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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
30 de mayo de 2009

EGOS, ventanas para MSX2

Se dice que la segunda mitad de los años ochenta fue la edad de oro de los 8 bits. Por todas partes proliferaban nuevas y pequeñas compañías que creaban videojuegos para nuestros ordenadores favoritos. Incluso aquí, en nuestro país, tan reacio a las nuevas tecnologías, surgieron un puñado de empresas que desarrollaron algunos de los juegos con los que muchos crecimos. Desgraciadamente, para nosotros, los (orgullosos) poseedores de un ordenador MSX o MSX2 las cosas no eran tan sencillas como para otras plataformas. Mientras que para Amstrad o para Spectrum el surtido de videojuegos era enorme, para encontrar juegos decentes en MSX había que recurrir a los costosos cartuchos de fabricantes japoneses o a las aventuras conversacionales en disquete de Telarium-Infogrames, no menos costosos. El resto se limitaban básicamente a portar videojuegos creados originalmente para Spectrum con pésimos resultados. A veces tan malos que directamente eran injugables o de gráficos tan confusos que era complicado distinguir a nuestro personaje del decorado o de los enemigos a batir. De entre todo este panorama desolador surgió una excepción muy honrosa: Opera Soft.

Opera Soft fue, al igual que otras como Topo Soft o Dynamic, una compañía española dedicada al mundillo del desarrollo de juegos para varias plataformas de 8 bits. Pero los dueños de un MSX la apreciábamos especialmente. Sus desarrollos, sobre todo en sus inicios entre 1986 y 1988, se salieron de la mediocridad a la que nos tenían acostumbrados los desarrolladores europeos de videojuegos. Pero este post no pretende repasar la vida y milagros de Opera, sino detenerse en uno de sus grandes hitos: El gestor de ventanas Entorno Gráfico de Opera Soft (EGOS).

En su día tuve algunas noticias sobre el desarrollo de este entorno gráfico, pero nunca llegué a verlo ni probarlo. Al parece fue la propia Philips, uno de los más activos fabricantes y promotores del sistema MSX, quien encargó a Opera Soft la creación de un entorno de ventanas para MSX2 similar a la que ya tenían otros sistemas como el Macintosh, el Commodore Amiga o el Atari ST. En realidad, el MSX2 ya contaba con un entorno gráfico. Concretamente los MSX2 de Sony venían con el HiBrid, un software muy bien hecho para entonces que incluía un procesador de textos, una hoja de cálculo y un gestor de bases de datos. El resultado de este encargo fue lanzado en 1989, aunque imagino que no con muy buen resultado porque yo, que estaba al tanto del mundillo, apenas recibí noticias.

Han tenido que pasar veinte años (que se dice pronto) para poder coger mi emulador MSX, bajarme la imagen del disco original y probarlo. Igual que me pasa cuando pruebo cualquier cosa «viejuna», me he transportado de nuevo a aquella época. EGOS es, desde luego, mucho más limitado que el HiBrid de Sony, pero es un entorno muy útil para manejar y gestionar ficheros, algo banal hoy pero para lo que había que tener ciertos conocimientos en aquella época. Además se incluía un calendario agenda, la consabida calculadora, gestor de impresoras y algunas otras cosas nada despreciables para esos tiempos. Pero todo se quedó en un nuevo intento de no quedarse atrás con respecto al Amiga o al Atari (los principales competidores del MSX2) que no acabó de cuajar. La disolución de Opera Soft en 1990 fue el presagio y el signo de que los tiempos estaban cambiando. Los PC y los 16 bits ya estaban llamando a la puerta…

28 de mayo de 2009

Coches que hablan (o hablaban)

No me preguntéis cómo demonios llegué hace unas semanas a un artículo en el que un tipo desmontaba el sistema de avisos por voz (Voice Warning Box) de un coche viejo. Concretamente era un Datsun 810 de 1982, comercializado también fuera de Estados Unidos y de Japón con el nombre de Nissan Maxima. Vamos, electrónica «vintage» sobre ruedas.

Y tan «vintage» como que el susodicho sistema estaba compuesto por un pequeño gramófono y (atención indie kids) un disco de vinilo de color blanco de 3 pulgadas con seis pistas paralelas, una para cada aviso: «La puerta derecha está abierta», «La puerta izquierda está abierta», «El freno de mano está puesto», «El nivel de combustible es bajo», «La llave está en el contacto» y «Las luces están encendidas». Todo el sistema estaba metido en una caja. Curioso.

