Al menos de momento la batalla de los formatos de la alta definición ha dejado un cadáver en el camino. Era previsible y yo desde siempre creí que el Blu-Ray ganaría al HD-DVD, no por cuestiones técnicas (los dos formatos son muy parecidos), sino comerciales. En los últimos meses, el HD-DVD iba perdiendo apoyos poco a poco hasta esta misma semana. Toshiba anunció que abandonaba el formato por el que había apostado hasta ahora. El camino queda libre para el Blu-Ray, al menos aparentemente.
Y digo aparentemente no porque el HD-DVD vaya a resucitar, sino porque el mundo de la tecnología audiovisual es cada vez menos «material». Los soportes físicos parecen estar en retroceso. En tiempos pasados existió cierta afición por coleccionar películas en VHS o en DVD, pero nunca pudo compararse con el fetichismo de vinilos y CDs. El cine no es la música y aunque a mí me gusta tener películas originales, reconozco que pocas veces vuelvo a ver una película o si vuelvo a ver una casi siempre es la misma. Supongo que la industria se ha dado cuenta de esto y aparatos como el Apple TV o los discos duros multimedia están sustituyendo a los reproductores tradicionales.
Con esta nueva transición audiovisual quizás ya no tengamos reproductores Blu-Ray como tal sino sistemas de almacenamiento. Aunque sólo sea por cuestiones económicas. Un reproductor Blu-Ray de gama media aún es bastante caro y muy poco versátil. Por la mitad de lo que cuesta uno podemos comprar un disco duro multimedia en el que podemos reproducir vídeos en cualquier formato, fotografías y almacenar otro tipo de datos. ¿Asistiremos al fin del formato físico con la alta definición? Comprobarlo sólo es cuestión de tiempo… Y a los que compraron un reproductor HD-DVD que lo guarden. Puede que dentro de veinte años sea una rareza pagada a precio de oro.
Ahora que estamos a punto de entrar en campaña electoral, los medios nos bombardean con encuestas casi diarias. La encuesta vende, sobre todo en unos comicios que se presentan bastante más emocionantes que en otras ocasiones. De todo este maremágnum de datos hay una (bueno hay muchas) cosa que me llama la atención. Si bien hasta hace unos pocos meses la diferencia porcentual entre PP y PSOE era cómoda para los socialistas, de un tiempo hacia acá las cosas se han ajustado. Yo no me explico por qué. Ni en los peores tiempos del Estatut catalán la cosa estuvo tan igualada. ¿Es una estrategia para movilizar al electorado de uno y otro lado?
A raíz de esto he leído en Merodeando un artículo interesante que analiza de forma diferente los datos de la última encuesta del CIS sobre intención de voto. Estoy de acuerdo con él en que los medios se quedan sólo con el titular. En este caso sería «Empate técnico», al ser la diferencia menor que el margen de error. Las encuestas del CIS recogen muchos datos que luego son «cocinados» convenientemente según criterios un poco subjetivos. Mientras que la estimación de voto es de un 40,2% para el PSOE y de un 38,7% para el PP, si hablamos de simpatía, el PSOE despierta el 16% de adhesiones y el PP el 8,9%. Paradójicamente el 36% no tiene simpatía por ninguno y el 21,7% no sabe o no quiere contestar. Sumada la simpatía a la intención de voto, la diferencia aquí es de 12,6 puntos a favor del PSOE.
«Yo bien, gracias»
En el sondeo realizado por Metroscopia para El País que se publicó el domingo hay un dato sobre la situación económica que me hace mucha gracia y dice mucho sobre la diferencia entre percepción de la realidad y realidad en sí mismo. A la pregunta de «¿Cómo calificaría la situación económica de España en estos momentos?», el 52% dice que mala o muy mala, el 27% que muy buena o buena y el 20% que regular. Sin embargo si la pregunta se personaliza en «¿Y su situación económica personal?» la respuesta es bien distinta: el 44% dice que es buena o muy buena y sólo el 27% dice que es mala o muy mala. Como mínimo es curioso…
Primero Francia y ahora Reino Unido están preparando normas para intentar atajar las descargas de material protegido por los derechos de autor a través de redes p2p. Después de ver esto los internautas españoles que usamos asiduamente esta modalidad de descargas nos hacemos una pregunta lógica. ¿En España también? ¿Cuánto tardarán? Al hilo de esto he leído un artículo interesante en soitu.es sobre este tema y con el que estoy bastante de acuerdo. Para resumir, lo que viene a contar es que tanto Francia como Reino Unido legislarán contra las descargas, pero serán tan ambiguas y «descafeinadas» que apenas serán operativas. En España también se implantarán medidas similares, pero serán pura fachada. Todo seguirá como está.
