rmbit - La bitácora personal de Ricardo Martín
La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
21 de agosto de 2010

Publicidad clásica de televisores (1952-1967)

Como ya he dicho en muchas ocasiones, el mundo de la tecnología y de la electrónica de consumo es uno de los más cambiantes y donde los cambios se producen con mayor rapidez. Por eso siempre me gusta echar un vistazo a las hemerotecas y ojear la publicidad que llevaba los periódicos de hace cuarenta, cincuenta o sesenta años y darse cuenta no sólo del avance la tecnología, sino también de las técnicas publicitarias y, en general, de la sociedad a la que iba dirigida.

En esta ocasión se me ha ocurrido dedicar esta entrada a la publicidad en prensa sobre televisores. El mundo de los aparatos de televisión lleva unos seis o siete años sufriendo una revolución con la popularización de los paneles TFT, los LCD, los LED y los OLED. Al mismo tiempo, las emisiones en alta definición se van convirtiendo poco a poco en habituales. La última tecnología en llegar es la de la estereoscopía, y aún no sabemos si ha venido para quedarse o será una moda pasajera más. Es en esta coyuntura que no está de más echar la vista atrás y retrotraernos a los años sesenta, a esos anuncios de marcas que hoy ya no conocemos y que eran la tecnología punta en aquellos tiempos. Vamos a hacer un pequeño repaso.

Comenzamos en 1952. Curiosamente, este primer anuncio no es sobre televisores sino de galletas, pero es la primera referencia televisiva que he encontrado. Era prácticamente ciencia-ficción en una España en la que aún faltaban cuatro años para que TVE iniciara sus emisiones en pruebas. Decía: «Cuando tengamos televisión podremos presentar con imágenes vivas la intensidad del consumo de las Galletas María Artiach en la intimidad de los hogares españoles». Enodyne fue un fabricante de televisores hoy desconocido. En un anuncio de 1960 nos prometía ofrecer imágenes sin vibraciones en las películas, sin saber muy bien en qué consistían esas vibraciones ni cómo las solucionaba: «Enodyne lanza al mercado el primer televisor de imagen cinematográfica».

El segundo bloque lo forma este anuncio de Invicta (otra marca desaparecida) de 1962. Un prodigio de la tecnología de la época con pantalla «superplana» de 23 pulgadas y «superautomático», con un ángulo de visión de 110 grados y «equipado con pantalla tamizada VIDEORAMA». El anuncio de la derecha lo forma una curiosidad. Era 1963. El primer televisor portátil que se comercializó en España, o al menos así lo parecía. Era de la marca Visón y, aunque vista la tecnología de hoy, de portátil tenía poco, era meritorio conseguir un tamaño tan reducido.

Turmix nos suena más a batidoras que a televisores, pero en 1964 presentó Turmix Visión, una televisión que, como característica de reclamo, anunciaba que tenía «circuitos de plata», suponiendo que aquello era muy bueno, aunque un receptor de televisor no era una cubertería. Otra marca ignota era Inter, con su modelo Trilux, que contaba con la característica curiosa de tener pantallas intercambiables sin saber muy bien para qué. Por cierto, es un anunció también de 1964.

A finales de los sesenta, la estética y la semiótica de la publicidad cambió radicalmente hacia un estilo más fresco, más desenfadado y, por supuesto, innovador y rompedor con todo lo anterior. El punto de inflexión habría que buscarlo quizás en 1966, un año de transición que desembocó en una publicidad más moderna, casi tal y como hoy la conocemos. Este anuncio de televisores de 1967 no es más que un ejemplo más. General Electric anunciaba un televisor cuya pantalla llevaba un tratamiento antirreflejos. Y para terminar este breve periplo por esta publicidad añeja tenemos Sylvania, otra marca extraña que anuncia un aparato que dura (qué dirían los ideólogos de la obsolescencia planificada).

20 de agosto de 2010

La teoría del «valle extraño»

A veces las reacciones humanas cuando se enfrentan a la tecnología son de lo más curiosas. Tal vez uno de los más desconcertantes y también más estudiados en las últimas décadas sea el ha sido bautizado como «valle extraño», «valle inquietante» o «valle inexplicable» («uncanny valley» en inglés). Quien acuñó este concepto fue el robotista japonés Masahiro Mori en 1970. Lo hizo en alusión a una ya famosa gráfica que expresaba la familiaridad (o la aceptación) frente al parecido humano. Intuitivamente podríamos pensar que a mayor parecido humano del objeto o robot en cuestión, mayor familiaridad o confianza tenemos en él. Pero llegado un punto, ya cercano a la apariencia humana, en el que la familiaridad se desploma hasta índices más propios del terror o la desconfianza que de otra cosa. Si seguimos avanzando en el parecido humano, la familiaridad se dispara cuando nos encontramos con un humano real. En todos los casos, esta respuesta emocional se multiplica si el objeto es animado.

