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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
31 de diciembre de 2015

Cuatro películas para terminar el año

Ya empieza a ser una tradición. Ver las que para críticos y festivales son las mejores películas del año en estos últimos días y destriparlas, desacreditarlas –o alabarlas– a placer es una de mis aficiones favoritas en estos tiempos de paz y amistad. En esta ocasión he seleccionado cuatro largometrajes. Los aficionados y profesionales del mundillo han estado esta temporada muy divididos y rara vez coinciden, pero al final las elegidas han sido las siguientes:

‘Birdman’. La cinta más taquillera de las cuatro y ganadora de los principales Oscars de Hollywood es una película falsamente independiente, rodada como una falsa secuencia única, pretende ser una reflexión sobre la fama y el éxito, sobre la interpretación y el dilema entre realidad y ficción. Buen trabajo de los actores y un guión algo confuso. Gran presupuesto para una película que parece pequeña. 6,5/10.

‘Левиафан’ (‘Leviathan’). Esta producción rusa dirigida por Andréi Zviáguintsev ahonda en el universo del realizador que iniciara con ‘Возвращение’ (‘Vozvrashchenie’). Un mundo oscuro y desesperanzado donde el paisaje otoñal es siempre un protagonista y donde subyace una historia más profunda que a que aparentemente se cuenta. Pero en esta ocasión, la trama sobre el deshaucio de una familia de un pueblo por culpa de los negocios de un alcalde corrupto me parece simplona y de un metraje excesivo. La metáfora del Leviatán resulta forzada. 6/10.

‘刺客聶隱娘’ (‘The Assassin’). A lo largo de mi vida he visto mucho cine asiático, sobre todo japonés y coreano –también chino–. Algunas obras maestras y muchas buenas películas. Un cine pausado, reflexivo, metafórico y con una belleza formal innegable. Da la impresión de que, aprovechando este tirón, nos han intentado «colar» largometrajes infumables con la coartada del exotismo. Esta es sin duda una de ellas. El «timo del cine chino» todavía cuela para algunos, incluso entre críticos especializados. 4/10.

‘Whiplash’. El cine independiente norteamericano es a veces también un timo. No es el caso. La historia sobre un chico que quiere ser el mejor batería de jazz del mundo hasta el punto de dejarlo todo y convertirse en una obsesión enfermiza es muy atractiva. Y además está rodada con precisión. Las actuaciones son excelentes y, a pesar de que media película está ocupada por solos de batería, mantiene una tensión extrema a lo largo de todo el metraje. Lástima que también caiga en tópicos como el del «profe malo pero al final bueno» o el de «con esfuerzo se consigue todo» que tanto ha pregonado el cine comercial norteamericano. 7/10.

29 de diciembre de 2015

‘Número Cero’ de Umberto Eco

Hace más de veinte años leí la más exitosa novela de Umberto Eco, ‘El Nombre de la Rosa’. Aquel fue mi primer y hasta ahora único contacto con el autor italiano. Siempre ha tenido fama de difícil y de una erudición que plasmaba en sus libros gratuitamente. Quizás para quitarse ese sambenito o a saber por qué, publica ‘Número Cero’. Es una novela que poco o nada tiene que ver con ese tópico.

Corre 1992 y un magnate de las comunicaciones encarga a un equipo de periodistas de poca monta un proyecto de diario que será un arma de chantaje para determinados poderes económicos y sociales. Usando técnicas sutiles se propondrá destruir, desacreditar, poner bajo sospecha, a determinados personajes e instituciones. Uno de ellos –algo paranoico– comienza una investigación comprometida que descubre una conspiración orquestada por elementos del estado italiano con la intención desestabilizar el país y crear un nuevo orden político con la ayuda de los servicios secretos norteamericanos.

La historia que desarrolla Eco en esta obra, aunque transcurra en 1992, es de actualidad. Es el poder de los medios para deformar y transformar la realidad a su antojo, guiados por intereses a menudo poco confesables. ‘Número Cero’ es una fábula, una parábola sobre la verdad, la ética periodística y la sutil manipulación que sufrimos a diario para crear un estado de opinión. Una buena lectura. 7/10

17 de diciembre de 2015

‘The Man in the High Castle’: ¿La decepción del año?

En 1962, Philip K. Dick publicó la novela ‘The Man in the High Castle’ (‘El Hombre en el Castillo’). Se trataba de una obra de ciencia-ficción ucrónica, el famoso «que ocurriría si…». El pasado mes de enero pude ver el episodio piloto de la adaptación para televisión que ha producido Amazon Studios. Un gran episodio piloto. Pero no ha sido hasta ahora cuando he podido ver la serie completa.

