Nuestros viajes anuales al país de turno cristalizan en mis fotos, que ya os ofrecí hace unas semanas a través de mi web de fotos Cromavista, y de los vídeos. Con varias novedades. La primera, que por primera vez realizo el montaje con Blackmagic Davinci Resolve 20 con mi nuevo PC. La segunda, que es la primera vez en la que el 95% del material montado ha sido grabado con mi iPhone 15 Pro en formato ProRes 422. Sé que hay algunos fallos técnicos menores que iré puliendo en las siguientes entregas. De momento os ofrezco mucho de lo que vimos en la capital irlandesa. Dublín es una ciudad joven, muy viva para lo que suele estilarse al norte de los Pirineos, incluso bajo la lluvia que nos acompañó casi todos los días. Entre el 29 de agosto, día que el que llegamos desde Madrid, hasta el 2 de septiembre, cuando marchamos en tren hacia Galway. En medio un día dedicado a Glendalough que será el motivo del siguiente vídeo. Espero que os guste.
Entre el 29 de agosto y el 8 de septiembre tuvimos la oportunidad de visitar Irlanda. Después de posponerlo varios años por problemas de logística y de encontrar una organización adecuada, finalmente este año pudo ser. Un recorrido dentro de lo que once días permite. Han sido tres «centros de operaciones»: Dublín (visitando además las ruinas de Glendalough), Galway (con excursiones a los acantilados de Moher y a las islas Aran) y Cork (con visita al castillo de Blarney y su Piedra de la Elocuencia). El periplo nos demostró que aún queda mucho de británico en sus edificios y en sus habitantes y costumbres, que la fiesta es casi continua en Dublín y en Cork, que el alcohol hace estragos entre los locales a pesar de su venta muy restrictiva, y que el clima irlandés es… el clima irlandés. Como dirían Crowded House, cuatro estaciones en el mismo día. Excepto nieve y huracanes, vivimos todo tipo de inclemencias en muy corto periodo de tiempo. La comida no es el fuerte de la Isla Esmeralda, los fish and chips británicos omnipresentes, la patata y el beicon (realmente filetes de cerdo cocido de un grosor considerable). Y, a pesar de la cantidad de ganado ovino, ausencia casi absoluta de quesos locales.
Todos estos días de viaje por tierra en tren y bus y por mar en barco quedan reflejados en 234 fotografías repartidas en las 17 galerías dedicadas a Irlanda que acabo de colgar en Cromavista. Espero que os gusten.
Al ver en el calendario la fecha, me he visto en la obligación de escribir aunque sea una breve reseña sobre el tema. Es precisamente hoy cuando se cumple un cuarto de siglo desde que colgué mi primera web. Rmweb –ricardomartin por entonces– fue una pionera. Todavía tenía muy poco contenido pero la vocación de comunicar y establecer comunidad ya estaba ahí. Necesitaba saber que no era el único que tenía determinados gustos y aficiones. Lo que ahora es normal y que cualquier red social proporciona, en aquel momento era lanzar una botella a un mar donde aún había muy pocos naufragos. Hoy lo que no hay es mar, es un terreno perfectamente urbanizado donde cada uno tiene su sitio y se ofrecen soluciones prefabricadas que compranos sin rechistar.
Por eso mantengo con empeño el lema punk del «do it yourself». A lo largo de todo este tiempo no he dejado de aprender sobre tecnologías aplicadas a la web. Primeramente sobre los ladrillos con los que construir los sitios web, el HTML, el CSS, PHP, MySQL, etc. En julio de 2005 me lancé a contratar un servicio de hosting y di de alta el dominio que mantengo actualmente. ricardomartin.info llegaría el día de San Fermín de 2005 junto con la publicación de mis webs ya completamente diferenciadas. Rmweb (la pionera), Zamora en Imágenes (creada en 2001), Cromavista (en 2002) y Rmbit (en 2004) tenían su propio espacio con un subdominio, el mismo que se mantiene hasta hoy. En 2020, durante la pandemia, llegaría Cromavideo.