En realidad Mori no se basa en casos empíricos, sino en la pura intuición. Y creo que tiene razón. A pesar de ello sus críticos le han achacado esta falta de experimentación. Lo cierto es que todos nosotros podemos pensar en casos de robots con un conseguido parecido humano, incluso en sus movimientos, que nos provocan más rechazo que otra cosa. Yendo más allá, simplemente observando una máquina con movimientos «excesivamente humanos» (o animales) ya nos produce una extraña sensación. Recuerdo aquel vídeo de la «mula de carga» robótica –de nombre Big Dog— que había diseñado Boston Dynamics para el ejército norteamericano para transportar material por lugares escarpados. Era una especia de burra sin cabeza bastante siniestra.

Puede parecer una tontería, pero los diseñadores actuales de robots comerciales evitan que sus creaciones se parezcan o se comporten de manera demasiado humana. Es una carrera perdida, porque mediante la mecánica y la electrónica nunca se llegará a un nivel de apariencia cien por cien humano. Antes se conseguirá por métodos biotecnológicos. Por eso los robots tienen formas simpáticas, antropomorfas, pero que evitan copiarlos. Claro, salvo algunos experimentos que no hacen sino confirmar que Mori tenía razón. Y si no, ved estos vídeos:


Y para terminar, aquí está Big Dog en acción:

19 de agosto de 2010

I-Dosing, la última tontería de internet

Hace unos meses descubrí que uno podía drogarse sólo con escuchar determinados sonidos en una determinada frecuencia. ¡Gran descubrimiento! Una avalancha de noticias sobre el i-dosing (que así se llama la cosa) saltaron en múltiples medios (sobre todo de la órbita anglosajona) de internet, casi todos de corte sensacionalista y muchos de ellos (¿casualidad?) pertenencientes al entramado mediático del magnate Murdoch (News Corporation). Se ha creado en vano una alarma social sin base científica sobre los efectos reales de estos sonidos que «drogan» más allá de quedarse sordo si se pone a mucho volumen.

Es verdad que esto del i-dosing y crear estados alterados de conciencia mediante sonidos no es nada nuevo, pero están muy lejos de ser sustitutivo o puerta de entrada a las drogas «de verdad». Ya a mediados del siglo XIX, el físico prusiano Heinrich Wilhelm Dove descubrió las propiedades de suministrar sonidos con una frecuencia ligeramente diferente para cada uno de los oídos. El cerebro las procesa de modo peculiar. Se denominó «efecto de pulsos binaurales». Pero dista mucho de ser lo que algunos, como la web i-doser.com, dicen que es. Y es que han surgido algunos listillos que están haciéndose de oro a costa de la ignorancia de los jóvenes que buscan nuevas sensaciones sin moverse del sofá. También en YouTube pueden verse diferentes vídeos sobre algunos de estos individuos bajos los supuestos efectos de las «drogas digitales».

No existe mucha información en castellano sobre el tema, pero si sabéis inglés os recomiendo uno de los pocos artículos serios que se han escrito sobre el i-dosing. Fue publicado bajo el título de «Some call i-dosing a drug substitute, while others say binaural beats fall flat» («Algunos llaman al i-dosing un sustituto de las drogas, mientras otros dicen que los pulsos binaurales no tienen ningún efecto») por el Washington Post el pasado 3 de agosto. Aporta bastantes datos con criterio, algo muy necesario si queremos desentrañar de verdad otra de las mentiras y bulos de internet.

18 de agosto de 2010

Zamora en 1570 según Wyngaerde

El otro día me reencontré por obra y gracia de internet con el dibujo panorámico que de Zamora realizó el paisajista flamenco Anton van der Wyngaerde hacia el sexto decenio del siglo XVI. La primera vez que vi este emblemático grabado fue –si no recuerdo mal– en el Centro para la Interpretación de las Ciudades Medievales de Zamora hace ya algún tiempo. Los dibujos de Wyngaerde son muy populares, puesto que retrató 62 ciudades españolas por encargo del rey Felipe II, comenzando su trabajo en 1561. En parte gracias a este artista sabemos cómo eran muchas de nuestras urbes hace casi quinientos años, siendo un valioso documento para historiadores y curiosos. No me he podido resistir a dedicar un artículo a reflexionar en voz alta y compartir con vosotros algunas de las impresiones sobre esta panorámica.