Al igual que la obra de Dick, nos cuenta un mundo muy diferente al actual. Hitler ha ganado la segunda guerra mundial y ha sometido a los países de la coalición aliada a su dominio junto a Japón. Los Estados Unidos han sido divididos en dos protectorados, uno para Berlín y otro para Tokio. En medio, una franja de nadie. Sólo un pequeño grupo resiste frente a la opresión. Entre ellos se pasan extrañas películas prohibidas en las que se muestra un mundo muy diferente, en la que los aliados ganan la guerra y destruyen el régimen del III Reich. Nadie sabe quién ni cómo han sido rodadas, pero un misterioso «hombre en el castillo» las colecciona sin saber para qué fin.

Como he dicho, el piloto deja con la miel en los labios. Y así he estado desde enero hasta ahora. Puede que esa desmesurada expectación me haya jugado una mala pasada. De los nueve episodios restantes poco puedo decir. Puede que esperara más respuestas, otro desarrollo algo más potente y con más miga. Y un guión menos tramposo, repleto de momentos poco creíbles. Por desgracia, hasta prácticamente las dos últimas entregas apenas cambia la situación de los protagonistas. Y la resolución, sin estar mal del todo, ha sido decepcionante. Tengo la sensación de que se ha desperdiciado una buena historia, unos buenos actores, un buen trabajo técnico y una buena puesta en escena. En definitiva, lo que parecía mucho se ha quedado en poco. 5,5/10.

16 de diciembre de 2015

Mis favoritos nacionales de 2015

El panorama nacional en cuanto a música independiente se refiere ha estado marcado –y esto empieza a ser ya un tópico– por nuevos grupos. Muchos de ellos aún sin un larga duración publicado, hemos de conformarnos con EPs. Pero eso no significa que no nos haya parecido muy interesante la cosecha autóctona de 2015. Bandas como Sierra, Mujeres, Señores, Viva Suecia o –los zamoranos– El Lado Oscuro de la Broca son debutantes en larga duración o sólo tienen sencillos rondando por ahí. Muchos son los que se han quedado fuera y seguro que hubieran merecido estar en una de las dos listas (recuerdo especial para Grushenka, Hinds, Vacaciones, Tigres Leones, Pablo und Destruktion, Exnovios y tantos y tantos), pero las reglas son las reglas. Y hablando de reglas, las hemos llevado al límite en el caso de Sierra. Su genial EP ‘Tiene Mucha Fuerza’ se publicó el 1 de diciembre de 2014, justo el día en el comienzan a entrar en el bombo los temas y discos que formarán parte de mis favoritos de 2015.

Discos nacionales favoritos de 2015


  1. Les Sueques ‘Educació Física’. Si Sleater-Kinney, Elastica o similares hubieran nacido en Cataluña se llamarían Les Sueques. Estos chicos y chicas han lanzado un segundo trabajo potente, pero sensible, Contundente pero con clase. Un equilibro complicado entre lo inocente y lo perverso. Son 13 temas imaginativos que enganchan por su facilidad para la melodía inmediata. Es verdad que el hecho de estar cantado en catalán puede dificultar su entendimiento, pero también es este uno de sus encantos. Pop-rock-punk-garaje de altura.

  2. Cola Jet Set ‘El Fin del Mundo’. Seguimos en Cataluña con una formación veterana. Felipe Fresón y compañía han reestructurado su banda y, a juzgar por los resultados, también su planteamiento y su sonido, mucho más pulido. Y además siguen siendo reconocibles. Cierto que la brillantez de su debut allá por 2004 es imposible de repetir, pero este tercer trabajo es dignísimo. Y antes de hablar de madurez, prefiero hablar de crecimiento… Gran disco.

  3. Hazte Lapón ‘No Son Tu Marido’. Me atrevería a decir que son una de las parejas musicales más interesantes del pop independiente nacional (con permiso de Klaus & Kinski o Souvenir). Un talento emergente que este 2015 publicaron su segundo álbum. Un disco que, como se ha dicho por ahí, es por lo menos ecléctico y no aburrirá a nadie. Pero por supuesto ‘No Son Tu Marido’ es mucho más. Las letras son brillantes, irónicas y con mala leche, con crítica social sutil y a veces no tan sutil. Y la música le debe mucho a los «gloriosos» indies nacionales de los noventa, con una instrumentación aparentemente inmediata y descuidada. Hasta que empiezan a meter instrumentos de viento… Una pequeña joya.

