Ya van emitidos cuatro programas de ‘Torres y Reyes’, el espacio que emite La 2 de TVE los jueves por la noche. Un magacín televisivo con entrevistas, humor o debate –todo ello sereno– se ha convertido en una rareza en las cadenas nacionales. Sus presentadores son Mara Torres (actualmente en La 2 Noticias) y el inimitable e inconfundible Joaquín Reyes (Muchachada Nui o Museo Coconut). Las temáticas tratadas en cada una de las secciones tienen el denominador común de la tecnología e internet y de cómo está cambiando la sociedad.
A lo largo de una hora y pico se van sucediendo los microespacios (¡Enjuto Mojamuto sigue vivo!) junto con secciones más amplias dedicadas a debatir un tema, una entrevista o la clase magistral de cinco minutos impartida por un personaje de peso dentro del mundo de internet o relacionado con la tecnología. Uno de los grandes aciertos de ‘Torres y Reyes’ es la combinación inteligente de humor disparatado con la seriedad que requieren algunos temas. En esto Joaquín Reyes es un maestro.
Pero también hay cuestiones que me han gustado menos, como el espacio sobre las fotos Instagram, en la que una celebridad muestra sus imágenes favoritas. Pero esto posiblemente sea por el odio que tengo hacia esta red de fotos con filtros… En cualquier caso un programa diferente que entretiene, forma e informa a partes iguales. Quizás en un futuro, todo depende de su destino, se convierta en un espacio «de culto» seguido por unos pocos fans. Lo bueno es que todas las emisiones las podéis ver en la web de Radiotelevisión Española.
La producción dramática británica tiene fama mundial. Resulta complicado hacerse una idea de la cantidad de seriales, miniseries, documentales dramáticos y demás que pueden llegar a emitir al cabo de un año. El rey es la BBC. De eso no hay duda. Muchas de esas series llegan hoy día rápidamente gracias a internet. Una de las últimas en llegar a las pantallas británicas ha sido ‘What Remains’, una producción de suspense en cuatro capítulos con una calidad de factura en todos los aspectos incuestionable.
La aparición de un cadáver momificado en el desván de un viejo bloque de viviendas sirve de excusa para mostrarnos quiénes viven en cada planta. Con sus pequeñas (o grandes) miserias, sus historias amargas y sus vidas ocultas y sórdidas. El protagonista, aunque no vive en la casa, tampoco se salva. Lejos de ser perfecta, la existencia del policía recién jubilado que investiga el caso por afición es un desastre desde que falleció su mujer. Este, junto a una vecina recién mudada conseguirán ir desatando el enorme nudo de la historia.
Alcoholismo, adulterio, soledad o paranoia son sólo algunos de los temas que se tocan en esta serie de ambiente opresivo, magistral hasta sus últimos veinte minutos. Su desenlace no me ha parecido digno del resto de la historia. Sobre todo por ser excesivamente enrevesado y con demasiados giros de guión en poco tiempo. Quizás lo que viene después de ese falso final sorprenda en un principio, pero cuando salen los créditos es difícil no tener la sensación de haber sido defraudado. En cualquier caso, una miniserie que merece la pena prestarle atención.
Las miniseries son habituales en las televisiones europeas, al contrario de los más o menos largos seriales norteamericanos. Los maestros en este formato son los británicos, con ya una larga tradición. En las últimas semanas he estado viendo ‘Secret State’, una miniserie de ficción política producida por Channel 4 y protagonizada por el gran Gabriel Byrne, entre otros buenísimos actores. La historia puede resultar ya clásica y manoseada.
Todo comienza cuando se produce una explosión en una refinería que afecta de lleno a un pueblo causando numerosas víctimas. En principio se anuncia como un desgraciado accidente, pero una serie de hechos sospechosos hacen pensar que hay algo más detrás. ‘Secret State’ es la lucha del poder político, elegido por el pueblo, contra el poder económico, a menudo abstracto y con tentáculos que son capaces de agarrarse y corromper al propio poder. Es la lucha de un Primer Ministro honrado e íntegro que parece tenerlo todo en contra. Como digo, el argumento quizás no sea muy original, pero el guión, la puesta en escena, la realización y el trabajo de los actores hacen que esta serie se convierta en una obra de primer nivel.