El retrato de la ciudad fue realizado en el año 1570. Aunque es complicado establecer el lugar exacto de la vista –probablemente la perspectiva no se ajuste por completo a la realidad–, Wyngaerde debió colocarse con sus útiles de dibujo en las inmediaciones del actual campo de fútbol Ruta de la Plata o quizás más hacia el oeste. Podemos establecer esta localización si nos fijamos en el monasterio de San Jerónimo que aparece en un primer plano, justo delante del artista, que debió ver con mucho detalle, ya que dibujó a un personaje dando de comer a las gallinas en uno de los patios del recinto. Hoy apenas se conserva nada de este edificio, sólo algunas piedras y las marcas de los muros (ver imagen de la izquierda). El solar sigue sin edificar y tan sólo hay algunas naves industriales. A través de los mapas de Bing o de Google se pueden ver muy bien las ruinas. También podemos ver otros monasterios, como el de San Francisco (hoy convertido en la sede de la Fundación Rei Afonso-Henriques).

Otro de los elementos centrales del grabado es el puente de piedra con sus dos torres en sus extremos. Una de ellas parece estar en construcción. Si pasamos al otro lado del río nos atrae la atención la Catedral, perfectamente reconocible y aparentemente con pocos cambios respecto a como es en la actualidad. También la vieja Casa del Obispo, reformada en el siglo XVIII, y la puerta de entrada al recinto amurallado. El camino de acceso y toda la zona de las Peñas de Santa Marta está irreconocible y supongo que se trataba de un camino mal arreglado, quizás de tierra o piedras. Ese enorme terraplén servía de protección natural, al igual que la conocida como Peña Tajada. Justo al final (en lo que hoy son las primeras casas de la avenida de Vigo en dirección al puente de piedra –ver imagen a la izquierda–) la muralla descendía hasta el río, abriéndose una pequeña puerta, llamada de Santa Marta, para entrar en la ciudad.

El muro defensivo sigue bordeando el río a lo largo de toda la ciudad. No se adentra hasta llegar a lo que hoy conocemos como Puerta Nueva, en las inmediaciones de la iglesia de Santo Tomé, donde se conserva todavía buena parte de la muralla. Un detalle reconocible de la muralla en esta sección es la rampa de acceso al recinto desde el río y que aún se conserva (ver imagen de la izquierda). Según el dibujo de Wyngaerde, la plaza con soportales donde desembocaba (muy cerca de lo que hoy es la iglesia de La Horta y el colegio Jacinto Benavente) era destinada a la celebración de mercados.

Volviendo los ojos de nuevo al otro extremo nos encontramos con el castillo, otro de los edificios emblemáticos que son reconocibles en el dibujo. Vemos las dos torres que miran hacia la muralla y el Campo de la Verdad, de la que hoy se conserva una de ellas, aunque con las lógicas modificaciones. Lo mismo puede decirse de la torre principal. Adentrarse en el maremágnum de casas, torres, iglesias y plazas que el artista flamenco dibujó quizás sin mucha exactitud, puede ser una aventura casi imposible. La leyenda incluida para referenciar los edificios más destacables es a veces ilegible. A pesar de todo, con un poco de paciencia es posible reconocer muchos de los lugares de nuestra ciudad…

17 de agosto de 2010

Canal+ Dos: Más televisión de pago en la TDT

Ayer Sogecable anunció que a partir del próximo 23 de agosto comenzará a emitir un nuevo canal de pago en la TDT. Su denominación será Canal+ Dos (que no es lo mismo que Canal+ 2) y operará a través del multiplex que tiene asignado el grupo y vendrá a sustituir al actual canal 40 Latino que, a partir de ahora, sólo se podrá ver en Digital+, Imagenio y operadores de cable. Junto con AXN y Gol TV (ambos emiten por el multiplex de Mediapro), se convierte en el tercer canal de pago de la televisión digital terrestre.

En cuanto a sus contenidos, en el comunicado que se ha publicado se indica que tendrá idéntica programación al Canal+ convencional incluido en Digital+ exceptuando las retransmisiones deportivas. Es decir, películas de estreno, series de primera calidad, los mejores y más premiados documentales junto a espacios ya muy veteranos y clásicos como Piezas o programas deportivos. Para resumir, vuelve el Canal+ de toda la vida, pero ahora en TDT.

Lo que yo me pregunto es: ¿Tiene sentido un canal de pago como éste en un mundo como el de hoy, con acceso gratuito por internet a cualquier contenido? ¿Son 15 euros un precio razonable por un canal que está más que amortizado al no emitir contenidos específicos ni requerir una infraestructura técnica ad hoc y que ni siquiera será en alta definición? A mí al menos este modelo de negocio me merece bastantes dudas. En cualquier caso, la semana que viene veremos la acogida que tiene.