Esto me ha recordado aquel Renault 25, que también tenía avisos por voz, aunque si no me equivoco, el sistema que utilizaba era muy distinto. Eran dieciséis mensajes, mucho más concretos y útiles que los del Datsun/Nissan. Y, aunque por mucho que he buscado, no he encontrado información demasiado detallada sobre la circuitería que llevaba, aunque imagino que no era un disco de vinilo. Recuerdo que de pequeño me llamaba mucho la atención eso de que un coche hablara como si fuera KITT, el coche fantástico, aunque claro, mucho más limitado…

27 de mayo de 2009

Cámaras digitales réflex que graban vídeo

Por alguna extraña razón, el mundo de las DSLR se había mantenido al margen de la grabación de vídeo. Mientras las compactas llevan esa función desde hace ya unos cuantos años, las cámaras para aficionados más exigentes o semiprofesionales carecían de esa posibilidad. Supongo que el asunto tenía mucho más de cultural que de técnico. De hecho, los puristas ya han alzado la voz contra esta herejía: ¡Las réflex graban vídeo como las cámaras baratas! Después de haber leído bastante sobre el tema, he sacado mis propias conclusiones.

Lo primero de todo es que se trata de una tecnología que todavía está en pañales. Son muy pocas las DSLR que llevan capacidad para grabar vídeo y no hay mucho donde elegir. La que abrió el fuego fue la Nikon D90, una cámara de gama media dirigida a los aficionados con ganas de ir un poco más allá. Mientras que a nivel de fotografía, la relación calidad-precio es inmejorable, las capacidades de vídeo son discretas, no tanto por sus prestaciones, que también (máximo de 720p a 24 fps y compresión de vídeo MJPEG), sino por el resultado final algo decepcionante por el «efecto gelatina» que se genera en los objetos en movimiento o si agitamos un poco la cámara y por la pérdida de calidad (excesiva compresión) cuando grabamos una secuencia con demasiado detalle. La nueva Nikon D5000 hereda estas mismas características en una cámara más asequible.

Pero sin duda la estrella en cuanto a réflex con vídeo es la Canon EOS 5D Mark II. Buscando por internet pueden verse docenas de clips espectaculares hechos con esta cámara. La 5D Mark II juega en otra división muy diferente a las Nikon. La primera es su precio, que marca las diferencias (900 euros por el cuerpo de la Nikon D90 o 700 por la D5000 frente a los 2.400 de la Canon) y la segunda las prestaciones (21 Megapíxeles y vídeo de hasta 1080p a 30 fps con compresión H.264). En cualquier caso se trata de una cámara de fotos para profesionales (o semiprofesionales), pero no de una videocámara profesional. La limitación en la duración de cada clip de vídeo o la compresión H.264 delatan un uso ocasional. A pesar de todo esto, he llegado a ver vídeos donde se atreven a compararla con la Red One, esa pedazo de cámara de cine digital que graba a 4K con resultados no muy diferentes a primera vista.

Mis conclusiones son varias. Primera: todavía quedan uno o dos años para que la grabación de vídeo se normalice en las DSLR. Segunda: el vídeo en una réflex cuenta con una característica que no tienen las videocámaras convencionales: los objetivos. Cualquier objetivo de una cámara fotográfica le da mil vueltas a la que suelen montar las videocámaras de consumo. Además tienen la ventaja de ser intercambiables. Por contra, las prestaciones de vídeo de, por ejemplo la 5D Mark II, son ampliamente superadas por muchas videocámaras HD de gama media (la Legria/Vixia HV-40 de Canon sin ir más lejos, que cuesta unos 800 euros). Y tercera: de momento, una cámara de fotos seguirá siendo una cámara de fotos y una de vídeo, una de vídeo, independientemente de que ambas se intercambien a veces las funciones. Digo de momento. Veremos lo que nos depara el futuro.

Y para terminar, el vídeo de la comparativa 5D Mark II vs Red One (está en noruego):


26 de mayo de 2009

El retorno de Tortoise

El próximo 23 de junio se publicará el nuevo disco de Tortoise, los inventores del post-rock y una de las bandas por las que siento especial debilidad. Han pasado ni más ni menos que cinco años desde que lanzaran el, para mi gusto, irregular ‘It’s Around You’ y consiguieran que por primera y única vez un tema instrumental (‘Crest’) llegara a lo más alto en mi lista de canciones internacionales en 2004. Aunque como he dicho, todavía queda un tiempo para que se publique, yo ya lo he podido escuchar unas cuantas veces ‘Beacons of Antecesorship’, que así es como se llamará este nuevo trabajo. En él vemos que su estilo sigue siendo inconfundible, coqueteando con el math rock, pero siempre desde su particular prisma de visión.

