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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
19 de abril de 2009

‘Stellet Licht’

Posiblemente estemos ante una de las películas más sobrevaloradas de los últimos tiempos. La prensa especializada y la crítica han dicho maravillas y han visto lo que yo no he visto en ‘Stellet Licht’ (‘Luz Silenciosa’ en castellano) (2007). Los festivales también se han rendido ante ella y le han otorgado, entre otros, el Premio del Jurado del Festival de Cannes en 2007. Con esto no quiero decir que esta producción franco-mexicana dirigida por el joven realizador Carlos Reygadas no sea una buena película, pero hay algo que flota en el ambiente que huele a impostado, a falso, a forzado. Las interminables secuencias que nos ofrece me resultan vacías, pretenciosas, y no aportan nada a la narración ni a la descripción de los sentimientos de los protagonistas. Tan vacías como los propios paisajes que muestra.

La película nos cuenta la historia de una familia que vive en una cerrada comunidad menonita del estado mexicano de Chihuahua. Herederos de los colonos holandeses que llegaron a América a partir del siglo XVI, los menonitas son profundamente religiosos. Será precisamente este sentimiento el que atormente a Johan, un padre de familia que es infiel a su mujer. Pero una serie de acontecimientos inesperados harán que las cosas cambien radicalmente. El destino y ciertos poderes extraordinarios harán el resto.

Reygadas pretende, consiguiéndolo a medias, imprimir a su obra un halo invisible de sobrenaturalidad dentro de una naturaleza apacible, lo que no impide que a veces se rebele contra los humanos (las lluvias torrenciales que rodean el hecho crucial de la película). Carlos Reygadas podría ser un aprendiz de Tarkovski, con ese uso de la luz, esa forma de fotografiar los paisajes y las estancias y esa estética tan particular. Quizás le pierdan las formas, con un gusto excesivo por los efectos flare de los objetivos. Muy bonitos, sí, pero completamente vacíos. En conclusión podemos decir que se trata de una película interesante, curiosa, pero que está todavía muy lejos de ser una gran película. En cualquier caso que cada uno la juzgue por sí mismo.

18 de abril de 2009

‘A Vista de Pájaro’, un viaje en el espacio y en el tiempo

La tradición documental de Televisión Española es posiblemente una de más dilatadas y admiradas del mundo, quizás sólo por detrás de un pequeño y selecto puñado de cadenas públicas con la BBC a la cabeza. TVE se ha forjado su prestigio a base de series documentales como ‘Al Filo de lo Imposible’ o ‘A Vista de Pájaro’. Sobre esta última recuerdo haber visto todos los capítulos en su día cuando era pequeño. La idea de recorrer toda la geografía española sólo desde el aire es brillante, pero fue al guionista Eduardo Delgado a quien se le ocurrió.

Para llevar a cabo la serie se rodaron en cine, con cámaras de 35 mm, ni más ni menos que 525 horas de material a lo largo de once meses, entre 1985 y 1986. La intención de Televisión Española era, además de la serie de documentales, la de tener imágenes aéreas de recurso para el archivo de la cadena pública. Teniendo en cuenta que el serial completo de 50 episodios dura unas 20 o 25 horas, la inmensa mayoría de lo filmado permanece guardado e inédito.

Originalmente, ‘A Vista de Pájaro’ se emitió entre octubre de 1986 y enero de 1987. La copia que he podido ver yo es la que editó TVE en DVD allá por el año 1996. No es una edición muy buena y la calidad de la imagen deja mucho que desear. Se echa de menos una nueva edición más cuidada, si puede ser con metraje inédito, y en el que se vuelva a digitalizar la película original (ojalá fuera en alta definición) restaurada.

Después de ver todas y cada una de las entregas, uno se da cuenta de que España ha cambiado muchísimo desde entonces. Especialmente impactante es el episodio dedicado a la provincia de Cáceres y en concreto al momento de hablar de Las Hurdes. El narrador José María del Río decía esto de la región cacereña: «Basta con echarle un vistazo y anotar el contraste entre la belleza del paisaje y la pobreza que aún, por desgracia, cobija.». También pueden verse secuencias de agricultores arando la tierra con los viejos arados de madera atados a unos bueyes o a un burro. A esto hay que sumarle que en muchos de los pueblos de España jamás hasta entonces habían visto un helicóptero. Es, por tanto, un viaje en el espacio, pero también en el tiempo.

