Desde que en 2006 publicara el primer artículo sobre las marcas del mundial, refiriéndome a las equipaciones (football kits que dirían los anglosajones) de las selecciones participantes en el campeonato mundial de fútbol de aquel año, cada vez que se ha celebrado algún evento futbolístico de selecciones a nivel europeo o mundial he dedicado algún post a temas puramente estéticos, nada deportivos. Este año, para no perder la tradición, he estado echando un vistazo al diseño de las camisetas de la Euro 2012 de Polonia y Ucrania.
Lo cierto es que este año el diseño ha mejorado bastante y puedo decir que no hay ninguna camiseta horrible y sí muchas con diseño interesante. A destacar el que Francia, siempre fiel a Adidas, se haya pasado a Nike. También Umbro, la compañía inglesa, viste a tres selecciones, algo nunca visto. Por marcas la cosa queda así:
Pero vamos con las frivolidades. Antes dije que no había camisetas horribles, pero lo cierto es que, pensándolo bien, hay tres que no me acaban de convencer: Rusia, Ucrania y Croacia. Cuestión de gustos. En cuanto a mis favoritas, Holanda es una de ellas. Una camiseta moderna con los ya típicos números cuadrados que aportan un toque diferente. Grecia y Alemania, favoritas en otras ocasiones, pierden puntos al volverse algo más complicadas, con bandas absurdas o líneas que no vienen a cuento. El estilo entallado y la simplicidad de diseño (un poco retro) de las Umbro, especialmente la Inglesa, hace que se convierta en otra de mis favoritas. Para completar el podio podría elegir la de la República Checa. Otro diseño simple, pero elegante de Puma.
Por último comentar que la tipografía elegida por esta última para rotular los nombres y los números de los jugadores no me acaba de convencer. En este sentido gana la DIN de Adidas y, por supuesto, la que se ha elegido especialmente para Holanda por Nike, que es la misma que vienen utilizando los naranjas desde hace unos cuantos años. La selección inglesa también cuenta con su propia tipografía diseñada por Paul Barnes para la fundición Commercial Type, muy similar a las DIN.
Más información: Design Week ‘Football kit designs at Euro 2012’, ‘Some of our favourite Euro 2012 designs’.
Hoy os voy a ofrecer una serie de clips de bandas nacionales que me han parecido interesantes y que combinan bien tanto imagen como música. Como sabéis sigo de cerca las producciones del estudio barcelonés Canada. Y parece que últimamente están creando escuela esas imágenes retro ochenteras con estética «lavada» que tantas cosas evoca. Sin esperar más vamos con el repaso.
Comenzamos con la cacereña Ana Naranjo, más conocida como Linda Mirada. Su nuevo disco ‘Con mi Tiempo y el Progreso’ está siendo una de las sensaciones del indie nacional de 2012. Supone una reinvención de los sonidos del pasado pero sin artificios, en parte gracias a la acertadísima producción de Pablo Díaz-Reixa (El Guincho). El clip se corresponde al tema ‘Secundario’:
Continuamos con los barceloneses Pegasvs, uno de los proyectos más interesantes de las últimas temporadas. Luciana (Thelemáticos o Sybil Vane) se une a Sergio Pérez para crear un sonido basado en la electrónica más vintage y progresiva. Un disco el suyo, de título homónimo, que ha supuesto el elogio de la crítica especializada tanto en España como fuera. Y no es para menos, porque nos encontramos ante un gran trabajo. La muestra, ‘Brillar’, una producción genial (otra más) de Canada:
Entre Cantabria y Madrid están los chicos de Betacam. Su artífice, Javier Carrasco, forma parte también de otros grupos como Templeton y Rusos Blancos. Aún no han publicado ningún larga duración, aunque sí algún EP como ‘El Bosque’. Aquí os traigo ‘El viaje del héroe’, de sus ‘Demos 2011’:
Para terminar unos viejos conocidos. Los mallorquines Papá Topo. Han publicado este 2012 un EP (o mini-LP) llamado ‘Rotación y Traslación’ con seis estupendas canciones (no quiero ni pensar en cómo será su álbum de debut). El clip de presentación elegido por Adrià y Paulita ha sido ‘En un momento’:
Desde que empecé con esto del montaje de vídeo digital, allá por 1998, siempre había sido fiel a Adobe Premiere, primero a esa mítica versión 4.2, y posteriormente a casi todas las que después fueron lanzándose. A pesar de todo no puede decirse que sea un experto en esta estupenda aplicación –mi uso ha sido esporádico hasta que no he tenido primero la EOS 550D y luego la 60D–, pero si conozco bastantes de sus entresijos así como sus potencialidades y sus defectos.
Pero esto no significa que me cierre a buscar nuevas alternativas, mucho más si son tan tentadoras como Final Cut Pro X. Hasta hace poco, decir Final Cut Pro era decir profesionalidad, complejidad, miles de parámetros que controlar, etc. Por eso me echaba un poco para atrás a la hora de ponerme con él en serio. La publicación de esta última versión (la X) ha cambiado mi opinión y, de paso, se ha llevado muchas críticas de aquellos que usaban el FCP de la «vieja escuela» acusándolo de quitar muchas de las prestaciones que ellos utilizaban y simplificarlo demasiado.