De entre los once temas que componen el disco destaca sobre todos ‘Prepare your coffin’, elegido por los de Chicago como sencillo y del que han hecho hasta un videoclip. Es casi con toda seguridad uno de los cortes más accesibles de toda su carrera, quizás para atrapar a los nuevos adeptos en sus complejos y atractivos planteamientos instrumentales. Aquí está el vídeo:

Aprovechando la coyuntura os dejo otro videoclip, posiblemente uno de mis diez favoritos de todos los tiempos. Es del tema ‘Seneca’, publicado en su disco ‘Standards’ (2001):

25 de mayo de 2009

‘Cáceres en las Nubes’

Tras algunos problemas técnicos con Vimeo y después de tener que subir dos veces el vídeo, por fin está disponible el último vídeo que he hecho con mi pequeña cámara Toshiba y el ya legendario trípode fotográfico de seis euros que utilizo. Esta vez el motivo principal son las nubes que sobrevuelan Cáceres por encima de las torres de las iglesias, de los palacios de la ciudad y de las cigüeñas que lo invaden todo. A nivel técnico, algunas de las secuencias han sido aceleradas hasta ocho veces su velocidad normal para conseguir ese efecto de movimiento.

Precisamente en este vídeo es principal reto era el movimiento, encontrar en una secuencia teóricamente fija como es la de un edificio o un paisaje algo móvil que le diera vida a cada escena. Las nubes, los pájaros o las ramas de los árboles han sido ese elemento que da cierta vida. El material del que partí fueron algo más de quince minutos repartidos en sesenta y cinco secuencias que grabé el pasado domingo 17.

En cuanto a la banda sonora, se trata del tema ‘Midgley Moor’ de Gnac. Para verlo en todo su esplendor, os lo podéis descargar desde aquí [231,49 Mb]

24 de mayo de 2009

‘La Sala de Baile’

‘La Sala de Baile’ (‘Le Bal’) es una de esas películas que vi de pequeño en televisión y algunas de cuyas escenas llevo grabadas desde entonces. Tras hacer algunas investigaciones he podido conseguirla para verla veintitantos años después. De mis indagaciones supe que ‘La Sala de Baile’ es una producción franco-italiano-argelina realizada en 1983 ni más ni menos que por el realizador italiano Ettore Scola. Scola gusta de tratar el paso del tiempo y la huella de la historia en sus obras. Ese afán lo podemos ver en películas como la excelente ‘La Familia’ (1987) o aquí, en ‘La Sala de Baile’. La peculiaridad de esta cinta está en que es musical, puramente musical, donde los diálogos hablados no tienen cabida y los personajes han de dibujarse a sí mismos no por las palabras, sino por sus gestos, sus expresiones y sus ropas. Scola aceptó el reto de llevar a la gran pantalla la adaptación de una obra teatral del Théâtre du Campagnol. Un reto desde luego nada fácil. Afortunadamente contaba con los mismos actores que en la pieza original, por lo que supongo que la versión cinematográfica no diferirá mucho, aparte de las necesarias modificaciones que exige el rodar una película.

La cinta se divide en varias partes. Cada una de ellas representa una etapa de la historia reciente de Francia en el contexto de una sala de baile que se adapta y readapta una y otra vez como puede a los nuevos tiempos. Las paradas de esta «máquina del tiempo» son 1936, con la celebración de la victoria del Frente Popular francés, 1940, el comienzo de la segunda guerra mundial en Francia y la ocupación nazi, 1944, la liberación, 1946, la posguerra y la Cuarta República Francesa, 1956, la llegada del rock and roll, 1968, las revueltas estudiantiles de mayo y 1983, el momento actual… Así que nadie busque punk, ni a los Bee Gees.

Es precisamente el poco rigor musical lo que menos me gusta de la película. Mientras que se recrea excesivamente en los años treinta y cuarenta, los sesenta y los setenta pasan casi sin pena ni gloria. Precisamente es en el corte dedicado a 1968 donde están mis escenas favoritas, cuando los jóvenes entran en la sala abandonada años atrás huyendo de la policía, sintonizan la vieja radio y se escucha ‘Michelle’ de los Beatles. Pero evidentemente a ‘La Sala de Baile’ se le perdona todo, tampoco pretende ser una enciclopedia musical. Lo que sí acusa mucho es, paradójicamente, el paso del tiempo. Ya en 1983, fecha de su estreno y fin de la línea cronológica, el ambiente creado por Scola parece caduco, rancio, decadente, pasado de moda. No sé si esa era la intención del bueno de Ettore… En cualquier caso se trata de una obra memorable y que, a todo aquel que le guste la música con mayúsculas, disfrutará.

