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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
16 de octubre de 2010

¿Tiene Apple algo más que ofrecer?

En los últimos meses, Apple ha revolucionado otra vez el mundo de informática, consiguiendo colar su iPad en la lista de los cacharros más deseados. De paso, la compañía de Cupertino ha abierto la veda en un nuevo mercado que hasta ahora no había despegado. Junto con él, ha revolucionado el concepto de sistema operativo, dando un paso más hacia interfaces más intuitivos, rápidos y claros. Lo mismo podría decirse del iPhone 4. Pero, ¿y con los Macs y MacBooks qué pasa? Como bien reza el lema de la keynote que tendrá lugar el próximo miércoles («Back to the Mac»), la cosa irá sobre ordenadores y, según han deducido los exégetas maqueros, sobre el sistema operativo. Esto último es lo que a mí particularmente más me interesa.

Llevo algo más de un año con Snow Leopard instalado y estoy muy contento con él. Es rápido, las aplicaciones funcionan de maravilla, no se atasca prácticamente nada y estéticamente… bueno, es un Mac. ¿Qué más se puede pedir? ¿Hacia dónde va la evolución de los felinos más famosos de la informática? En el cartel oficial de la keynote se ve claramente un león tras el logo de Apple, lo que los habla de una versión mayor de Mac OS X, la séptima y quizás última. Después, probablemente la convergencia con iOS, que es de lo que está hablando todo el mundo.

Personalmente, no espero que vaya a lanzarse a corto plazo, aunque probablemente se exhibirá alguna nueva y revolucionaria característica –que ahora me es imposible imaginar– y que dará mucho que hablar. Y poco más. En los blogs especializados se pueden leer ya muchas especulaciones sobre lo que puede ser Mac OS X «Lion». Algunas hacen referencia a la inclusión en el interfaz de elementos propios del iOS del iPad, otros a una simplificación del espacio de trabajo, siguiendo la filosofía de «aplicación sin botones» de QuickTime X. Me resulta complicado imaginar un interfaz de sistema operativo así, pero en fin… En el foro sobre Mac OS X de MacRumors.com pueden encontrarse estas y otras especulaciones. Como tales, pueden cumplirse o no ser más que los deseos de los maqueros. El miércoles lo veremos.

28 de agosto de 2010

La trilogía del «cine informático» de los ochenta

A comienzos de los años ochenta, el boom de la electrónica y de la informática ya era un hecho. Los ordenadores comenzaban a entrar en las casas y la cultura popular se empezaba a impregnar de bits, chips, teclados, monitores y videojuegos. Por supuesto el cine no iba a ser una excepción. Y pensando en este tema se me ha ocurrido dedicar una entrada a ese cine de puro entretenimiento que tienen a los ordenadores como protagonistas (o al menos como co-protagonistas). Me refiero a ordenadores en el sentido más estricto, no a robots ni a películas futuristas, sino a cómo se veía la informática en aquellos albores de la la informática popular. El «aquí y ahora» del sentimiento social de esos años acerca del tema.

Para ello he seleccionado tres películas, similares pero a la vez muy diferentes: ‘Tron’ (1982), ‘Juegos de Guerra’ (1983) y ‘Sueños Eléctricos’ (1984). Las dos primeras producciones norteamericanas y la tercera co-producida por el Reino Unido. Estas cintas forman una peculiar trilogía que engloba todos los aspectos, los vicios y las virtudes de la tecnología, desde el más fantasioso, al más terrorífico, del más abstracto e inexacto al más concreto y preciso, de la comedia a la ciencia-ficción e incluso al terror. Y por supuesto la política.

‘Tron’, el comienzo de una nueva etapa.

Hacer una película con imágenes sintéticas cuando apenas había ordenadores capaces de mostrar más de 16 colores en pantalla sin duda debió ser un reto. De hecho, la mayoría de las supuestas infografías que aparecen están realmente realizadas mediante animación tradicional (la productora Buenavista pertenece a Disney, con lo que no debieron tener grandes problemas) y en las que aparecen los personajes en el «mundo virtual» fueron pintadas a mano sobre una película original de alto contraste y en blanco y negro. El resultado es quizás algo extraño e inquietante. Hoy las animaciones nos pueden parecer ridículas, ya que cualquier teléfono móvil actual genera infografías mil veces mejores, pero en aquellos tiempos debió ser revolucionario.

