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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
25 de agosto de 2008

El enésimo post sobre la ausencia de canciones del verano este año

Hay una infecta tradición que año tras año regresa con el tiempo estival para torturarnos. Sí, efectivamente, habéis acertado: es la canción del verano, o canciones de verano, porque sobre todo los últimos años han sido varios los temas que nos han «refrescado» los estíos. Muchos medios han reflejado en sus artículos esta «preocupación» por la ausencia de canción del verano este año. Por ejemplo, El País ha dedicado al menos un reportaje y dos artículos de opinión, reflejando con curiosidad el por qué de esta rareza.

Como os podéis imaginar yo estoy bastante preocupado por el asunto. Justo antes de los meses estivales, Rodolfo Chikilicuatre y su tema eurovisivo naufragaba en el concurso de la canción. Pudo haber sido la tan buscada canción, si no hubiera sido porque el actor decidió matar al personaje después del evento. También pudo haber sido el primer verano con canción indie, si hubiese acudido al festival La Casa Azul y ‘La Revolución Sexual’, un perfecto tema veraniego.

Me he puesto a buscar información sobre el fenómeno de la canción del verano. Sin ir más lejos, en la Wikipedia hay una curiosa lista con todos los temas que han sonado a lo largo de los últimos cuarenta y ocho años. Revisando esa lista nos encontramos con sorpresas. Fíjense si la sequía musical de este verano llega a ser grave que se han recuperado temas de años (y siglos) pasados. Es el caso del ‘Corazón contento’ de Palito Ortega y Marisol que hemos podido escuchar convenientemente actualizada en muchos garitos. Ya fue canción del verano en 1968. Y no es la única, también he tenido el dudoso honor de escuchar una horrenda versión que hace no sé quién del clásico de Georgie Dann ‘El Africano’, que triunfaba en 1985.

Y para aportar algo personal, aquí está el top 5 de mis canciones del verano favoritas (por favor, toménselo con humor) desde que tengo uso de razón:

  • Quién no recuerda el verano del 2004, a los moldavos O-Zone y su ‘Dragostea din tei’, irritante y fascinante a partes iguales.
  • Las Ketchup y ‘Aserejé’ en 2002 nos atraparon con un estribillo que ya es un clásico de la canción del verano.
  • Chimo Bayo inaugura el bakalao con otro clásico, ‘Así me gusta a mí’, en el verano de 1991.
  • Righiera, un dúo italiano que cantaba en castellano, consiguió varios éxitos en los veranos de 1983 y 1985. Su gran pelotazo fue en ‘Vamos a la playa’. Ojo al vídeo y a los radiorelojes de pulsera:
  • Y por supuesto, el gran clásico de la canción del verano de los ochenta, The Refrescos y ‘Aquí no hay playa’.

Espero que este post no acabe con la poca reputación que le quedaba a este blog…

24 de agosto de 2008

La frivolidad de un accidente aéreo

Durante estos días que han transcurrido desde el trágico siniestro del MD-82 de Spanair, he leído unos cuantos artículos, algunos con críticas muy duras, sobre el tratamiento que en televisión se ha dado de estos lamentables hechos. Pensé que el 11-M había marcado un antes y un después en la forma de respetar la intimidad de las víctimas y sus familiares. Me he dado cuenta de que no. A la mínima oportunidad escabrosa, ahí estarán los medios para meter sus cámaras en los rostros desencajados. Y no sólo eso, también se atreven a meter sus micrófonos.

No termino de comprender qué información puede aportar el hecho de interrogar a personas en estado de shock o de dolor intenso por la incertidumbre o por la muerte de un familiar. Me resulta obscena esta falta de respeto. La crítica la hago extensiva a prácticamente todas las cadenas de televisión. No se salva ninguna. Todas han querido estar ahí, como carroñeros a la búsqueda del horror, del sensacionalismo, lo que en definitiva es conseguir carnaza para la audiencia.