No puede ser de otro modo. Pero me hago unas cuantas preguntas: ¿Qué gobierno en su sano juicio quiere ir en contra de millones de internautas? ¿Quién quiere ir en contra de las poderosas ISPs? Además ¿Cómo se puede legislar sobre un tema técnicamente complejo? ¿Cómo saben si las tramas TCP y UDP que recibe mi eMule corresponden a descargas «ilegales» y no a contenido Creative Commons? ¿Cómo van a controlar las descargas de, por ejemplo, BitTorrent? ¿Van a monitorizar todo internet?
Esto ya no es poner puertas al campo, sino puertas al mundo. Así de repente se me ocurren métodos técnicamente viables para poder enmascarar u ocultar los datagramas: tunneling IP, tal y como se hace en las VPNs, cifrado de las tramas u otras opciones. Tened en cuenta que ante un impedimento técnico siempre hay una forma de saltárselo. Incluso los algoritmos más complejos y los sistemas más inexpugnables han sido vulnerados. Siempre habrá alguien que lo haga, aunque sólo sea por puro activismo.
Pocas bandas tan peculiares han tenido tanto éxito. Con un sonido en principio tan diferente a todo lo que se había escuchado hasta el momento, los escoceses Cocteau Twins se abrieron paso en los ochenta, una década muy competitiva y con mucho talento con ganas de hacer cosas nuevas. Había ganas de experimentar. La banda no pudo surgir en otro momento. En los primeros años ochenta triunfaba la estética de los nuevos románticos, los siniestros y los sonidos oscuros. Este fue también el caldo de cultivo en que aparecieron Cocteau Twins.
Aunque realmente ellos nunca pertenecieron estrictamente a estos movimientos, sí crearon una rama paralela que nació con ellos y también murió con su desaparición. No dejaron descendientes y su legado apenas es reivindicado. Hoy día ninguna banda los cita como influencia. Fueron unos bichos raros en su época y todavía ahora lo son. Desde la publicación de su primer disco ‘Garlands’ en 1982 dejaron claro que lo suyo era otra cosa. Buena culpa de ello lo tenía la peculiar voz y la no menos extraña forma de cantar de Elizabeth Frazer. Fue su seña de identidad. Pero la voz estaba apoyada en una maraña borrosa de sonidos de guitarras, teclados, secuenciadores e instrumentos variados que creaban una atmósfera etérea e irreal que unas veces lo acercaban a lo que después se llamaría shoegazing y otras a un pop épico.
A lo largo de su carrera, entre 1982 y 1996, publicaron ocho álbumes y mantuvieron un nivel de calidad y de coherencia que mucho otros envidiarían. Después de la disolución de la banda, Elizabeth colaboró en varios proyectos. El que seguro que conoceréis es el que realizó junto a Massive Attack en 1998, poniendo la voz al tema ‘Teardrop’.
Basta ya de palabras. Me he pasado por YouTube y he seleccionado algunos de sus mejores vídeos:
‘Pearly dewdrops drops’ (1984)
‘Aikea Guinea’ (1985)
‘Love’s easy tears’ (1986)
‘Crushed’ (1987)
‘Cico buff’ (1988)
‘Iceblink luck’ (1990)
‘Evangeline’ (1993)
‘Rilkean dreams’ (1995)
‘Tishbite’ (1996)
‘Teardrop’ de Massive Attack en directo junto a Elizabeth:
Bajo este titular aparentemente contradictorio se esconde una reflexión muy personal al hilo de la proclamación de la independencia mañana de Kosovo. La provincia serbia de mayoría albanesa se separa unilateralmente del que ha sido su país desde los tiempos de Yugoslavia. Kosovo nunca antes ha sido independiente ni ha formado un reino. Es buena prueba de que no hacen falta justificaciones historicistas para reivindicar la identidad propia de un territorio, sea cual sea. Países como Alemania, Estados Unidos, Francia o Reino Unido reconocerán de inmediato a Kosovo como un nuevo estado europeo.
Desde 1991 han surgido quince nuevos países en nuestro continente. La causa proviene de la caída de los regímenes comunistas, que han explotado en multitud de estados, ya sin la articulación de los patriarcas pro-soviéticos. Lo que cabe preguntarse es si la antigua unión de esos territorios era artificial o ha sido el verdadero poder del pueblo quien los han dividido. Supongo que el planteamiento será más complejo pero…¿por qué un nuevo estado en el siglo XXI, donde las costumbres, los idiomas y el estilo de vida es cada vez más homogéneo?
