rmbit - La bitácora personal de Ricardo Martín
La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
2 de septiembre de 2014

Muestra Musical 104

Cuatro meses después de la edición 103, os presento Muestra Musical 104. En esta nueva entrega, y a la espera de las novedades que llegarán a partir de septiembre, repasamos algunos temas de discos ya publicados en lo que llevamos de año –algunos de ellos estarán entre lo mejor de estos doce meses– junto a otras que no habían aparecido hasta el momento. Lo mejor es dejar aquí el listado de temas y los clips que he encontrado (que no han sido muchos):

  1. The New Pornographers – Champions of red wine
  2. The Merrylees – For you
  3. Temple Songs – Point of origin
  4. The Yearning – Chasing shadows
  5. The Raveonettes – A hell below
  6. Bleached – For the feel
  7. Linda Guilala – Verano
  8. Grises – Animal
  9. Templeton – 39300
  10. Nacho Vegas – Adolfo suicide
  11. El Columpio Asesino – Ballenas muertas en San Sebastián
  12. Jack White – Lazaretto
  13. Marie Modiano – La fille à la balafre
  14. Lorena Álvarez y el Coro de Ladinamo – Cuesta abajo
  15. Sílvia Pérez Cruz y Raül Fernández Miró – Abril 74

Y los clips:

26 de agosto de 2014

León en Cromavista

Una de las pocas capitales de Castilla y León que me quedaba por fotografiar –aún queda Valladolid y Soria– es León. Son algunas calles y lugares emblemáticos, incluyendo la catedral y la Colegiata de San Isidoro, donde pudimos ver –pero no fotografiar– el famoso Cáliz de Doña Urraca. Completan el recorrido el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) y el Hostal de San Marcos. También nos acercamos a echar un vistazo al románico mudéjar de Sahagún con sus iglesias de San Lorenzo y San Tirso. Todas estas galerías las tenéis en mi web personal de fotografía Cromavista. Espero que os gusten.

22 de agosto de 2014

‘Parade’s End’

Parecía necesario que la BBC enseñara los dientes a la ITV. Esta última lleva varias temporadas batiendo récords con el drama posteduardiano ‘Downton Abbey’. Aunque sólo fuera en un serial de pequeño formato, la cadena estatal de las islas tenía que presentar su experiencia y su buen hacer. Y eso fueron los cinco episodios de ‘Parade’s End’. El guión se basó en unas novelas de Ford Madox Ford que pasaron sin pena ni gloria en su momento.

La serie cuenta la historia de Christopher Tietjens –interpretado por el actor Benedict Cumberbatch–, un conservador tranquilo, amante de las tradiciones británicas y de mente brillante que trabaja como estadístico. Al contrario que él, su mujer Sylvia –se mete en el papel una estupenda Rebecca Hall— lleva una vida un tanto disoluta que Christopher soporta estoica y educadamente. Pero la primera guerra mundial y una joven llamada Valentine WannopAdelaide Clemens— cambiará las cosas.

Como en ‘Downton Abbey’, aquí encontramos modales exquisitos, lujo, guerra, perfecta puesta en escena vintage, pero tal vez menos encorsetados. Por contra, la adaptación de las novelas es algo más confusa, sin la solidez que cabría esperar. La ironía que se pretende en algunas situaciones está conseguida a medias, dando como resultado a veces situaciones algo extrañas y actuaciones como la de Clemens, roza el tópico y la sobreactuación. Probablemente lo mejor de la serie sea Rebecca Hall, con una imponente presencia en cada secuencia en la que aparece. La gran decepción es Cumberbatch, el excelente Sherlock Holmes, que aquí está bajo la alargada sombra de su compañera de reparto.

De todos modos, ‘Parade’s End’ es interesante para pasar un buen rato entre situaciones anodinas y buen acabado típicamente británico.

13 de agosto de 2014

El antiguo cauce del río Valderaduey en Zamora

Esta es la historia de cómo una simple pregunta en apariencia sencilla puede llevar, tirando del hilo, a algo tan complejo que aún no tenemos una respuesta segura. Por lo que he podido comprobar en algún otro blog, la idea de que el desvío del cauce del río Valderaduey en su tramo final a su paso por Zamora era una obra del hombre y datada en tiempos recientes está en muchos zamoranos que ya se hicieron la pregunta en el pasado. Precisamente fue a raíz de la lectura del curioso artículo del blog ‘El Dardo en la Palabra’ sobre este tema me puso en la pista de algo de lo que no tenía ni idea.

Resumiendo, lo que viene a decir es que aquel encauzamiento del río que creíamos cercano pudo ocurrir al final de la Alta Edad Media, en el siglo X. A juzgar por los hechos debió ser muy importante en la historia de la ciudad zamorana. A los seguidores de rmbit este siglo les puede resultar familiar. En el artículo que escribí sobre el viejo puente romano sobre el Duero y su destrucción aludía a aquel evento catastrófico (¿Terremoto, maremoto, tsunami, volcanes?) que tuvo lugar en aquel siglo. Sobre la fecha exacta, parece que los historiadores hablan del 949 –en mi artículo comenté que ocurrió en el 939, quién lo sabe–.

