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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
16 de julio de 2023

‘1985’

La Europa de los años 80 fue mucho más convulsa de lo que ahora pensamos. Al margen de lo que estaba ocurriendo más allá del Telón de Acero con la URSS y sus países satélites, la Europa occidental estaba azotada por el terrorismo de origen político, tanto independentista como de corte ultraderechista o de extrema izquierda y anarquista. Al margen de los conflictos en muchos países árabes que tuvieron trágicas consecuencias en Europa (Lockerbie por ejemplo). Lo que nunca imaginé es que en Bélgica existiera un grupo asesino (ni siquiera terrorista, porque nunca reivindicaron sus acciones ni tenían un objetivo que alcanzar) que mantuvo en vilo a la sociedad de aquel país entre 1982 y 1985. Fueron denominados los Asesinos de Brabante y tienen dos componentes bastante inquietantes. El primero de ellos es que se sospecha que estaba integrados por miembros radicalizados de las fuerzas policiales y militares de Bélgica y el segundo, que a día de hoy no se conocen sus identidades y todos sus crímenes siguen impunes precisamente por la presunta connivencia de las altas esferas de la defensa y los servicios secretos del país.

Corre el año 1981 y dos amigos deciden alistarse en el cuerpo de gendarmes. Pero sus ambiciones son muy diferentes. Mientras Mark se encamina hacia la investigación, Franky, de caracter impulsivo, opta por un cuerpo más operativo. Poco a poco será captado por un grupúsculo dentro de la policía con extraños y turbios objetivos.

‘1985’ es una producción belga más que interesante. En sus ocho episodios se nos desgrana una realidad bastante desconocida fuera de sus fronteras, unos hechos reales con múltiples ramificaciones, algunas en lo más alto del poder de la época. El guión basado en esos acontecimientos cumple correctamente, aunque a veces pueda resultar previsible. El trabajo de los actores es bastante bueno y consiguen transmitir perfectamente la tensión del momento. Finalmente, un diez para la ambientación, donde nada sobra y recrea fielmente la Bélgica de la época. Una de las series del año. 8,5/10.

29 de junio de 2023

‘Sluhá Narodu (Servidor del Pueblo)’

Esta es una de esas series que me pongo a ver más por curiosidad que por otro motivo. La razón es evidente: Es una serie sobre un hombre normal que se convierte en presidente de su país. Ese hombre es Volodymyr Zelenskyy y el país es Ucrania. Una profecía hecha ficción televisiva que se convirtió en realidad. La historia es lo suficientemente alucinante como para resistir la tentación de ver ‘Sluhá Narodu’ (‘Slugá naroda’ en el ruso de la versión original –sí, los diálogos están en el idioma del archienemigo del norte– o ‘Servidor del Pueblo’ en la traducción al español).

La historia que nos cuenta es la de un ucraniano medio, Vasyl Petróvych Holoborodko, un profesor de historia en un instituto que consigue ser presidente de su país. De pronto se encuentra con un país en bancarrota, controlada por tres oligarcas que ponen y quitan políticos a su antojo y conveniencia. Se rodeará en su gabinete de los amigos de toda la vida, cada uno en un área en la que más o menos son expertos. Holoborodko tendrá que lucha contra todo y contra todos (medios de comunicación, opinión pública, el FMI –que no sale demasiado bien parado–, la Unión Europea, etc).

Dar mi opinión sobre ‘Servidor del Pueblo’ no es sencillo. Ante todo decir que sus tres temporadas son muy diferentes. La primera es casi una telecomedia comparable a ‘Aquí no Hay Quien Viva’, con guiones planos, simples y previsibles, humor chusco, actuaciones de teatro de fin de curso y con un aroma a propaganda nacionalista inconcebible en la Europa occidental. La segunda temporada y la tercera aunque mantiene algo de la primera gana en complejidad y resulta mucho más interesante. Hay episodios «normales» y otros en los que no sé los guiones fueron escritos bajo los efectos de alguna sustancia tóxica.

En cualquier caso, es un buen retrato antropológico de un país, de lo que es y de lo que quiere ser, de sus miedos y sus esperanzas, sus obsesiones y sus defectos. Creo que ayuda a comprender Ucrania mucho más que mil reportajes y documentales. 7/10.

