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La bitácora personal de Ricardo Martín
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14 de agosto de 2010

El desconocido Museo del Romanticismo

Existe en Madrid un museo, muy poco conocido, que he tenido ocasión de visitar hace pocos días. Se trata del Museo del Romanticismo (o Museo Romántico), dependiente del Ministerio de Cultura. Se encuentra en el número 13 de la calle San Mateo (metro Tribunal), en un edificio del siglo XVIII conocido como Palacio del Marqués de Matallana. El museo fue creado en 1921 por el Marqués de Vega-Inclán. Permaneció cerrado desde 2000 para ser reformado y reabierto en 2009. De hecho algunas salas aún están recién terminadas y listas para recibir nuevos fondos. También algunos servicios, como la cafetería, aún no están instalados. Una pequeña exposición de fotografías hace un repaso por este proceso de renovación del museo.

A pesar de que hicimos la visita un sábado por la tarde, apenas había nadie. Pudimos caminar tranquilamente por todas las salas a nuestro antojo y leyendo el cuadernillo que facilitan a la entrada y que al final hay que devolver, pero que puede descargarse en PDF. Las salas del museo son pequeñas y recrean los ambientes y los gustos del romanticismo a través de objetos cotidianos, la decoración, los materiales, muebles, juguetes y obras pictóricas, algunas muy importantes como el cuadro ‘San Gregorio Magno’ de Goya. Personalmente yo destacaría la sala dedicada a Larra, con algunos de sus objetos personales, así como el pasillo, con utensilios y curiosidades de Fernando VII, como el trono-letrina portátil con que contaba el monarca y que inicialmente estuvo instalado en el Museo del Prado o lo que hoy llamaríamos su «kit de viaje». La sala dedicada a los juguetes tampoco tiene desperdicio.

Existen también otros servicios como una sala –para consultar libros, jugar con las aplicaciones interactivas o, simplemente, tomarse un pequeño descanso–, un pequeño patio y una proyección continua bastante curiosa con una representación animada del clásico satírico de Larra ‘Vuelva Usted Mañana’. En definitiva, un lugar desconocido que todo amante del arte y la cultura en general ha de visitar. Lástima que me dejara la cámara fotográfica en la taquilla, porque aquí sí que se pueden hacer fotos. De todos modos en su web puede verse un pequeño paseo en vídeo por todas sus dependencias.

Para terminar, dos vídeos promocionales en alta definición sobre el museo:


12 de agosto de 2010

Obsolescencia planificada

Todos hemos escuchado alguna vez cosas del estilo de: «Tal aparato cuesta más arreglarlo que comprar uno nuevo» o «Vas a tener que cambiar tal o cual componente porque si no no es compatible con el resto del aparato nuevo que acabas de comprarte.». La obsolescencia planificada es un secreto a voces dentro de la mercadotecnia industrial que produce bienes de consumo. Pero también hay un componente de leyenda y falso mito en todo ello (como la del Sony timer). A la industria no le interesa fabricar productos que además de buenos y fiables sean «demasiado duraderos» porque, tal y como lo tienen montado, podría suponerles la ruina.

Desde hace décadas (la obsolescencia planificada es un invento de los años 30), los productos son diseñados para durar un determinado periodo de tiempo, generalmente no muy largo, y en pocos casos superior a quince años (la tendencia es a que sean cada vez menores). Las empresas ponen mucho empeño en ello. Durante ese lapso de tiempo se comportan con fiabilidad, pero transcurrido éste comienzan a fallar o los materiales se deterioran. En otras ocasiones son los estándares los que cambian, a menudo sin una razón clara más que la de tener que sustituir el producto por otro «actualizado» a los nuevos requerimientos. Uno de los ejemplos más clamorosos es el de los cargadores para móvil. Incluso dentro de la misma marca existen multitud de cargadores diferentes sin que exista una razón técnica para que sea así.

Y es que la maquinaria del consumo no se puede parar nunca. Cada vez necesita alimentarse con más frecuencia y en más cantidad. Los beneficios han de ser cada vez mayores. Los grandes perjudicados de esta carrera en el consumo son, por supuesto, el consumidor (o sea, todos nosotros), y nuestro entorno natural, el medio ambiente. La producción de deshechos tecnológicos crece y crece año tras año. Además, en muchos casos la conciencia «verde» no es más que otra estrategia de imagen más que añadir a la mercadotecnia de las grandes empresas sin que eso se traduzca en acciones reales.

