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La bitácora personal de Ricardo Martín
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13 de enero de 2012

El caso del OVNI de Moreruela

Desde que descubrí la existencia del libro de Federico Acosta NoriegaOVNIs Sobre Zamora’, hace ya algún tiempo, me dí cuenta de que buscar información sobre este fenómeno (sea lo que sea) en la provincia de Zamora era una de mis asignaturas pendientes. Lo cierto es que tanto en internet como en las bibliotecas hay muy pocos datos de fiar sobre estos asuntos. Por eso el libro de Noriega sigue siendo la principal fuente de información. Hace unas semanas, en el programa ‘Cuarto Milenio’ de Iker Jiménez se comentaba el caso del OVNI de Moreruela.

Más o menos es algo así: Guillermo (Willy para los amigos) Rodríguez Riesco, propietario de la cafetería Dover en Zamora, se encontró con «lo desconocido» cuando pescaba a orillas del embalse de río Esla muy cerca de la localidad de Moreruela de los Infanzones y en las inmediaciones de las ruinas del Monasterio de Moreruela. Ocurría en 1974, en una época en la que se producían miles de avistamientos OVNI, algunos muy llamativos como el de Maxi Iglesias en la sierra de Béjar. En este artículo de La Opinión de Zamora se explica con pelos y señales en qué consistió aquel encuentro. Como siempre, la última palabra y las conclusiones que las saque cada uno. A mí, a falta de pruebas definitivas, me cuesta creerlo, pero no deja de ser interesante.

Y aquí cómo lo contó casi 38 años después en ‘Cuarto Milenio’:


(Si no se ve, aquí están los enlaces directos a los vídeos: Sobre el caso concreto de Moreruela, sobre Federico Acosta Noriega).

30 de noviembre de 2011

‘Por Tierras de Zamora’, el documental pionero de Heptener

De vez en cuando buceando por internet uno se encuentra pequeñas joyas como esta. Se trata de un documental filmado por Fernando López Heptener en 1933 llamado ‘Por Tierras de Zamora’ y que ha sido colgado en YouTube para disfrute de todos. Tal y como se dice en la entrada que se le dedica en la Wikipedia, el film de unos diez minutos de duración, fue estrenado en el cine Capitol de Madrid y está considerado en muchos aspectos, como un pionero. Lo es, por ejemplo, el uso del sonido, siendo uno de las primeras filmaciones con sonido de la historia del cine español. Recordemos que apenas un lustro antes se estrenó la primera película sonora.

El documento está dividido en varias partes, las dos primeras sobre la capital zamorana, su historia y su semana santa, y la última sobre algunos aspectos de la provincia. Espero que disfrutéis viéndolo tanto como yo. La copia que puede verse no es de muy buena calidad y parece extraída de una grabación en VHS. De todos modos gracias al usuario cannislupro por colgarlo.

17 de octubre de 2011

‘Monasterio de Moreruela’

Situada en plena Ruta de la Plata, las ruinas del monasterio de Santa María de Moreruela es uno de los lugares más desconocidos e interesantes que pueden visitarse en la provincia de Zamora. Abandonado tras la desamortización de Mendizábal en la primera mitad del siglo XIX, este edificio es uno de los ejemplos más puros de románico cisterciense. A pesar de su estado, aún puede observarse la magnitud de la construcción. En 1931 fue declarado Monumento Nacional y en los últimos años ha intentado recuperarse con un centro de interpretación que, lamentablemente, ahora se ha descuidado.

En cuanto al vídeo, poco hay que comentar. Fue grabado la primera semana de agosto. Es un clip con tomas bastante dinámicas. Estaba aburrido de secuencias fijas que luego tendría que estabilizar, puesto que en ese momento no contaba con mi trípode. A pesar de todo le da un toque diferente. También la música que he usado, que es es tema ‘January’ del último disco de Thurston Moore (Sonic Youth) ‘Demolished Thoughts’, aporta su granito de arena bucólico y psicodélico a la vez. Espero que os guste.

12 de octubre de 2011

Grabados románticos de Zamora

Desde hace mucho siempre me ha rondado en la cabeza un antiguo grabado que vi en alguna parte en el que podía verse el Palacio de los Momos de Zamora con un entorno poco reconocible. Aquel curioso dibujo volvió a mí cada cierto tiempo hasta que, por obra de internet, descubrí otras obras de ese mismo autor, con otros monumentos zamoranos y de otras ciudades. Aquel autor era Jenaro Pérez Villaamil, un artista que publicó en la casa londinense Hauser entre 1842 y 1850 treinta y seis cuadernos con el nombre conjunto de ‘España artística y monumental. Vistas y descripción de los sitios y monumentos más notables de España.’ donde recopilaba todos esos paisajes, algunos de ellos ruinosos o idealizados al gusto de los románticos. Villaamil viajó por toda España junto al también paisajista escocés David Roberts, del que aprendió buena parte de la técnica. Roberts había publicado en 1837 sus interesantes grabados en el libro ‘Picturesque Sketches in Spain’, centrándose en el sur de España.

