamos, que queda desvirtuado por esa pátina de vulgaridad que este tipo de concursos aplica a todo lo que toca.

28 de mayo de 2008

¿El WiFi prejudica la salud?

Esta es una pregunta que los que tenemos routers inalámbricos en casa nos hemos hecho alguna vez. Y la respuesta no es nada fácil. Es más, son tantas las respuestas y los estudios contradictorios que hay al respecto que es imposible sacar una conclusión coherente. He dedicado un buen rato a buscar por internet información sobre el tema, pero por más que he leído no he conseguido nada en limpio. Y todo porque la militancia a favor o en contra hace muy difícil encontrar datos neutrales. Y además, ¿qué consideramos datos neutrales?.

La WiFi Alliance, organismo que certifica y prueba los dispositivos inalámbricos, cuenta con una sección en su página web dedicada exclusivamente a la posible repercusión en la salud de estos dispositivos. Se muestran varios documentos que corresponden a estudios realizados bien, a propuesta de la propia organización o bien de otras como la Organización Mundial de la Salud, la Health Physics Society o conclusiones de estudios gubernamentales y paneles de expertos sobre el tema. Para ejemplo un botón. Según la Organización Mundial de la Salud:

«Considering the very low exposure levels and research results collected to date, there is no convincing scientific evidence that the weak RF signals from base stations and wireless networks cause adverse health effects. (Considerando los bajísimos niveles de exposición y los resultados de las investigaciones hasta la fecha, no hay pruebas científicas convincentes de que las señales de radiofrecuencia de baja intensidad procedentes de los emisores y de las redes inalámbricas causen efectos adversos sobre la salud).»

Pero también está la otra cara de la moneda. Y en este asunto son los menos escuchados. En general, los estudios que avalan o no llegan a ninguna conclusión definitiva sobre los efectos nocivos de las redes WiFi provienen bien de científicos a título personal o bien de fundaciones y organismos alternativos (por ejemplo de Ecologistas en Acción) o no vinculadas a grandes instituciones internacionales ni a gobiernos. Sólo hay algunas salvedades, como las investigaciones encargadas por los ejecutivos alemán, danés o británico en los que sí se encontraban indicios de posibles efectos sobre la salud ante la exposición a las microondas de baja intensidad.

Lo cierto es que cuanto más información tengo, más complicado es llegar a una solución, a una respuesta contundente. Así que, con todos estos datos y con los que vosotros podáis encontrar, debéis llegar a vuestras propias conclusiones. Al final, cerraremos los ojos ante estas ondas invisibles que ahora mismo, mientras escribo esto, me estén atravesando. Casi mejor no pensarlo…

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