18 de junio de 2023

Retomando el mundo de la fotografía analógica

Fue sobre los primeros meses de 1991 cuando tuve entre mis manos la primera cámara fotográfica cuyo carrete disparé por entero. Era de diapositivas en color. Un año después durante la Expo 92 de Sevilla también me encargué de disparar otro carrete de diapositivas en color. Tras un año más llegó el momento que más me enganchó: cargar película en chasis vacíos a partir de una lata de 30 metros y después de disparar, revelar yo mismo el negativo para posteriormente positivar en papel. Supuso un antes y un después. Al realizar por completo todo el proceso, me enganchó aún más. Aquella lata de película negativa Agfa de 35 milímetros dio mucho de sí. Muchos carretes después y algunos años más tarde ya tenía una experiencia más que notable. Pero tenía la sensación de que las nuevas tecnologías que estaban comenzando a llegar y, sobre todo, de las videocámaras con las que llevaba tiempo grabando, ganaban un terreno que me parecía insuperable para el viejo y humilde formato del blanco y negro analógico. En el año 1998 se acabo la susodicha lata de película y supuso el aparcamiento por tiempo indefinido del mundo de la fotografía analógica. Comenzaba a ser complicado encontrar según que componentes y materiales.

Pero como todo vuelve, en los tiempos de internet y del resurgimiento del vinilo y de lo retro, el auge de la fotografía analógica es una realidad. Rescaté de casa de mis padres la antigua ampliadora y algún otro utensilio aprovechable, adquirí algunos otros y monté el laboratorio en uno de los cuartos de baño de mi casa. Compré una bobina de película en blanco y negro de 30 metros marca FOMA (por si a alguien le interesa) y papel de diferentes tamaños también de esta marca checa. Aunque a penas he tirado y revelado un par de carretes ya me ha vuelto del todo el interés por lo tangible, por la fotografía que se puede tocar. Espero que pronto pueda dedicar mucho más tiempo a tirar carretes, revelarlos y positivar en papel alguna que haya quedado bien. Os iré mostrando la progresión por aquí.

14 de mayo de 2023

‘We Are Lady Parts’

Dentro de la vasta producción audiovisual del Reino Unido hay para todos los gustos. Series históricas, grandes dramas, policiacas y todo lo que nos podamos imaginar. Dentro de esta última inclasificable categoría encontramos esta serie de seis episodios de apenas 25 minutos cada uno con un regusto punk, aunque no solo punk. Es más, el punk es lo de menos. ‘We Are Lady Parts’ pretende y consigue ofrecer desde la comedia otro punto de vista en el Londres multicultural del siglo XXI, riéndose y dinamitando los tópicos de sus propias costumbres.

Lady Parts es una banda de punk feminista y musulmana a la búsqueda de una guitarrista. Amina, una estudiante de microbiología con aspiraciones musulmanas tradicionales decide probar suerte intentando superar sus miedos y complejos. La historia se irá enredando hasta convertirse en una comedia de equívocos bastante clásica.

Hay que reconocerle a la serie una vis cómica en todas sus actrices bastante conseguida y que es posiblemente lo mejor. Por contra, y aunque la idea es bastante original, el desarrollo no deja de ser convencional, con un final feliz clásico que hemos visto mil veces en la ficción. Y esta predecibilidad lastra un poco un impecable trabajo de las actrices y actores, de la frescura que aporta su directora Nida Manzoor y de esa original idea del punk musulmán con el que a más de uno nos ha explotado la cabeza. 8/10.

3 de mayo de 2023

‘The Last of Us’

No es habitual que partiendo de la ficción de un videojuego se adapte una producción cinematográfica y menos toda una serie. En los últimos meses se ha hablado mucho de ‘The Last of Us’, la franquicia de Play Station que han disfrutado muchos usuarios de las consolas de Sony. Un mundo apocalíptico, una lucha por la supervivencia que combinaba aventura gráfica con mundos abiertos en primera persona. Ahora, de la mano de HBO nos llega la serie de nueve episodios protagonizada por Pedro Pascal (‘The Mandalorian’) y Bella Ramsey.

En 2003, después de que una infección por hongos cordyceps provocara una pandemia mundial de zombis, el mundo se divide entre núcleos de población autoritaria y el mundo exterior, donde tanto los infectados como los saqueadores hacen inseguro cualquier asentamiento. Joel es un antiguo constructor que se gana la vida como puede tras perder a toda su familia. Por circunstancias de la vida se encuentra con Ellie que tiene una extraña inmunidad ante las mordeduras de los infectados. Su misión será intentar encontrar un reducto investigador en alguna universidad o en algún hospital donde puedan analizarla y encontrar la causa de esta inmunidad.