Villaamil y Roberts pasaron por Zamora y dejaron testimonio en sus grabados. Además del ya citado sobre el Palacio de los Momos, existen al menos dos más referidos a exteriores de monumentos de la ciudad, como son el de la iglesia de La Magdalena y el de la fachada sur de la Catedral. También realizó algunos grabados de interiores, por ejemplo el ya referido de la iglesia de La Magdalena. En ‘España Artística y Monumental’ los dibujos estaban coloreados en tonos cálidos (también existen copias en blanco y negro) y está lejos de crear ese ambiente inquietante y tormentoso de los pintores y dibujantes del romanticismo. Aunque no sabemos hasta que punto los paisajes son fieles a la realidad de la época, es de suponer que Villaamil aplicó los gustos de la corriente artística de moda a cada uno de los monumentos retratados.

Aquí os muestro los tres grabados que realizó Villaamil de monumentos zamoranos. Empezamos por el más conocido de todos. Se trata del Palacio de los Momos, hoy situado en la Plaza de Zorrilla, en los primeros metros de la calle de San Torcuato. Como curiosidad puede verse la calle que partía de una de las esquinas del edificio, hoy inexistente, y que la comunicaba con la iglesia de San Vicente (la torre que se ve al fondo):

Continuamos con la Catedral. La fachada sur con la famosa Puerta del Obispo ha sido desde siempre objeto de retrato por parte de fotógrafos y dibujantes. Ya lo vimos en el caso del pionero de la fotografía Charles Clifford. En este caso se trata evidentemente de una idealización, ya que el espacio entre la fachada de la Catedral y el palacio del Obispo es mucho más angosto que lo que se muestra en el grabado:

La iglesia de La Magdalena puede considerarse como uno de los mejores ejemplos del románico zamorano, especialmente su impresionante pórtico. Sin duda Villaamil se dio cuenta de ello y no pudo evitar inmortalizarlo. Mi mirada va directamente al campanario, casi ruinoso, y que hoy se encuentra reconstruido con dudoso gusto:

Todos los grabados de paisajes y monumentos españoles de Villaamil pueden verse a gran resolución en esta página web.

10 de agosto de 2011

Zamora en la vieja prensa ilustrada (y III)

Cerramos esta serie de artículos con la tercera entrega. Quizás rebuscando un poco más podrían extraerse infinidad de artículos, fotografías y detalles curiosos, pero mi tiempo es limitado. Comenzamos con un recorte que no pertenece a ‘La Esfera’, sino a otra publicación llamada ‘El Lábaro’. También cambiamos de época. De los años 1910s y 1920s nos retrotraemos hasta 1906, concretamente al 1 de febrero. El autor del texto, Baldomero G. Galán, se dedica a la alabar sin descanso la ciudad y sus gentes. Un pequeño ejemplo:

Vosotros, los que sólo sabéis de ella lo que la vieja historia cuenta, los que no la conocéis por vista de ojos, ignoráis cómo es Zamora. […] Cierto que todavía ciñe, en parte, a la ciudad un gracioso ceñidor de cubos y de almenas, y que aquella famosa «torre mocha» del romance da su imagen a las ondas del Duero caudaloso […] Pero, entrad en la ciudad, recorred sus limpias calles placenteras, inundadas de luz que baja a chorros del más alegre de los cielos […] asomáos a las murallas que, más que para la defensa de la ciudad, parecen construidas para que los moradores de ésta gocen de la vista deliciosa de aquel campo […] ¡Qué bien se vive en Zamora! A los ocho días de llegar a ella ya el forastero es conocido y conoce a la población entera; ya son todos sus amigos. Ya juega en el casino una partida de palos con «coro general» […] y ha saboreado las anguilas del Duero en el cañal de Guerra, y comido exquisitos cangrejos y lechugas, guisados por «la Gregoria», en los Tres Árboles…

Este artículo tan laudatorio se acompaña de algunas fotografías bastante interesantes, sobre todo la de la derecha, donde podemos ver una vista prácticamente inédita de la catedral desde el interior de la llamada Casa del Cid, que hoy es una propiedad privada:

Ya para finalizar una última curiosidad. Dos fotografías que nos ofrecen una panorámica de Zamora tomadas casi desde el mismo lugar (quizás San Frontis o Pinilla). Una de ellas es de Charles Clifford, el fotógrafo galés al que le dedicamos ya un artículo y que recorrió España para dar a conocer nuestro patrimonio a través de ese nuevo invento que era la fotografía. La imagen es de 1854, fecha en la que está datada esta imagen, con lo que podemos decir, que junto con aquella, es la foto más antiguas tomada de la ciudad. La segunda es de J. Laurent y está datada hacia 1870. La diferencia entre ambas fotografías (salvo el encuadre) es prácticamente nulo. Los mismos edificios, las mismas huertas e incluso los mismos carros. 16 años de diferencia a mediados del siglo XIX no debían suponer gran cosa en una sociedad donde la tradición mandaba y las generaciones pasaban sin apenas novedades. Quizás algunos de los habitantes de esas casuchas llegarían a ver el esplendor del siglo XX…


25 de julio de 2011

Zamora en la vieja prensa ilustrada (II)

Retomamos nuestro viaje por la visión de Zamora que la prensa ilustrada antigua nos ofrece con un nuevo artículo. En esta ocasión me encuentro con un breve texto dentro de la serie que ‘La Esfera’ dedicó a las capitales españolas. Nada especialmente curioso o destacable nos cuenta su autor, Federico Pita, más allá de los clásico tópicos sobre el pasado de la ciudad, o su «quietud»:

[…] Zamora, si no la vemos con una retina llena de visiones pasadas, pierde su mayor encanto.

El palacio de Doña Urraca; los puentes que cruzan el Duero; la Basílica del siglo XII, que tardó veintirés años en erigirse; las iglesias de San Martín, Santa Olalla y San Miguel, todo es típico, todo recuerda algún hecho de la Historia, que se gravó en las piedras o se conserva en la ofrenda piadosa.

Zamora vive de pasados siglos; los vive por su aspecto y su quietud, y éste es el mayor encanto que presenta. Los pueblos históricos no debían de variar su fisonomía jamás: enseñan más que las páginas escritas por los hombres.

En el primer capítulo de esta serie comentamos que ‘La Esfera’ se destacó por la defensa del patrimonio artístico de las ciudades, y que Zamora no fue menos. Existen al menos dos textos que denuncian el estado de abandono de monumentos señeros de la ciudad. El primero lleva el título de «¿Qué haremos de nuestras viejas ciudades? Zamora, la románica». Este artículo escrito por Luis Bello es interesante por lo que tiene de adelantado a su tiempo, de profético de lo que luego ocurriría: recuperar el patrimonio monumental dentro de su contexto así como recuperar el río para los ciudadanos. He aquí un fragmento:

[…] Nuestras viejas ciudades se deshacen en polvo. Zamora, la románica, por ejemplo, ha perdido en un siglo mucho más que Toledo, y a Toledo no va quedándole más que la piedra, porque no puede irse río abajo. Esta es la actitud dolorida que solemos tomar ante la ruina de las ciudades españolas.

[…] En el castillo de Zamora, frente a la vega, al pie de la robusta torre catedralicia, viendo la famosa linterna bizantina, que por sí sola convierte el viejo edificio en una joya, un español ha de pensar fatalmente en el destino de estos rincones, tan semejantes a pudrideros u osarios donde la Historia va poco a poco descarnándose y convirtiéndose en esqueleto o en momia. ¿Qué haríamos de este campo lleno de cascote, pedruscos y malas hierbas? ¿Cómo lo limpiaríamos sin vulgarizarlo, sin quitarle su aspecto severo? ¿Un jardín? ¿Una plaza de guijos, menudos, arrecifada, con aceras armónicas hasta el mismo borde de las murallas; sin árboles o con muy pocos árboles, bien situados; y una doble y recta cenefa de arrayanes?

[…] La Zamora del siglo XX ganaría mucho si lograra enmarcar dentro de su campiña, junto a un río que tiene todavía grandes destinos, y sin desatender la modernidad de un collar de gran ciudad contemporánea, todo lo que le queda todavía del siglo XIII. Como en el parque versallesco luce la estatua clásica, así triunfa la iglesita románica en el centro de un pueblo nuevo. Pero si son estos grandes testimonios del pasado: la catedral, el puente o el castillo de Zamora, entonces el conjunto sube de valoración para entrar en la categoría de las cosas únicas.

Me gustaría saber lo que pensaría el autor de todas las actuaciones que han tenido lugar en el entorno del castillo en los últimos años. Seguramente serían de su agrado…

El segundo artículo que os quería comentar es más bien una curiosidad no exenta de denuncia. Se titula «Una iglesia románica de Zamora convertida en carbonería». Leyendo el texto veo que se trata de la iglesia de San Leonardo, el eterno templo abandonado que incluso muchos zamoranos no sabrían localizar. La que fuera una de las iglesias principales de la antigua Puebla del Valle, también sede de la judería zamorana, es el centro de atención para el periodista que ya a finales de los años 1910s dudaba de la idoneidad de su uso.