  4. Joaquín Pascual ‘Una Nueva Psicodelia’. La carrera en solitario del veterano músico albaceteño (Surfin’ Bichos, Mercromina, Travolta) siempre me ha parecido irregular. Buenos temas en discos regulares, buenos discos con canciones discretas… Hasta que llegó ‘Una Nueva Psicodelia’. Su personalísimo sonido se ve aquí estremecido por una ola de space-rock, sintetizadores por doquier y programaciones que visten muy bien su voz. Nueve temas bastante redondos, algunos justificadamente largos, que forman un conjunto bastante original y diferente dentro del mundo del pop-rock independiente nacional.

  5. La Bien Querida ‘Premeditación, Nocturnidad y Alevosía’. Poco podemos decir ya de Ana Fernández-Villaverde a estas alturas. Baste indicar que todos sus trabajos han estado entre mis discos favoritos de sus respectivos años. Y dos de ellos en la primera posición (con este tres). La evolución de La Bien Querida ha sido constante sin apenas pasos en falso. Apoyándose siempre en buenas letras, una voz inimitable y una música que siempre ha ido un poco más allá, cada nuevo álbum ha sido subir un peldaño. No es ‘Romancero’, pero de lo que no tengo duda es de que es mi favorito de este año.

Mis canciones nacionales favoritas de 2015

  1. Sierra – Golpes
  2. La Bien Querida – Carretera secundaria
  3. Joaquín Pascual – Rick y Rachael
  4. Señores – Verbena en la plaza del pueblo
  5. Mujeres – Vivir sin ti
  6. Viva Suecia – Los años
  7. Nudozurdo – El grito
  8. El Lado Oscuro de la Broca – Los líderes africanos
  9. Wild Honey – Parque temático de patrones abstractos
  10. Cola Jet Set – Me levantaré

Para terminar, los videoclips que he encontrado, en orden inverso:

15 de diciembre de 2015

Mis favoritos internacionales de 2015

Ya ha transcurrido otro año más, doce meses más de música, de discos y canciones que nos han acompañado constantemente, en invierno, en verano o durante los largos viajes. Muchas horas de escucha y un centenar y medio o dos centenares –es difícil precisar– de trabajos que han pasado por mis oídos, tanto de factura nacional como de artistas internacionales. Y es precisamente con estos últimos con quienes nos vamos a quedar. Cuando llega este repaso anual en los últimos tiempos suelo decir que la cosecha de discos y temas de fuera ha sido escasa para mi gusto, y que me ha costado encontrar cosas interesantes. Esta vez la cosa no ha sido tan mala. Aunque muchos de los que forman parte de mis favoritos internacionales de 2015 son viejos conocidos o, como mínimo, repetidores, también ha habido una buena ración de sorpresas agradables.

Evidentemente el panorama internacional del pop-rock independiente es tan amplio que no puede abarcarse. Estoy convencido que en los recovecos más insospechados hay discos interesantísimos que jamás llegarán a mis manos. Pero con eso hemos de contar. Aún así, creo que la lista de mis favoritos internacionales es, por lo menos, diga. Vamos con ella en sentido inverso:

Discos internacionales favoritos de 2015


  1. Julia Holter ‘Have you in My Wilderness’. El cuarto trabajo de la californiana sigue la única línea del buen gusto, mezclando con sabiduría el pop clásico, la música orquestal de los años sesenta, el jazz melódico, el clasicismo barroco y algunos toques que nos recuerdan mucho a Kate Bush o a Joanna Newsom. El disco crea un ambiente onírico que hace que todos los temas que lo forman tengan una extraña armonía que atrapa.

  2. Courtney Barnett ‘Sometimes I Sit and Think, and Sometimes I Just Sit’. Otra solista. Esta vez australiana. Con una voz potente, unas letras irónicas y una instrumentación folk-pop-rock alegre y despreocupada, el trabajo de Courtney y su banda es aparentemente inofensivo, pero esa desastrada forma de cantar implica un espíritu de guerrilla difícilmente disimulable. Un debut prometedor e interesante dentro del panorama mundial.

