Reconozco que uno de mis temas enigmáticos favoritos es el de las criaturas «pseudohumanas» que puedan quedar vivas por ahí. Seres como el yeti, el orang-pendek, el sasquatch, el bigfoot y muchos otros, a pesar de haber sido supuestamente avistado en lugares muy diferentes del planeta, todos tienen en común un difuso e inquietante parentesco con nosotros, los humanos. Algunos de ellos, como el yeti o el bigfoot forman parte con casi toda seguridad de las leyendas del folklore local, o como mínimo, cuentan con una base científica más que dudosa. Pero existen otros como el orang-pendek o los almasty sobre los que hay ciertos indicios de que pudieran ser reales e incluso puedan aún quedar ejemplares vivos.
El otro día, escuchando ‘La Rosa de los Vientos’, se comentaban algunas novedades sobre la expedición que el Centre for Fortean Zoology, con la colaboración del canal británico de televisión Channel Four y el patrocinio de Oxford Ancestors (la iniciativa de la Universidad de Oxford para hacer un mapa genético de la evolución humana), estaba llevando a cabo en la república rusa de Kabardino-Balkaria. A simple vista podría parecer que se trata de una excursión de chalados en busca de un ser que no existe, pero hay un par de datos que hacen de esta una expedición muy diferente de las demás.
En primer lugar está avalada, como he dicho antes, por Oxford Ancestors, con Bryan Sykes a la cabeza (profesor de genética humana de la Universidad de Oxford, autor de la teoría de la «Eva mitocondrial» y uno de los mayores expertos del mundo en el tema). En segundo lugar porque la expedición juega sobre terreno seguro. En contra de lo que ocurría con otras expediciones similares, en las que las noticias de avistamientos de seres homínidos eran muy vagas o lejanas en el tiempo, en la zona de Kabardino-Balkaria donde se está desarrollando la búsqueda existen multitud de noticias recientes y fiables sobre la existencia de «hombres peludos» similares a nosotros (almas o almasty en la lengua local) hasta hace apenas 40 años. Las hipótesis apuntan a que estos seres serían los últimos ejemplares vivos de neanderthales, que habrían sobrevivido refugiándose en las zonas más despobladas de la tierra.
El caso más sorprendente es el de Zana, uno de estos seres que fue hallado hacia 1850 en la región de Abjasia, en el Caúcaso, y que convivió con humanos hasta su muerte en 1890. Incluso tuvo dos hijos, Dzhanda y Khwit, fruto de su relación con humanos. Sus vidas fueron del todo normales. El cráneo de Khwit, muerto en 1954, fue examinado por antropólogos tras hallar su tumba en los años ochenta con resultados decepcionantes: no presentaba ninguna particularidad que lo diferenciara de los humanos modernos. Desgraciadamente, la tumba de Zana nunca ha llegado a localizarse.
La expedición ‘Russia 2008: The Search for the Wildman’, que así se llama, puede seguirse por internet a través de este blog, donde además se explican minuciosamente todos los datos y hallazgos que van teniendo lugar. Cuando terminen, Channel Four elaborará un documental con toda esta aventura que, independientemente de si se encuentra algo o no, es apasionante.