Existen varios movimientos, especialmente dentro del mundo de la informática, que intentan evitar esta locura de cambiar de equipo cada dos o tres años, reaprovechando lo que otros dejan para darles un nuevo uso. Los que nos hemos dedicado a este mundo sabemos que cambiamos en la mayoría de las ocasiones por capricho y no por una necesidad real, porque nos venden el nuevo equipo como algo mucho más potente, aunque no necesitemos esa potencia. A menudo se deshechan ordenadores en perfecto estado sólo por estar a la última. Cada vez más creo que el negocio del reciclaje informático es viable y además es un campo poco explotado y con un potencial enorme.

Para terminar, y aunque este documental no trata directamente el tema, me ha parecido interesante ponerlo aquí porque sí lo toca de manera tangencial y nos da un punto de vista más amplio de cómo funciona la maquinaria del consumo-deshecho-consumo. Se trata de ‘La Historia de las Cosas’ (‘The Story of Stuff’):

10 de agosto de 2010

Materiales programables

Uno de los campos de la ciencia donde más se está avanzando en las últimas décadas es en el de los materiales. Al esfuerzo de conseguir elementos más respetuosos con el medio ambiente, más eficientes en su funcionamiento o más resistentes se está uniendo una nueva rama de la investigación muy interesante y también muy vistosa. Me estoy refiriendo a los nuevos materiales programables o quizás podríamos llamarlos más correctamente como «inteligentes», aunque tampoco sea esa su definición exacta. Todos tienen en común su comportamiento de acuerdo con unas pautas preestablecidas que consiguen cumplir un cometido sin la acción directa de una fuerza externa. Por lo que he podido investigar en internet, podríamos clasificar estos materiales dentro de dos categorías:

Por un lado tenemos las llamadas «Láminas inteligentes» («Smart sheets» en inglés). Se trata de un proyecto creado por la Universidad de Harvard y el MIT. Partiendo de láminas flexibles de una aleación de material plástico y metal es posible crear figuras (en el futuro quizás herramientas o puentes y otras infraestructuras) con sólo programar las dobleces necesarias, al más puro estilo de la papiroflexia, pero sustituyendo unas hábiles manos humanas por instrucciones preprogramadas dadas directamente a la lámina. De momento la tecnología está en pañales, ya que sólo se ha conseguido a pequeña escala, pero imaginemos cuando tengamos hojas (u otras formas) inteligentes de varios metros de longitud o con características aún más perfeccionadas. La versatidad del invento puede ser casi infinita y se ha comparado con el concepto de «transformers».

El segundo gran grupo es el de metales «con memoria». Es posible que en YouTube hayáis visto algún vídeo sobre este asunto. Yo al menos vi algunos de los vídeos de demostración de materiales como el nitinol (siglas de Nickel-Titanium Naval Ordnance Laboratory) hace algún tiempo. Resumiendo, este material metálico tiene la propiedad de ser flexible y deformable hasta que se le aplica calor. Es entonces cuando recupera su forma original, la que le fue dada en un inicio mediante programación. Ya se está aplicando esta tecnología en muchos campos, sobre todo médicos:


26 de julio de 2010

Repti… ¿Qué?

Una de las teorías conspirativas más locas y absurdas que circulan por internet (que no son pocas) y que han encontrado en ella el caldo de cultivo perfecto para proliferar es el de los reptilianos o reptiloides. Y es que el ser humano siempre ha querido buscar en la fantasía la solución a sus propias frustraciones y miedos. O simplemente es la necesidad de creer cuando el mundo es cada vez más complejo y las informaciones de lo que realmente ocurre en el mundo son cada vez menos rigurosas y está cada vez más maquilladas. De ahí nace esta y otras teorías conspirativas, todas ellas con el denominador común de ser indemostrables (por mucho que algunos consideren que tienen «pruebas») y totalmente absurdas.