17 de abril de 2009

Una buena compra: Toshiba Camileo s10

Aún a riesgo de contravenir el artículo 3.2.1 de mi Guía de estilo y buenas prácticas, que dice que no fomentaré el consumismo ni los posts se utilizarán para hacer publicidad encubierta, voy a comentar mis impresiones sobre la videocámara HD Toshiba Camileo s10, que encontré la semana pasada por 99 euros en Media Markt. Hace no mucho tiempo escribí una entrada sobre las videocámaras de bolsillo de alta definición y llevaba ya unos meses queriendo tener una.

Lo primero que me sorprendió fue su tamaño. Aunque ya había visto algunas fotos, hay que tenerla en la mano para darse cuenta de que tiene las dimensiones de un paquete de tabaco, aunque bastante más delgada. Es verdad que al tacto se nota que es puro plástico y da cierta sensación de fragilidad, pero también esos materiales le dan una ligereza que quizás de otro modo no podría conseguirse. La Camileo s10 viene con un montón de accesorios en la caja, lo que siempre es de agradecer: una buena funda, un cable USB, una pequeña correa, un cable HDMI, un trípode tamaño mini y el cargador. Hablando de cargadores, la batería, de la que había leído cosas no muy buenas, ha resultado ser mucho mejor de lo que me esperaba. La carga que venía de fábrica me duró un par de días. Una vez agotada, el recargado tardó unas dos horas y media. Por este precio sería mucho pedir, pero se echa de menos un zoom óptico, porque el 5x digital da ganas de llorar… Ya puestos con las pegas, los menús tienen un diseño bastante feo y son poco intuitivos. También cuesta adaptarse a su navegación (un joystick o una ruedita de botones no hubiera estado mal para realizar estas funciones.

A nivel de formatos, la videocámara es capaz de grabar vídeo en 1080p anamórfico (1440×1080 que posteriormente el códec H.264 «reinterpreta» a 1920×1080) a 30 fps, en 720p (1280×720) a 30 fps, en WVGA (800×480) a 30 y 60 fps, VGA (640×480) y QVGA (320×240). También toma fotografías a 5 Mpx. Tras muchas pruebas a todos los formatos he llegado a varias conclusiones: la primera es que, a máxima calidad, el vídeo resultante es impresionante, tanto viéndolo en una televisión LCD como en un ordenador. El color, la nitidez y en general la calidad de la imagen es infinitamente mayor de la que me esperaba. La segunda es la estabilidad del vídeo. Aunque claro, esto depende de la pericia del cameraman. Teniendo en cuenta que la cámara apenas pesa un centenar de gramos es complicado hacer un vídeo medianamente estable. Nos puede ayudar la función de estabilización que incorpora la cámara, prestación que no está disponible si estamos grabando a 1080p. Por suerte puedo utilizar el trípode que tengo de la cámara de fotos (la rosca que lleva es universal). La tercera conclusión es que hace falta tener un ordenador bastante potente para manejar y editar vídeo a máxima calidad, tanto a la hora de realizar un montaje como cuando queramos exportarlo para verlo en nuestra tele o reproductor multimedia portátil.

Una última ventaja con la que no contaba es que la videocámara se lleva muy bien con mi Mac. Los clips de vídeo grabados se guardan en un contenedor .mov de QuickTime, que como sabéis es el formato nativo que usa Mac OS X, con lo que a la hora de importarlos a, como es mi caso, iMovie ’09, todo va como la seda. Espero subir muy pronto un vídeo con algunas muestras para que veáis realmente de lo que estoy hablando.

