Corría el año 1896. Los nuevos inventos, llegados mayoritariamente del otro lado del Atlántico, comenzaban por entonces a incorporarse a la vida cotidiana de los españoles. Uno de estos adelantos, quizás el principal, era la luz eléctrica. A finales de aquel año algunos edificios notables de la ciudad ya contaban con este tipo de iluminación, por ejemplo el antiguo Casino de Zamora, según la crónica del 2 de diciembre de 1896:
Parece que el próximo domingo se inaugurará el alumbrado eléctrico en el Casino de Zamora; el efecto va a ser sorprendente, porque la junta de dicho círculo no ha escatimado en la elección de aparatos eléctricos.
En los ambientes más populares y también en la prensa de la época, la comidilla era la instalación del alumbrado eléctrico público y las demostraciones que la compañía eléctrica Electra Zamorana realizaba. Baste como ejemplo estas noticias publicadas el 7 de diciembre de aquel año:
No favorece el tiempo al tendido de cables para la transmisión de la luz eléctrica; sin embargo la empresa trabaja cuanto puede y por centímetros le llevan la cuenta de sus adelantos los desocupados. A los primeros ensayos en la fábrica y en casa de D. Isidoro Rubio, han seguido otros igualmente satisfactorios; en el último se dio luz además á las casas de los señores Galarza y Piorno, cuyas instalaciones fueron visitadas por gran número de sus amigos, sobre todo la del último de estos señores, que celebraba sus días, y sufrió un verdadero asalto y escudriñador registro en su morada, seguido del correspondiente saqueo de dulces, licores y cigarros.
Luz eléctrica. El viernes y sábado próximos lucirán en la plazuela de la Cárcel un arco voltaico, con objeto de que la comisión municipal del ramo pueda apreciar la cualidad e intensidad de la misma.
Y por fin el 10 de diciembre se realiza la primera prueba demostración eléctrica:
Hoy 10 y el sábado próximo tendrán lugar las pruebas oficiales de uno de los arcos voltaicos que servirán para el alumbrado público eléctrico; para ello se colocará el arco en la plaza de la Cárcel y en las condiciones definitivas en que ha de quedar. En esas dos noches en las que la máquina tiene que funcionar para las expresadas pruebas, la Empresa permitirá á los particulares que tengan terminada la instalación, usar de la luz eléctrica, pero sin que esto suponga, ya que no se trata de un servicio regular, distinción ni privilegio que la Empresa no quiere hacer para con nadie.
También hubo quejas durante la instalación. El 23 de diciembre se reflejaba en el Heraldo de Zamora esta noticia:
Los vecinos de Balborraz se quejan de que la Electra Zamorana está convirtiendo en tortuoso bosque su famosa calle con la multitud de pies derechos que pone para la conducción de los alambres. Trasladamos la queja a la citada empresa, por si halla medio de complacerlos.
En los primeros meses de 1897, la Electra Zamorana ya contaba con algunos abonados en la ciudad. La carestía de las tarifas fue motivo de un artículo el 23 de febrero de 1897:
Mucho se discutió ese punto cuando aparecieron las primeras tarifas de la empresa concesionaria, y mucho se han recrudecido desde que se ha empezado a suministrar el fluido y se han establecido contadores. Para determinar concreta y absolutamente este punto se necesita, además de una competencia técnica completa, una pericia industrial todavía más rara, de cuyas cualidades carecen casi todos los que discuten el asunto; la base de las afirmaciones de la mayoría están en la comparación, no siempre exacta, del gasto que produciría a cada cual el alumbrado anterior, partiendo otros de las tarifas de precios de otras poblaciones.
Como curiosidad, la tarifa se pagaba por número de lámparas. En Zamora esta cantidad era de 10 pesetas. Por el alquiler del contador 9 pesetas más.
El 25 de febrero de 1897 se realizó la primera prueba de alumbrado público en Zamora:
Anoche nos vimos sorprendidos por la Electra con su primer ensayo parcial de alumbrado público que no teníamos noticia que se tratase de hacer; mucha gente fue como nosotros sorprendida, pero agradablemente y sacando las mejores impresiones de su inspección a las últimas manzanas de la calle de Santa Clara, San Torcuato y sus afluentes a partir del edificio que ocupa el Gobierno Civil. Los que han visto instalaciones en la vía pública la reputaban como tan buena como la mejor de las que funcionaban en España, y nosotros practicamos y vimos practicar a muchos, pruebas empíricas para medir la intensidad de la luz que daban el resultado de poderse prefectamente leer el manuscrito ordinario desde una acera, con la luz del foco establecido en la de enfrente. Los elogios eran unánimes y a nuestro juicio merecidos. Nuestra enhorabuena a la empresa por el satisfactorio resultado de su primer ensayo.