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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
13 de diciembre de 2007

La ciencia y la verdad

No quiero meterme en un asunto del que no pueda salir, pero el otro día una tertulia radiofónica me hizo reflexionar sobre cuales son los límites de la ciencia y si es la herramienta adecuada para entender las reglas del mundo que nos rodea. Cuando digo mundo digo la física del universo y digo la física de las partículas subatómicas. La sensación generalizada es que la ciencia tiene o tendrá respuestas para explicar cualquier evento que tenga lugar en el mundo que conocemos, sea cual sea su escala. La pregunta clave quizás sea si mediante las reglas del método científico puede averiguarse todo o si hay unos límites más allá de los cuales nuestra capacidad de razonamiento se queda corta.

La ciencia está repleta de teorías imposibles de demostrar que a menudo sirven de «muleta matemática» para sustentar en ella un vacío que no conocemos. Conceptos como «infinito», tan común, en realidad es algo inexplicable. ¿Todo lo que consideramos infinito es realmente infinito o es un parche para salir del paso? ¿Es el universo infinito? ¿Alguna vez conoceremos cuál es la partícula más pequeña o este proceso de subdivisión es infinita?

No digo que no haya que confiar en la ciencia. Si hemos llegado hasta donde estamos ahora es gracias a la ciencia. Pero me pregunto si esta misma ciencia sirve para conocer cómo es de verdad el lugar donde vivimos o si llegaremos a un límite impenetrable más allá del cual no podemos obtener respuestas. De hecho, ni siquiera podemos demostrar cómo se formó nuestro planeta, nuestra luna o nuestro sistema solar. Sólo hay teorías, y casi con toda seguridad nunca llegaremos a saber la verdad.

En fin, espero no haber hecho demasiada filosofía barata.

12 de diciembre de 2007

El síndrome Portishead

La banda británica Portishead es de siempre una de mis favoritas. Sus dos trabajos de estudio ‘Dummy’ (Go! Records, 1994) y ‘Portishead’ (Go! Records, 1997) son dos puntales, dos obras maestras, puntos de inflexión en el devenir de la música de los noventa y generadores de una cohorte de seguidores e imitadores a cada cual peor. Al menos eso es lo que yo creo. Después llegaría el directo enlatado ‘Roseland NYC Live’ (1998), también excepcional. Pero, y para desgracia de nosotros los fans, Beth Gibbons y los suyos se silenciaron.

Desde entonces, cada nuevo año que comienza nos preguntamos si será este el del anunciado y esperadísimo retorno. Con tanta expectación es normal que estén inquietos y se hayan vuelto extremadamente exigentes y perfeccionistas con sus nuevos temas. Y a mí me da pánico que el nuevo material no esté a la altura de las circunstacias. Lo cierto es que están en una difícil situación. El listón está tan alto que hay muchas probabilidades de que no consigan superarlo. Me arriesgo a decir que no lo va a estar. Los tiempos han cambiado mucho y el contexto musical también. La capacidad de sorpresa se ha reducido.

Pero por fin la espera va a terminar. Portishead han anunciado que lanzarán su nuevo disco en abril de 2008, once años después de su último álbum de estudio. Han sido muchos años de tirar lo hecho y volver a rehacerlo, de momentos de temor y tensión, de aventuras en solitario como la de Beth Gibbons & Rustin Man. Ahora sólo nos queda aguardar el retorno con los dedos cruzados y que no ocurra lo mismo que con los Stone Roses.

De momento, unos vídeos de sus trabajos anteriores:

‘Sour Times’ (1994):

‘All Mine’ (1997). Genial, uno de mis vídeos favoritos de siempre. La niña prodigio casi da miedo:

‘Roads’ (1994). Esta versión en directo supera a la de estudio:

11 de diciembre de 2007

Carlos Pumares habla…

Este es el nombre del blog que el peculiar crítico (no sólo de cine) tiene en el sitio dedicado al séptimo arte HoyCinema.com. En él, Pumares cuenta sus aventuras cinematográfica a lo largo y ancho de todos los festivales españoles y foráneos. Yo lo sigo desde los tiempos de Antena 3 Radio, en el programa ‘Polvo de Estrellas’ allá por el año 1991. Había algunas veces que era un tostón, pero otras el histrionismo de sus comentarios hacía soltar más de una risa.