En mi opinión creo que ahí está la clave. Los pueblos buscan una identidad propia, ya sea inventada o recuperada del pasado más allá de los Estados conformados actualmente. Es humano asustarse por la uniformidad de los hábitos en occidente. El inglés se impone como idioma universal, vemos las mismas series de televisión, escuchamos la misma música, conducimos los mismos coches, manejamos los mismos ordenadores, tenemos los mismos valores… ¿Qué nos diferencia de nuestros vecinos? Sin duda cada vez menos cosas. La religión, que en otros siglos separaba la Europa protestante de la católica, de la ortodoxa o de la musulmana está en retroceso y en proceso de mezcla inexorable.
Es humano querer diferenciarse de los demás. Buscar unas señas de identidad por pequeñas que sean. La nueva motivación, el nuevo orgullo de un pueblo es poder reafirmarse ante los otros, encontrar el factor diferenciador al margen de los estados establecidos centenares de años atrás. Pero esos nuevos estados que sin duda seguirán surgiendo en el mundo occidental delegan parte de sus funciones en organismos superiores. Ahí tenemos la ONU, la OTAN, la Unión Europea y otros muchos. En un futuro, no sé si lejano, España será una de esas entidades supranacionales y quizás Bélgica, Reino Unido o Francia también lo sean. Será un proceso natural y progresivo.
Buenafuente entrevistó el otro día al líder de la oposición Mariano Rajoy. Es un maestro manejando la fina línea que separa «reírse con» de «reírse de».
A veces la barrera del idioma hace que no nos fijemos en las letras de muchas canciones. Es verdad que en algunas ocasiones cuando nos paramos a traducirlas nos decepcionan, pero otras realzan su valor o le dan otro significado. Ya comenté por aquí el tema que Stereo Total le dedicaban a la peculiar historia de Patty Hearst. No es lo mismo, pero es algo parecido a lo que ocurre con ‘Pictures of Lily’ de The Who. Detrás de la canción se esconde una pequeña historia.
‘Pictures of Lily’ fue publicada como sencillo en abril de 1967 y su letra es extraña y curiosa. Un padre regala a su hijo unas fotos de una chica llamada Lily porque piensa que así dejará de quejarse de su insomnio. Cuando pensaba que sus problemas estaban solucionados, el hijo le comenta al padre que está obsesionado con Lily y que dónde podría encontrarla. Pero el padre confiesa que la mujer lleva muerta desde 1929. La letra completa es la siguiente:
I Used To Wake Up In The Morning / I Used To Feel So Bad / I Got So Sick Of Having Sleepless Nights / I Went And Told My Dad He Said, ‘Son Now Here’s Some Little Something’ / And Stuck Them On My Wall / And Now My Nights Ain’t Quite So Lonely / In Fact I, I Don’t Feel Bad At All Pictures Of Lily Made My Life So Wonderful / Pictures Of Lily Helped Me Sleep At Night / Pictures Of Lily Solved My Childhood Problems / Pictures Of Lily Helped Me Feel Alright Pictures Of Lily / Lily, Oh Lily / Lily, Oh Lily / Pictures Of Lily And Then One Day Things Weren’t Quite So Fine / I Fell In Love With Lily / I Asked My Dad Where Lily I Could Find
He Said, ‘Son, Now Don’t Be Silly’ / ‘She’s Been Dead Since 1929’ / Oh, How I Cried That Night / If Only I’d Been Born In Lily’s Time / It Would Have Been Alright Pictures Of Lily Made My Life So Wonderful / Pictures Of Lily Helped Me Sleep At Night For Me And Lily Are Together In My Dreams / And I Ask You, ‘Hey Mister, Have You Ever Seen’ / ‘Pictures Of Lily?’
Mucho se ha especulado sobre si la tal Lily está basada en un personaje real. Algunos exégetas de la banda afirman que, efectivamente, así es. Se trataría de Lillie Langtry, una actriz británica bastante escandalosa para la época victoriana y post victoriana que le tocó vivir. Se codeó con el ambiente artístico y liberal de su tiempo y conoció a gente como Oscar Wilde. Tuvo muchos amantes, algunos muy comprometedores como el entonces futuro rey Eduardo VII. Murió (igual que en la letra de la canción) en 1929 a la edad de 75 años.
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