El caso de los reptilianos es probablemente uno de los ejemplos más extremos. Básicamente la teoría viene a decir que el mundo está y ha estado siempre gobernado por seres bípedos de apariencia reptiloide que se camuflan bajo «disfraces» humanos, que comen carne humana y que son indistinguibles de un humano «real» a simple vista (para hacernos una idea son igual que los lagartos de la serie ‘V’) Y lo hacen desde los tiempos de Sumer y el Egipto faraónico hasta los modernos presidentes y reyes mundiales. Vamos, que el poder es de estos señores… lagartos. Pero si ya la teoría es increíble, no lo es menos la aceptación que ha tenido en la red. Ha sido el auténtico catalizador del fenómeno. También sorprende la seriedad con que determinadas personas e investigadores se toman el tema. ¡De verdad se lo creen!

Pero vayamos al principio de todo. Aunque el origen de los reptilianos (del invento me refiero) es difícil de determinar, quien los ha popularizado ha sido David Icke, un dudoso personaje (ver la entrada de la Wikipedia en inglés para más información), quien ya ha publicado una veintena de libros con el resultado de sus «investigaciones». Esa élite mundial reptiliana que gobierna el mundo serían herederos de la secta de los Illuminati (cómo no). Básicamente alude a la existencia de varias ramas o familias entre las que se encuentra las principales casas reales (sí, incluida la española), familias de renombre como los Bush o los Rockefeller. Todos ellos con ancestros comunes en Sumeria, donde supuestamente comienza la estirpe. También otros personajes muy populares que nada tienen que ver con esta estirpe como Paul McCartney.

Cualquier incauto que busque la palabra «reptilianos» en el cajetín de, sin ir más lejos, YouTube, se encontrará cientos o incluso miles de vídeos en inglés, en castellano y en otros idiomas con las «pruebas» de su existencia. También algún reportaje objetivo (manipulaciones para los adeptos de la teoría) sobre el tema producido por cadenas como Discovery Channel en plan irónico. De nuevo me sorprendo al comprobar la credulidad de determinada gente ante pruebas que no son pruebas, ni siquiera indicios. Sólo, y en el mejor de los casos, son efectos de luz, errores de compresión del vídeo, fragmentos sacados de contexto o malas interpretaciones de tradiciones locales de algunos territorios o de algunos grupos (masones por ejemplo). Son un interesante conjunto de técnicas de manipulación interesada y llevada al absurdo, pero que en esencia también se da en otras teorías de la conspiración que nos son mucho más familiares.

Otro concepto asociado al de los reptilianos es el de exopolítica. ¿De qué se trata? Aunque su relación es tangencial, viene a ser el estudio de las relaciones entre las razas extraterrestres y los seres humanos o la implicación política y cultural que tiene un posible contacto con seres de otros planetas en el sentido más amplio de la palabra. En este concepto caben desde las posiciones más racionalistas hasta las más fantasiosas. Y por supuesto, de este lado están los adeptos de la teoría de los repitilianos. Existen congresos de exopolítica, algunos de ellos multitudinario, como el celebrado en Sitges (Barcelona) hace unos meses.

Desde mi punto de vista todo esto es un absoluto delirio que demuestra lo pasados de rosca que estamos en este mundo nuestro. Yo creo que el problema no es la difusión de estos temas, sino la predisposición de miles de personas a creer en teorías sin una mínima base, sin una prueba concluyente. ¿Dónde está el sentido común? ¿Y la capacidad de razonamiento y de crítica?

22 de julio de 2010

La quimera del motor magnético

Desde el principio de los tiempos, el ser humano ha buscado desesperadamente una fuente de energía que fuera inagotable. Con el desarrollo de las primeras tecnologías mecánicas esa utopía cambió hacia el movimiento perpetuo. A lo largo de la historia, incluso los sabios más eminentes de cada época, se han dejado años de sus vidas para encontrar la máquina perfecta, aquella que no necesitara energía para ser movida, que simplemente funcionara autoalimentándose con su propio movimiento eternamente. Siglo tras siglo este anhelo de la ciencia se ha vestido de muy diferentes formas.