No hay duda de que fue una película que, a pesar de no ser un gran éxito comercial, a la larga causó gran impacto en la cultura popular de la época, siendo una influencia incluso estética. A nivel puramente cinematográfico no hay gran cosa que decir. Es la típica historia de buenos contra malos, de los rebeldes (de color azul) contra el mundo opresor y dictatorial (de color rojo). Las connotaciones políticas y sus referencias veladas al comunismo (recordemos que estamos en pleno recrudecimiento de la guerra fría) son evidentes a poco que se interprete.


‘Juegos de Guerra’, la catástrofe posible.

‘Juegos de Guerra’ es sin duda la película más solida, más verosímil y mejor construida de las tres. De nuevo el fantasma de la guerra fría planea sobre el argumento, aunque desde un punto de vista pacifista. La informática ya no es algo etéreo y casi misterioso destinado a científicos de alto rango y genios como en ‘Tron’, sino que los estudiantes más «listillos» podían tener uno en su casa y además comunicarse con el exterior. Las primeras secuencias de David en su habitación, introduciendo esos disquettes enormes de 8 pulgadas en el lector y colocando el teléfono en el módem forman parte ya de la memoria colectiva de muchos de nosotros.

Como ya he comentado, el argumento es el más plausible. Un chico entra por error en un superordenador de la defensa de los Estados Unidos y provoca una guerra mundial. En la prensa de aquella época e incluso de años después hemos leído algún caso, no tan exagerado, con cierta similitud. Quien asesoró al director y al equipo hizo un buen trabajo, porque el resultado en la gran pantalla tiene detalles bastante creíbles incluso para un experto. Además, estupendo trabajo también de los actores.

‘Sueños Eléctricos’, la informática se hizo popular.

La película comienza con lo que era el sentimiento de la época, el zeitgeist de los prósperos primeros años ochenta. La sociedad occidental se tecnificaba rápidamente con microordenadores, calculadoras, relojes de pulsera que hablan, walkmans o terminales de venta conectados en red mientras el protagonista los contempla casi horrorizado. ‘Sueños Eléctricos’ es la aplicación de la estética pop ochentera, casi de anuncio publicitario, al mundo de una tecnología ya al alcance de cualquiera.

El guión y la forma de enfrentarse a la cosa de la informática es bastante irregular. Tiene momentos memorables, «rayadas» increíbles (que cada uno lo interprete como quiera), un homenaje a Philip K. Dick y secuencias de vergüenza ajena. El guión es algo (o muy) inconsistente y tiene muchísimos fallos. Casi podemos considerar a ‘Sueños Eléctricos’ como un conjunto de videoclips que apelan a la emoción del espectador más que a establecer un argumento racional. Aún así, es una película para recordar. Es la única de las tres que no había visto de pequeño. Y es que, a pesar de que su banda sonora es archiconocida (quién no ha escuchado alguna vez el Love is Love’ de Culture Club, compuesto para esta película) y es el principal atractivo de la cinta, no fue popular aquí en España. La copia que he conseguido es un ripeo de VHS y subtitulada.


12 de agosto de 2010

Obsolescencia planificada

Todos hemos escuchado alguna vez cosas del estilo de: «Tal aparato cuesta más arreglarlo que comprar uno nuevo» o «Vas a tener que cambiar tal o cual componente porque si no no es compatible con el resto del aparato nuevo que acabas de comprarte.». La obsolescencia planificada es un secreto a voces dentro de la mercadotecnia industrial que produce bienes de consumo. Pero también hay un componente de leyenda y falso mito en todo ello (como la del Sony timer). A la industria no le interesa fabricar productos que además de buenos y fiables sean «demasiado duraderos» porque, tal y como lo tienen montado, podría suponerles la ruina.

Desde hace décadas (la obsolescencia planificada es un invento de los años 30), los productos son diseñados para durar un determinado periodo de tiempo, generalmente no muy largo, y en pocos casos superior a quince años (la tendencia es a que sean cada vez menores). Las empresas ponen mucho empeño en ello. Durante ese lapso de tiempo se comportan con fiabilidad, pero transcurrido éste comienzan a fallar o los materiales se deterioran. En otras ocasiones son los estándares los que cambian, a menudo sin una razón clara más que la de tener que sustituir el producto por otro «actualizado» a los nuevos requerimientos. Uno de los ejemplos más clamorosos es el de los cargadores para móvil. Incluso dentro de la misma marca existen multitud de cargadores diferentes sin que exista una razón técnica para que sea así.

