rmbit - La bitácora personal de Ricardo Martín
La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
28 de enero de 2020

‘Praga. Quinta parte’

Con esta última entrega terminamos los clips dedicados a Praga. En él veremos unas tomas del río Moldava, del parque Petřin y algunas secuencias nocturnas de la ciudad. Y aún quedán otros tres clips sobre las tres excursiones a diferentos lugares de la República Checa.

19 de enero de 2020

‘Praga. Cuarta parte’

Vamos con la penúltima entrega dedicada a la ciudad de Praga. En esta ocasión nos marchamos a los dos recintos amurallados. Uno de ellos de sobra conocido por el viajero que se acerca hasta aquí. Se trata por supuesto del Castillo de Praga, un recinto que más que un castillo es una ciudad en sí misma. Dentro encontramos la catedral de San Vito o la basílica de San Jorge además del famoso callejón del Oro y la casa de Kafka. El otro es Vyšehrad, que se encuentra en el otro extremo de Praga siguiendo el curso del río Moldava. Mucho menos conocido pero igualmente interesante. Lejos de las masas de turistas encontramos rincones como el cementerio, donde están enterradas algunas de las personalidades de la cultura más importantes de la República Checa. También desde aquí tenemos unas de las más impresionantes vistas panorámicas que podemos encontrar.

16 de enero de 2020

‘Bauhaus. Die Neue Zeit’

Las series basadas en hechos históricos son un género en sí mismo. Si además lo relacionamos con la historia del arte entramos en un nicho muy específico del que no hay muchos ejemplos. ‘Bauhaus. Die Neue Zeit’ es una producción del canal Arte que conmemora el centenario de la creación de la escuela de la Bauhaus en la ciudad alemana de Weimar en 1919. Es verdad que este tipo de producciones «de encargo» no suelen funcionar demasiado bien. En este caso el resultado es bastante correcto, lejos de la artificialidad de querer idealizar lo que se conmemora.

La serie se centra en los primeros años de la Bauhaus, concretamente desde su fundación hasta su traslado a Dessau en 1925. El desarrollo se realiza a partir de la narración del propio director de la escuela, Walter Gropius, en una entrevista en 1963. De cómo las facciones vanguardistas y reaccionaria se enfrentarán sin remedio. De hecho, a lo largo de todos los capítulos se muestra esta lucha entre la ortodoxia de la creación y la enseñanza y los nuevos métodos y formas de crear y la nueva filosofía de pasar del arte «artesano» a la producción industrial en cadena.

El trabajo de los actores es bueno, sin excesivos alardes, y cumplen su función. El guión consigue atrapar al espectador incluso cuando el tema no le resulte interesante (no es mi caso) y desde luego consigue su principal objetivo, que es acercar a las masas lo que fue para la historia el movimiento de la Bauhaus. Una serie curiosa e imprescindible para los amantes del arte y las vanguardias del siglo XX. 7/10.

14 de enero de 2020

‘El Cementerio de Praga’ de Umberto Eco

De nuevo acabo de terminar una de las obras de Umberto Eco. A lo largo de su vida no escribió demasiadas historias de ficción. ‘El Cementerio de Praga’ (2010) hizo su sexta novela de un total de siete. Un voluminoso tomo de 543 páginas en el que continuaba con su característico estilo de combinación de lugares y hechos reales con otros ficticios, añadiendo a la capa de la realidad histórica una más subterránea donde conviven sociedades secretas, conspiraciones y personajes estrafalarios.

En esta obra, Eco nos narra la historia de Simonini, un curioso personaje que se implicará en la elaboración de un libelo contra los judíos al estilo de los Protocolos de los Sabios de Sión. Esto le llevará a implicarse en muchas de los grandes acontecimientos de la unificación italiana (aparece Garibaldi) y de la convulsa Francia de la segunda mitad del siglo XIX (la Comuna de París, el caso Dreyfus o la guerra franco-prusiana). Comedor impenitente, falsificador, cura, conspirador, militar… muchas serán las personalidades que adopte Simonini a lo largo de los años. Todas ellas le traerán problemas y, en muchas ocasiones, diversión al lector. Escrita en un tono muchas veces bodevilesco y con amplísimas referencias cultas marca de la casa, en realidad es un retrato minucioso de la otra cara de una época tumultuosa.

No es de lo mejor de Umberto Eco, pero su estilo es perfectamente reconocible. Mi experiencia leyéndolo ha sido similar a la de ‘El Péndulo de Foucault‘: excesivo en cuanto a detalles anodinos, aunque aquí quizá no tanto, multitud de personajes y situaciones a veces demasiado embrolladas e inverosímiles. En todo caso, una obra interesante, larga y exigente que sirve para entender un poco más el esquema mental de la Europa occidental de finales del siglo XIX. 7/10.