Lo que sí sucedió en el año 939 fue la famosa Batalla del Foso de Zamora, en la que las tropas musulmanas asediaron la ciudad. En la crónica de ese evento se hace referencia al río Aratoi (luego Araduey y posteriormente Val de Araduey para dar finalmente con el hidrónimo actual de Valderaduey) como uno de los que rodeaban la inexpugnable plaza. Vista la actual orografía del terreno cercano a la muralla en la zona de la Avenida de la Feria y Trascastillo, no es difícil imaginarlo como el cauce de un río. Se trata de una depresión en el terreno claramente visible que nos lleva desde la vía del tren en Vista Alegre, la estación de ferrocarril, el instituto de La Vaguada, la Puerta de la Feria, la Avenida de la Feria y el barrio de Olivares en las inmediaciones de la iglesia de Santiago el Viejo para desembocar no muy lejos de las Aceñas. Y a ambos lados, zonas elevadas, que a veces son bastante pronunciadas (el barrio de San Lázaro por ejemplo).

En la revista ‘La Ilustración Española y Americana’ del 15 de diciembre de 1882, el historiador Cesáreo Fernández Duro escribía lo siguiente al respecto:

«El estudio del terreno en que brota el manantial hace patente que el río Valderaduey corría antiguamente por el sitio en que hoy se halla la Estación del ferrocarril y los bajos de San Lázaro, desembocando en las inmediaciones de Olivares. […] El Valderaduey se vio obligado á torcer á la izquierda, buscando desnivel para arrojarse en el Duero; éste sintió hundir su lecho por el lado de la ciudad, y se acercó á ella hasta tocar las peñas de Santa Marta, que vinieron á servirle de dique.»

Pero todo son especulaciones. No encontramos más que brevísimos testimonios indirectos y confusos de los que deducimos estos datos…

9 de agosto de 2014

Cierre de comentarios por problemas técnicos

Llevo unos días sufriendo un ataque de spam en los comentarios. Para que os hagáis una idea, estoy recibiendo unos 400 comentarios basura diarios. Muchos me los filtra el plugin Akismet, pero otros no. Hasta que encuentre una solución o ajuste el plugin –en mi anterior servidor lo tenía bastante bien– los comentarios permanecerán cerrados.

6 de agosto de 2014

‘Ida’

El cine polaco es para mí un viejo conocido. Cualquier cinéfilo que se precie habrá disfrutado con el cine atormentado y moralista (en el buen sentido) de Kieslowski en su primera etapa o del padre, Andrzej Wajda, y su cine pionero. Lo cierto es que esta larga tradición no ha tenido mucho predicamento en España. Son muy pocas las películas de aquel país que llegan a nuestras carteleras. La última ha sido ‘Ida’, una producción dirigida en 2013 por Paweł Pawlikowski y rodada en blanco y negro.

Ida es una chica huérfana que ha vivido siempre en un convento de la Polonia de los años 60. Convertida en novicia y antes de tomar sus votos, emprende un viaje junto a su tía –antigua alta funcionaria de justicia del gobierno comunista– para recuperar los restos de sus padres, fallecidos en la segunda guerra mundial, y de toda la memoria perdida que se llevaron a la tumba. Ambos caracteres chocarán a lo largo de ese viaje que supondrá un cambio en su vida.

Lo primero que llama la atención –aunque es verdad que cada vez menos– es la excepcional fotografía en blanco y negro, con unos encuadres cargados de significado y expresividad. Hablan por sí mismos. De hecho, no se puede decir que la película tenga muchos diálogos. No los necesita. La delicadeza para sugerir situaciones o evocar el pasado que tiene Pawlikowski son prodigiosas. Los actores están perfectamente elegidos, tanto la propia Ida con ese rostro tan magnético, interpretada por Agata Trzebuchowska, como su tía Wanda, papel de Agata Kulesza. Un curioso dúo que ofrecerá al espectador dos formas opuestas de ver el mundo. En definitiva, una cinta muy interesante que, en poco más de 75 minutos, consigue darnos una dosis de buen cine.

5 de agosto de 2014

En vacaciones, ¿Muchas o pocas fotos?

A lo largo de los últimos meses estoy leyendo varios artículos en blogs que ya parece que crean tendencia. La idea implícita en todos ellos viene a decir que durante las vacaciones es mejor hacer pocas fotos que muchas, aludiendo a los viejos tiempos donde teníamos uno o dos carretes de 36 exposiciones para todo nuestro viaje. Por entonces es cierto que pensábamos mucho antes de disparar, en si el encuadre y la luz eran buenos y si verdaderamente queríamos inmortalizar ese momento. Pero el resultado no necesariamente era mejor que en los tiempos digitales. Mi reflexión es la siguiente: Tirar más fotos no nos hace mejores fotógrafos, pero tampoco lo hace el hecho de limitarnos artificialmente. La calidad no tiene nada que ver con la cantidad, pero la cantidad ayuda, al menos en mi caso.

Uno de los grandes aciertos de la fotografía digital es que pulsar el disparador de nuestra cámara nos sale casi gratis, podemos repetir el encuadre de la foto, ver el resultado en el momento o corregirla por software posteriormente. Lamentablemente en la práctica, los viajes que hacemos, sobre todo al extranjero, no nos permite pararnos a sentarnos y buscar la mejor composición. Casi intuitivamente voy probando posibles encuadres interesantes, diferentes, a veces fruto de la casualidad, de la experiencia o de las dos. Todo ello a gran velocidad y sin preocuparme de si estoy tirando muchas o pocas fotos. Para eso llevo seis o siete tarjetas de memoria.

El proceso de selección viene después, ya en casa. Y muchas veces es complejo y largo. Si de un viaje de una semana puedo volver con unas cinco mil fotografías, finalmente en mi disco duro guardaré seiscientas o setecientas como mucho. Para mí, una de las claves es poder elegir entre varias. Es raro que entre veinte o treinta tomas similares no encuentre una que me guste.

Pero por supuesto, cada uno tenemos nuestra técnica y nos va bien siguiendo unos determinados procedimientos que quizás a otros espante. Al final, lo importante es que el resultado nos satisfaga.



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