Tras su expolio o venta (según lo que he leído en la Wikipedia y en alguna otra fuente, muchas piezas decorativas del monumento fueron enviadas a los Estados Unidos y están expuestas en el Metropolitan Museum de Nueva York, aunque no he conseguido ver una sola fotografía de alguna de esas piezas) hoy día apenas quedan unos pocos muros de piedra que casi nos dan pistas de su naturaleza de antiguo monumento románico. El autor habla del lamentable estado de la iglesia y de su uso para tareas prosaicas. Por lo que se puede ver en la fotografía que acompaña al artículo (y a este post), a principios del siglo XX aún se conservaba gran parte del edificio.

Transcribo un fragmento del texto:

Para encontrar una iglesia románica convertida en almacén de carbón es preciso llegar a España y correr las calles de Zamora. Hay allí tal abundancia de vestigios del arte románico, empezando por la Catedral, que el vecindario y el clero de Zamora no creyeron preciso organizar una resistencia seria para impedir la profanación. […] Esta iglesia románica […] tiene las características esenciales; y como no ha sido renovada ni modificada como casi todas las de su época, conserva todavía las vigas de madera de la techumbre, como los templos bizantinos del norte de Italia.

Cerca de esta iglesia […] está situada la de Santa María de Horta. Aquí también se ha aproximado el negocio del carbón; pero no ha llegado a posesionarse del interior. […] Junto a la carbonería hay también una fábrica de electricidad. La chimenea, muy esbelta, se eleva por encima de la torre, y es difícil obtener una buena fotografía sin que asome sobre las viejas piedras el ladrillo de la moderna construcción industrial.

[…] La iglesia románica convertida en almacén de carbón es espectáculo un poco fuerte, y que a los buenos comerciantes, así como al Clero y al Ayuntamiento que lo consienten, se les ha ido la mano.

21 de julio de 2011

Zamora en la vieja prensa ilustrada (I)

Seguir la pista de Zamora en publicaciones antiguas es una actividad que siempre me proporciona buenos momentos y, sobre todo, muchas sorpresas. Cuanto más antiguas mejor. La Biblioteca de Prensa Histórica es todo un filón para los que nos gusta hacer de ratón (digital) de biblioteca. Desconozco si lo que os voy a mostrar ha sido ya recuperado anteriormente en alguna publicación o en algun sitio web. Lo cierto es que el material, sobre todo en lo que respecta a las fotografías, no lo he encontrado en ningún libro de imágenes antiguas de la ciudad. Para elaborar este artículo me he centrado en una sola publicación, ‘La Esfera. Ilustración Mundial’, cuya existencia transcurrió entre 1914 y 1931. Se trataba de un semanal cultural, con ciertas notas de actualidad y de información de sociedad. Su diseño modernista también llama la atención y le da un aire muy llamativo y cosmopolita, sobre todo en sus bonitas ilustraciones. Desde un primer momento, ‘La Esfera’ se preocupó de recuperar mediante fotografías el patrimonio monumental español y denunciar, como veremos, los atropellos de las autoridades, que no dudaban en demoler o en dar usos denigrantes a edificaciones de incalculable valor histórico y artístico.

Nuestro particular recorrido comienza un mes de abril de 1916. Dentro de la serie «Frases históricas españolas» nos encontramos con «No se Ganó Zamora en una Hora», un artículo que trata sobre la naturaleza indomable del espíritu zamorano a lo largo de la historia. Lo interesante del asunto son las fotos de cómo se encontraba el Castillo de Zamora a comienzos del siglo XX que acompañan al texto. Aspecto que, por otra parte, no se diferencia demasiado del que presentaba hasta su remodelación hace bien poco. Como curiosidad, se destaca la visita a la fortaleza de la por entonces popular actriz Rosario Pino, que se retrato junto a sus muros. Para que os hagáis una idea del tono con el que Julio Hoyos escribió el texto os transcribo el fragmento final:

Pero ahí está en pie proclamando su lealtad y su heroísmo, el histórico baluarte zamorano. Sus piedras se yerguen con la gallardía de tanta grandeza pasada, desafiando el transcurso de los años que, como el brío del enemigo, se estrella en la fortaleza de su resistencia. Ya no ondean los regios pendones castellanos; ya no suenan los estridentes clarines ni los roncos atambores; no se escucha el bronco choque de las bélicas armas ni por sus aspilleras asoman las ballestas y los arcabuces. Mohosas están las cadenas de su puente levadizo y casi cegados sus amplios fosos, tumba de tantos valientes; florecen las ortigas en su patio de armas y desportillados están sus calabozos…; ¡pero ved todavía, con la misma gentileza de antaño, el arrogante orgullo de su torre del homenaje que tiene por campo azur el mismo cielo que vio sus pasadas grandezas y no las olvida, como los pueblos su historia!



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