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La bitácora personal de Ricardo Martín
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9 de marzo de 2011

Islas ignotas (I): Océano Atlántico

La distribución de tierra y mar a lo largo y ancho de nuestro planeta es caprichosa. Aunque normalmente centramos nuestra atención hacia los grandes continentes o las grandes islas (que no son más que zonas elevadas del terreno que no llega a cubrir el agua), existen territorios minúsculos en medio de la nada del océano desconocidos para la mayoría de nosotros. Los hay en todos los mares, en todos los continentes y con todo tipo de orígenes. Los hay habitados, deshabitados y ocupados a temporadas. Voy a dedicar una serie de posts a estos pedazos de tierra que discretamente ocupan su lugar en la geografía de nuestro planeta.

A pesar de que el Océano Atlántico es uno de los más conocidos y transitados, en él se encuentra una serie de islas ignotas que suponen una curiosidad para aquellos a los que siempre nos ha gustado la geografía. Vamos con algunas de ellas:

  • Isla de Jan Mayen. Según la Wikipedia, este territorio situado al norte de Islandia, entre Noruega y Groenlandia, tiene poco más de 350 kilómetros cuadrados y cubierta en parte por un glaciar. El clima, como os podéis imaginar, es rigurosamente polar y las condiciones para la vida no son las mejores. Sólo está habitada por dieciocho personas, catorce miembros de la base Loran-C y cuatro de una estación climatológica. Como curiosidad decir que tienen, junto con el vecino archipiélago de Svalbard, su propio dominio de internet, el .sj.
  • Ascensión. Probablemente el nombre os suene, pero no, no es la Ascensión del Pacífico, sino la del Atlántico. Son 91 kilómetros cuadrados a medio camino casi exacto de Sudamérica y de África. Al contrario que Jan Mayen, esta sí que está poblada por unas 1 100 personas. Su capital es Georgetown (560 habitantes) y forma parte de los territorios de ultramar del Reino Unido.
  • Santa Helena. Es posiblemente la más famosa de las islas ignotas del Atlántico. Su fama se la debe a Napoleón, puesto que fue el lugar donde fue desterrado el emperador francés en 1815 después de su derrota en la batalla de Waterloo. Igual que Ascensión, este pedazo de tierra de 420 kilómetros cuadrados forma parte del Reino Unido. Cuenta con una población de 5 600 personas y cuenta, Napoleón aparte, con una larguísima historia desde su descubrimiento por los portugueses en el siglo XVI. Tiene su propio dominio de internet, el .sh.
  • Tristán De Acuña. A pesar de su nombre de origen portugués (se debe a su descubridor), es la tercera posesión británica en el Atlántico remoto. En realidad se trata de un pequeño archipiélago de tres islas, la propia Tristán de Acuña, que es la más grande (201 kilómetros cuadrados), la Isla Inaccesible (me encanta este nombre) y Nightingale. Ostenta el recórd como el lugar de la Tierra más remoto que cuenta con población. No en vano, el lugar habitado más cercano está a 2 173 kilómetros y es Santa Helena. Si tenemos que hablar de una isla ignota de entre todas las islas ignotas del mundo, ésta sería la ganadora. Lo endémico de sus habitantes permite realizar estudios y experimentos. De hecho, según la Wikipedia, sólo existen ocho apellidos diferentes en la isla para una población de 271 habitantes.

Estas que os he mostrado no son, ni mucho menos todas las islas ignotas del Atlántico. Hay alguna más, como la isla Bouvet (posesión noruega a pesar de estar en el Atlántico sur) o la isla de Gough, pero posiblemente estas sean las más curiosas.

6 de marzo de 2011

La globalización de Street View

Hacía bastante tiempo que no me ponía a «explorar» mundo con el servicio de Google Street View, o lo que es lo mismo, la vista a nivel de calle elaborado con fotografías reales capturadas con cámaras que se instalan en un automóvil que recorre calles y carreteras. Mis últimos descubrimientos al respecto pasan por América Latina, lo que supone que Street View se globaliza, añadiendo ciudades de Brasil y casi todo México. Por ejemplo, podemos pasearlos por las larguísimas avenidas de México DF o contemplar el Pan de Azúcar de Río de Janeiro.

Por curiosidad he hecho un nuevo repaso y me he encontrado con que se han incorporado nuevas y exóticas localizaciones. A saber: Hong Kong, Macao, Taiwán, o ¡la Antártida!. En este último caso el recorrido es puramente testimonial, con tan sólo unos pocos metros visibles. Lo curioso es que el famoso muñeco amarillo se nos transforma aquí en un pingüino. Más allá de las anécdotas y volviendo a Europa, nos encontramos con las polémicas ampliaciones a ciudades alemanas, la interesante y desconocida Rumanía, de la que tenemos fotografiadas sus principales ciudades.