Y es que la maquinaria del consumo no se puede parar nunca. Cada vez necesita alimentarse con más frecuencia y en más cantidad. Los beneficios han de ser cada vez mayores. Los grandes perjudicados de esta carrera en el consumo son, por supuesto, el consumidor (o sea, todos nosotros), y nuestro entorno natural, el medio ambiente. La producción de deshechos tecnológicos crece y crece año tras año. Además, en muchos casos la conciencia «verde» no es más que otra estrategia de imagen más que añadir a la mercadotecnia de las grandes empresas sin que eso se traduzca en acciones reales.

Existen varios movimientos, especialmente dentro del mundo de la informática, que intentan evitar esta locura de cambiar de equipo cada dos o tres años, reaprovechando lo que otros dejan para darles un nuevo uso. Los que nos hemos dedicado a este mundo sabemos que cambiamos en la mayoría de las ocasiones por capricho y no por una necesidad real, porque nos venden el nuevo equipo como algo mucho más potente, aunque no necesitemos esa potencia. A menudo se deshechan ordenadores en perfecto estado sólo por estar a la última. Cada vez más creo que el negocio del reciclaje informático es viable y además es un campo poco explotado y con un potencial enorme.

Para terminar, y aunque este documental no trata directamente el tema, me ha parecido interesante ponerlo aquí porque sí lo toca de manera tangencial y nos da un punto de vista más amplio de cómo funciona la maquinaria del consumo-deshecho-consumo. Se trata de ‘La Historia de las Cosas’ (‘The Story of Stuff’):

9 de agosto de 2010

Momento estelar en ‘The IT Crowd’

Esta es una de las razones por las que sigo ‘The IT Crowd’ desde que comenzó:


27 de abril de 2010

Tráelo y lo miro

Es verdad que ya no ejerzo como informático, al menos no me dedico profesionalmente a ello. Pero está claro eso que dicen de que «la cabra siempre tira al monte», a veces por gusto y a veces por compromiso me encargo de reparar y «limpiar» las máquinas de familiares, amigos y compañeros de trabajo. En este último caso incluso los propios ordenadores de la oficina. En este tiempo he visto todo tipo de horribles infecciones por virus, troyanos y otros «malwares». Casi siempre suelo recibir el aviso en forma de «mira a ver qué le pasa que no puedo entrar en internet» o «échale un vistazo que creo que tiene un virus» o «sale una ventana todo el rato que antes no salía».

Este tipo de estragos informáticos han cambiado a lo largo del tiempo. Cada vez son más sofisticados y difíciles de eliminar si no es con el consabido formateo salvador. Últimamente no suele fallar en ningún ordenador el llamado «falso antivirus», un troyano que se instala en el sistema bajo la apariencia de un antivirus que promete protegernos el ordenador. Eliminarlo es relativamente sencillo con las aplicaciones apropiadas (que están especialmente diseñadas para ello).

De toda esta experiencia saco varias conclusiones que nos banales precisamente: Primera. Los usuarios que empiezan con esto de la informática no dan la importancia necesaria a los programas antivirus y, sobre todo, a sus actualizaciones correspondientes. No vale de nada tener un buen programa que nos proteja si no está completamente actualizado. Segunda. ¡Cuidado con lo que descargamos! Es un error muy común darle al boton de «Ok» o de «Aceptar» sin leer lo que aceptamos, o incluso instalar aplicaciones que provienen de fuentes dudosas. Aunque saber de dónde podemos bajar aplicaciones y de dónde no es una cuestión que se aprende con la experiencia, por regla general descargaremos los programas de sus webs oficiales. Por cierto, también mucho ojo con las aplicaciones «warez» o pirateadas, muchas llevan sorpresas desagradables. Y tercera. Nadie nace aprendido. Si nos interesa manejar correctamente nuestro ordenador hay multitud de manuales y otros documentos a lo largo y ancho de internet, algunos en páginas oficiales del Ministerio de Industria (la Oficina de Seguridad del Internauta), con consejos interesantes que, si los seguimos, dejaremos de tener problemas con virus y otras malas hierbas.