23 de agosto de 2008

Funcionarios, «crisis» e Intereconomía

He leído un artículo en la web del grupo Intereconomía que me ha indignado. No porque ponga en el punto de mira a los funcionarios, que eso me da igual, sino porque retrata lo peor (si es que hay algo que no lo sea) de la ideología del neoliberalismo económico (y neoconservadurismo en todo lo demás, si me lo permitís). El texto lo firma Juan Velarde, premio Príncipe de Asturias, economista ilustre y consejero del Tribunal de Cuentas. También colabora con el semanario Época. Desde siempre, Velarde ha estado vinculado a postulados más conservadores y católicos.

Bajo el título de ‘Velarde dice que el sistema no puede sostener 2,5 millones de funcionarios’, el autor expone aspectos con los que puedo estar de acuerdo, como que no es posible una subida de sueldos para los empleados públicos que dependen del Estado en una situación como la actual. Por eso no estoy de acuerdo con los todavía incipientes rumores que hablan de movilizaciones para reivindicar la mejora de nuestros sueldos.

Pero no estoy nada de acuerdo con el resto del texto, en el que Velarde aboga por la privatización de algunos servicios públicos básicos, como la educación. Tampoco comparto la inquietud que se deduce de la exposición de cifras que reflejan el progresivo aumento en la masa de empleados estatales, de un millón en 1975 a los 2,1 millones en 2000 y los 2,5 millones en 2007. Yo añadiría que los servicios públicos de 1975 no tienen nada que ver con los de 2007. Han aumentado en cantidad, calidad y añado que también en agilidad.

El trasunto de este artículo es lo que menos me gusta. Todos sabemos de que pie cojea el grupo Intereconomía, cercano a los planteamientos de Partido Popular y que en momentos como los actuales echará mano de cualquier asunto, económico o no, para atacar al Gobierno de Zapatero.

22 de agosto de 2008

Sesión cuádruple: ‘Buenos Días, Noche’, ‘La Bici de Ghislain Lambert’, ‘El Bar de Walter’ y ‘Baran’

Cuatro películas, cuatro mundos diferentes, cuatro visiones del mundo y cuatro formas de tratarlo. Comedia, drama social, cine cotidiano… un poco de todo.

‘Buenos Días, Noche’ es una producción italiana dirigida en 2003 por Marco Bellochio. Hasta la fecha, lo único que había visto de este realizador era ‘La Balia’ (1998). Fiel a su estilo austero e inquisitivo, Bellochio nos ofrece una historia conocida que está en la memoria colectiva de todos los italianos. Me refiero al secuestro y posterior asesinato en 1978 del presidente de Italia, el democristiano Aldo Moro, a cargo del grupo terrorista de Las Brigadas Rojas.

El tono de la película es riguroso, tenso, paranoico. Gran parte del metraje transcurre dentro del piso franco donde Moro está secuestrado, lo que aumenta la sensación de opresión y claustrofobia. Curiosamente, el contrapunto sereno a la paranoia y la irracionalidad de los secuestradores está en el propio retenido, quien formula en sus conversaciones con los captores algunas preguntas que consiguen remover conciencias tanto entre los brigadistas como entre los espectadores. Es el contraste que pone en evidencia el absurdo del uso de la violencia para la defensa de un ideal. Prácticamente, el único contacto con el exterior y las acciones de las Brigadas Rojas, son las noticias de la televisión. El director utiliza magistralmente las emisiones de la época, con las cortinillas y cabeceras originales.

Pero Bellochio también hace ciertas concesiones para la ironía (la escena de la sesión de espiritismo, por ejemplo) y la fantasía (encarnada principalmente por los sueños lúcidos de Chiara, interpretada por la guapa Maya Sansa). También, uno de los puntos que me ha llamado la atención es la banda sonora. En ella se pasa de la música clásica de compositores italiano, al pop de la época, y especialmente al ‘Shine on you crazy diamond’ de Pink Floyd, que aparece en varios momentos clave de la película y que realza esos pasajes. De lo mejorcito que he visto este año.

‘La Bici de Ghislain Lambert es una producción franco-belga de 2000 dirigida por Phillippe Harel y trata desde la comedia el duro mundo del ciclismo profesional en la Bélgica de los años setenta. Acostumbrados a los dramas de los hermanos Dardenne, ver una comedia belga nos hace cambiar un poco el chip sobre el cine de aquel país.