A los que nos gustan estas cosas, ya tenemos un nuevo entretenimiento para pasar las horas muertas dando vueltas por el mundo. ¿Qué será lo siguiente?

4 de marzo de 2011

El Puente de Londres (y su azarosa historia)

Seguramente el Puente de Londres sea hoy la construcción sobre el río Támesis más discreta de la ciudad. Sólo es el último de una serie de puentes que ha sido construidos y demolidos sucesivamente a lo largo de la historia. El relato de todas estas obras es, como mínimo, curioso. El lugar (o un lugar muy próximo) donde hoy se encuentra el actual Puente de Londres fue el emplazamiento original del primer puente que cruzó el Támesis en tiempos de los romanos. En realidad se trataba de un simple pontón de madera, muy provisional, tendido sobre el río hacia el año 46 de nuestra era. Tan sólo nueve años después, en el 55 se levantó un nuevo puente, también de madera, sobre pilares. Pero poco duró. En el 60 las tropas de la reina indígena Boudica lo destruyó.

La nueva población romana estaba fortificada, pero no se tiene noticia de la construcción de nuevos puentes en los siglos siguientes. De hecho, existe una «época oscura» que llega hasta el siglo XI, cuando los reyes sajones eran los amos de la zona. Se sabe que en 1016 existía un puente sobre el Támesis cuya construcción se debe a los sajones. Ya en época normanda, el puente (aún de madera y posiblemente siguiendo el diseño original romano) fue destruido por ¡un tornado! en 1091. Se tendió uno nuevo a la vez que se realizaban los trabajos de construcción de la catedral de San Pablo y la Torre de Londres. Un desafortunado incendio lo echó a perder en 1136.

En 1173 se planteó construir por primera vez un puente de piedra sobre el Támesis. Se haría sobre la ubicación del malogrado puente de madera. Las obras comenzaron en 1176 y finalizaron en 1206. También se autorizó a levantar edificios de viviendas sobre el puente, de forma que en pocas décadas se convirtió en un lugar superpoblado con bloques de hasta siete plantas de altura. El nuevo puente sufrió a lo largo de los cinco siglos siguientes diversos incidentes, reformas y restauraciones. La más importante de todas ocurrió en 1756 cuando se autorizó la demolición de las casas edificadas sobre el puente. En 1762 se finalizaron los trabajos.

La idea de un nuevo puente no tardó en plantearse. Se convocó un concurso en 1799 y el ganador fue un nuevo puente de cinco pilares (el antiguo tenía 19) que se construiría 30 metros aguas arriba del antiguo. Durante las obras (1824-1831) el viejo puente permaneció abierto hasta que fue demolido en 1831. Pero con el aumento del tráfico, en 1902 necesitó una ampliación de su plataforma. Durante la obra de reforma se descubrió que el puente se hundía a razón de una pulgada cada ocho años. Hacia 1924, el hundimiento se cifraba ya en 4 pulgadas (10 centímetros aproximadamente). En 1967, al ayuntamiento de Londres se le ocurrió poner a la venta el problemático Puente de Londres. No tardó en encontrarse un comprador. El magnate petrolero Robert McCulloch pagó casi 2,5 millones de dólares en 1968 por llevárselo piedra a piedra hasta Arizona (Estados Unidos).

Y llegamos a la actualidad. De momento, en el emplazamiento donde se tendió el pontón romano de madera hace casi dos mil años se encuentra el construido entre 1968 y 1972 e inaugurado en 1973. Dada la accidentada historia de esta construcción, en 2008 se inauguró un museo-atracción donde se narran las aventuras y desventuras de uno de los puentes con más anécdotas del mundo. ¡Si hasta tiene su propia canción popular infantil!.

23 de febrero de 2011

30 años del 23F: Una visita al Congreso

Como ya sabréis, hoy se cumplen treinta años de uno de los hechos más graves de nuestra historia reciente. El golpe de estado del 23 de febrero ha dado, da y dará mucho que hablar. Con motivo de este aniversario llevo unos días repasando las tres grabaciones de radio que alguien colgó hace años en internet (el «Hora 25» de la Cadena SER de aquella noche, el «Diario Hablado» de RNE del día siguiente y otro archivo con varias grabaciones de la SER y RNE de la famosa «noche de los transistores»). Hasta hoy, que yo sepa, es la grabación original más completa que he podido escuchar sobre el tema. También he releído algunos pasajes de ‘Anatomía de un Instante’ de Javier Cercas. Lo último que he consultado es el especial que El País ha dedicado al aniversario, sobre todo las siete ediciones digitalizadas que fueron publicadas en aquellas angustiosas horas.