Como todo, muchas veces la ignorancia es atrevida. En estos temas puede ser fatal. Aún hoy me he encontrado con bastante gente adulta de mediana edad que se acerca por primera vez a la informática. Lamentablemente los ordenadores, sobre todo con Windows, no son como un televisor o una tostadora. Requieren demasiadas atenciones, cuidados y precauciones, y tampoco son tan intuitivos para un neófito como nos quieren vender. Pero hemos de ser autónomos a la hora de resolver los pequeños contratiempos del día a día y que, en su mayoría, no son más que nuestros propios descuidos. Es verdad que los fabricantes de sistemas operativos no nos ayudan (ahora se empieza con los entornos ultraintuitivos de, por ejemplo, el Apple iPad) pero si ponemos un poco de interés en muy poco tiempo nos haremos con los rudimentos de Windows o del sistema operativo que sea.

Pero mientras tanto, cuando requieran mis servicios seguiré diciendo: «Tráelo y lo miro».

22 de marzo de 2010

EyeOS 2.0: El rediseño de la discordia

Hace pocas semanas se ha presentado la versión beta de EyeOS 2.0, el sistema operativo «en la nube» creado por desarrolladores españoles y que ya cuenta con potentes patrocinadores como Telefónica o IBM. En junio del año pasado comenté lo que me parecía la versión 1.0 de este peculiar sistema operativo pensado para trabajar directamente sobre el navegador con aplicaciones y archivos. La principal novedad es que todo es nuevo. Con eso podríamos resumirlo todo. Pero eso de reescribir toda la arquitectura y el interfaz no ha gustado a muchos. Yo diría que a la mayoría. Sin embargo a mí me parece bien.

¿Y en qué ha consistido este cambio tan polémico? Pues básicamente en sustituir un escritorio convencional, como el que todos tenemos en nuestras máquinas, por un sistema de menús y paneles, un poco al estilo de Chromium OS, el sistema operativo de Google. Moviéndonos por las distintas pestañas (Aplicaciones, Gente, Grupos, etc) nos aparecerán unos paneles con iconos y otra información. Es cierto que si tenemos varias ventanas abiertas, el movernos por ellas o buscar una en concreto puede ser una tarea algo complicada, pero no deja de ser una beta que en cualquier momento puede cambiarse. En general el cambio me ha parecido positivo. ¿Qué sentido tiene emular en la web un escritorio casi idéntico al que tenemos en nuestros ordenadores? Máxime cuando ya todos estamos acostumbrados a la lógica organizativa de los datos de las redes sociales, de aspecto y arquitectura muy similar. De hecho EyeOS está concebido como un entorno social, un sistema operativo social, con una fácil integración con los servicios más populares de la red.

No hay duda de que estéticamente puede mejorarse mucho, pero el cambio me parece acertado y quizás se esté preparando para dar el salto a los dispositivos móviles o a los pequeños netbooks, cuyo tamaño de pantalla no puede permitirse una organización eficiente con el estilo tradicional. Me parece que estos chicos saben muy bien lo que hacen y este cambio desde luego no ha sido caprichoso. EyeOS puede probarse en su página web introduciendo como usuario y contraseña la palabra admin.

12 de marzo de 2010

Steam para Mac

La industria de los videojuegos ha apostado por fin y de manera seria por la plataforma Mac. No hay duda de que habrá un antes y un después para los «jugones» (yo no mucho, la verdad) que tenemos Mac. La compañía Valve, creadora de videojuegos como Half-Life y sus numerosos derivados y secuelas, ha anunciado que en el próximo mes de abril tendrá disponible su sistema Steam para los ordenadores Macintosh. ¿Y qué es Steam? Podemos definirlo como un sistema que permite la compra y descarga de demos y videojuegos completos a través de internet, así como vertebrar toda una comunidad de jugadores on-line.

La clave de todo esto es que supone que todas las compañías que distribuyen videojuegos a través de Steam (que por otra parte son prácticamente todas las grandes) se comprometen a que sus productos funcionen indistintamente en Mac y en PC. Y, según se comenta, no se trata de una simple emulación de PC en Mac, sino que serán versiones nativas. Para ello se han implementado librerías que facilitan mucho esta tarea.

No hay duda de que la industria del videojuego ha visto en los ordenadores Mac un enorme potencial, tanto técnico como –sobre todo– económico. Tradicionalmente los usuarios de la manzana son más proclives a la compra de software frente al pirateo y a nadie se le escapa que también tienen un mayor poder adquisitivo. En cualquier caso habrá que estar muy atentos a todo lo nuevo que surja en torno a Steam y, en cuanto tenga la ocasión, lo probaré y os lo contaré.



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