La otra miniserie de la que quería hablar viene de tierras germanas y ha sido uno de los fenómenos televisivos de la temporada. ‘Unsere Mütter, Unsere Väter’ (‘Nuestras Madres, Nuestros Padres’ en castellano, aunque traducido para su emisión en Canal+ como ‘Hijos del Tercer Reich‘) es el resultado de diez años de trabajo de producción. Repartidos en tres episodios de una hora y media de duración cada uno, cuenta la historia de cinco amigos de diferente procedencia que conviven en el Berlín de los inicios de la segunda guerra mundial. La contienda los separará y seguirán caminos muy diferentes. Dos de ellos, hermanos, partirán al frente de Rusia. Uno patriota y creyente en la causa nazi y el otro pacifista y con inquietudes culturales pero arrastrado a las armas. Dos chicas, de las que una de ella partirá también al frente como enfermera y la otra intentará llevar una vida fácil como amante de un jefe nazi y cantante. Por último, un judío alemán que intentará huir de un fatal destino en los campos de concentración uniéndose a la resistencia polaca.
‘Unsere Mütter, Unsere Väter’ es espectacular en todos los sentidos. Su realismo tanto formal como en la historia, hace que sea creíble la narración. A esto hemos de añadir que el relato alemán de la segunda guerra mundial no es muy habitual, y de ahí su especial interés. Los guionistas han sabido mezclar magistralmente la brutalidad de la guerra con momentos melodramáticos y con una sensibilidad estética fuera de lo normal. En definitiva una genial visión contemporánea de unos hechos trascendentales que han sido tantas veces edulcorados y banalizados en el cine y aquí convertido en un manifiesto antibelicista. Una serie imprescindible para los amantes del cine y de las series de televisión.
Ayer terminé de ver los seis episodios de que consta la serie documental de la BBC ‘The Death of Yugoslavia’ (‘La Muerte de Yugoslavia’). Para los que seguís habitualmente el blog sabéis que toda la historia de la antigua Yugoslavia y su desmembración es un asunto recurrente y me interesa mucho. Cuando me puse a ver estos documentales me engancharon de inmediato. Están ideados de tal manera que, a pesar de cada episodio contiene gran cantidad de información y detalles, resulta entretenido y fácil de ver incluso para los no iniciados en el tema.
A lo largo de la serie se recorre todo el conflicto en orden cronológico, con el gran valor de contar con los testimonios de prácticamente todos los protagonistas y con material de gran valor histórico inédito hasta el momento. No en vano se emitió en la televisión pública británica apenas seis meses después de finalizada la guerra, tras los acuerdos firmados en la base aérea de Wright-Patterson en Dayton (Ohio, Estados Unidos) en noviembre de 1995.
Se disecciona con una precisión milimétrica cada paso dado por las partes, la táctica, las emociones, los escenarios de la guerra e incluso las razones de unos y otros para hacer lo que hicieron. Porque si hay una cualidad que tenga este documental, es su imparcialidad y su veracidad, mostrando los hechos tal y como fueron. Es sorprendente ver como se grabaron secuencias impensables, como las negociaciones entre las partes, toda su intrahistoria, los tiras y aflojas o la desesperación de los mediadores internacionales a la hora de acordar las fronteras bosnias, pieza clave de la guerra.
En definitiva, un documental fundamental para entender la historia no solo de la guerra de Los Balcanes, sino de la segunda mitad del siglo XX. Posiblemente una de las mejores series documentales que se hayan emitido nunca. Pueden verse en línea en YouTube. Aquí la primera parte del primer episodio:
A menudo suelo decir que la televisión no es sólo telebasura, debates políticos estúpidos, noticias manipuladas y sensacionalistas o fútbol. Existe una televisión un tanto «oculta» que para acceder a ella hay que «rebuscar» un poquito. Internet nos ha facilitado mucho ese trabajo. Uno de esos espacios que hacen que todavía nos guste la «caja tonta» es ‘Ilustres Ignorantes’. Se trata de un programa de humor que lleva emitiendo Canal+ desde el otoño de 2008. Pero lo que podemos ver no es comedia al uso, sino más bien divagaciones, pensamientos, «idas de olla» disfrazado en forma de concurso.
Presentado por Javier Coronas, a quien conocimos en ‘Lo + Plus’ (otro programa de la casa cuando aún era en abierto), en cada emisión se invitan a dos personajes más o menos conocidos que participan junto a los dos habituales, que son los humoristas Javier Cansado (de Faemino y Cansado) y Pepe Colubi, que tratarán un tema concreto. La grabación se realiza bien en un plató o bien en la sala Galileo Galilei de Madrid y tiene una duración de media hora.
El resultado de los programas suele ser bastante irregular y depende mucho de quiénes sean los invitados. Los hay que dan mucho juego y también otros que no tanto. En cualquier caso siempre es interesante ver a una celebridad metida en un brete a costa del resto de participantes. Posiblemente el gran logro de ‘Ilustres Ignorantes’ sea su libertad para hablar de cualquier cosa sin las cortapisas de una televisión en abierto. Y eso se nota bastante porque se suelen abandonar las poses para convertirse en una conversación casi privada.