  3. Beach House ‘Thank Your Lucky Stars’. El disco «sorpresa» de Beach House para este año. Todos esperábamos ‘Depression Cherry’, pero los de Baltimore dejaron lo mejor para ‘Thank Your Lucky Stars’, el segundo trabajo que publicaban en 2015. Y sin avisar. Mucho se ha escrito sobre las razones de por qué dos álbumes y no uno doble, pero ninguna certeza. Sólo que –en mi humilde opinión– este que comento es notablemente mejor y está casi a la altura de sus mejores obras. Un sonido mucho más reconocible para los aficionados…

  4. Belle and Sebastian ‘Girls in Peacetime Want to Dance’. Posiblemente la banda escocesa sea la que más veces ha aparecido en lo mejor del año desde que empecé con esto en 1997. Unos clásicos modernos que pincharon con su anterior disco –hace ya cinco años que se publicó–. La verdad es que yo no daba un duro por ellos cuando se anunció que a comienzos de este 2015 publicarían un nuevo trabajo. Los avances no prometían nada bueno y las primeras escuchas fueron escépticas. Pero finalmente tuve que reconocer –sin problema– que los de Stuart Murdoch habían sufrido una evolución en su sonido pero no en su esencia. Sus melodías atemporales, deudoras del mejor pop sesentero, seguían ahí. Sus letras ingeniosas, algo críticas y costumbristas, también estaban ahí, intactas.

  5. Gwenno ‘Y Dydd Olaf’. Extraño título para un extraño disco. Su artífice es Gwenno, excomponente de The Pipettes y desde hace unos cuantos años, activista musical y política. Este es su debut en largo, editado originalmente en 2014 y reeditado este año. Para mí, la auténtica sorpresa musical internacional del año, y la primera vez que un disco cantado en galés y córnico (dialecto céltico de Cornualles) se cuela en mis listas de discos. Lo que encontramos son diez temas resueltos con experiencia y soltura, a pesar de su complejidad y variedad. Siempre moviéndose dentro del krautrock, el electro-pop y el sonido retrofuturista. Una especie de Trish Keenan –siempre la recordaremos– galesa. Si piensas que esto es una marcianada, es mejor que lo escuches. El disco imprescindible del año.

Canciones internacionales favoritas de 2015

  1. Belle and Sebastian – Enter Sylvia Plath
  2. Gwenno – Calon peiriant
  3. Lusts – Temptation
  4. Courtney Barnett – Nobody really cares if you don’t go to the party
  5. Beach House – Majorette
  6. B.C. Camplight – Love isn’t anybody’s fault
  7. Viet Cong – Continental shelf
  8. Porcelain Raft – All in my head
  9. Anna von Hausswolff – Evocation
  10. The School – Love is anywhere you find it

Y los videoclips en orden inverso:

14 de diciembre de 2015

‘Principiantes’ de Colin MacInnes

Hace nada he terminado de leer ‘Principiantes’ (‘Absolute Beginners’) de Colin MacInnes, una novela que hacía años que quería conseguir sin éxito. Pero ha sido por fin ahora cuando he podido hacerlo. Escrita por un entonces chico de la clase alta londinense aficionado a perderse por los bajos fondos de la capital del Támesis a finales de los cincuenta, la novela de 1958 supuso la revelación al mundo de toda una generación de adolescentes británicos que comenzaban a tener cierto poder adquisitivo después de las estrecheces de la posguerra y no se sentían identificados con los jóvenes «mainstream» de la época, los teddy boys. Jugaban a ser sofisticados, cosmopolitas, amantes de la ropa italiana y del jazz moderno. Cultos y defensores de la multiculturalidad.

La generación de los «principiantes absolutos» fue el embrión de lo que en la década posterior fue una de las piedras angulares (en mi opinión la más sólida y menos frívola) de los movimientos culturales juveniles: el movimiento mod. En ‘Principiantes’ encontraremos ya esa obsesión por la música y por la ropa y, no sabemos si accidentalmente, aparece ya la vespa, otro símbolo imperecedero…

La novela nos cuenta la historia de un chico de suburbio, desarraigado, pero que consigue salir adelante gracias a sus trabajos como fotógrafo. La relación con su familia, especialmente con su madre y su hermano, es mala. Se refugia en una troupe de amigos y amantes a cada cual más pintoresco de los bajos fondos. Se mezcla en los tugurios de jazz con negros (a los que siempre defenderá cuando las cosas se ponen feas), con prostitutas, travestis y demás fauna sin la más mínima maldad y con una candidez sorprendente.

La influencia que ‘Principiantes’ ha tenido en la cultura popular ha sido enorme. Hasta el punto de que posiblemente el imaginario de la juventud de los años sesenta no sería el mismo si este libro no hubiera sido escrito. En 1986, Julien Temple, dirigió una polémica adaptación cinematográfica más cercana al videoclip que a un reflejo fiel de la obra escrita. Contó, tanto en la banda sonora como delante de las cámaras con gente como David Bowie o Sade. También la banda Los Flechazos dedicó en 1991 una canción a la protagonista femenina, Suzette en un tema homónimo:



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