Los intentos no han cesado casi nunca, incluso después del descubrimiento de las leyes de la termodinámica en los siglos XVIII y XIX, muchos científicos (y algún charlatán también) han perseguido esa piedra filosofal de la energía que es la máquina de movimiento perpetuo. Es precisamente la segunda ley de la termodinámica la que, en un sentido amplio, hace que estas máquinas sean imposibles al considerar que las condiciones de cualquier sistema tiende a igualarse con su entorno, a buscar un equilibrio de fuerzas y energías. Por eso sólo con un aporte extra de energía del exterior (un impulso en el caso de una máquina mecánica) ese movimiento puede continuar.

Aún hoy muchos investigadores aficionados siguen a lo suyo intentando lo que la física dice que es imposible. Con la llegada de internet, muchos dicen haber encontrado esa ansiada máquina. Una de las últimas «modas» en este sentido es la del motor magnético. Hay mucha información a lo largo y ancho de la red, pero poca (prácticamente ninguna, para que nos vamos a engañar) es fiable. Si buscáis «magnetic engine» o «magnetic motor» encontraréis cientos de sitios web con información, esquemas, fotos y vídeos con su funcionamiento. En algunas se proclama que es el comienzo de una nueva era para la energía y el transporte y otros casi lo asocian con algo cuasimístico y propio de la new age.

Hay personajes que están dedicando toda su vida, y suponemos que su dinero, a encontrar esa energía inagotable y gratuita. Troy Reed es un norteamericano que lleva desde 1994 detrás de este sueño imposible. Este «loco» sigue a lo suyo, aplicando su motor (o intentándolo) a automóviles, de momento sin mucho éxito, o no al menos con un motor magnético puro, es decir, sin energía adicional para ser movida y solamente basada en el poder de los imanes colocados estratégicamente para que se atraigan y repelan alternativamente. Pero hay muchos otros incansables investigadores que han caido en la «trampa» de intentar construir una máquina de movimiento perpetuo. Os animo a que busquéis vosotros mismos por internet. Seguro que encontráis más de tres o cuatro (casi todos norteamericanos).

El sentido común me dice que si de verdad existiera un motor magnético que no necesite energía externa para funcionar se habría descubierto hace siglos, quizás en tiempos de la Revolución Industrial o incluso antes, y nunca se hubieran llegado a explotar otras fuentes de energía. Todas las grandes mentes de la ciencia fracasaron. En conclusión, un concepto tan increíblemente sencillo, en el que los avances científicos no parecen influir y que apenas requiere tecnología para ser desarrollado debería haberse descubierto ya. Esa es la principal prueba y demostración de que es una quimera más.

(¡Gracias a Alberto por la idea para este post!)

19 de julio de 2010

Gestiona bien tu tiempo

El otro día dí por casualidad con la página de Alberto Pena. Pena es, entre otras cosas, el autor del blog Think Wasabi, todo un clásico dentro de las webs de nuevas tecnologías en castellano. Pero además de esto también ha fundado varias empresas y cuenta con mucha experiencia en temas como productividad y gestión del tiempo. Precisamente llevaba tiempo buscando información fiable sobre cómo gestionar mejor el tiempo, sobre todo fuera del trabajo, y di con el proyecto ‘Eres Productivo’. Me suscribí gratuitamente y me descargué los documentos.

Después de echarle un vistazo rápido me doy cuenta de que todo lo que el bueno de Alberto propone no es más que una aplicación del sentido común. Pero por alguna extraña razón parece que necesitamos una voz exterior que a veces nos diga cómo tenemos que hacerlo aunque nosotros ya lo sepamos. Dedica una parte muy importante a la creatividad, a cómo fomentarla y salir de esos momentos de «atasco intelectual» que todos hemos sufrido alguna vez. Técnicas útiles y sencillas que también requieren de cierto entrenamiento.

Hay aspectos que merece la pena destacar y en los que tiene mucha razón. La televisión es uno de los grandes males de nuestra sociedad, no sólo nos hace gastar tiempo, sino que además es tiempo inútil en el que rara vez sacamos algo en limpio. Eso lo aprendí hace ya muchos años. Por eso sólo enciendo la televisión para ver películas, series o programas comprados o bajados. Ver la tele por verla es malgastar nuestra vida. Eso lo dice Alberto Pena y también lo digo yo. Hay muchas otras formas de desconectar y descansar, incluso no hacer nada es mejor. Otra cosa que también es cierta es que uno no puede ser esclavo de internet, actualizando sus sitios, sus perfiles en las redes sociales o contestando correos electrónicos continuamente. Al final eso estresa mucho. Sé de lo que hablo. Lo mejor, reducir al mínimo nuestro esfuerzo, o mejor dicho, concentrarlo sólo en lo que de verdad valga la pena (en mi caso mis webs y poco más). No quiero entrar en Twitter porque sería otro monstruo más que alimentar. Y uno no está para tirar el tiempo en cosas que no me reportan ningún beneficio.