Hay varias cosas interesantes en ‘The Last of Us’. La primera, la lectura que podemos hacer en una serie grabada tras la pandemia real de COVID-19 de 2020 y 2021, mostrando un mundo donde la directrices de infecciones cero hacen que se ejecute inmediatamente a quien sea sospechoso de portar el hongo, creando un ambiente de absoluto terror. Y lo segundo, los únicos médicos y enfermeros que aparecen en un capítulo (no quiero hacer espoiler) son bastante siniestros y para nada buscan un beneficio para la humanidad. Todo esto supone un remar a contracorriente de lo que pudiera imaginarse en un mundo donde más que nunca son necesarios tanto los profesionales de la salud como la vida en comunidad y la ayuda mutua. Por lo demás, nada hay en la serie más allá de un entretenimiento estandarizado a lo ‘The Walking Dead’. 6/10.

23 de abril de 2023

‘Bez Vědomí’

La industria cinematográfica checa siempre ha sido de las más avanzadas del otro lado del telón de acero junto con la polaca. Quizá más especializada en fantasía y animación, después de la caída del régimen comunista se produjo un desmantelamiento que poco a poco ha ido dando paso a una nueva etapa. La llegada de las plataformas de streaming ha dado nuevas oportunidades de difusión a esos países con filmografías poco conocidas fuera de sus fronteras. El caso de HBO es paradigmático, ya que tienen amplia implantación en Europa central y oriental, dando lugar a producciones bastante curiosas. El caso de ‘Bez Vědomí’ (o ‘The Sleepers’ para el mercado internacional) es uno más de tantos.

A lo largo de seis episodios se echa la vista atrás, hacia los últimos momentos del régimen comunista, una vez caido el muro de Berlín. Marie y Viktor son dos disidentes políticos que después de un exilio en el Reino Unido vuelven a Checoslovaquia tras una amnistía. Allí vivirán entre espías del KGB, del servicio secreto checo y sin saber muy bien en quién confiar. Tras un atropello que casi les cuesta la vida, Marie investigará si detrás de estos hechos se encuentra el todopoderoso estado.

La serie resulta entretenida, aunque tal vez fuera de la República Checa no se entienda del todo. Tengo la impresión de que hay que conocer a fondo la historia reciente del país para captar los matices. En cualquier caso, es una producción sólida, con buena ambientación, un trabajo de los actores bastante buena y un guión que si bien hacia el final es algo flojo y tiene alguna laguna, es totalmente perdonable. Especialmente recomendada para amantes de la historia reciente de Europa. 7/10.

11 de abril de 2023

‘Severance’

Aprovechando mi suscripción a Apple TV+ he terminado de ver una de sus series estrella. Se trata de ‘Severance’ (aquí traducida como ‘Separación’). Una producción que no tiene nada de convencional. Y eso puede verse desde el minuto uno. Su creador es Dan Erickson, aún un desconocido en el mundillo que aporta puntos de vista innovadores y bastante inquietantes. Es innegable el aire ‘Black Mirror’ que rodea a la serie en cada segundo, y también algún lejano recuerdo a ‘Lost’ y a la Iniciativa Dharma. En cuanto al argumento, el siempre muy americano culto a la empresa pasa por una crítica feroz con otros temas como la alienación en el trabajo.

Mark es un supervisor de un grupo de trabajo en la empresa Lumon, un conglomerado empresarial misterioso que mantiene una veneración casi mística a sus fundadores, que se dedica a la depuración de datos. Todo ello con una particularidad. Han sido sometidos a una operación en la que se les ha implantado un mecanismo en el cerebro para disociar su vida y sus recuerdos. No recordarán dentro de la empresa lo que vivan fuera y viceversa. Pero, como siempre suele ocurrir, algunos empleados «díscolos» intentarán demoler este sistema cuasiesclavista desde dentro.

Todo en ‘Severance’ cumple su función. La eficaz dirección de Ben Stiller en algunos episodios me parece clave para llevar la historia a buen puerto con verosimilitud. Lo que puede considerarse un vacuo ejercicio de estilo retrofuturista a lo Kubrick en los primeros compases se convierte en una profunda reflexión sobre las relaciones en el trabajo y fuera de él, entre empleado y empleador, y sobre el concepto de realidad y consciencia. Todo ello con unos personajes dibujados a mitades, según se encuentren en su puesto de trabajo o en el exterior, siempre interpretados brillantemente por un elenco en el que podemos ver a actores consagrados (Patricia Arquette, John Turturro o Christopher Walken) junto a otros menos vistos (Adam Scott, Britt Lower o Zach Cherry). Sin duda una de las mejores series de lo que llevamos de década. 8,5/10



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