10 de enero de 2020

‘Praga. Tercera parte’

El barrio judío de Praga o Josefov es una visita obligada si nos acercamos a la ciudad del Moldava. Es de los pocos lugares en Europa que conserva sinagogas medievales, como es el caso de la Vieja-Nueva. Y por supuesto, el antiguo cementerio, un lugar donde las tumbas se apilan una encima de otra hasta formar una auténtica montaña. Para este vídeo he recuperado algunos cánticos judíos tradicionales de Praga para acompañar a las imágenes. Espero que os guste.

2 de enero de 2020

‘Zamora del Porvenir’, el futuro de Zamora en 1879

‘Zamora del Porvenir’ con el subtítulo de «Novela Recreativa escrita por Eduardo Julián Pérez en el año de 1879» es uno de los documentos más curiosos, sorprendentes y difíciles de calificar que han pasado por mis manos relacionados con la ciudad de Zamora. Hasta hace unos meses desconocía de su existencia. Pero a partir de mis investigaciones sobre la Casa Méndez, di con la referencia de esta especie de novela en la tesis de José Luis Gago Vaquero ‘La Arquitectura y los Arquitectos en el Ensanche: Zamora 1920-1950’.

Pero, ¿qué es ‘Zamora del Porvenir’? ¿Es una novela de ciencia-ficción? ¿Una novela de prospectiva? Después de leer atentamente la obra, más bien es una proyección de los deseos sobre un determinado modelo de ciudad que el autor aplica a la ciudad de Zamora. Es, en definitiva, la ciudad ideal según los estándares decimonónicos. De ahí que se centre principalmente en el trazado y las características de las calles.

El protagonista de la novela es un zamorano que vuelve después de cien años (sí, cien años) a Zamora procedente de América:

«Después de una ausencia de 100 años regresé de América en 31 de Mayo de 1985.

Entre los diferentes medios de locomoción y transte que se conocen, había elegido en España el ferro-carril, siquiera por simpatía. Este sistema de viajar se ha perfeccionado muchísimo: los coches ofrecen todo género de comodidades para todas las clases y para todas las estaciones del año.

Llegamos a la estación del ferro-carril, y con una prontitud desusada en aquellos tiempos, me hallé con mi equipaje a la salida del edificio de viajeros, presentándose a mi vista una serie de coches especie de tranvía, que su destino era dirigirse a la ciudad, leyéndose en grandes tarjetones su objeto y orden de salida.»

Lo cierto es que el autor no tenía gran aprecio por los monumentos antiguos, siguiendo el pensamiento reinante en la época:

«Nada había en el exterior que me indicara el punto fijo en que me hallaba al parar el tranvía, y fie a mi cálculo el punto que podía ocupar la fonda en que me hospedaba, y pensando desde luego, sería el sitio que ocupó el solar conocido por el palacio de los Momos.

Fachada de mérito indisputable en aquella época, pero como los pueblos no deben vivir siempre en la contemplación, cate usted, que aquella fachada, sin duda, bajó a los golpes de la piqueta o se resintió por el tiempo a pesar de los repellos y enchapados, que en su base con tanta frecuencia se hacían, contra la idea de hacer algo. […]

Llego a la Plaza Mayor antigua y colocándome en el centro de una línea entre la Renova y calle de la Rúa, no veo la Iglesia de San Juan; Pero-Mato, aquella figura había desaparecido, encontrando ante mi vista, una bonita planicie ocupada por jardines, árboles frondosos, fuente (sin carácter monumental), asientos y un completo servicio de alumbrado eléctrico. […] La casa de las antiguas panaderas, también había desaparecido, y la línea de edificación del nuevo Palacio Municipal, se halla bastante más atrás, formando una sola manzana.»

Estos son sólo algunos ejemplos del ánimo «renovador» del autor, dando por derribadas la mayor parte de las iglesias románicas con que contamos actualmente o el puente de piedra. Estoy convencido de que era la opinión mayoritaria de la población en aquella época. Afortunadamente la falta de medios impidió que se culminara el desastre.

Pero también hay algunos aciertos, como las referencias a la muralla, que aún se mantiene en pie:

«Grandes líneas de muralla antigua vi todavía, pero su aspecto era más decente que el de aquella época.»

Y la referente a la instalación del Banco Castellano en la plazuela de la Cárcel, cercana a la Plaza del Mercado y a la Plaza de la Constitución, donde se encuentra hoy ese edificio, construido en 1961:

«Llego a la plazuela de la Cárcel antigua y sin haber modificado su caracter exterior aquel edificio, ha cambiado su destino.

Han establecido en ella el Banco Castellano.»

Sorprendente resultan las referencias a los teléfonos, a una especie de guía de la ciudad que cuenta con un listado de este invento patentado por Graham Bell sólo tres años antes de la publicación de la obra.

Aunque este libro no tenga un gran valor literario, sí lo tiene desde el punto de vista histórico y de cómo era el pensamiento del último tercio del siglo XIX respecto al urbanismo, a lo que deberían ser las ciudades y sus medios de transporte y comunicaciones. ‘Zamora del Porvenir’ es una obra para leer tranquilamente, sorprenderse leyendo algunos pasajes y –por qué no– reír con otros. Una gran curiosidad que nadie con inquietudes sobre la historia de Zamora debe dejar pasar.



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