Del mismo modo, el tiempo ha sido un factor decisivo a la hora de no tener ninguna consola. Por bonita y atrayente que me pareciera la PS3, al final decidí que mejor no. Prefiero salir a dar un paseo todas las tardes (como vengo haciendo rutinariamente desde hace ya muchos años) que pasarme las horas muertas con un videojuego. Cuestión de prioridades. Por cierto, al respecto de los paseos, Alberto Pena también dice algo que he comprobado por mí mismo. Muchas de las mejores ideas surgen mientras uno camina abstraído por las calles (o por los campos). Es como aire fresco para el cerebro.

Conclusión: Tanto en lo que he podido deducir tras leer esos documentos de ‘Eres Productivo’ como de lo que me dice mi propia experiencia (que es prácticamente lo mismo), lo mejor es organizar y simplificar las tareas de nuestra vida, haciendo «limpieza» de aquellas que no nos aportan nada. También mantener unas rutinas básicas en cuanto a estilo de vida, alimentación, etc, que nos hagan sentir mejor y más concentrados. No es fácil y no creo que nadie lo cumpla a rajatabla, pero por lo menos es una meta que debemos alcanzar si queremos gestionar bien nuestro tiempo.

17 de julio de 2010

¿Vida basada en el metano en Titán?

Tradicionalmente siempre se había pensado en Europa como el lugar con más posibilidades de albergar vida dentro de nuestro Sistema Solar (sin contar Marte, por supuesto). Pero esta luna de Júpiter ha cedido repentinamente el testigo a Titán, el mayor de los satélites de Saturno. El pasado 3 de junio, la NASA publicaba en su web un artículo dando cuenta de los descubrimientos que ha realizado la sonda Cassini-Huygens sobre la composición química del planeta. Parece ser que a los científicos no les terminan de encajar los datos que les proporciona la Cassini. Dos estudios realizados por expertos en dos publicaciones de ciencia (papers en inglés), Icarus (International Journal of Solar System Studies) y Journal of Geophysical Research, nos llevan a conclusiones sorprendentes.

Por un lado, el publicado en Icarus concluye que el nivel de moléculas de hidrógeno con que cuenta la atmósfera de Titán es anormalmente inferior a la que debería tener acorde a sus características. Por su parte, el Journal of Geophysical Research refleja que, del mismo modo, las cantidades de acetileno –un compuesto orgánico (un gas) y altamente energético (produce una llama con la más alta temperatura conocida hasta la fecha)– también son anómalamente bajas. Tanto hidrógeno como acetileno pueden ser, según los científicos, las llaves para una forma de vida basada en el metano. Esta forma de vida respiraría hidrógeno y se «alimentaría» de acetileno. Aproximadamente el 5% de la atmósfera de Titán está compuesta de metano, así que esta hipótesis no es del todo descabellada.

No lo sé, pero con casi toda probabilidad nunca sabremos si existe vida, aunque sea microscópica, en Titán, pero lo que es cierto es que este descubrimiento va a abrir los ojos a aficionados y expertos. Ya no se puede descartar la existencia de vida en condiciones impensables para nosotros, a unos 180º bajo cero y con luz del sol limitada. La realidad es que no tenemos ni idea de cuales son las condiciones para la formación de vida en otros planetas, en otros entornos que ni siquiera podemos imaginar. Y como ya escribí en una ocasión, ¿Cómo sabremos que lo que tenemos ante nosotros es vida? ¿Cómo sabremos si es inteligente? ¿Cómo nos podremos comunicar con ellos? En definitiva, no deja de ser una cuestión que nos supera en todos los aspectos. Aún así es posible que algún día lo consigamos.



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