Lo mismo pasa en este blog. Además de leer sus entradas escritas, también podemos verle y oirle, porque incluye abundantes y jugosos vídeos donde destripa y critica todo lo que se mueve. Es un poco cutre, pero engancha y si uno se lo toma a broma puede pasar un buen rato.

Aquí un ejemplo:

10 de diciembre de 2007

Una voz cósmica en la televisión inglesa

El otro día escuché en el programa de radio ‘La Rosa de los Vientos’ de Onda Cero un caso muy curioso que no conocía. Eran las 5 y 10 de la tarde del 26 de noviembre de 1977 y buena parte de los telespectadores del sur de Inglaterra se encontraba viendo el informativo vespertino de la cadena ITN. De pronto, y sin que la imagen de la emisión sufriera cambios, se comenzó a oir un sonido agudo que impedía que se escuchara al locutor. De inmediato, una voz distorsionada comenzó a hablar. Mientras la imagen seguía su curso normal, la voz se presentaba como un extraterrestre llamado Vrillon y decía formar parte del «Comando Galáctico Ashtar». Esta voz lanzó a millones de hogares de atónitos espectadores un discurso pacifista que advertía del peligro del uso de las armas atómicas y animaba a convivir en paz entre todas las naciones. Fueron ni más ni menos que 6 minutos de alocución.

El misterio no está en que el mensaje proviniera o no de otros mundos, algo lógicamente descartado desde el primer momento, sino de quién estaba detrás de la broma. Intervenir una señal de televisión o de radio no es nada sencillo y debió contar con colaboradores dentro de la propia emisora. Se dice que fueron cinco los repetidores que colaboraron en la difusión de este mensaje. De lo que no cabe duda es que los bromistas tenían amplio conocimientos técnicos y han sido de lo más discretos porque 30 años después aún no se sabe nada, aunque sí se tienen sospechas. El principal candidato es un personaje de la televisión británica llamado «El Vaquero Cósmico», que al parecer contó con la colaboración de varias personas.

Aunque esta emisión aterró a muchas personas, no pasó de ser una inofensiva broma que seguramente contó con la complicidad de un sector de la propia ITN. Pero de momento nadie ha dado un paso al frente, así que sigue siendo un misterio… Aquí dejo un vídeo de YouTube con el sonido de la emisión original. La imagen por supuesto no se corresponde con la auténtica, aunque podemos imaginar la de cualquier informativo normal y corriente de finales de los años setenta.

9 de diciembre de 2007

‘The Queen’

Aunque la filmografía del realizador británico Stephen Frears (Leicester, 1941) me parece de lo más irregular (geniales ‘Mi Hermosa Lavandería’ o ‘Café Irlandés’ y mediocres ‘Mary Reilly’ o ‘Negocios Ocultos’), su última película hasta la fecha, ‘The Queen’, es para mí de lo mejorcito de su carrera. Y así se le ha reconocido con diversos galardones como el Oscar a la mejor actriz de Hellen Mirren por su papel de la soberana británica, el Goya a la mejor película europea de 2006 o los BAFTA a la mejor película y actriz.

La historia de ‘The Queen’ es la historia de dos personajes y de sus dos familias. La primera, la todopoderosa, decadente y acartonada familia real inglesa con Isabel II como regidora simbólica de los destinos de su país. La segunda, la del Primer Ministro Tony Blair, laborista y recién llegado al 10 de Downing Street. La de Blair es una familia joven, educada en un ambiente radicalmente diferente. Dos personajes en continuo tira y afloja empujados por los acontecimientos terribles de la muerte de Lady Di. Dos formas de entender la vida que chocan.

Frears utiliza con mucha habilidad hechos reales para hilar una historia que seguramente tenga mucho de cierta. La realización ágil y fluida hace que la película no decaiga en ningún momento y siga un ritmo natural. Se vale para ello de unos actores y actrices soberbios que mantienen la tensión y una puesta en escena sobria, sin alardes. Poco importa que la mayoría de los personajes apenas tengan parecido con los reales (excepto la protagonista). Tras el desconcierto inicial, adoptamos al falso Tony Blair o al príncipe Carlos como los verdaderos. A cada minuto nos parecen más reales.