16 de agosto de 2010

Verano cultural de Zamora: Por la buena dirección

Llevaba mucho tiempo desconectado de todo lo que respecta a las «cuestiones zamoranas», en especial lo referido a las actividades culturales destinadas al turista (y también al zamorano), a la proyección que de la ciudad se realiza hacia fuera y, en definitiva, a todo aquello que hacen de Zamora una ciudad moderna. He pasado unos días allí y me he dedicado a recorrer algunos de estos eventos. Lo primero que he de decir es que, después de todas las críticas que hice en su día sobre la más que cutre presencia de Zamora en internet, ahora tengo que reconocer que las cosas han mejorado muchísimo. La web de turismo de la ciudad es bastante completa y, además, es atractiva para el internauta, muy intuitiva y con mucha información en todos los formatos. Uno se da cuenta de que Zamora tiene ahora mucho que ofrecer al visitante.

Uno de los ejemplos más claros es el ya clásico Verano Cultural, que cada año regresa con más fuerza en los meses estivales, con propuestas que año a año se van superando en calidad, organización y originalidad. Por supuesto que todavía se puede mejorar mucho, pero se va por el buen camino. Durante esos días que he estado por allí he podido asistir a las exposiciones de Balborraz (un poco extrañas eso sí, pero interesantes), a la representación del ‘Cerco de Zamora’ en el parque del Castillo o a un concierto de jazz dentro de las llamadas Noches de Viriato. Aún así me perdí muchas cosas, como la iluminación especial de algunas zonas de la ciudad, el teatro clásico al aire libre, las visitas guiadas nocturnas y unos cuantos eventos más. La oferta a lo largo de todo el estío esta siendo abundante. Cualquiera que se acerque por Zamora estos días se llevará una grata sorpresa.

Para todos aquellos que queráis pasaros por allí, aún estáis a tiempo. En la web de turismo de Zamora de la que antes os hablaba encontraréis todo lo necesario para planificar vuestra visita. Se ve que se han puesto las pilas y han comprobado que el potencial turístico que tiene la ciudad puede ser una buena fuente de ingresos si presenta con un envoltorio bonito y atrayente.

Como ilustración a todo esto que os he contado, ahí va un vídeo grabado durante la actuación del trío de jazz Xavier Dotras Trío dentro de los conciertos de las Noches de Viriato (III Festival de Jazz Ciudad de Zamora). En los próximos días colgaré alguno más:

15 de agosto de 2010

‘Le Silence de Lorna’

Los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne son unos de los realizadores cinematográficos más respetados en Francia y en la Bélgica francófona. Sus películas de temática social, siempre ambientadas en Valonia o Bruselas, han sido bien recibidas por la crítica. Para mí también son unos de los grandes. Su film ‘Rosetta’ (1999) pasa por ser una de mis favoritas. Han ganado dos veces la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes (con la propia ‘Rosetta’ y con ‘El Niño’). ‘Le Silence de Lorna’ guarda todas las esencias del cine de los hermanos. Se trata de una producción franco-belga de 2008 en la que se retratan las clases bajas y, en general, menos favorecidas de la Bélgica más pobre, entrando de lleno en su problemática y en sus dilemas morales, pudiéndose extrapolar estas situaciones a un contexto mucho más amplio en el que otras sociedades (como la nuestra) pueden verse reconocidas.

Lorna es una inmigrante albanesa casada por conveniencia Claudy, un belga drogadicto del que sólo busca obtener la nacionalidad. Todo ha de seguir un maquiavélico plan que terminaría con su muerte por sobredosis, el correspondiente enviudamiento de Lorna y su posterior casamiento con otro personaje, esta vez un mafioso ruso. Y por medio mucho dinero, muchos problemas y los sueños de futuro de la contradictoria Lorna con su auténtico novio albanés Sokol… Pero las cosas nunca salen como están planeadas. Es entonces cuando entra en un laberinto del que será muy complicado salir.

El guión de ‘Le Silence de Lorna’, igual que el de sus predecesoras, es impecable. La narración es sólida y austera. No sobra nada ni tampoco hace concesiones a la galería. Las cosas se retratan como son, sin adornos y sin banda sonora, aunque la sensación de documental no es tan acentuada como, por ejemplo, en ‘Rosetta’. A nivel de interpretación, el trabajo de los actores es excepcional, en especial el de la actriz albano-kosovar Arta Dobroshi en el papel de Lorna, que sostiene todo el peso y toda la tensión dramática de la cinta sin grandes problemas. Conclusión: una gran película que nos invitará –como en todas las películas dardennianas— a mirar debajo de la alfombra de la Europa occidental rica y culta. Muy recomendable.



rmbit está bajo una licencia de Creative Commons.
Plantilla de diseño propio en constante evolución.
Página servida en 0,042 segundos.
Gestionado con WordPress