También creo que es una buena ocasión para relatar cómo fue la visita que hicimos al Congreso de los Diputados hace unos meses. Recordad que la cámara baja puede visitarse cualquier sábado por la mañana si la agenda no lo impide con solo presentar el DNI y tras una breve espera a la puerta. La veintena de visitantes que accedimos en aquel turno teníamos precisamente el 23-F en mente. Por eso nada más entrar en el hemiciclo nuestras miradas se dirigieron indefectiblemente al techo, a la búsqueda de uno de los 37 desconchones blancos que testimoniaban las ráfagas disparadas aquel día por los guardias civiles. Además entramos en el recinto por puerta izquierda, la misma por la que entró Tejero aquella tarde.

El guía fue quizás demasiado escueto en su relato, puesto que todo duró poco más de un cuarto de hora, incluyendo una espera de unos cinco minutos sentados en los sofás del salón de los Pasos Perdidos supongo que mientras comprobaban nuestros DNIs. De aquí pasamos a la sala del reloj, con una máquina única del siglo XIX que, además de dar la hora, indicaba gran cantidad de parámetros. Justo al lado, la salsa de la Constitución, donde se encuentra el ejemplar original firmado por el Rey en 1978. Y de aquí al lugar más esperado, el que siempre vemos por la televisión pero pocos hemos visto en vivo y en directo. Ya me imaginaba que en realidad el hemiciclo sería mucho más pequeño que como aparece en televisión, pero es que realmente es muy pequeño. Los pasillos para subir a los escaños son estrechísimos y los escalones altos. La balconada superior tampoco es mucho más. De hecho las cámaras de televisión se controlan desde hace tiempo por control remoto (aunque sorprendentemente nunca se ven en las retransmisiones) para liberar un espacio que parece bastante necesario. No me explico cómo, en los tiempos del 23F, podían meter esas enormes cámaras en un lugar tan angosto.

Pero lamentablemente la visita era muy restrictiva. En ningún momento pudimos hacer fotos o vídeos ni sentarnos en los escaños, a pesar de que éramos un grupo muy pequeño, ni se nos dejó curiosear demasiado. Cuando el relato del guía terminó, también se dio por finalizada la visita. En ese sentido, fue algo un poco frustrante. Desconozco si en la jornada de puertas abiertas del 6 y 7 de diciembre se es más permisivo…

19 de febrero de 2011

Monsanto

La semana pasada tuve la oportunidad de visitar Monsanto. Se trata de una aldea situada a unos 50 kilómetros de la frontera de Cáceres con Portugal. Su originalidad radica en que está encaramada en la ladera de un solitario monte granítico. Las edificaciones también están construidas de este mismo tipo de piedra y conviven con los peñascos que aparecen en medio de las calles del pueblo. Lo único que destaca en un paisaje tan monocromo son los tejados, de un vivo color rojo. En lo alto del monte pueden visitarse las ruinas de la ermita de San Miguel y las del castillo templario del siglo XII, una enorme construcción desde la que tenemos unas vistas impresionantes. Se la conoce popularmente como «la aldea más portuguesa de Portugal» y da fe de ello el gallo de plata que luce la torre del campanario de la iglesia de San Lucas.

En cuanto al vídeo que ahora os presento, es el resultado de unos quince minutos de grabación desde los lugares más interesantes visualmente hablando. Muchas de las secuencias han sido estabilizadas con Adobe After Effects. Se mezclan con otras en movimiento, al estilo de otros clips que pueden verse sobre Monsanto en internet. Y es que la mejor forma de reflejar la peculiaridad de Monsanto es precisamente recorriendo todas sus esquinas y callejones. Por supuesto, la mayoría del material se ha quedado fuera durante el montaje. Al final ha quedado un escueto clip de dos minutos de duración. Espero que sea de vuestro interés:

16 de febrero de 2011

El Proyecto Iván

Como ya sabéis, el fenómeno OVNI siempre me ha interesado. Ya he escrito unas cuantas entradas sobre el tema. Pero, por supuesto siempre me acerco al asunto de un modo prudente, razonablemente escéptico y con todas las reservas posibles. Me parece muy interesante estudiar los casos, buscar posibles explicaciones racionales y, sobre todo, el fenómeno sociológico que esto supone y cómo, en general, el signo de los tiempos marcan los testimonios de los testigos.

El otro día por casualidad me encuentro con un artículo de Félix Ares de Blas en El Escéptico Digital donde desgrana sus experiencias y su relación de amor-odio con el mundo de la investigación de los OVNIs. Ares de Blas (Madrid, 1943) es Ingeniero en Telecomunicaciones y Doctor en Informática entre otras cosas. A finales de los años sesenta fundó varias organizaciones que perseguían la búsqueda de explicaciones racionales, o al menos ofrecer un acercamiento científico, al fenómeno OVNI. Desde los años ochenta, su militante radicalismo dentro del movimiento escéptico español, le llevó a granjearse muchas enemistades. Fundó la ARP, que es la principar organización escéptica nacional.