16 de abril de 2009

‘Smile, You’re Under Arrest’, el «reality» que faltaba

En cuanto a televisión se refiere, los norteamericanos nunca nos sorprenderán lo suficiente. En el país que inventó y exportó la telebasura siempre saben dan una nueva vuelta de tuerca al concepto de «reality show». A través de dos medios diferentes me entero de lo último en programas de telerealidad. El espacio en cuestión se llama ‘Smile, You’re Under Arrest’ (‘Sonría, Está Detenido’) y se emite desde el pasado mes de diciembre por la cadena Fox Reality. Con ese título ya puede intuirse por donde van los tiros, pero vamos con ello.

Sorpréndanse: Joe Arpaio es el sheriff del condado de Maricopa, en el estado de Arizona. El tipo tiene fama de duro (se le conoce como «el sheriff más duro del oeste») y se ha propuesto detener a todos los delincuentes que hacen la vida imposible a los pobres e indefensos ciudadanos de su jurisdicción. La miga del programa está en la retransmisión de las operaciones encubiertas encaminadas a detener al infractor. La realidad es que, lejos de toda la parafernalia policial, lo que se hace es ir a lo seguro y detener a aquellos que tienen una orden previa de arresto o son «sospechosos», como posibles inmigrantes ilegales.

Ya se han producido varias protestas ante la sede de la Fox por propagar un mensaje de odio y estrategias de terror contra las comunidades inmigrantes. Algo desde luego poco edificante. Según se cuenta, en una de las emisiones del programa, el sheriff trasladó a 200 detenidos hasta una especie de campo de concentración en el desierto cercado con vallas electrificadas.

Conclusión: Estamos llegando a niveles inauditos de estupidez televisiva donde se juega con los destinos de la gente, se fomentan y se jalean los comportamientos fascistoides y se mezclan con la frivolidad y el sentido del espectáculo que todo buen programa de telebasura debe contener. De nuevo hay que hacerse la pregunta del millón: ¿De quién es la culpa, de la cadena o de los televidentes que no cambian de canal o apagan el televisor? y lo que es más inquietante ¿Condiciona la televisión nuestro comportamiento en la vida diaria? Reflexionad vosotros mismos…

15 de abril de 2009

El retorno de la bici

Leyendo un artículo de la sección ‘Hartos del Coche’ de Soitu.es, me he encontrado con un documental llamado ‘Return of the Scorcher’. Este vídeo, aunque fue grabado en 1992, recoge ya el incipiente movimiento reivindicativo de la bici, un movimiento abandonado desde que el automóvil es el rey de las calles de nuestras ciudades y que en los últimos años está experimentando un nuevo auge. Es el diseñador de bicicletas George Bliss el que nos conduce a dos países del mundo donde el uso de los biciclos es abundante: Holanda y China. En el primero las bicis nunca se dejaron de usar y la ciudad parece diseñada para su uso tranquilo. En el segundo, se trata (aún después del desmesurado crecimiento económico de los últimos años) del principal medio de transporte del ciudadano medio.

También se hace alusión a los Estados Unidos. La mitomanía y el culto social al automóvil ha conseguido que todo el mundo quiera tener un coche. El propio Bliss lo cuenta así en el documental:

Aquí en América hay un cliché que dice que uno de los deberes de un hombre que quiere ligar es tener un auto y conducirlo. Esta es la manera de echar un polvo. Aquí, dios, tienes que tener un sitio para hacerlo, y tener buena pinta y … Ya sabes, es una parte importante de ser un hombre aquí.

Yo sigo sosteniendo que quedan todavía muchos años, quizás décadas, para que en España las mentalidades de la gente, y también las ciudades, cambien hacia una utilización lógica de los medios de transporte. Moverse en bicicleta por ciudades como Cáceres, que apenas tiene unos pocos metros (no llega al kilómetro y a las afueras) de carril bici, es un auténtico infierno. Es necesaria (y con el tiempo imprescindible) una reforma integral del urbanismo para adecuarla a las nuevas necesidades (no hablo sólo de la bici, sino de las sillas de ruedas). Desde luego aquí es un auténtico desastre y nadie tiene la valentía de ponerse manos a la obra. Cuando se comprenda que trasladarse en bici no es sólo un deporte, sino un digno medio de transporte, cambiarán muchas cosas.