Siguiendo esta filosofía de independencia y después de años de planificación y búsqueda de información, me lancé a mi último proyecto. En abril de este 2025 abandoné los servidores web de pago para montar mi propio alojamiento web. Un proceso que me ha llevado de nuevo a aprender más aún sobre la web y cómo funciona técnicamente internet en la actualidad. Porque no sólo se trata de configurar un servidor, sino de abrirlo al mundo con certificados SSL autorenovables y control total sobre los subdominios, tráfico y espacio ilimitado y libertad para poder aplicar nuevos lenguajes de programación.
Fue en septiembre de 2007, concretamente el día 17, cuando cambié mi PC, un AMD Athlon de 2003 que me había construido en un barebone bastante pequeño y que por aquel entonces montaba un Windows Vista (sí, aún no había salido Windows 7). Lo cambié por un Apple iMac de 21 pulgadas. En seguida me adapté y se convirtió en uno de los mejores ordenadores que he tenido nunca. Pero en el verano de 2013 empezó a fallar la tarjeta gráfica y el disco duro, así que lo reemplacé por otro iMac, un 27 pulgadas, que he ido ampliando a lo largo del tiempo. De hecho es y va a seguir siendo mi ordenador principal para todo tipo de uso a pesar de que va a cumplir doce años.
¿Y entonces, por qué me compro un PC? Básicamente porque quería experimentar con algunos aspectos que con mi iMac no puedo: juegos de última generación, inteligencia artificial generativa con Stable Diffusion (hay una compilación especialmente diseñada para el procesador de IA Blackwell con que cuenta mi Nvidia RTX 5070 TI) y también para editar mis vídeos con Da Vinci Resolve. La pantalla por supuesto tiene que estar a la altura, y se trata de un monitor ultra ancho de 3440×1440 píxeles de resolución nativa con una frecuencia de actualización de 180 Hz.
Como ya he dicho no va a ser mi ordenador principal y de hecho si se me averiara y tuviera que reemplazar mi iMac, su sucesor posiblemente será un Mac Mini. Espero que eso ocurra dentro de mucho tiempo.
Terminamos la serie de vídeos sobre nuestro viaje a Polonia con el imprescindible de todo visitante que se acerce al país. Cracovia es, sin duda, su punto turístico más importante, así como su centro cultural y religioso. El casco antiguo, reconocido dentro de los lugares patrimonio de la humanidad de la UNESCO, está rodeado por un anillo verde en el lugar en el que anteriormente estaban las murallas. Desde la plaza del Mercado con la basílica de Santa María y la torre del ayuntamiento hasta la colina de Wawel, con su castillo y su catedral, pasando por la Universidad Jaguelónica, una de las más antiguas de toda Europa. Todo esto aparece en el vídeo que he montado y que espero que os guste…
Continuamos la serie de vídeos sobre nuestro viaje a Polonia con una atracción a la que llevan siglos entrando los viajeros. Es posiblemente uno de los puntos turísticos más antiguos de Europa. Se trata de la Mina de Sal de la localidad de Wieliczka, a pocos kilómetros de Cracovia. Desde tiempos medievales se extrae halita o sal de roca de sus entrañas, formando cavernas fantásticas y pasadizos laberínticos. Actualmente aún sigue en activo, obteniendo sal de mesa del desecado de la salmuera. Desde el siglo XVI, personajes famosos de la historia la han visitado. Copérnico, Chopin o Juan Pablo II son solo algunos ejemplos. La zona visitable sólo se adentra un tercio de la profundidad máxima (unos 125 metros) y una longitud de 3,5 kilómetros. Desde 1978 forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
El solo hecho de nombrar Auschwitz supone nombrar el horror, el exterminio y el recuerdo. En nuestro viaje por Polonia no podíamos olvidarnos el visitar uno de los campos de concentación más conocidos del mundo. Y eso que estuvimos a punto de no poder ir debido a problemas con el autobús desde Cracovia, aunque finalmente pudimos solucionarlo en el último momento. A través de un recorrido de unas tres o cuatro horas bastante apuradas con guía en castellano pudimos ver tanto el campo de Auschwitz I como Auschwitz II-Birkenau. El vídeo es fiel reflejo de lo que pudimos ver aquel once de septiembre. Como nos comentaban, una vez que somos testimonios de lo que allí ocurrió tenemos la obligación de transmitirlo a los demás para que no se vuelva a repetir.
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