‘La Sala de Baile’ fue una de las películas europeas más premiadas de 1983 y 1984, consiguiendo, entre otros, varios premios César, el Oso de Plata en Berlín y la nominación la Oscar de Hollywood como mejor película de habla no inglesa. Y ahora un vídeo del trailer original. La música es el clásico del tecnopop ‘T’es OK’ de Ottawan que seguro que la habéis escuchado alguna vez y que en la película aparece al final.

23 de mayo de 2009

Una nueva aproximación a los orígenes de la fotografía digital

No es la primera vez que echo la vista atrás para comentar los orígenes de algún invento tecnológico que ahora es de lo más habitual. La fotografía digital es sin duda una de ellas, y una de las más populares. Ya dediqué hace tiempo un artículo a los orígenes de esta tecnología, pero ahora me ha parecido una buena idea recuperar el tema y combinarlo con recortes de prensa de la hemeroteca histórica de La Vanguardia.

Hace casi diez años, el 6 de octubre de 1999, La Vanguardia dedicada un pequeño reportaje a un nuevo mercado que se abría por entonces con posibilidades de tener mucho éxito. Sonimag Foto ’99 fue el punto de inflexión para la popularización en España y Europa de las primeras cámaras fotográficas digitales. A partir de aquel momento, el aumento de las prestaciones y los precios cada vez menores fue imparable hasta llegar al día de hoy, donde la fotografía analógica es prácticamente historia. En ese artículo, «Fotografía digital, la nueva revolución» se dicen cosas como éstas:

Los obsoletos medios utilizados en las últimas décadas pueden quedar arrinconados para el consumo especializado o de coleccionistas. Al menos esta es una de las conclusiones a la que llegan los usuarios, después de ver como marcas tan conocidas como Agfa, Fuji, Canon y Kodak están introduciendo revolucionarias cámaras digitales, que han conmovido el mundo de la fotografía. Estos cambios en los mercados han hecho que los profesionales adquieran este tipo de cámaras de una forma vertiginosa, de manera que en unos años sóo utilicen cámaras digitales.

Visto hoy, las características de aquellas primeras camaras que tuvieron éxito en España son ridículas: 1,3 megapíxeles (en el mejor de los casos), visores LCD de 1,8 pulgadas y velocidades de un disparo por segundo.

Pero vayamos mucho más atrás, donde encontraremos artículos muchos más interesantes. El 15 de diciembre de 1981 se publica un reportaje titulado «La fotografía electrónica, camino de imponerse» y con el subtítulo «Tiene ventajas de rapidez, versatilidad, economía y manejo, pese a la inferior definición de imagen». En realidad, leyendo el texto, lo que encontramos es una crónica de la lucha encarnizada entre los formatos de vídeo que comenzaban ya a comercializarse y las primeras videocámaras que prometían arrinconar al super 8 y sobre fotografía digital como tal, más bien poco. Esto tiene una explicación. En los inicios, la fotografía digital era concebida como «fotografía de vídeo» o «instantáneas de vídeo». Tanto la foto como el vídeo compartían formatos. La razón es clara. La electrónica aún no estaba lo suficientemente avanzada como para que pudiera almacenarse una imagen tal y como ahora la conocemos sin recurrir a la tecnología del vídeo, que por entonces comenzaba a popularizarse:

Además de proporcionar series de 50 fotografías en un pequeño disco magnético, que pesa ocho gramos, la «Mavica» puede usarse como una cámara manejable de magnetoscopio en color, si se conecta a una grabadora de vídeo portátil o de otra clase. Cámara que no es mayor que una réflex convencional de una sola lente cambiable. Las imágenes fijas que obtiene pueden verse inmediatamente en el televisor doméstico a través de un aparato de reproducción y se espera que puedan obtenerse copias en papel mediante una positivadora que Sony está desarrollando. […] Por otra parte, las señales de imagen pueden transmitirse a cualquier sitio a través de un hilo telefónico o ser transferidas a una cinta de vídeo para que el interesado tenga posibilidad de confeccionar sus propios álbumes en cassette.

Para terminar, un vídeo que ilustra muy bien cómo han cambiado las cosas en apenas diez años. En él podemos ver una Sony Mavica FD7 comercializada en 1997 y que hoy nos parece pura arqueología tecnológica.



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