Puede pensarse que ‘The Queen’ es una crítica al sistema monárquico, pero creo que una segunda lectura nos acerca a una realidad bastante más compleja y matizada. Lo mismo ocurre con la condescendencia inicial hacia Tony Blair, que deriva hacia un dilema: el deseo de un pueblo manipulable frente a la rígida tradición elitista o el populismo electoralista y reformista frente al «cabal» sistema establecido…

8 de diciembre de 2007

Nueva decepción de Radiohead

Este post me va a granjear algunos enemigos. Soy consciente que entre los lectores hay mucho aficionado a Radiohead. Yo también lo fui en la época del ‘OK Computer’ (1997) y soy de los que lo consideran uno de los grandes hitos musicales de todos los tiempos. Pero también es cierto que sólo unos pocos grupos elegidos sacan más de un disco trascendental. Radiohead no creo que sea uno de ellos. Se tiende a pensar que por haber publicado una obra maestra el resto de sus trabajos también lo van a ser.

Me da la desagradable impresión que los de Oxford aún están viviendo de aquellas rentas. Personalmente creo que ninguno de los trabajos posteriores a ‘OK Computer’ ha dado la talla. Para maquillar esta resaca han optado por varias estrategias. La primera, y que les ha funcionado más o menos bien, es irse por los cerros de Úbeda. ‘Kid A’ (2000), ‘Amnesiac’ (2001) y ‘Hail to the Thief’ (2003) supusieron para mi (e imagino que para mucha gente más) decepción tras decepción. No es que esperara más ‘OK Computer’, pero sí una evolución digna y no una falta clamorosa de ideas.

La segunda estrategia es ser noticia por cuestiones espúreas. Es lo que ha ocurrido con ‘In Rainbows’ (2007). Todos los medios especializados y no especializados han recogido la original forma de lanzamiento de su nuevo trabajo sin apenas percatarse de su contenido. El envoltorio, aunque sea virtual, se ha llevado la noticia. Además es una forma magistral de camuflar unos temas que no suponen nada nuevo y que, sinceramente, a mi me aburren.

7 de diciembre de 2007

Una semana probando Leopard

Captura de mi sistema Leopard

Leopard es el nuevo sistema operativo de Apple para los ordenadores Macintosh. Ha venido precedido de una campaña publicitaria sin precedentes dentro del mundo Mac desde los tiempos del famoso anuncio de la Superbowl en 1984. Por supuesto, esta campaña no es gratuita ni Leopard ha sido lanzado en cualquier momento. Han pasado ya unos cuantos meses desde que viera la luz el decepcionante Windows Vista. Apple es consciente y sigue con atención la evolución de su rival. La estrategia de la compañía de Steve Jobs es «recoger» a todos los desencantados con la plataforma PC-Vista que le sea posible. Y este quizás sea el mejor momento. Microsoft le ha hecho una estupenda campaña a Apple.

Pero vayamos con Leopard. Lo primero es decir que las comparaciones con Windows Vista son odiosas. Leopard es ligero incluso con ordenadores Mac antiguos de bajas prestaciones y mejora el rendimiento de su predecesor Tiger. Tal y como dice la publicidad, Leopard trae todo lo necesario para trabajar sin tener que instalar prácticamente nada. Bueno, eso no es ninguna novedad, ya ocurría con las anteriores versiones.

Lo que más me gusta de Leopard es que no rompe (como pasa con Windows Vista) con lo anterior, sino que es una continuidad, un avance con muchas mejoras. Y como tal, que nadie espere novedades espectaculares. Una de las cosas que no se ven es que se trata de un sistema operativo íntegramente de 64 bits, algo que sinceramente no he notado en nada. Lo que sí he notado es la vista rápida, mediante la que se pueden ojear videos y fotos sin abrirlas y hojear documentos PDF sin ejecutar el visor. Muy cómodo. También es de agradecer que el sistema cuente con una carpeta predeterminada para las descargas de internet, a donde van a parar todos los archivos bajados con Safari. El tema de los stacks (las pilas de carpetas y archivos) que en principio me parecía una chorrada, al final resulta ser muy útil y rápido. Una de las cosas que no he probado es Time Machine, la característica estrella de Leopard, un sistema para hacer copias de seguridad con dos clics y poder recuperar automáticamente archivos borrados o versiones antiguas.

Lo que sí he probado es Boot Camp, ahora integrado en el sistema operativo. Permite instalar Windows o Linux en muy pocos y sencillos pasos como si de un PC normal se tratara. Lo mejor es que en cualquier momento podemos eliminar la partición sin perder ningún dato y sin tan siquiera reiniciar el ordenador.

En definitiva, estoy encantado con Leopard y, si no fuera porque no funciona en un ordenador PC, sería seguramente el verdugo que enterraría a Windows para siempre.



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