Ghislain Lambert es un aficionado al ciclismo que quiere ser profesional. Para ello tendrá que luchar mucho y renunciar a muchas cosas. Poco a poco echará mano a las trampas para poder prosperar en el deporte. Drogas, alcohol, cualquier cosa servirá a Ghislain para no perder de vista la meta. Pero a pesar de todo, está claro que es un perdedor y que nunca llegará a ser nadie.

‘La Bici de Ghislain Lambert‘ tiene todas las virtudes y todos los defectos de la típica comedia francesa (en este caso francófona): histrionismo, chistes burdos, personajes cutres, a lo que hay que sumar en este caso la estética setentera… Una película entretenida para pasar un rato agradable.

‘El Bar de Walter ha sido una sorpresa. Con una duración de menos de una hora, esta producción alemana de 1998 dirigida por Romuald Karmakar, puede considerar como un mediometraje, un formato cinematográfico al que no estamos muy acostumbrados. Esta película forma parte de la iniciativa ‘Historias del Milenio’, en la que directores de todo el planeta reflejan cómo reciben los habitantes de sus ciudades la llegada del nuevo siglo.

El bar de Walter está situado en Frankfurt, quizás en un barriada alejada del centro. El local, regentado por un emigrante turco, recibe personajes solitarios, de vidas conflictivas, que huyen de su realidad en la nochevieja de 1999. Se establecerán interesantes conversaciones sobre cualquier asunto, sus relaciones personales, las noticias cotidianas de la ciudad o la política alemana del momento. Todo ello con una realización muy ágil que impide que una historia que transcurre en un lugar tan cerrado sea aburrida. Todo un descubrimiento.

‘Baran’ es la cuarta película de esta sesión. Esta producción iraní fue dirigida en 2001 por Majid Majidi. El argumento trata una problemática para nosotros desconocida, pero que también nos es desgraciadamente familiar: la inmigración. En este caso los afganos que huyen de la persecución talibán para buscar una vida mejor en las ciudades limítrofes de Irán. Los protagonistas de ‘Baran’ son albañiles de un edificio en construcción. Acosados por los inspectores de trabajo, han de ingeniárselas para no ser descubiertos. Pero delante de todo este transfondo, ‘Baran’ cuenta una historia de amor, la de una chica afgana que ha de disfrazarse de chico para poder acudir a la obra. Pero pronto será descubierta por Lateef, un joven iraní que la protegerá y guardará su secreto.

Majidi huye de todo tremendismo a la hora de afrontar un tema duro y complicado. En la película se oyen hablar multitud de lenguas diferentes, que corresponden a las diferentes etnias que forman el puzzle de Asia central y que el realizador ha querido dejar plasmadas. Como quien encuentra una joya en el barro, incluso en las condiciones más terribles puede surgir el amor, encontrar una luz de esperanza en un mundo que se presenta apocalíptico y caótico en esa nueva torre de babel.

21 de agosto de 2008

La MTV, a la deriva

Estos días de vacaciones estoy echando un vistazo a un montón de canales de televisión que no había visto y a otros que hacía siglos que no veía. Me he parado con los canales musicales, aunque sinceramente no he visto nada que me interesara demasiado salvo quizás Fly Music, que desgraciadamente ya no emite todo el día. Y la MTV, que nunca ha sido santo de mi devoción, está cayendo en picado hacia la chabacanería y la vulgaridad más absoluta. A la MTV, de música sólo le queda la «M» del nombre.

Curiosamente, el otro día, Je Ne Sais Pop publicaba un artículo sobre la decadencia de la MTV con el que estoy muy de acuerdo. Los vídeos «non-stop» de antaño han dado paso a programas cutres con nombres como ‘Cita con mamá’, ‘Chiflados por los records’, ‘Famosos con pedigrí’, ‘Guapos a examen’ o ‘Ligar en la oscuridad’. Además son espacios importados, normalmente de los Estados Unidos, que han sido convenientemente doblados. Es tal la banalidad de algunos de estos programas que son un insulto a la inteligencia de los jóvenes (o al menos yo lo creo así) y fomentan una visión extremadamente frívola de la vida y de las relaciones humanas.