Aunque me parece sano acercarse a los fenómenos paranormales desde un punto de vista racional y científico, Ares de Blas se encerró cada vez más en una racionalidad poco transigente e hiriente con aquellos que no comulgaban con sus teorías. Aunque mi intención no es hablar de él. Si traigo aquí a este personaje es para contar el interesante experimento sobre los OVNIs que llevó a cabo en 1978 bajo el nombre de Proyecto Iván. Su objetivo era «fabricar» bajo un entorno controlado una oleada de avistamientos de objetos volantes, incluso con la colaboración de periodistas que insertaron noticias falsas en la prensa local de Guipúzcoa. Todo ello para demostrar la poca rigurosidad y la credulidad de los investigadores de aquella época, y de cómo los relatos de los testigos tenían poco que ver con la realidad. No porque mintieran, sino porque la experiencia vivida se «cocina» inconscientemente en el cerebro para añadirle detalles fantasiosos. Así es de creativo el ser humano.

Ahora bien, ¿Demuestra esto que todos los testimonios de avistamientos OVNI (sean lo que sean) son falsos o «cocinados»? En mi opinión sería una conclusión demasiado arriesgada. Otra cuestión es su naturaleza. En cualquier caso, conviene leer los artículos completos porque no deja de ser un punto de vista interesante y puede ser complementario a otros.

15 de febrero de 2011

Islandia, la crisis y la democracia real

Cuando uno lee asuntos como el que hoy os voy a contar duda de si los países occidentales tienen prensa libre o no, si existe la autocensura o si los poderes económicos deciden las noticias que se publican o las que no. Todo esto viene a cuento de Islandia. El pequeño país nórdico sufrió en 2008 una quiebra de su sistema bancario. Las deudas contraídas con países como Reino Unido, Holanda o los Estados Unidos se desvelaron insalvables. Tanto como que suponían 11 veces el PIB de la isla o lo que es lo mismo, hipotecarse por 11 años para salvar el sector bancario. Hasta ahí nada nuevo. Geir Haarden, el primer ministro conservador del país tuvo que dimitir por su gestión de lo ocurrido y ahora está imputado por los tribunales del país.

Lo que no suele contarse es que Islandia decidió entonces no salvar la banca y dejar que quebrara. Para salvar los fondos de los ciudadanos y empresas islandesas el Estado creó tres bancos y se les invitó a que transfirieran sus ahorros a estas nuevas entidades. En cuanto a las deudas, el Estado negoció con los acreedores para que controlaran los nuevos bancos sin que los islandeses pusieran una sola corona de sus impuestos.

El último capítulo de esta historia, solapado con el económico, es puramente político y dice mucho del poder de los ciudadanos normales y corrientes. Tras Haarden, tomó el poder una coalición socialdemócrata y verde. El pueblo, no contento con la caída del primer ministro, reclamó con protestas en la calle un referendum para que se decidiera si se pagaba o no esa deuda. Por supuesto el resultado fue un no rotundo con el 90% de los votos. Desde hace un par de meses los ciudadanos son los protagonistas de la reforma constitucional que se está elaborando. Hasta la fecha, la carta magna islandesa era una copia de la danesa (de la que se independizaron en 1944). Como dice Nacho Escolar en su blog, Islandia pasará a la historia de la humanidad por ser el primer país que ha conformado una Asamblea Constituyente mediante democracia directa, esto es, sin intermediar partidos políticos. Para presentarse como candidato sólo fueron necesarias 30 firmas. Serán ellos los que se encargen de redactar la nueva ley de leyes islandesa.

La situación de Islandia a día de hoy es de crecimiento. Las previsiones para 2011 es de un 3% del PIB, lo cual para los cánones europeos no está nada mal. Pero lo más importante es la moraleja. En la actual crisis hay alternativas mucho más justas que la ortodoxa. Un Estado no tiene por qué pagar los platos rotos de unos bancos diseñados para especular con el capital del ahorrador o de la empresa en vez de guardarlo y protegerlo. Otro aspecto preocupante es la dificultad para encontrar información en España sobre este asunto en los grandes medios. No sé si pensar en autocensura económica (los grandes medios de comunicación están participados por bancos o grupos de inversores como Liberty en el caso de PRISA). Sólo ElEconomista.es lleva alguna información interesante. Esto da bastante que pensar, ¿no? También dice mucho de la dictadura que el FMI y el BCE, en pos de la salud de la moneda común y de una economía supuestamente más fuerte, aplica a sus miembros. Y si esos miembros son los más débiles como España, esa dictadura casi estrangula…



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