Otra cosa interesante es que todos (o casi todos) los programas pueden verse en la propia web de Canal+ y comprobar como se desenvuelven Mario Vaquerizo, Miguel Ríos, Paula Vázquez, Millán Salcedo, Berto Romero, Flipy, Florentino Fernández, José Mota, Jorge Garbajosa y un etcétera muy largo.
Os dejo con uno de los programas, el especial quinto aniversario celebrado este año:
La moda del género policiaco nórdico pasa de la novela a la televisión. La serie ‘Bron/Broen’ (‘El Puente’ en sueco y danés) supuso un pequeño hito en el mundillo de las series. Aunque no es muy conocida, sí lo es su versión norteamericana ‘The Bridge’, de reciente producción. Hace unas semanas dediqué un tiempo a ver los diez episodios de que consta, al principio sin mucha fe y con bastante curiosidad y lo cierto es que ha conseguido engancharme, también movido por la curiosidad de ver una serie para televisión nórdica.
La historia comienza cuando aparece el cadáver de una mujer en medio del puente de Oresund, que une Malmö en Suecia con Copenhague en Dinamarca. El cuerpo se haya literalmente en medio de línea fronteriza que delimita cada uno de los países. Por tanto, la competencia es de ambos. Martin y Saga formarán una extraña pareja de policías cuya relación dará mucho juego. Ella, sueca y metódica, maniática y solitaria. Él, danés, vividor, casi mediterráneo, con formas poco ortodoxas y algo chapucero, pero con mucho que decir sobre el caso. A lo largo de las entregas veremos como el inteligente asesino va aportando pistas de su enfermizo plan…
Quizás nosotros, españoles, no seamos capaces de apreciar las sutiles diferencias entre los países nórdicos, ni sus chistes, ni siquiera sus idiomas (ciertamente sueco y danés son bastante parecidos), pero eso no significa que no se pueda disfrutar plenamente. Los actores realizan un muy buen trabajo y el guión, tan bien planteado, va desgranando poco a poco la historia aumentando la tensión a la vez que ata cabos. El final –cosa que es sorprendente en estos casos– está bastante bien resuelto. En definitiva, una buena serie sobre todo si eres amante de la novela negra (y su adaptación a la pantalla).
Los zombis están de moda. Decenas de variantes de estos regresados de la muerte invaden las pantallas, las grandes y las pequeñas, desde hace unos años. En televisión este boom empezó con la norteamericana ‘The Walking Dead’, basada en el cómic de Robert Kirkman y Tony Moore. Después llegaron algunas más. En el Reino Unido, por ejemplo, vimos ‘In The Flesh’. Pero un poquito antes de esta última (en 2012) llegaba a los televisores franceses ‘Les Revenants’ de la mano de Canal+. Hace unos días he terminado de ver los ocho capítulos de que consta.
La acción se desarrolla en un pueblo de nueva construcción en medio de las montañas y con un embalse a sus pies. Precisamente el viejo pueblo, hoy bajo las aguas, esconde un secreto detrás de la catástrofe que lo arrasó 35 años atrás. Todo comienza cuando tras un accidente de autobús escolar, una de las chicas fallecidas regresa cuatro años después de su muerte sin recordar nada de lo ocurrido ni siendo consciente del tiempo transcurrido. Su contrariada familia intentará buscar sentido a su retorno. Con el tiempo comprobará que no es la única, existen otros muchos fallecidos en otros tiempos que están volviendo a la vida…
‘Les Revenants’ es una serie de buena factura, muy entretenida y con un guión inteligente, que no deja cabos sueltos. Los acontecimientos se van produciendo con precisión tan milimétrica como lógica e implacable. Más que una serie de terror, como lo serían por ejemplo ‘The Walking Dead’, puede considerarse de suspense, o como mucho, de terror psicológico. Lo que en un inicio puede suponer una alegría, dista mucho de serlo y se convierte en fuente de conflictos, descuadrando vidas ya reconstruidas, abriendo viejas heridas o recordando rencillas olvidadas. Respecto a la puesta en escena, a veces me ha recordado a ‘Twin Peaks’, quizás por esas montañas, esas relaciones entre los personajes o el ambiente enrarecido en el pueblo que es transmitido a la perfección por el realizador. La banda sonora, elaborada por el grupo escocés de post-rock Mogwai encaja como un guante en el argumento y se funde con los paisajes y las escenas más perturbadoras.
En definitiva, una serie sorprendente que gustará a aquellos que buscan algo distinto a lo que estamos acostumbrados a ver…
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