De calidad musical no hablamos. Y no lo confundamos con la comercialidad. La MTV siempre ha sido una cadena muy comercial y han pinchado (por lo menos en horario estrella) vídeos muy populares de artistas también muy populares como U2, Madonna, Michael Jackson, REM o Nirvana (quién no recuerda el «desenchufado» que hicieron para la cadena en 1993) y demás reyes y príncipes del pop. Ahora ese papel se ha trasladado a la MTV2 (la emisión del Reino Unido que es la que tengo yo). Vale que no se salva de los programas chorras, pero el grueso de su programación son videoclips.

Bastante telebasura hay ya en los canales generalistas como para que ahora empiece a invadir los temáticos. Si la MTV ya está perdida, esperemos que las demás cadenas musicales no se contagien…

20 de agosto de 2008

Vuelo de un MD-82 desde la cabina

Hoy he estado fuera y me he enterado tarde del accidente aéreo del aeropuerto de Barajas. No quería extenderme mucho, pero recuerdo haber visto algún vídeo grabado desde la cabina de un aparato como el siniestrado, un McDonnell-Douglas MD-82. Aquí está:

19 de agosto de 2008

¿Es el pop independiente de derechas?

No sé si alguna vez os habéis hecho esta pregunta. Ya sé que no tiene mucha lógica, y que lo importante ante todo es la música. El tema es más complejo de lo que parece y al menos en España nunca se ha planteado así, tan crudamente. Todos sabemos que en el mundo anglosajón, el pop, el rock, el punk, el rap y en general todos los movimientos juveniles que se les ha asociado han supuesto una ruptura con las reglas establecidas, una reivindicación que muchas veces era de índole política, aunque es verdad que en otras se pedían cuestiones mucho más prosaicas y hedonistas. Estos movimientos, por definición, huían del conservadurismo de la sociedad de la época.

Desde mucho antes de la aparición del rock and roll, los cantautores enrraizados en la América profunda como Pete Seeger, componían canciones de denuncia sobre las injusticias en los Estados Unidos de los años cuarenta y cincuenta, declarándose abiertamente de izquierdas. El hippismo, con el pop-folk y su flower power siempre fueron unidos al pacifismo, el pop-rock de la working class con los mods y sus derivaciones defendían el derecho a que la clase trabajadora tuviera su sitio, y ya no digamos el rap y las reivindicaciones raciales, a veces radicales, siempre han sido de izquierdas.

De lo que me he dado cuenta leyendo algunos artículos sobre el tema, es la confusión entre ser apolítico y ser de derechas. Es obvio que una banda, por el mero hecho de no llevar en sus letras una denuncia social o un llamamiento a la insurrección, no es conservadora. De todos es conocido que grupos británicos como Belle & Sebastian, Primal Scream, Blur u Oasis (con coqueteos de los hermanos Gallagher hacia el Tony Blair pre-guerra de Irak) se han declarado en algún momento abiertamente de izquierdas y en sus letras apenas reflejan esta ideología. También encontramos el caso contrario. Otras bandas «progresistas» como The Smiths o Manic Street Preachers llevan o han llevado en varias ocasiones sus ideas a sus canciones.

¿Y en España? Como pasa siempre, aquí somos diferentes. Las significaciones políticas de los músicos (estoy hablando siempre del pop-rock independiente) han brillado por su ausencia, quizás para evitar que sus ideas puedan contaminar su producción musical. Quizá el caso más claro haya sido el de Garzón, ahora Grande-Marlaska, que han tomado su posición izquierdista como una actitud que llevar a su banda. También hace poco comenté el disco de Martín, ‘La Vida en General’, y su filiación política. Que yo conozca, no hay más casos destacados de grupos de indie pop comprometidos con la causa.

Como conclusión, creo que ni mucho menos el pop independiente es de derechas, aunqué quizás sí un poco descreído y hasta conservador en algunos aspectos. Y lo que creo haber demostrado es que, si hay bandas indies que militan en algún ideario político, ese es el de la izquierda. Por si os interesa, he encontrado un par de pequeños artículos nadando por internet sobre el tema. El primero de ellos es ‘Pop de Derechas’ y está escrito por Diego Sanz para el diario Diagonal. El segundo se titula ‘¿Es el Pop de Izquierdas?’ y forma parte del blog de Javier Becerra en La Voz de Galicia.



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