Últimamente, el Premiere Pro CS5.5 me estaba dando muchos problemas. Es demasiado lento a la hora de, por ejemplo, enlazarlo con After Effects. Cuando montaba un vídeo con más clips de la cuenta se ralentizaba intolerablemente. Muchas veces era más el tiempo de espera que el de montaje propiamente dicho. Otro grave problema era la inestabilidad de esta combinación. Más de una vez me he quedado con la cara de tonto viendo como uno u otro se me cerraba sin más explicaciones dando al traste muchas veces con parte del trabajo.
Quizás sea por eso que mi primer contacto con Final Cut Pro X (en mi caso es la versión 10.0.4) no ha podido ser más positivo. A primera vista, su agradable y cómodo interfaz recuerda mucho a iMovie, con el que he trabajado hace tiempo. Evidentemente por detrás la potencia y la versatilidad que nos proporciona es muchísimo mayor pero sin perder la usabilidad de iMovie. En cuanto a agilidad de funcionamiento está a años luz del programa de Adobe. El uso de tecnologías como OpenCL o Grand Central Dispatch se notan y mucho. El procesamiento en segundo plano (por ejemplo cuando aplicamos algún efecto a un clip) apenas se nota en el rendimiento de la aplicación. Para colmo, cuenta con un sistema de estabilización de secuencias aparentemente bastante más perfeccionado que el de After Effects y otro que permite corregir el «efecto gelatina» o rolling shutter típico de los sensores CMOS.
Pero por supuesto Final Cut Pro X también tiene alguna contra. Una en concreto. Si no se quiere profundizar en determinadas facetas como la exportación, las opciones son excesivamente simples, y si se profundiza son demasiado complicadas. Todavía estoy peleándome con Compressor, la aplicación de Apple para la codificación de vídeos. Al contrario que FCPX no es nada intuitiva, aunque todo es cuestión de cogerle el punto y saber controlar los parámetros de exportación que nos interesa modificar.
En definitiva, Final Cut Pro X es una aplicación que parece diseñada específicamente para gente como yo, que no somos profesionales, pero que queremos obtener resultados de calidad con algo más que un simple editor de vídeo como iMovie. Un gran programa.
En mi viaje a Huelva no he grabado demasiado vídeo. Me he centrado en las fotografías. Pero esto no ha sido obstáculo para que haya podido sacarme de la manga un clip sobre las Minas de Riotinto, la mayoría grabada subido al tren minero que transcurre junto al río Tinto, aunque también hay alguna secuencia tomada desde tierra firme. La banda sonora la pone el guitarrista Niño Miguel y el tema (es un poco obvio) se llama ‘Minas de Riotinto (tarantos)’. Espero que os guste.
Puede que actualmente el metropolitano de Londres no sea el mejor del mundo, pero fue el pionero y el que ha implantando primero casi todas las innovaciones, tanto técnicas como estéticas o de comodidad para los pasajeros. Uno de esos elementos que ha facilitado la vida del usuario del suburbano es el mapa de la red. Sin él muchos estaríamos perdidos en esa maraña de líneas de colores y sería imposible la planificación de nuestros viajes. Ocurre que, en sus inicios, estos planos de metro eran complicados de entender y poco prácticos.
Consciente de ello, en 1933 al ingeniero electrónico y trabajador del Underground londinense Henry Beck se le ocurrió diseñar por su cuenta un nuevo plano inspirándose en los circuitos eléctricos. La revolución consistía en que las estaciones y los trayectos de las líneas eran una esquematización y no necesariamente se basaban su situación geográfica real. Además asignó un color a cada línea. De este modo, el plano era una abstracción donde solo se mostraban los datos imprescindibles, como estaciones o trasbordos. Sólo se hacía una concesión, situando sobre el mapa el río Támesis, para orientar a los viajeros. Aunque al principio las autoridades del metropolitano fueron escépticos ante el trabajo de Beck, en poco tiempo el diseño fue un verdadero éxito.
Su modelo ha sido seguido con más o menos variantes, en todos los metros del mundo. Lo que sorprende es que no fuera implantado en el Metro de Madrid hasta marzo de 1982, aprovechando un cambio general de la señalética o en el de Barcelona, también a comienzos de la década de los 80s.
Siete meses después de haber estado allí, por fin están en Cromavista las fotografías de Londres. Son 238 imágenes que no van solas. Desde que actualicé el servidor de 1 a 5 Gb he ampliado en unas cuantas galerías. Concretamente han sido 12 nuevas temáticas que corresponden a Londres, La Biblioteca Nacional de España, el Teatro Real, varias sobre el Algarve portugués (Faro, Lagos y el Cabo de San Vicente), de Huelva (Huelva capital, Minas de Río Tinto, Niebla, Moguer y Monasterio de La Rábida) y por último la correspondiente a la exposición ‘La Aventura del Espacio’. Son más de 300 nuevas imágenes que se suman a las más de mil con que ya contaba Cromavista.
Esta actualización casi coincide con el décimo aniversario de la web. Fue el 19 de julio de 2002 cuando comenzó la aventura de crear un expositor para mis fotografías digitales realizadas con mi por entonces nueva cámara Kodak. Hoy día ya es un monstruo que se «come» cerca de 1 Gb de espacio y genera un tráfico bastante intenso de todos los rincones del mundo, hasta el punto de convertirse en mi web más visitada.