14 de abril de 2009

Leyes «anti-p2p»: noticias desde Francia, España y Suecia

La Semana Santa nos deja una interesante noticia que es muy reveladora de lo díficil que está resultando sacar adelante la polémica ley contra las descargas de contenidos protegidos por internet, la famosa «ley anti-p2p«. Resulta que el pasado día 8 de abril, en una votación en la Asamblea Francesa, se tumbó la ley por 21 votos a 15. Imagino que esto no será más que una anécdota, un contratiempo, porque ya se ha anunciado que se repetirá la votación a final de mes. La ley, a pesar de la momentánea alegría de los colectivos de internautas, saldrá adelante, pero será de aplicación polémica y difícil. Nadie dará su brazo a torcer y la lucha promete ser feroz, mucho más en la movilizada Francia, que ya ha salido varias veces a la calle contra las políticas de Sarkozy.

En España aún no sabemos lo que hará González-Sinde, pero las cosas no pintan tan malas como se dice. Lo que está claro (aunque yo no lo comparta) es que, en este caso, la misión del Gobierno es intentar compaginar los intereses de la industria audiovisual (sí, la industria y no los creadores) y la de los usuarios de las redes p2p. La pena es que, una vez más, un asunto que es «apolítico», se ha convertido en un arma partidista que arrojar al adversario. No hay más que buscar por internet de dónde provienen las noticias más beligerantes contra estas iniciativas. Por un lado, y es lógico, de las asociaciones de internautas y de los defensores de la cultura libre. Por otro, extraños aliados, la derecha económicamente liberal, y medios como Libertad Digital, Periodista Digital, Minuto Digital, España Liberal, ABC y todo aquel medio que suele arremeten contra Zapatero. Extraños aliados, digo, porque se supone que la derecha defiende la industria, la empresa privada, frente a la colectivización. Porque, en realidad, internet es una colectivización de los contenidos culturales… Y también, por supuesto, supone enfrentarse con una ley, la francesa, del presidente Sarkozy, un mandatario que es la envidia de parte de la derecha española.

Para terminar, en Suecia entró en vigor el pasado 1 de abril la nueva ley contra la «piratería». El país nórdico es uno de los pocos que cuenta con un Partido Pirata que se presentará a las elecciones europeas. Cuenta con gran popularidad, así que no se descarta que den una sorpresa. Me parece peligroso que una propuesta como esta, con un objetivo tan limitado y concreto, pueda obtener cierta cuota de poder. En cualquier caso, hace unos días, los internautas suecos hicieron una «huelga» de internet que consiguió reducir en un 30% el tráfico de la internet del país nórdico. La diferencia de esta ley es que ha de ser el titular de los derechos de la obra descargada quien iniciará las acciones legales. En el segundo paso, las autoridades judiciales solicitarán las direcciones IP de aquellos usuarios que descarguen el archivo o archivos en cuestión. Todo este montaje se va al traste si se abren las redes wifi. De este modo, no se sabe si el titular de la línea es quien descarga o es un intruso. Esto es precisamente lo que se han propuesto hacer para boicotear la ley… Trucos hay muchos, sólo hace falta un poco de imaginación.

13 de abril de 2009

‘Mil Cretinos’

‘Mil Cretinos’ (Anagrama, 2008) es una de las últimas obras del siempre polémico escritor y columnista catalán Quim Monzó. Hasta ahora no había leído nada de este autor y ya iba teniendo ganas. En este caso se trata de una colección de relatos a los que es difícil encontrarles características comunes. Quizás en la primera parte, donde los cuentos son más largos, predomina una sensación de pesadumbre y de tristeza, que refleja la vejez, la decadencia y la muerte desde el punto de vista de la sociedad actual (por ejemplo en ‘El Señor Besenet’ y en el demoledor ‘La Llegada de la Primavera’). Algunos, como ‘Sábado’ tienen toques surrealistas muy notables y otros, como ‘La Alabanza’, tienen mucho de kafkiano.

En la segunda parte del libro encontramos cuentos mucho más cortos, de una o dos páginas, y más variados. Algunos son geniales (mis favoritos son ‘Treinta Líneas’ y ‘Cualquier Tiempo Pasado’. La obra puede leerse tranquilamente en una tarde, sus ciento setenta páginas lo permiten.



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